PATÉTICA FUTUROLOGÍA
Siempre vincule el triunfo Macrista de octubre ppdo., no
como una reafirmación del gobierno, sino como un rotundo NO a volver a un pasado teñido por la corrupción/confrontación,
esencial a la era kirchnerista, exacerbado por el Cristinismo. Algunos acólitos
dirán que nada está probado, pero diferenciemos que los hechos irregulares y
obscenos (léase López y la rosadita,
Boudou) existieron,
con semiplena prueba judicial, pero quienes son los responsables se verá en un
largo tiempo… ( justicia y politica van de la mano,
lamentablemente). Aunque parezca extraño que Cambiemos haya ganado en bastiones peronistas del interior, creo
que pega más en esa geografía los actos de corrupción donde priva una moral más
estricta sobre tales funestos sucesos. En fin, no volver a un pasado
cuestionable. Creo que es una respuesta madura de una sociedad.
Algunos economistas ortodoxos, calificaban al gobierno como
un kirchnerismo prolijo, dada su actitud dubitativa para enfrentar los
problemas macro-económicos heredados, como ser el precio de tarifas y servicios
públicos, rayanos a la locura, en un país con crisis energética sin precedentes
y generador del déficit e inflación consecuente. El gradualismo se impuso
racionalmente, dado que una politica económica de shock, hubiese generado una
degradación social incontrolable. Siempre quedará en la duda si de haber habido
otros cuadros en la toma de decisiones se hubiese resuelto con mayor éxito, y
no ser acusado el gobierno por sus propios economistas de “boludear” durante
dos largos años convergiendo en la presente crisis. Opinión que contraría a
miembros optimistas del staff gubernamental, que aparentemente viven en otro
país.
El mejor equipo de los últimos 50 años no pudo manejar (ni prever) la crisis
que hoy se ha instalado. Algunos funcionarios intentaron relativizarla, pero la
realidad se impuso. El mismo gobierno confirma la ya iniciada debacle económica
(léase recesión), que francamente nadie sabe cuándo culminara, pretendiendo el
gobierno llegar al semestre soñado, incumplido e inexistente (síntesis de
exceso de voluntarismo y expresión de deseos, sería como si el año argentino
estaría compuesto por tres semestres…). Consecuencia: “otra vez sopa” y la segura re-elección presidencial en la picota…
Estimo que el pretendido y real apoyo a Macri desde el exterior, ratificado por
el excepcional stand by del FMI y la
recalificación de país como emergente,
se asocian a tratar de enderezar el derrotero del libre mercado, que se ve esfumado por líderes como Trump, Putin, Xi Jinping,
etc., y que nuestro presidente encarna como el nuevo exegeta de una propuesta
que ya muchos ven como fracasada, como lo fueron las políticas neoliberales de
los noventa, con Menem como el mejor
alumno del FMI y sus políticas
recesivas que lo condujeron al descrédito mundial, concluyendo con la mayor
hecatombe nacional del 2001/2.
Sino sucede un milagro, deseado por
las arengas presidenciales, que en meses esta crisis sea historia, y comiencen
los brotes verdes, tendríamos –ya expuesta en artículos precedentes- una nueva
grieta macristas y antimacristas, originada en tantos
desaciertos gubernamentales, que finalmente le retiraran el apoyo a Cambiemos, culminado en un balotaje. Lo
patético será a quien apoyaran, dada la actual coyuntura politica. Tenemos un
“peronismo racional”, un exacerbado Cristinismo, algunos grupos de izquierda
radicalizados y los macristas. Todos raleados en sus votantes, dado el fracaso
de todos ellos en los gobiernos que ejercieron/ejercen, o que nunca ejercerán
dada su naturaleza radicalizada (la variación de sus votantes será
insignificante). Cualquiera que gané, simplemente por votar contra alguno de
ellos, nos llevará a otro fracaso. Pensemos que los antimacristas incluyen al kirchnerismo
y si hacemos una analogía con una empresa, al presente, el paquete accionario
mayor lo tendría Cristina, que
difícilmente podría contar con las acciones de los otros para conformar una
sociedad. Hablando políticamente, un frente que podría ganar el peronismo, pero
que tendría que ser aquella candidata para poder lograrlo (no más allá del
balotaje, por supuesto). No creo que la sociedad vuelva a suicidarse. Con una
vez nos basta…tuvieron su oportunidad con un contexto socio-economico
irrepetible y defraudaron. Menos aún con el funesto rejunte que conformarían.
