3.
Aludo a “negocio” pues
creo que a los hombres no se les puede exigir aquello que no resulte “conveniente”
para sus intereses personales, que incluyen el presente, el mediano y largo plazo,
cuya omisión le es retaliativa. De “excelencia”, pues es de mayor
trascendencia en las sociedades. Ya aludimos que es el equivalente conceptual
del fraterno galo, dada su más secular definición semántica y alejada de
la conflictiva familiar que denota “hermanos”. Principio que no ha logrado ser
internalizado como los ya referidos de igualdad y libertad por
múltiples razones. En primer termino en cuanto el nivel de maduración
social de la especie nos remitía a una conducta individual, sostenida en actitudes
egoístas. Es decir, en sus limitaciones madurativas que nos impiden ver a los
otros como pares/iguales, miembros de una comunidad hacia la cual transitamos
como humanos. A tan gravitante causa, sumémosle otras poderosas razones,
emergentes de igual inmadurez social, de orden ideológico, asociando la solidaridad
con la izquierda, el gremialismo o la pobreza. Transformándose así en enemiga
“natural” de los acérrimos liberales que vislumbran a la misma como el opuesto
a sus postulaciones individualistas, fundadas en el aserto de A. Smith que la suma de los
intereses particulares conforman el bienestar general. Principio – también
compatible con la maduración social de su época, siglos 18/19- que es
solo una hipótesis temeraria sin confirmar, tanto por la ciencia económica como
las del hombre, estas más afines para avalar tal aseveración. Pensemos que
sería de una de las afirmaciones preferidos del acervo liberal: “se es pobre
porque se quiere”. Un anacronismo conceptual que en el transcurso de
este siglo se irá disipando hasta su extinción (del concepto y sus portadores...).
Una politica liberal nativa que por su extenso
trajinar en los medios masivos de comunicación, perteneciente al grupo FOM
( figuración o muerte) hacia a tal
aserto referencias oportunas. En una de sus tantas presentaciones televisivas
comenzó a relatar con efusividad las virtudes de su padre, el cual era su
orgullo. Sorprendentemente aquel era portero de un edificio que con su loable
sacrificio y visión había sostenido la carrera universitaria de su hija, dado
los limitados ingresos del salario de su actividad. O un Edipo no muy
bien resuelto y/o no tenia claro los fundamentos de sus ideas liberales
que no podían explicar el ensalce paterno con su “pobreza” ( digamos
ambos). ¡ Bah! el único que la tenia
clara era el padre. Un proceso bastante común en estos liberales, algunos
con un nivel intelectual elevado y cultos, es sostener con racionalizaciones – mecanismo
por definición inconciente- los argumentos de su doctrina, agravándose el
grado distorsivo de tal mecanismo, cuando defienden intereses económicos que
afectan su bolsillo ( frecuente) . Personajes
dogmáticos, inmaduros, propios de su época, individualistas por egoísmo, no por
convicciones; algunas de estas racionalmente fundadas otras insostenibles, con
lo cual no puede sustentarse una teoría científica seria como hemos expuesto en
el punto 2.2 al fallar sus premisas. Como dicen agudos perceptores de
conductas: cocinados a fuego rápido, maduros por fuera, crudos por dentro...
Tomemos otro ejemplo emblemático : el darwinismo social. Estudios
recientes de una experta en la teoría de Darwin, Helena Cronin,
57, filosofa, cientista social y codirectora del Centro de Filosofía de
Ciencias Sociales y Naturales de
Sin
ser un experto en los postulados darwinianos, no podía comprender como un
hombre de su nivel intelectual podía sostener semejante desatino en cuanto a la
supervivencia del más apto, que traspolado al mercado equivale a una
autorización a actuar como "asesinos naturales". Pero
fundamentalmente a intervenir como tales coyunturalmente, cuando tal proceso es
a través del tiempo. Es decir, traspolar algo diacrónico en sincrónico,
desnaturalizándolo. Siempre sospeché que la misma había sido ajustada a los
parámetros del liberalismo para cerrar coherentemente sus postulaciones
teóricas. Mi desconfianza surgía de que los estudios
de Darwin eran precedentes al siglo que culminó, en que numerosos
ejemplos suscitados en el mismo contradecían tal postulación, además de los
avances científicos en la conducta del hombre. En cuanto a regirnos por el precepto cristiano de ”Amaos
los unos a los otros”, como alude Cronin, creo que deberíamos adaptarnos al
efectivo “No hagas a otro, aquello que no te agrada que te hagan a ti”, más
afín a la transición humana que hemos aludido, sin transformarse en una expresión
de deseos.
