TERRORIFICA PROSPECTIVA POLITICA ARGENTINA

 

 

Independientemente de la cosmovisión política de los ciudadanos, o su falta de interés en ella, los hechos y las estadísticas consecuentes, nos remiten a una ineluctable decadencia general del país en las últimas décadas. Deberíamos ser optimistas y que tal declinación cesaría. Pero NO. Un análisis prospectivo – conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro en una determinada materia- nos conllevan a coincidir con la funesta definición del título de este artículo, lamentablemente  Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: Descripción: C:\Users\user\Documents\Ensayo soleido\Imagenes varias\aporte2.gif.

Nunca puedo dejar de referirme, en un contexto en que los maestros peleaban/paraban por un sueldo de cien dólares (ridícula para el mundo), a principios de la restauración democrática de 1983 a la reflexión del inextinguible TATO BORES: “Si nosotros que tuvimos una educación satisfactoria, y dejamos el país en estas condiciones, que será en las próximas décadas con el deterioro de tal educación al presente…”. Con una perspectiva personal, observaba la decadencia  del nivel de los empleados públicos que tenían cargos de relevancia en el ministerio en el cual me había jubilado (coincidente con la proyección futura del aludido TATO). Sorprendentemente, luego de un relevamiento para generar un ensayo, era una constante en todo el ámbito estatal. Agudizada al presente, dado que jamás recuperamos los grados educativos de otrora y desbarrancamos sistemáticamente. Además de agregar capas geológicas partidarias al ESTADO, generando ello más déficit…

Prospectivamente es patético. En los “vanagloriados” 70 el nivel era bastante satisfactorio. Los partidos políticos generaban cuadros intelectuales multidisciplinarios, de los cuales emergían los futuros políticos, producto de un nivel educativo considerable en todos los estratos, fundamentalmente los universitarios, producto final del sistema formativo. Comparativamente a los del presente éramos mejores dado el grado de instrucción recibido precedentemente. Leíamos, nos informábamos, teníamos una noción del panorama político presente, del pasado reciente, y de un supuesto futuro promisorio consecuente. Y aquellos que no lo estaban no les resultaba indiferente la coyuntura.  En 1973, cuando los militares “accedieron” a elecciones generales en todos los estratos (de Presidente a Concejales…), el país hervía en discusiones políticas en cualquier ámbito. Aún existía un marcado antiperonismo y muchísimos independientes, los que finalmente dieron el triunfo a CAMPORA, digitado por Perón (era su secretario privado y solo duro 45 días, por el propio dedo que lo ungió). Su renuncia como presidente emergió de los excesos cometidos por el ala izquierdista del movimiento. Extraño suceso de un presidente que era un fiel – diría hasta obsecuente- exponente del pensamiento del General, y alejado de posiciones extremas…

 Lo sorprendente de tal somera narración es que haya surgido en la última década una organización que asumiera el legado de un hombre tan insípido como el Dentista Héctor J. Cámpora, que con su accionar (o mejor dejar hacer) defenestro su cualidad más destacada: la lealtad. Evidentemente no fue por tal virtud que se le asignó el nombre a esta nueva y presente organización: LA CAMPORA. Más bien su asociación con la el accionar “revolucionario” de la izquierda peronista en su brevísimo mandato… (my god). Su peculiaridad es que emerge del ámbito gubernamental – kirchnerismo- con cargos de menores a mayores retribuciones, al inicio, hoy en cargos claves, y desplazando a funcionarios renunciantes elegidos por el Presidente.

Nada que ver con los del 70, que hacíamos todo a pulmón y desde el pueblo y para el pueblo, autofinanciándonos (sin relato, realidades). Lamentablemente, el giro de Menem y sus políticas neoliberales fueron mellando el espíritu peronista en su extenso tránsito por el poder. Consecuentemente un alejamiento de cuadros de otrora y la creación de nuevos. Así surgió la Alianza que nos llevó a la mayor hecatombe del país en el Siglo XX e inicios del XXI (desconcertante, con el radicalismo a la cabeza). Volvimos al poder con Kirchner, contabilizando un 66% de votos con los de Menem, Rodríguez SAA. El agotamiento del modelo- convergente en el Cristinismo - fallecido Néstor- concluyó con la coalición CAMBIEMOS para peor (sin comentarios). Volvimos fácilmente, pero con un injerto: (inédito) Cris eligió al futuro presidente, un hombre moderado jefe de gabinete en la presidencia de su cónyuge, sin estructura propia, dado que el mundo (léase mercado) no la iba a tolerar (se resguardo como VICE). Alguna esperanza emergía ante los desatinos del último gobierno de Cristina. Pero la impensada Pandemia nos llevó progresivamente a yerros tras yerros, y finalmente destruyó la economía casi igualando al 2001. Así apareció la autoporstergada ex-presidenta, asumiendo la conducción efectiva del poder. Con un grave problema adicional: ya no existían los cuadros partidarios (que ella formó parte), tanto por sus elevadas edades y las macanas constantes de los políticos (de cualquier signo) que ahuyentaron a nuevas generaciones a renovarlos. LA SOLUCIÓN: utilizar a los jóvenes de la CAMPORA, garantizando fidelidad. De ahí una prospectiva funesta para nuestro futuro. Ya de por sí, al nacer a la vera del kirchnerismo (léase pagos), su ciega obediencia a su Jefa, los descalifica tanto como su nivel de mediocridad. Sumémosle faltos de experiencias ejecutivas/de vida, vislumbra tal patético futuro aludido precedentemente. DIOS NOS GUARDE. Solo pido un milagro: que se perciba tal descalabro futuro y se vote conscientemente, a los efectos de preservar nuestro ESTADO DE DERECHO que solo resguarda LA CONSTITUCIÓN. Cualquier mayoría parlamentaria, que no respeto este concepto, transformará en un solo bloque los tres poderes – solo formales, como lo son en China, Rusia, Venezuela, Cuba- al servicio de sus intereses personales prioritarios (los ideológicos en segundo orden, una vez “resueltos satisfactoriamente” aquellos), que obviamente NO son concomitantes con los de la ciudadanía (pobreza, salarios, inflación, corrupción…). Resulta extraño que un cuadro elogiado por el partido como lo fue Cristina, no perciba los bajos niveles existentes en la Campora, incluido su hijo. Como se alude:

                                                              “la necesidad tiene cara de hereje…”        

 

Gracias por su atención

 

Aportes e interrogantes ciudadanos número 108 del 12 de abril de 2021

Francisco Alberto Scioscia

 

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