RELATOS Y ENCUESTAS INCREIBLES EN LAS SORPRESIVAS
PASO
Muchos
ciudadanos votaron al actual presidente - entre los cuales me incluyo- con el
objeto de desplazar al Kirchnerismo del
poder (Cristina precisamente), sea Scioli o Zannini, cualquiera que finalmente quedara en su reemplazo. La
conformación de la coalición Cambiemos, sumando
a la abanderada de la república y denunciante serial de actos de gobierno
oficial, conjuntamente con el otrora virtuoso partido radical (UCR, proveedor de candidatos potables a lo largo del
país), generaban un control al nobel partido Propuesta Republicana (PRO). Sintetizando, el macrismo ponía los votos y los
republicanos comprobados, los avales de mantener el proyecto republicano,
democrático y federal (¡bah! simplemente la Constitución Nacional). Parecía potable y así lo entendieron los
indecisos (y a los peronistas antiK como
el suscripto), volcando hacia tal propuesta sus intenciones de votos en el
balotaje, sumados a los antiperonistas justificados ante tantos desatinos de
los personajes políticos del mismo y su falta de talento/idoneidad y muchos non
sanctos. Personalmente incluyo a la reina Cristina,
con sus acólitos aplaudidores incapaces de la crítica a la misma, ya
decisiones de carácter político que no son su fuerte como ejemplo máximo el
postular a Aníbal Fernández como
candidato a gobernador de la provincia más importante del país y peronista por
antonomasia, etc. etc. etc… “Heidi”,
Pro-pura, increíblemente se llevó
los laureles arrastrando a Macri hacia
el balotaje triunfal…
El nuevo gobierno debía afrontar una
tarea difícil. Déficit fiscal excesivo, carencias en materia educativa, salud,
judicial, pobreza elevada, casi nulas reservas, default y probablemente el más
difícil: resolver el tema energético, escaso y subsidiado a los hogares y
empresas, que representaban el 4,4% del déficit primario. Como expresará un
experto reconocido en materia energética la ecuación era simple: recomponer las
tarifas a su precio internacional, eliminando alegremente el subsidio sin
demasiados miramientos al bolsillo ciudadano, y listo el pollo. Francamente no sé si
aquel experto lo expreso irónicamente o compartía el diagnostico oficial.
Gobernar no es tan simple, tan
complejo como la vida misma.
Tal perspectiva llevo al primer
fracaso gubernamental, al activar el ajuste de precios tarifarios en forma
salvaje, envalentonados por el acuerdo con los fondos buitres que resulto
exitoso, en cuanto a su resolución, pero fallando en su apreciación que tal
ajuste cambiario NO afectaría el
proceso inflacionario, cuando la devaluación del dólar afectaría a los
alimentos, estrictamente vinculados a la moneda yanqui, y no al blue, aunque este desapareció mejorando
la posibilidad de la proclamada lluvia de inversiones, que “apareció” en cuenta
gotas (energía eólica, vaca muerta,...), pero
generando inflación. Las promesas de campañas no aparecieron, ni los brotes verdes de la economía en el mágico
segundo semestre prometido. Aun así luego del patético 2016, paulatinamente
fuimos mejorando el poder adquisitivo, resultando el año siguiente una mejora
sobre el alicaído anterior, con aval del voto triunfante en las elecciones
legislativas del año 2017. La sociedad aceptó los múltiples errores en la toma
de decisiones, y su ulterior rectificación, propias de una coalición precaria
en el ejercicio del poder (la UCR
fracasando en sus gestiones económicas precedentes y la CC sin la más mínima experiencia en la materia, ni cuadros
trascendentes en tal metier). Envalentonados por el apoyo tras las legislativas
fueron por la reforma jubilatoria, aprobada en el Congreso a un alto costo de rechazo social, tras su ambivalente
alusión que sería menor el incremento pero los jubilados iban a estar mejor
(una incongruencia disparatada). La inflación, según Macri fácil de controlar seguía galopando como sus intentos de
frenarla. Los encargados de lograrlo rectificaron la presupuestada incrementándola
a la misma para el 2018 (léase inicio del descredito nativo e internacional, es
decir sin más crédito externo).
El gobierno entró en pánico escénico,
recurriendo al FMI (ultimo prestamista por definición) y sin soluciones a
controlar el dólar y su paulatino y constante incremento aún la penosa ayuda
del FONDO, avalada por EEUU y el
contexto internacional de extirpar los partidos populistas, cualquiera fuera el
continente. Trump a la cabeza. La divisa americana trepo sin cesar a casi
un 150%, y las tafias ajustadas al dólar provocaron una crisis socio-económica
severa, reflejada en cierre de empresas, desempleo constante consecuente,
incremento de la pobreza/indigencia. Un 2018 dramático.
El
relato oficial del Poder Ejecutivo
Nacional se transformó en el de un Predicador
Evangélico Nacional (valido para un pastor para conquistar fieles, pero no
para el Presidente de la Nación), con un mensaje extremadamente lejano a los
padecimientos sociales de la clases medias bajas, que cada vez se sentían
acercándose a los pobres: “estamos mal
pero vamos por el buen camino…”. Este relato + encuestas que
pifiaban fiero, pronosticando un empate, o perdida por un máximo de cinco
puntos al gobierno, o ganando por uno o dos puntos, reflejado en la algarabía
del mercado registrado en las subas de títulos y acciones el viernes anterior a
las PASO, con una perspectiva más que
halagüeña para la primera vuelta, como la consecuente permanencia hasta el 2023
del oficialismo, con una reversión tanto en la primera vuelta o
balotaje…Evidentemente las encuestas pueden fallar…(excusas les sobran para
no inmolarse: voto vergonzante, emocional,
de último momento, etc. etc.,). Nada que decir de la muestra o método… (no se van a incriminar).
El
relato oficial + las paridades registradas en las encuestas ultimas, repuntando
considerablemente en las últimas semanas, controlando el dólar y una pobre
reducción de la inflación en los próximos meses avalaban tales presunciones.
Francamente me desorientaba: como un gobierno que socavo poderosamente el poder
adquisitivo de la gran mayoría de los ciudadanos podría ser avalados para un
nuevo periodo, sin la más mínima garantía dados los hechos precedentes de su
gestión. La realdad, solo ella, pudo poner en su lugar el aplastante resultado
de las PASO por nadie pronosticado.
Venció el “todos contra Macri” –los antimacristas, que incluían a
los K y los antiK decepcionados de Cambiemos-
sobre “todos contra Cristina”, sustentándose en la opción que
otrora lleno sus bolsillos, sin medir si estaba en juego la República o el Autoritarismo ¿Importaba? Se
creó un falso dilema. Ahora habrá que exigirle República a los que seguramente ganaran, en octubre (o un noviembre
milagroso). Mucha bronca aun con los
paliativos ofrecidos, que como dice Margarita Barrientos: llegaron tarde…
En
fin, las comparaciones con el 2015 y el repunte de Cambiemos, omiten que Macri
gobernó y mal, factor inexistente previamente que invalida cualquier
igualación. No olvidar que Argentina
es “el país del todo es posible...” pero creo que esta vez crecerán los votos
del último ganador, con solo observar los desatinos que cometerán de aquí a
octubre (Carrió a la cabeza).
P.D.: La
estrategia de llamarse a silencio de los voceros impresentables del Cristinismo hará posible un triunfo
electoral. Hasta el diputado Rossi
parece un dirigente coherente/moderado en sus recientes manifestaciones pos PASO…
Gracias por su atención.
Francisco Alberto Scioscia
Aportes e interrogantes ciudadanos, (número
102 de agosto 19 de 2019) .-