En la
conferencia de DAVOS, Cronin ilustró el poder del altruismo
tomando un ejemplo concreto: "En Gran Bretaña, la sangre se dona. Los
donantes se sienten orgullosos de ser personas buenas y altruistas. Nunca hay
escasez y la calidad de la sangre es muy alta porque la donan las personas más
sanas. En los EE.UU. ocurre lo contrario. Se le paga a la gente para que
done sangre y de allí derivan dos grandes problemas: la calidad de la sangre es
mala, porque quienes tienden a donarla a cambio de dinero son adictos a las
drogas y pobres (que pueden tener
problemas derivados de una alimentación deficiente) y en segundo lugar,
nunca hay suficiente sangre". "Hace dos años, cuando se discutió
en Gran Bretaña la posibilidad de que se pagara por la sangre, se desató un
escándalo. La gente no quiso donar más, ya que sentía que se perdía la lógica
del don. “Cuando alguien nos da plata, no sentimos las mismas
emociones que cuando nos demuestran afecto", sostiene Cronin.
Lo importante es que la historia del banco de sangre británico y los factores
esenciales del altruismo están empezando a aparecer en todos lados en la nueva
economía. Los paranoicos no la están pasando bien con esta nueva regla
que dice: cuanto más se da, más se obtiene. ¿Ejemplos?, América
Online está a punto de regalar computadoras. El sistema operativo Linux
se encuentra fácilmente disponible y es gratuito. eFax.com ofrece
servicios gratuitos de fax. El bien estratégico es la generosidad, no la
avaricia. Don Norman, autor de The Design of Everyday Things ("El diseño de las cosas cotidianas")
abandonó Hewlett-Packard en 1998 para trabajar solo. Asegura que su
activo más significativo es la lista de 10.000 nombres en su PalmPilot. Del mismo modo que los británicos donan sangre, Norman
se ocupa de poner en contacto a la gente para beneficio mutuo. En nuestro país
existe el Paraguas Club,
que pretende unir en emprendimientos a quienes tienen algo que aportar
(maquinarias, experiencia, idoneidad,
etc.) nos remite al espíritu solidario trasfronteras. Cuanto más
ofrece su tiempo y sus contactos, más florece el negocio de Norman. La
nueva regla no tiene que ver con la disminución o el aumento de los retornos
sino con su exponencialidad. Esto es la economía del don, en la
que el dinero carece de significado y el don es la nueva moneda. Cuando
más dan un negocio o un trabajador individual, más reciben. ¿Qué es la
economía del don? Está basada en nociones tribales en las que el don
es igual a una divisa, no a una propiedad. Un don debe ponerse en
circulación. El altruismo cambia fundamentalmente las ecuaciones
económicas y competitivas. Según los observadores, la mayor amenaza para Microsoft
no es el Departamento de Justicia de los EE.UU., sino el crecimiento de los
movimientos que reclaman libre acceso al software. Bajo esas nuevas leyes, Linux
recompensa a su grupo de programadores de elite, no con plata sino con
prestigio. En 1976, Bill Gates acusó de chapuceros a quienes pedían el
libre acceso, afirmando que nadie podía obtener trabajo profesional a cambio de
nada. Pero hoy, aunque su porción total de mercado es pequeña, Linux
presenta un interesante escenario competitivo: si por ejemplo, China
adoptara Linux como sistema operativo para el país, quien posea China
poseerá el negocio del software. Incluso los piratas de software prefieren
tener las cosas gratis antes que robarlas. Estos cambios recién están tomando
forma y desafían el deseo convencional por competir. También ponen muy incómodos
a la mayoría de los hombres de negocios con altos niveles de testosterona. El
gurú del management Peter Drucker sostiene que el propósito definitivo
de una compañía en la vieja economía es obtener ganancias. Pero actualmente,
tener un argumento convincente puede ser tan importante como tener un producto
convincente. Lo principal no es un mero número, sino una emoción, un estado
mental, una promesa creíble. La economía de la transacción está cambiando en
dirección a una economía del don. Y en el proceso, aprendemos a
reinterpretar algunas lecciones fundamentales de Darwin. En los últimos
días del siglo 20 y en los comienzos de la economía digital, el mundo se
parece a las Islas Galápagos que encantaron a Darwin. Internet
es el nuevo espacio de la creación: vida en estado embrionario, evolución
girando en espirales, especies exóticas, islas encantadas. Agregaríamos que
fundamentalmente esta en manos sociales, inaudito en pleno auge
capitalista ( ¿ o no tan insólito por el ocaso
de tal auge?). Es el sitio ideal para que el gen del altruismo de un paso
decisivo hacia la evolución y el cambio de las conductas. Antes de la
Revolución Industrial, las polillas eran de color claro. A medida que
las fábricas y las poblaciones crecieron, estos insectos se volvieron más
oscuros y hacia 1950, el 90% de la población de polillas había ennegrecido.
