En general en la formulación de proyectos en los ámbitos técnicos y/o
administrativos, el éxito del mismo dependerá del dominio que posea el o los
autores sobre el campo respectivo/contexto de inserción, como de su capacidad
de abstraer, globalizar y sistematizar. La hipótesis elaborada debe ser
convalidada por las inferencias que se hagan de la misma, tanto en lo
cuantitativo - sin omisiones- como en lo cualitativo (su correcta
formulación), que determinaran la coherencia/validez del proyecto. En otras
palabras, en términos de Robert Reich, identificación de un problema y sus
posibles soluciones, en manos de analistas de símbolos que poseen
las cualidades intelectuales aludidas precedentemente. En fin, coherencia
entre objetivos perseguidos y medios utilizados para lograrlos, factibles de
lograrse en el nivel
técnico-administrativo, en las condiciones expuestas.
Cuando los proyectos
se formulan en el campo social, dado el limitado conocimiento del hombre y
sus modalidades de inserción en tal campo implican un dominio relativo de los
sujetos y medio. Las hipótesis contienen supuestos que difícilmente puedan
ser rebatidos certeramente antes de su implementación, que en definitiva en
el mismo campo de acción del proyecto se convalidaran o no, poniendo en juego
el éxito del mismo. Más frecuentemente de lo estimado se continua, omitiendo
las incongruencias detectadas, ya que aceptar el costo-error implica
reconocimientos difíciles de asumir, con consecuencias negativas para sus
autores y superiores que avalaron. Chicanas y subjetividades contribuyen a
diluir responsabilidades ante la mediocridad de los logros obtenidos, propio
de la naturaleza humana y su estado evolutivo alcanzado; conductas que
obviamente no se restringen a lo social sino a toda intervención humana (perfectible).
Presumir positivamente expectativas humanas es por el momento difícil, aun
para los más experimentados.
El feed-back
que se obtiene interactuando con la sociedad puede ser nulo cuando no se
cuenta con recursos económicos e intelectuales que permitan diseñar un
sistema de recolección de datos pertinentes a la reacción que genera nuestra
conducta, como la ampliación necesaria de la base de datos para tornarla
significativa. Así transitamos en la más absoluta oscuridad e impidiendo un
desarrollo fecundo del emprendimiento respectivo. Esta descripción es
perfectamente compatible con el estado actual del
proyecto . Es decir, que no solo me exceden los
objetivos del mismo, sino en sus posibilidades de ser
instrumentado/verificado/denostado/enriquecido/superado. La probabilidad de fondos privados es nula,
dado que nadie apuesta a un proyecto que apunta a mejorar la calidad de vida
a través de la interacción social, pero que si tiene oportunidades de "negocios
sociales" (de largo y mediano plazo con rédito asegurado por ser
masivos).
Las limitaciones expuestas me
impiden probar si realmente su formulación es correcta, dado que siendo
experimentado y exitoso en el nivel de proyectos técnico-administrativos de
moderado volumen, no puedo traspolar tal efectividad al campo social por las
razones aludidas en el presente artículo. En fin, no puedo corroborar si es o
no una buena idea. La naturaleza del mismo determina que tal
desistimiento personal, más que perjudicar a su autor, afecta a la
sociedad. Esta es representada por sus centros de altos estudios, a los que
sostienen y que le da su razón de ser. Esencialmente la Universidad
debe estar al servicio de la comunidad, generando/apoyando proyectos que
satisfagan sus demandas, sean propios o externos a la misma. En todos estos meses en la WWW, creo
que he esbozado, más aún que con mi ensayo - más riguroso pero menos
extendido - los objetivos del proyecto y los medios involucrados, que
pueden aprobar satisfactoriamente un análisis de pre-factibilidad para ser
considerado en los claustros universitarios. Que maten al mensajero no
sería extraño, pero por favor salven al mensaje (S.O.S). En
general, el aporte universitario - inexcusable- estaría vinculado a la
difusión entre docentes y alumnos del proyecto, que en definitiva darán su
veredicto participando o no del mismo. Tal proyecto en su primera etapa busca
socios intelectuales y solidarios que consustanciados con el esquema básico
de esta propuesta, coparticipen en su construcción, sin los cuales
fracasaría. Su desarrollo progresivo multidisciplinario exigirá otros
medios para llegar a ampliar su base social. En cuanto a las
facultades/institutos afines, su aporte podría ser trascendente en cuanto a
enriquecer el mismo o superarlo - no excluye denostarlo- a través de
sus expertos. Difusión y análisis son un par compatible. El orden puede ser
inverso al expuesto o simultaneo ( esta opción podría ser un chequeo mutuo
productivo).
Resulta obvio
que el proyecto no debe estar en la orbita estatal, sino en el campo social,
el cual tiene un margen de libertad para la imaginación productiva,
emergente de la sensibilidad social, que no tiene techo y sí una sólida base
de sustentación. Siguiendo la lógica del ciberespacio actual, la mayor
cantidad de cibernautas en el sitio del proyecto, permitirá conseguir los
fondos necesarios de las empresas por ingresos publicitarios. Vendrán por
su propio interés, sin condicionamiento alguno. Asimismo si se implementara una módica
suscripción al periódico vigente - bueno, es un decir- transformándolo
en serio en un medio de opinión
independiente, infrecuente en nuestro medio, podría recaudar fondos para solventar el mismo y
excedentes: no olvidar que un medio electrónico virtual no tiene costos de
reproducción como los gráficos/TV/radiofónicos. Tales excedentes
permitirían múltiples objetivos de trascendencia social y retribuir
apropiadamente a quienes su participación - por su idoneidad afín al
emprendimiento a desarrollar- les
demande tiempos excesivos. La
participación presupuesta de los miembros en esta red-socio-tecnológica propugnada va desde la simple adhesión - moral
y/o económica- hasta el aporte de nuestras erudiciones, desde un mínimo
hasta el máximo, remuneradas o no según corresponda. La universidad debe
aceptar el reto, soslayando racionalizaciones posibles (externalidad,
tinte político - no es el fin sino un medio para mejorar la calidad de
vida-, nivel del mensajero, imposición del mismo, y cualquier otra que
podría ser factible), logrando de concretarse un aporte masivo trascendente a
la sociedad, sin costos presupuestarios.
(Solidaria e Idónea). Francisco Alberto Scioscia
www.redsoleido.com.ar
número 15 del 17/03/2000

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