Reticencias para renunciar

Siendo un joven adulto, presenciando una discusión de directores, uno de mayor jerarquía, este vapuleó con relativa razón a otro, ofendiéndolo verbalmente. Mi inexperiencia me hizo inferir que siendo el agredido un hombre que tenía ingresos seguros- estaba retirado, con un excelente haber- podría darse el lujo de renunciar ante tal agresión, o pelear a niveles superiores a ambos, su continuidad  (pero no tenia argumentos). Una vez retirado el agresor la victima ni mosqueo, realizando un análisis más realista que el del suscripto: si no lo echaban no se iba, era mucho dinero el que perdía(¿ será esta la fase de acumulación capitalista?, tendré que leer a Marx).  Muchas veces escuche de directivos que concluían legalmente su mandato decir que estaban desmoralizados: cinco lucas es mucho dinero ( parámetro desconocido por el suscripto relativo a la moral, supongo por falta de instrucción adecuada al respecto). O en otras que habían exonerado a un par por cohecho, justificando tal sanción por el exceso en el monto solicitado (¿ hay piso y tope legalmente?, seguiré instruyéndome). O el senador Cafiero que aludiendo a Bauza con relación a la investigación de las coimas del Senado por la reforma laboral, se refería que éste había recibido un “sobre” pero que no le constaba – a Bauza -  que estaba vinculado a la ley de trabajo en cuestión (¿los sobres tienen algo adentro? seguro que no tienen titulo de referencia; deberían tenerlo así no hay equívocos...). O Fassi Lavalle en el máximo esplendor reticente: tuvo que ser conminado, varios días después del decreto de destitución, a dejar el despacho de Secretario de Turismo, justificando que su cese debía decírselo Menem (¿ las copias de los decretos van sin firma/sello?, será por seguridad para no  ser imitable la firma del PEN, que nivel). Nazareno, el presidente de la Corte Suprema de la Nación, utilizó 50.000 km de un coche usado, una norma lo permitía, retenido a un supuesto narcotraficante, quien luego de ser liberado, se sorprendió y reclamo por la variación abrupta del contador de Kms. Por suerte para Nazareno la justicia es lenta y doblemente desgraciada para el dueño del vehículo. Ni dudar que los sueldos judiciales son bajos ya que el Presidente del Alto Tribunal no puede comprarse un automóvil.

Un legislador Brasileño aludió que el descrédito político tenia una solución simple: que los políticos obligatoriamente tendrían que tener vergüenza. Si fuera inyectable periodicamente y permanente sus efectos, adhiero.

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