He aquí el agente darwiniano del cambio: los pájaros cazaban las
polillas según sus posibilidades de visión. Las polillas más oscuras, mejor camufladas
en los escenarios fabriles, no eran presas tan fáciles. Para Cronin y
sus colegas, un cambio similar en la evolución está ocurriendo con el gen del altruismo,
que literalmente significa preocupación por el otro. Si bien ha sido recesivo
en la mayor parte de la historia, en la nueva economía se vuelve dominante.
Una economía más grande, más rica y más interdependiente, implica condiciones
para favorecer el desarrollo del gen del altruismo, del mismo modo que
En términos
de John Stuart Mill, ( Inglés 1806-1873) estas “temerarias” afirmaciones de Cronin, estarían
en la fase del ridículo, que él
estima como inicial cuando el tema es controvertido socialmente. Aunque creo
que con el nivel alcanzado de instrucción ciudadana al presente, esta etapa del
ridículo quedaría en ella si así lo fuere, no
pasando a la de discusión y
ulterior de aceptación o no que
postula el inglés. Los de éste, siglo 19, eran tiempos más rígidos, que ante
cualquier postulación que cuestionará el basamento del saber coyuntural era
tomada – incluido el mensajero- como ridículo. Hoy si
una temática es controversial y viable como la de Cronin, ingresaría
a una primera etapa que denominaríamos de escepticismo y luego a
la segunda fase ( la discusión).
Los asertos de esta estudiosa son trascendentes para la evolución humana,
debiéndoseles discutir indubitablemente. No es
cuestión de ser optimistas sino de
verificar científicamente los mismos, como ya hemos expuesto en las serias
limitaciones del conocimiento humano, que deben incluirlo como prioritario. Los
CEOS reunidos en Davos habrán
pasado una noche intranquila, reflexionado si era factible la era del DON, nada más
opuesto a su formación liberal. Algunos, luego de Davos, habrán recurrido a Norman para
interiorizarse de sus actividades, por las dudas.
Retomando, la solidaridad
también se la ha asociado – por aquellos que la consideran positiva-
como un gesto generoso vinculado a la bondad, afirmación parcial interesada,
portando una lógica perversa: si ser solidario es bueno y en este mundo serlo
es pecar de ingenuo y no muy beneficioso para subsistir, no me resulta
favorable, construcción coherente con una visión egocéntrica. Es
totalmente inverso: mayoritariamente florecerá pues es conveniente para
los intereses personales de los miembros de una sociedad. Un ejemplo básico de
actuar solidariamente: ceder el asiento a una mujer embarazada no
es un acto de cortesía o bondad simplemente. Quien lo hace debe entender que su
uso protege a esa mujer de un movimiento brusco que pueda hacer peligrar su
gestación y esta generalizando una conducta que garantizará que cuando le toque
a ella también tendrá esa seguridad y si es varón a su pareja o a su madre
cuando lo gestó, además de proteger a la especie que pertenece. En fin, un acto
inteligente, que implica educación, para percibir los alcances de la
conducta humana en el aquí y ahora, sus antecedentes como en el mediano y largo
plazo. Entender, captar, el mecanismo que implica la solidaridad y le
será productivo no solo a él sino a los suyos. Criados en el
individualismo expresamos muchas veces que hay que ser solidarios, sin
fundarlo adecuadamente, como un mandato propio del autoritarismo que
queremos combatir. Así se le da de comer a los que reniegan de tales aseveraciones,
cuando desde cualquier óptica, incluyendo la científica, la solidaridad
es mucho más negocio que el lamentable individualismo fomentado.
