¿ UN PAÍS INSUSTENTABLE ?

 

               Hace varias semanas se acordó un pacto federal entre todas las provincias – excepto San Luis- en cual se acordó la redistribución de los fondos a percibir por cada una de ellas, incluyendo reducción de impuestos y variaciones al régimen previsional. Nuestro país está en un proceso des-compensatorio entre los excesos de impuestos retenidos a nivel nacional, provincial y municipal, distorsivos y superpuestos. Sus causas más visibles responden a un alto porcentual de trabajo en negro (30/35%) que no aporta impuestos como así el comercio en igual categorización; la elusión y evasión de los comercios si registrados; una pobreza cercana al tercio de la población y supongo que existirán otras no tipificadas que excede a mi conocimiento, como ser el volumen de contrabando. Ergo, afecta el nivel de precios internos, sin duda altos medidos en dólares, el déficit de las arcas públicas, mayor inflación; y principalmente a la población cuyos ingresos medios son escasos; a la competividad comercial interna y externa, y la inexistencia de correlato con la pobre prestación gubernamental de los servicios básicos. Creo que en estos puntos estamos todos de acuerdo (excluyamos quien tiene la culpa, sino ya no estaríamos tan amalgamados, sino agrietados): simplemente lo palpamos cotidianamente en nuestra víscera más sensible (léase bolsillo). El tal imponente acatamiento al pacto aludido precedentemente (se estima que el único históricamente en el número de provincias intervinientes), aun considerando el variopinto del componente partidario de las mismas, responde a las circunstancias descriptas, y evidentemente al resultado electoral nacional de octubre último, que da un aval a revertir tal patético escenario. Incluyendo negociar las deudas que implicaron la sentencia de la Corte a días de asumir Cambiemos, en cuanto a las distorsiones en la coparticipación que perjudicaba por muchos años nada menos que a Santa Fe y Córdoba, que era extensivo a la mayoría de las provincias, involucrando a Buenos Aires ( léase aproximadamente el 37% del PIB y de la población nacional). Ésta impulsó una demanda a los efectos de ser incluida en la compensación de las provincias ganadoras, enlazando al famoso Fondo del Conurbano (650 millones de dólares/pesos/Menem) otorgado oportunamente en los 90, y luego congelado a pesos y coparticipado con otras provincias, vaya a saber porque causas. Una sentencia favorable sería de imposible cumplimiento fiscal, cualquiera sea el signo partidario gubernamental. Un pacto redondo, algo así como que todos pierden en aras de un futuro mejor (por supuesto no garantizado, solo esperado…). Obviamente, atento al déficit, involucra que tal reducción impositiva, tenga un correlato en incrementar otros impuestos como ser al vino, bebidas gaseosas azucaradas, cerveza, embarcaciones de lujo, etc. Estimo que el alto consumo de los enunciados compensaría a tal reducción. Analicemos paso a paso el desarrollo del proceso aún en gateras:

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No recuerdo exactamente si fue antes o después del reciente pacto federal aludido, que el Presidente de la Nación anunció que de continuar el régimen previsional como estaba diseñado, resultaba una bomba de tiempo a colapsar en pocos años. No hay mucho que discutir: un sistema previsional solidario como el nuestro, implica un mínimo de tres aportantes activos para su autosostenimiento. Tal relación nativa, no excede el 1,3 activo por un pasivo (otros países más desarrollados, 2 x 1) . Es decir se debe recurrir a otros impuestos no previsionales para garantizar una jubilación mínima, que según los medios oficiales resulta el 50% de la canasta básica. Más impuestos no sería tolerable para nadie…

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Simultánea y coherentemente empezó a divulgarse desde el gobierno que iba modificarse la formula previsional legal instaurada por el kirchnerismo, largamente exigida para no depender de la discreción del PEN, ajustando los haberes jubilatorios cada seis meses según una formula no demasiado clara para la ciudadanía y menos aún para los jubilados (incluyendo la AUH, que paga ANSES). Pasaría a una fórmula que tomara la inflación (la anterior si la tomaba o no, era intrascendente), la recaudación vinculada a los trabajadores, y de aplicación trimestral.

