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Sin sorpresas, De la Rúa obtuvo un margen - preestablecido como mayor en las encuestas- de casi 11 puntos sobre el candidato del oficialismo. Obviamente, por pertenecer al partido hasta hoy gobernante, no por tener la estructura partidaria a su favor como se estila. Una factura simple, no inducida, expuesta: Duhalde con su amague de plebiscito popular en su provincia contra la re-reelección, terminó con la fiesta menemista. Los carteles de Menem 2003 y su anuncio inmediato el día después del acto eleccionario en cuanto a que si él hubiere sido el candidato del PJ hubiesen ganado exime de todo otro comentario...

Diez años en el poder son desgastantes para cualquier funcionario, más para él. Dado que el análisis colectivo social da por sentado los logros positivos, una vez consolidados, comienzan a sopesarse los aspecto no resueltos/oscuros del gobierno. Evidentemente este gobierno los tiene y muchos de ellos pegados a la figura presidencial. Pero esto sería decir lisa y llanamente que cualquier rival hubiese ganado la contienda electoral del 24 de octubre ppdo. Reconozco el exceso al haber aludido a que con las falencias de su gestión no necesitaba rivales para perder. Guinzburg mantiene intacta su ironía: DELARUA Presidente - Menem lo hizo posible (Duhalde trata de amortiguar su desconsuelo, carteles mediante...). Retomemos, aunque esto es el campo de lo hipotético, resulta evidente que no sería así. De hecho cualquiera no hubiese llegado al 48 % de los votos como De la Rúa. Este representa el cambio a todos los "destellos" del menemismo. Es decir su contrafigura: ser honesto, medido, austero, demócrata - léase sobre su propio partido- y hasta "aburrido", consolidada a través de larga trayectoria política ("no solo hay que ser honesto, sino demostrarlo", decían con razón antiguos funcionarios públicos). Virtudes valoradas socialmente cuando escasean. Se buscan y se encontraron...

Si el candidato aliancista no hubiese tenido tal perfil hubiesen jugado otros factores bien explotados del PJ sobre la oposición. El achaque de falta de conducción en la UCR, por sus fallidos gobiernos precedentes como la inexperiencia total del Frepaso, hubiesen podido achicar esos 10 puntos, que sumados a un apoyo explícito, sin chicanas, de Menem al candidato justicialista - no sé si Duhalde- hubiesen ajustado aún más tal diferencia. En definitiva, no se le pueden quitar méritos a las bondades del candidato triunfante, interceptadas con las demandas sociales en la materia. Cada vez menos cautivas de los partidos tradicionales y apoyando a quien se identifique con sus exigencias (¿ incluirá una estructura partidaria sólida?)

La realidad futura es dura en la coyuntura para el nuevo gobierno. El mayor poder provincial esta en manos justicialistas, el senado, una corte recelosa, es bastante. Se ha repartido el poder, pero han cambiado los actores y cada uno jugará su propio partido. Pero ninguno podrá hacer sin el consenso del otro y menos entre gallos y medianoche; la trasparencia es una demanda exigida socialmente, hoy no satisfecha. En otras palabras, tantos presidenciales potenciales deberán cuidar su conducta si no quieren perder oportunidades en el 2003, influyendo igualmente en la interna peronista. Creo que en tal aspecto la dirigencia madurará por el marco contextual aludido y sus ambiciones, como una sociedad que quiere que el cambio votado se cristalice. Igualmente creceremos en los parámetros macroeconómicos, gracias al orden y austeridad que impondrá De la Rúa, en concordancia con la demanda social de los desatinos menemistas. No tiene mucho margen en el ámbito nacional. Igual para las provincias y sus flamantes gobernadores. La salud, la educación y la justicia, progresaran lentamente, igual que el desempleo, atado a contingencias externas. Es decir, que nuestra sensación térmica - originadas en tales  referidos aspectos- seguirá siendo pobre (léase nuestra calidad de vida). El presente no importa, vamos bien...

Aludía en una editorial anterior, que la ciudadanía - y a veces dependiendo del distrito electoral- no siempre registra los actos de los personajes públicos, objetables para la lupa profesional (no ciertos) pero que no alcanzan a tener notoriedad por diversas causas. En otras palabras no afectará su campaña. Esto no creo que suceda con CAVALLO. Aunque un 10% es un buen inicio para quien tiene ambiciones presidenciales futuras intactas. Pero creo que irá en declive. Denotando un nivel técnico superior al medio, "compensado" con su menor timing, no podrá desprenderse de su notorio "matrimonio" con MENEM. No supo despegarse oportunamente. Sea por razones de conveniencia personal o por considerar a aquel como un "grande", no hablan bien de su persona en el imaginario colectivo, ni BELIZ (otro, que no sé si despego...aunque fue "novio"). Las elecciones de marzo para intendente (perdón, jefe de gobierno, francamente no recuerdo porque) pueden despejar estos interrogantes, como a que se necesita, o no, una estructura partidaria sólida, que desvela a ambos candidatos.

Duhalde, casi en estado matrimonial, pudo despegarse - pero no tanto como cree, diría disipo- por haber pasado de amante a víctima persecutoria del matrimonio (víctima-debilidad-lastima-condescendencia). No será el padre, pero si el hijo de la derrota, aunque aquel no lo quiera..

(Solidaria e Idónea). Francisco Alberto Scioscia  letter.gif (161 bytes)
www.redsoleido.com.ar Número 5 del 29/10/99