Editorial : AJUSTE TIMORATO 

 

    Fuere cual fuere la causa a nadie, sea público o privado, le resulta razonable que le efectúen podas en sus retribuciones habituales, más aún que mayoritariamente - incluyendo al grueso de los empleados públicos que ingresaran a la picota- percibe  cotidianamente que sus ingresos no cubren adecuadamente sus demandas. Nada que implique desmejorar aún su situación puede ser considerado justo. Sea por incrementar sus aportes jubilatorios o quitas directas sobre sus haberes, el orden de los factores no altera el producto, pero sí el sueldo. Y evidentemente este es el recurso más directo y seguro de recaudar fondos, simplemente no pagando lo comprometido y sin el menor atisbo de contrariedad en lo inmediato. Una contabilidad sin fallas. No se llevaran la sorpresa de estimar una recaudación y tener otra como con el impuestazo. Ambas soluciones  - reducciones e impuestos- son fáciles: transfieren el problema a otros. En nuestra vida como humanos tal proceder no es razonablemente bien visto. Uno exige a los otros hacerse cargo de sus responsabilidades/errores y no que se los transfieran a uno injustamente. Todo tiene un costo que puede no facturarse en lo inmediato, pero a la larga se paga, deteriorándonos paulatinamente nuestra calidad de vida ¿ Porqué ha de ser diferente ello en el accionar del estado? Estos políticos creen que por no manifestarse públicamente, salvan su pellejo. Todos estos desatinos pasan a la memoria colectiva pasivamente, construyendo el sustrato de su  descrédito político.

Que la culpa es del gobierno anterior y ajeno a los hombres de la Alianza no puede ser un argumento serio, ya que estos no fueron reclutados compulsivamente de la sociedad para rectificar un rumbo que criticaron hasta cansarse. Se ofrecieron solos y deben aceptar las consecuencias de  tal actitud. Menem cometió incontables errores pero tenía muy claro su noción de poder. Si se hubiera quejado de la herencia alfonsinista (léase hiper del 30/40%, sin presupuesto, sin fondos, sin...) como lo hacen los aliancistas no hubiese asumido la presidencia y vaya que lo hizo... Hasta ahora no han mostrado ser más capaces que los anteriores, recurriendo a los procesos menos imaginativos como los aludidos anteriormente, generando soluciones extremadamente fáciles sin anestesia y peor aún que fallan como las precedentes. En fin privilegiando lo inmediato a las consecuencias futuras, que seguramente excederán a estos funcionarios.  Así siempre ha sido en el estado y no tiene porque seguir siéndolo. Cualquiera que halla trabajado en el mismo, tenga un grado de capacidad razonable, sabe perfectamente que el mismo esta sobredimensionado, dado que la racionalidad en la utilización de sus recursos físicos, humanos y tecnológicos no es característica distintiva del mismo. Las falencias en el mismo, expuestas continuamente por los funcionarios de cualquier gobierno, son interminables pero no requieren de enunciación sino de rectificación. Ideas y proyectos viables se necesitan. Recurrir a la tijera - eufemismo que "casualmente" alude a papel, asimismo el lápiz rojo- cortando/tachando números nominales de presupuestos es un error lamentable, que jamás ha traído soluciones sino problemas al futuro.

Se puede eliminar de cuajo el total de las contrataciones públicas de personal dejándolas caer, que pueden resultar una fuente de ahorros inmediata, que no alterara el ya de por sí deficiente estado. Y escalonadamente al 50% de la dotación permanente en este mismo ejercicio, resultando otro fenomenal ahorro, deteriorando aún más la calidad de las prestaciones sin que cesen, distribuyendo/disipando uniforme y homogéneamente el daño en la sociedad. El maltrato al ciudadano es algo que nos caracteriza, agudizarlo en aras de eliminar de cuajo el déficit y generar un superávit simultaneo e inmediato puede ser un buen negocio para transformar a la Argentina en un modelo mundial como lo fuimos con las privatizaciones. Y esto solo requiere de voluntad política, sin esfuerzo intelectual. Es decir solucionamos el frente externo y lo transferimos al interno, ya que los despedidos pasaran tarde o temprano a formar parte de la legión de desocupados o sub-ocupados inmediatos, extensivo a su entorno familiar. Si zafar fue el verbo más utilizado en la década del 90, ahora se le suma otro mucho más grave: desentenderse, que implica simular que no se entiende algo o no asumirlo (léase nuestra salud, educación, justicia... y la de nuestros ascendientes y descendientes) porque no se puede. Mi Dios, cuando leí esta definición - del diccionario- me parecía tomada de un tratado psicológico. Gran parte de esa masa actual sufriente esta conformada por ex-agentes públicos o ex -beneficiarios indirectos de un estado que no medía las consecuencias de su accionar, hasta su eclosión. Es lamentable que estas sean nuestras opciones o mitigadas como se han tomado en los últimos años, propugnadas por economistas cultores del discurso mundial como abundan en el gobierno, que al no ser tomadas drásticamente se tornan en paliativos sin el efecto deseado por estos, no por la sociedad en su conjunto.

Cualquier teoría sea cual fuere su naturaleza para ser valida requiere de una visión global que no implique omisiones "forzadas" por no poder hallar respuestas a la problemática involucrada, distorsionándola/ invalidándola.  Aceptar los postulados liberales, en manos de economistas, con una visión tan restringida de la conducta humana individual y grupal, inherente a sus conocimientos académicos es una burla a la inteligencia humana (chancho, comer, ...me suena). La temática social excede a la economía ampliamente y a cualquier otra ciencia individual. Solo la integración multidisciplinaria, que incluya a aquella,  nos llevará a un camino-solución factible que abarque la totalidad del fenómeno social, de una complejidad creciente,  sin omisiones gruesas que quedaran en manos del mercado para su solución futura, sin poder predecir si serán beneficiosas o no para lo integrantes individuales del mismo, ni cuando ni como. Un pésimo negocio.

Sensibilidad social e imaginación productiva son posibles, están en el seno social, debemos buscar nuevas formas de hallarla. Evidentemente las actuales han fracasado.  Será el desafío futuro o resignarnos a lo que nos ofertan.

No es cuestión de ofrendar nuestras vidas, solo de nuestras posibilidades/disponibilidades cotidianas, aun mezquinando, pero utilizadas inteligentemente en nuestro beneficio presente y futuro. Ver Objetivos del Proyecto . Decide Ud.

 

Nota: esta editorial emergió de varios arreglos a una instantánea sobre los haberes públicos y concluyó en esta editorial. Estamos tan acostumbrados a los ajustes que no recalamos en ellos, que nos parecen como parte inesquivable del paisaje. Así que esta nota puede resultar más producto de mis sensaciones/angustias que razonamientos...

 

  (Solidaria e Idónea). Francisco Alberto Scioscia
www.redsoleido.com.ar número 20 del 26/05/2000                      letter.gif (161 bytes)