Nadie puede predecir qué sucederá en la final…dependerá del humor social de
noviembre 2019. Dios nos guarde.
Tendría que suceder otro milagro:
que alguna de las partes generé confianza, que se conforme una coalición con
los pocos dirigentes que aún conservan prestigio, independientemente del
partido de origen, deponiendo sus egos
en aras de la Nación. Que diseñen un
plan de gobierno de corto, mediano y largo plazo, consistente/serio/factible,
republicano y federal. Y que resuelvan en las PASO quien será el futuro presidente, acorde al proyecto aludido, y
se destaque en la construcción de tal proyecto. Debería incluir además de QUE se pretende como país, COMO lograrlo y QUIENES
conformaran los equipos respectivos. El Macri padre, otrora, razonaba
que si no se cuenta con el equipo adecuado para el proyecto a pergeñar,
seguramente fracasara (creo que no
se llevan bien padre e hijo).
Evidentemente ese espacio propugnado debe surgir de un peronismo y radicalismo renovados, convergentes en un acuerdo que otrora
pergeñaron Perón-Balbín y que nadie
sabe las causas reales – o esclarecidas ante la opinión pública- que se
opusieron a su concreción. La historia argentina nos confirma que jamás los
empresarios pueden comprender como se gobierna, no se puede traspolar el
mercado a la sociedad civil, cuya complejidad los excede. Aplican esquemas
empresariales que no permiten leer la naturaleza social y más aún de un país
que se caracteriza por la anomia-boba,
como califico un notable jurista (Nino, Carlos S.) al
inicio de la democracia a fínales del siglo 20 (luego de años de dictaduras
cruentas e inoperantes). O como diría el jurista FAYT, para la
sociedad argentina las leyes son solo sugerencias… Asimismo, ser conducido por políticos
electos o partidarios, sin capacidad ejecutiva
gubernamental (no equivalente a CEO
o Chairman empresarial, o a
intelectuales sin calle) lo cual se denota en sus afirmaciones públicas, que la
cruel realidad desnuda. Evidentemente, tales sujetos conducentes que deben
lidiar con procesos complejos como son los oficiales – más aún en nuestro país
cuya idiosincrasia es de una difícil construcción, tal cual aludieron los
juristas precitados - nos condenaría
seguramente al fracaso no al éxito.
Recordaba al sketch de Tato Bores (y
por entonces estábamos en el paraíso, inicios de la década del 90), que
transcurría 500 años posteriores al presente, haciendo de antropólogo
extranjero buscando rastros de un país llamado Argentina. En fin, de no haber una actitud madura de nuestra clase
dirigencial (politica, empresarial, social), un
patético futuro nos espera, y creo que ya no va a haber sopa… Aspiro
a que esta funesta predicción sea un delirio del suscripto. El fracaso
sistemático harta. Los espasmódicos lapsos de bienestar en los últimos 70 años
(aludo a lo que he vivido), siempre concluyeron en crisis que nos empobrecieron
aún más, cualquiera fuera la causa, mayoritariamente con una negativa participación
dirigencial (gubernamental, empresarial y social).
¿Nada
por hacer? ¿Solo esperar a un mesías? O
aprovechar que tenemos un Papa nativo para que se produzca un milagro,
cualquiera de los aludidos/remarcados en este texto, prefiriendo el segundo de
ellos…
Gracias por su atención.
Francisco
Alberto Scioscia
Aportes e interrogantes
ciudadanos,
080 julio 8 de 2018.-