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Asimismo, comenzó a destacarse dos cosas: que tal ahorro – entre 70 mil y cien mil millones- en el sistema jubilatorio, permitiría compensar las quitas impositivas del pacto y subsanar las deudas de coparticipación generadas por el fallo del Alto Tribunal aludido, como un potencial y devastador fallo reconociéndole validez a su reclamo del Fondo referenciado. Como un acto de justicia – aunque resultaría muy inferior a lo que implica el monto en juego- la provincia más grande, tendría su justa recompensa. Dentro del esquema general de los aspectos reformatorios, lo bienintencionado del mismo (crecer, vía inversiones hasta ahora escasas, competitividad), y la aspiración de mejorar en un futuro el bienestar publico quedo suspendido el juicio definitivo de tal congruencia acordada, o no. 

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Paulatinamente antes de ingresar tal pacto para ser ratificado en el Congreso – la junta de gobernadores es un poder factico, no constitucional- las quejas fueron menguando los impuestos compensatorios: así coca-cola muy sutilmente expreso inmediatamente la no inversión de 1000 millones de dólares, Tucumán pego el grito, Mendoza transformó en alimento el vino, y así tal compensación disminuía mágicamente. Parecían más anzuelos gubernamentales que fuentes de recaudación sustentables.

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Personalmente creo, y no puedo darle certeza, que el masivo voto a Cambiemos emerge más que la confirmación de lo actuado por el mismo en estos dos años de gobierno, sino a dejar atrás un pasado tormentoso (conjunción de escaso progreso como país, decisiones rayanas a lo dictatorial, corrupción, intolerancia y grieta social instalada). Pero esto muchachos gobernantes creyeron ver otra cosa. Se atrevieron a utilizar -sin el menor tino- la palabra ahorro y vincularla a los jubilados, y asociarla a la pobre Vidal que obviamente necesitara muchísimo más dinero que los miles de millones que le asignaran en forma constante en el presupuesto, dado el estado calamitoso de su provincia. Desde un amplio espectro – periodistas, liberales, izquierda, peronismo y kirchnerismo- casi todos no tardaron en ligar que de tal ahorro se fortalecería políticamente a la gobernadora y consecuentemente a Macri-Vidal para el 2019. Verdadero o falso, pero real para la percepción ciudadana. Vincular los puntos de este artículo, se puede concluir que lo único sustentable del pacto lo ponían los jubilados. Craso error comunicacional, que patéticamente tratan de justificar los parlantes de Cambiemos, ante la sensibilidad que genera el tema de los vulnerables jubilados ordinarios y el malestar por los extraordinarios. Por simple definición lo inexplicable no se explica. Esto incluye la violencia ejercida por los kirchneristas/izquierda asociada, ni la represión de las fuerzas de seguridad que no saben cómo actuar en este contexto (¡bah! el oficialismo).

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De hecho el tratamiento del pacto se inicia con el recorte jubilatorio. Aclaremos: el bono no compensa, es por un solo mes y no sirve de base para el cálculo ulterior y excluye a los montos jubilatorios mayores a 10 mil pesos, persistiendo el “ahorro/quita”, confirmando la base sustentable del mismo. Tal recorte es el mejor pasto posible para la izquierda “revolucionaria”, que cree ver en esto su permitido para desatar una violencia injustificada, apañada por el kirchnerismo, corroborada insensatamente por el silencio de Cristina (ya casi silenciosamente convencidos, Ella y sus acólitos en que jamás ganaran una elección). Estos violentos pre-kirchneristas y hasta suicidas diría, se vieron ya en el diciembre del 2001. Son pocos y también ellos no podrán ganar una elección. La ex presi, a cuya izquierda estaba la pared era el sustento ilusorio a sus aspiraciones revolucionarias (sorry, pifiaron nuevamente).

En fin, un sinnúmero de yerros que nos incluye a todos. Prudencia y esperanza si estos cambios pactados nos llevan a un futuro que mejore la calidad de vida de los argentinos. Y un ruego: paren los dirigentes políticos, ya sean oficialistas y de oposición de justificar sus argumentaciones con falacias. Algunas dignas de horror, como la de un exgobernador que expreso que si le hubiesen dado miles de millones para su provincia, viniendo de la quita a los jubilados, no los hubiera aceptado… ( ver teorema de Baglini, y si es verdad su afirmación teléfono para Vidal). No hagan de políticos defendiendo lo indefendible, no mientan, sean los verdaderos políticos que la ARGENTINA requiere para salir de abismo en el cual estamos. No parecer, SER. Lamentablemente ya se percibe un malestar ciudadano de tantos errores y OPORTUNISMOS. Preocupante, deben ocuparse.

Gracias por su atención.

 

Francisco Alberto Scioscia                                                     

 Aportes e interrogantes ciudadanos, 070 del 19 de diciembre 2017                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              

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