Integración : Educación-
Trabajo
Luego de que sin oxígeno no podemos vivir, "que si no
estudiamos no tenemos posibilidades en este mundo" debe
ser la aserción mas aprobada en las sociedades
pretendidamente civilizadas, cualesquiera fuere el nivel social. Asimismo que la
orientación de tales estudios deben apuntar hacia la integración
educación-trabajo. Esto es evidente: la explosión del
conocimiento de posguerra en desarrollos científicos apenas esbozados
anteriormente (ciencias sociales, comunicaciones, electrónica, etc.) como su
aplicación técnica en el aparato productivo, generó
profundos cambios. Trabajo/educación
se interrelacionaron resultando indisolubles. Los niveles
terciarios en tanto tuvieron que incorporar tales saberes en sus claustros,
como incrementar la integración teórico-práctica de sus planes de estudio, so
pena de quedar inadecuados a tales cambios que superaban su nivel eminentemente
teórico. Los mismos emergen de otros factores:
coyuntura, nivel social del alumnado y demandas laborales disimiles a las del
mercado de la segunda mitad del siglo XX. Es decir, lo que era necesario
previamente a tales cambios para los estudiantes de medicina con sus prácticas
hospitalarias- la
salud afecta a todos y ser teórica no es prudente - debe
extenderse a la mayoría de las carreras; la experimentación artificial (vía
laboratorio) es efectiva en las ciencias
naturales. En las otras, generalmente, requiriese ser
experimentadas/vivenciadas en los mismos teatros de operaciones si se quiere
lograr efectividad.
Así tenemos que tal mayor exigencia integrativa en los planes de
estudios universitarios, se traduce en la extensión horaria de las materias de
cada carrera, sin incrementar el plazo preestablecido
para la totalidad de la misma. Loable, inesquivable, si se quiere elevar el
nivel de sus egresados adaptándose a las necesidades del mercado. Pero es una
respuesta unilateral, limitada a lo que puede hacer la universidad por su
propia cuenta. Hay que esbozar una visión global, que tome en cuenta factores/sectores
intervinientes, solo factible desde el campo político. Un análisis previo para
definir las dificultades pertinentes en ese
contexto. Omitir
los problemas por no hallar soluciones es necio, seguirán existiendo. Adhiero a
quien afirma que si hay un problema hay una solución. Busquémosla.
Factores y sectores intervinientes
- Los potenciales estudiantes terciarios son
mayoritariamente hijos de trabajadores de clase
baja y media que con salarios promedios, entre 500/750 pesos/dólares,
evidentemente no pueden solventar los requerimientos básicos de sus hijos
adolescentes y menos financiarles una carrera terciaria, sin tener estos sus
propios ingresos. Igualmente, muchas familias lo hacen a costa de endeudamiento
y/o privaciones básicas, pero mayoritariamente no pueden aunque lo intenten. Ergo, autoexclusión o
deserción. Para los padres desentenderse... Creo que es lo más doloroso , con consecuencias futuras, no solo en el campo
productivo sino en las relaciones familiares. La frustración no es fácil de
disipar, ni aún con el tiempo.
- La oferta laboral es exigua y generalmente la
factible oscila de
- Asimismo y ello desde siempre, generalmente el
trabajo a desarrollar cotidianamente
no tiene nada que ver con sus estudios, lo cual resulta poco productivo y
satisfactorio, dado que recién egresado podrá empezar a aplicar sus
conocimientos (si consigue trabajo).
- Las universidades deben limitarse a aceptar lo
que ofrece el mercado en cuanto a colocar pasantes en las empresas
que quieran participar, limitando
el nivel de inserción en el aparato productivo como el enriquecimiento mutuo. La
ley de pasantías recientemente sancionada - disparadora de este artículo- es solo un paliativo a
tal problemática.
- Estos factores no son propios de nuestro país,
son comunes y con mayor gravedad, en la mayoría de nuestros hermanos americanos
que tienen un destino asignado:
ricos que estudian, pobres que yugan (sin ningún otro
fundamento que la imposición unilateral asimétrica). Si "nos adaptáramos a
ello" solucionaríamos los posibles conflictos sociales, originados por esa
desgracia nativa de haber tenido una instrucción publica
gratuita, igualitaria/eficaz que nos hizo tener ínfulas de clases medias
del primer mundo. El
poder adquisitivo se puede perder, de hecho paulatinamente lo sufrimos, pero no
los mandatos culturales de una clase media que internalizó y exige
derechos que sustentan a la democracia. Sumémosle que somos
ejemplo del mundo: país pobre ( ¿ de
qué ?) con recursos , cerrando un circulo patético...
- Sintéticamente tenemos: que las universidades no
pueden bajar sus exigencias, so pena de quedar más desdibujadas, ni mejorar el
nivel de integración con el aparato productivo; los alumnos no pueden resolver el problema
laboral ni que el día tenga 36 horas; ni los empresarios harán
nada que afecte su rentabilidad.
- En los inicios de la década, remití a un
congreso de
- Para mejorar el nivel terciario y que
resulte fructífera su integración con el aparato productivo,
el régimen
de pasantías debería ser obligatorio para toda empresa legal registrada en el
mercado (pymes obviamente). No obligarlos a pagar, sino a tomar
pasantes de carreras conexas a sus requerimientos (sus
potenciales cuadros profesionales). Un
enriquecimiento mutuo: empresarios-trabajadores-estudiantes-docentes
supervisores. Sería una compulsión beneficiosa (algo así cuando
obligamos a nuestros hijos a estudiar por su bien, también gratis).
- La gama de posibilidades para
incentivar a los estudiantes y a las empresas puede ser muy extensa, ajustable.
Una empresa que ve productiva la labor de un pasante tratará de retenerlo
pagándole, sino lo hace este partirá a otras que reconozcan su valor. Este
ejemplo y muchos otros - becas a quien teniendo talento tenga dificultades-
como propugnar la dedicación/evaluación como incentivo para obtener mejores
empresas pasantes o ir al estado y tener ingresos seguros. Imaginación y
sensibilidad. Solo no estará permitida la discriminación para generar
desigualdad en las oportunidades.
- Asimismo debería establecerse
parámetros para que los docentes de esa escuela juvenil contenedora (ver debate abierto/ Escuela Pública: UN ENFOQUE GLOBAL)
puedan coordinar con los terciarios futuros de sus alumnos el ingreso, de
acuerdo a sus perfiles/posibilidades, no dejando a la suerte individual el
futuro de los mismos.
En fin, interrelacionar: los estudios terciarios logrando el nivel de
integración teórico-práctico exigido en esta época; desarrollar su metier
tempranamente en una edad propicia de mayor asimilación de conocimientos
(además sin prejuicios); integración social grupal como las
responsabilidades inherentes al trabajo (crecer/madurar); satisfacer en lo
posible las demandas laborales/educativas juveniles y finalmente mejorar- consecuentemente-
el nivel del aparato productivo.
Además de hacer factible la igualdad de oportunidades que no se debe declamar
sino instrumentar... Esto es posible en esta propuesta,
obviamente de largo plazo y extremadamente perfectible.
No
olvidemos que el futuro se construye desde el presente.
(Solidaria e Idónea). Francisco Alberto Scioscia
www.redsoleido.com.ar
número 03 del . 15/10/99