Francamente, aun
siendo porteño y votando, aunque viva en el conurbano, esta elección resulta
más de lo mismo que hemos denostado en esta hipercrisis, dado los actores en
juego. Parecería Buenos Aires sin luces... Ninguno de los candidatos puede
hacer ostentaciones intelectuales, tomando de otros sus laureles. Macri le pide prestado la fama a su padre e intenta mostrar
una imagen de empresario serio que tiene ideas para afrontar su compromiso. A
una semana de las elecciones, la diferencia en las encuestas con el actual
intendente es exigua. El pronostico
de la segunda vuelta es acertado, seguramente la balanza se inclinará hacia
Ibarra. El grupo macri genera en la sociedad
desconfianza, asociándolo con Menem, lo cual es mucho, amplificado en
La bajada
de pulgar del Presidente al boquense, al asociarlo a las funestas
experiencias del menemismo y sus negociados empresariales, ha dado un apoyo
impensado hacia el actual intendente ( disculpen, pero eso del jefe de gobierno me supera...;
comparativamente, el alcalde de Nueva York, debería autotitularse
rey, emperador o faraón...). Cuando se determino
la elección directa del alcalde porteño, pensé que una exitosa gestión era una
vía de acceso sumamente rápida hacia los cien metros que separan a
En
fin Ibarra tiene un padrino poderoso, por contradicción al postulante
empresario. No es bueno, votar por contradicción es una experiencia
lamentable en nuestra historia. Aquel ha sido calificado duramente, no sé sí
justamente. Le ha tocado bailar con la peor crisis histórica nativa y tan mal
no le ha ido. Personalmente no es de mi predilección. Es un producto mediático
aliancista, sin dotes ejecutivas ni intelectuales como lo fueron todos los
emergentes durante el transcurso de la segunda presidencia menemista, que luego
en el ejercicio del poder, la realidad engulló. Sorprendentemente era uno de
los pocos políticos que podía transitar públicamente en lo peor de esta
hecatombe ¿ Indiferencia o reconocimiento?
¿ O simplemente no trasunto un nivel de corrupción como sus pares,
siendo suficiente?
La piba, que tiene sus adeptos por su franqueza y
confrontación contra jugadores inescrupulosos mal vistos socialmente, no puede
omitir su volatilidad precedente. Tales cualidades, potables pero magras
ante sus variados antecedentes y el escaso brillo demostrado en su accionar. El
oportunismo no es una buena tarjeta de presentación. Peor para aquellos
que la apoyan circunstancialmente sin vislumbrar tales carencias, que ellos
potencian aún más. Sopesan el arrastre real que denota – una buena base de
partida- más que otros miembros del partido, que aun siendo evidentemente
más capacitados que Patricia Bullrich, jamás lograrían acercarse a su potencial caudal de
votos ( por
suerte insuficientes, bien medidos por la sociedad).
Disculpen
la digresión, pero mi desazón no permite eludirla: Convengamos que socialmente
si no transferís crédito mediático desde otra actividad – como ser artista o
deportista- o no sos reconocido en los medios o
por los medios, la probabilidad de ser votado es casi nula, aunque sea
objetivamente el sujeto más capacitado para el cargo electivo que se promueva
en su oportunidad. Como humanos todavía dependemos de la pirotecnia, espejitos
de colores, oratorias brillantes y/o ostentación de
información, que seguramente nos remitirán a inferir - hasta ahora
fallidamente- la calidad del
postulante. La realidad nos indica que en la cancha se ven los pingos. Los actores sociales existen y de excelente
nivel, pero difícil y justificadamente quieran participar en política, dada las
funestas experiencias que ello implica. Deberemos revertir tales circunstancias
para tener un futuro mejor y no azaroso como hemos tenido hasta el presente.
Este es el objetivo del proyecto que
infructuosamente intento generar: constituir una red socio-tecnológica,
integrando recursos humanos y técnicos interrelacionados desde Internet, que
posibilita la transmisión de texto, imagen y sonido, hasta el boca a
boca-puerta a puerta. Obviamente dirigido a aquellos que tengan la
necesidad de ser útiles a la sociedad, sensibilidad y vergüenza de los que nos
sucede; aportando sus conocimientos y/o esfuerzos según sus posibilidades
y/o disponibilidades hacia objetivos que mejoren nuestra calidad de vida,
sustentado en los principios de Igualdad,
Libertad, Solidaridad e Idoneidad.
De quienes se destaquen en tal praxis social y particular, emerjan los actores
políticos que seguramente reducirá significativamente la posibilidad de
defraudarnos. Partir desde lo social hacia lo político, no inversamente
como hasta el presente, origen del descrédito trasfronteras de la clase
dirigente política.
Número 042 del 18 de agosto de 2003. Francisco
Alberto Scioscia
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