El autoritarismo esta inserto en nuestra cotidianidad, coherentemente
con nuestra evolución social: tomemos como ejemplo al médico que prescribe un
remedio indicando que con estos antibióticos recetados no puede tomarse
alcohol, sin ningún tipo de aclaración. En otras palabras yo lo digo,
cuando costaría muy poco expresar la causa
( que no tienen el efecto deseado,
los inhibe o potencia, etc ). Darle sentido a la
indicación y brindar información, que parecería secreta ( ¿
será por esto?, sí es así léase egoísmo ). Esto es demasiado frecuente,
observable en la educación primaria y secundaria, con la terciaria no tendría
que suceder ni tolerarlo los alumnos... Debemos reflexionar sobre ello, pues la
solidaridad, siendo un valor beneficioso para los hombres, debe ser incorporado a nuestros infantes desde sus
primeros pasos. Pero no declamado, sino practicándolo. Sería sumamente útil
reinstaurar el Sistema Lancaster, por el cual los alumnos
que aprenden con mayor facilidad ayudan a transmitir a los que captan más
lentamente. Esto genera una conducta productiva de colaboración entre los
educandos y les inculca desde niños que el DON que recibieron los
lancasterianos, o los que se desarrollaran gracias a tal sistema, debe estar al
servicio de la comunidad respectiva. Luego de leer el articulo
de CRONIN no temí en afirmar que el mayor grado de inteligencia es
aquel que pone sus conocimientos al servicio de la sociedad, quien no
lo haga pondría en duda ser poseedor de la misma...
El desprecio que
tienen los liberales les impide ver que este principio es equivalente en el
ámbito económico-financiero al del Seguro: operativamente no esta
excluida del marco regulatorio capitalista: poner una parte, cuyo total
reaseguraría - del siniestro posible- a cada uno de los coparticipantes.
Evidentemente un negocio que involucra lo particular y general brillantemente,
sin exclusiones. Pero
Sin hesitar podemos asegurar
que la solidaridad es un principio conveniente para los humanos que
garantiza la seguridad de la especie. El accionar mutuo entre los hombres
aportando al conjunto es extremadamente superior al individual, atento a que el
factor de transmisión de la información resultará exponencial, considerando los
recursos presentes y futuros de comunicación. Asimismo potenciará la
interacción interdisciplinaria, fomentando la contigüidad. Esta es
sumamente importante dado que nos permite informarnos sobre soluciones
aplicadas en otros campos del saber, en virtud de problemas que se le
presentaron y requerían una solución, factibles de ser traspolados a nuestro
metier. En fin, una cosmovisión diferente, enriquecedora, que los parcializados
del presente. Estos generadores de visiones cerradas tan comunes y restrictivas
de un conocimiento más abarcador y beneficioso para la especie.
Psicológicamente hablando, desde la misma fecundación
dependemos del otro; la simbiosis materna hasta la irrupción del padre - o sustituto- como portador del mensaje social que nos inserta para bien
o mal en el mundo que nos toca vivir, en constante interacción con otros seres.
Nuestra individualidad podríamos remitirla a nuestra herencia genética, el
espacio-tiempo y nuestro peculiar vinculo afectivo
inicial en el cual nos desarrollaremos condicionando nuestra personalidad, pero
jamás excluyendo a los otros. Hace unos siglos un rey realizó un experimento
con un grupo de infantes antes que los mismos comenzarán a expresarse oralmente
(que solo podría hacerlo un ser que se creía omnipotente): los aisló de
todo contacto humano, para verificar que idioma hablarían por sí solos sin el
contacto con sus padres. Los niños, aun bien alimentados, fallecieron. Como he
aludido el poder – en este caso también supuestamente divino- no puede
comprar para si sabiduría, o prudencia, ni tampoco se venden (
gracias a DIOS). La conformación yoica
en nuestros albores es similar a la disposición de una cebolla, constituyéndose
en capas sucesivas producto de nuestra interacción con otros seres. Somos
dependientes de tales acontecimientos, estructurando nuestra forma de vinculación
ulterior con el mundo, exitosa o no. En fin, nuestra personalidad es singular,
producto de los otros y las circunstancias conexas, no individual. Ésta
es una calificación didáctica cuando aludimos a al ser indivisible de una
especie. Ello no nos remite a aislarlo de su contexto, que es
estar con los otros. Estructurarnos así sería equivalente a actuar como el rey
aludido y sus procederes...
Creo que lo
expuesto sobre la solidaridad amerita ser discutido como propone MILL,
sin “discusiones” trascendiendo el escepticismo.
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