Título I
“Una MatriZ social basada en la Solidaridad
e Idoneidad conjugadas”
(Sistematización
de los fundamentos del Proyecto
:
Red SOLeIDO - www.redsoleido.com.ar)
Prologo
Este ensayo orientase a cuestionar
esa resignación que nos remite a sentirnos impotentes frente a este
mundo que nos toca vivir, más adecuadamente “padecer”. Tal sobrellevar es
inexcluyente, pues usar la vara del confort y/o dinero acumulado - o el
poder consecuente que deviene - para medir la calidad de vida
humana es muy limitado. Evidentemente, debe integrarse con un desarrollo
emocional que nos permita enfrentar saludablemente los acontecimientos
de nuestra vida: trabajo, vida afectiva, salud. Ningún humano puede comprar
- ni se venden gracias a DIOS- inteligencia, madurez emocional,
afecto y salud perpetua, aunque lo intentemos vanamente ( sí
así fuera, sí sería el fin de la historia). Ni quepa la menor duda que
cuando se alude que “el dinero no es la felicidad pero se le parece”, no
estamos alejados de una verdad que solo nos recalca que aún no hallamos otras
formas para alcanzar tal felicidad. Los humanos cuando no hallamos
soluciones a nuestros problemas, simplemente los omitimos porque nos superan.
Luego, nos vuelven con mayor virulencia. Un
pésimo negocio.
El hombre medio esta absorto en la
trampa que nos han construido: manipulación mediática constante, confort para
nosotros y subsistentes (otrora impensado) y miedo a perder el trabajo
que lo hace posible. Peor aún, hemos anestesiado a nuestros jóvenes con
“adicciones contenedoras”, con nuestro ejemplo de resignación ¿Nada por hacer?
DEMASIADO. Un clérigo argentino - Mamerto MENAPACE,
prolífico escritor- publicó una frase que expresa una cosmovisión de vida,
que trasciende concepción religiosa alguna:
“No tenemos en nuestras manos las
soluciones para los problemas del mundo.
Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos.
Cuando el
Dios de la historia venga, nos mirará las manos”.
Por propia naturaleza, cuando analizo un tema
lo fundamento, sin omisiones intencionales – tan proclives en la historia intelectual- que consecuentemente
podrían invalidar las mismas. Asimismo creo que cualquier aporte de tal
naturaleza, que pretenda mejorar la calidad
de vida humana, debe ser una construcción colectiva (léase en equipos interdisciplinarios y
disciplinarios), trascendiendo lo personal. La calidad de las aseveraciones
que expongo la determinará Ud. Los invito a “construir” juntos
los alcances de esta MatriZ SOLeIDO. Conjugar Solidaridad
e Idoneidad es un anhelo de cuantiosos seres en la historia humana. Para
alcanzar tal anhelo se requiere de una cosmovisión diferente a las existentes,
como ser diferenciar inteligencia con idoneidad.
Poseer el Don de un cociente intelectual superior implica ejercitarlo
apropiadamente. Y cuando ello es puesto al servicio de la sociedad, alcanza los
niveles sobresalientes de idoneidad. Ésta incluye a la inteligencia, que con ella sola no basta como la vida nos los
demuestra cotidianamente, con sus funestas consecuencias cuando no son
concomitantes con un equilibrio emocional y alcanza a sujetos con
responsabilidad social.
Ser idóneo, fuere cual fuere el nivel -
que alcanzaremos según nuestras posibilidades y potencialidades, con el lógico
techo acorde a las mismas- es un logro que nos permitirá construir una autoestima
sólida y la misma vincularnos con el mundo adecuadamente en todos los
aspectos trascendentes en la vida de un ser humano, incluyendo los “materiales”
que garanticen un confort acorde al siglo que vivimos. Asimismo, creer que la solidaridad
es un valor moral, sin percatarse que es un “negocio” para la especie,
totalmente compatible con el modelo capitalista del Seguro: una
contribución mínima por siempre, para asegurarse que cuando nos toque
ser víctimas del siniestro estaremos amparados. Como reaseguro, para que
tal esfuerzo solidario no sea en vano, que se ejecute idóneamente.
En fin ambos principios - solidaridad
e idoneidad- son negocio y hacen a la seguridad de la especie humana, como lo son igualdad
y libertad ya internalizados en las sociedades democráticas del planeta
en forma irreversible, aun las carencias evidentes de su implementación, por y
en tales sociedades (Bush e Irak nos lo recuerdan
cotidianamente).
Tal
matriz es compatible con el desarrollo evolutivo humano alcanzado, que
nos permitirá desprendernos de esa resignación que nos transforma en
seres pasivos y complacientes ante las notorias deficiencias de este mundo que
nos tocó vivir. Debemos actuar interrelacionados, coherente e
inteligentemente. Ni héroes, ni pusilánimes (sin un mínimo de valor nada productivo es
posible). Una exploración hacia un futuro más promisorio,
capitalizando las experiencias humanas acontecidas. Las positivas, como
el accionar mutuo de los hombres en aras de un objetivo común, la organización
inteligente de las respectivas estructuras, conformando Cooperativas
Organizadas Idóneamente ( COI ), emergentes de la interacción humana propugnada y las negativas, desechando todos los factores
perturbadores de la calidad de vida que uno aspira, que forman parte del modelo
capitalista. Éste, coherente con nuestro desarrollo evolutivo como especie,
sustentándose en un egoísmo individualista alcanzado que tanto perjudica
nuestra cotidianidad.
Asimismo
debemos delinear un segundo título de este ensayo. La
matriz social expuesta en el título primero,
implica un modelo gubernamental en el cual este inserto. Hasta nuestro presente
no hemos hallado formas que superen la coexistencia en un régimen Republicano,
Democrático, representativo y Federal. Evidentemente las falencias expuestas
mundialmente en su instrumentación no
lo eliminan como alternativa, ya que pueden ser superadas con otras formas de
implementación que lo tornen productivo para alcanzar el objetivo deseado: mejorar la calidad de vida humana. Tal
aseveración, relativa a lograr otras formas, es el intento a bosquejar en este
estudio. Asimismo develar las causas que generan los fracasos, demasiado
frecuentes…
Ha
sido suficientemente probado que mayoritariamente los votantes elijen a sus
candidatos como un acto emocional, prevaleciendo sobre el razonamiento. Esto
valido para muchísimos aspectos trascendentes de nuestra vida (económicas, salud, afectivas, etc.).
Recalquemos que toda especie requiere de medidas
de seguridad para subsistir en el tiempo. Los humanos, dotados de la
posibilidad de “razonar”, aunque no sea nuestra forma habitual de proceder, podemos confrontarnos con la posibilidad de
la estructuración lógica, ante la presencia de nuestras emociones que
constituyen nuestro sustrato y bagaje ancestral. Consecuentemente, requieren
que tales medidas de seguridad resulten conceptuales y que las mismas exijan
una asimilación progresiva, tanto en su noción
como en su implementación,
generación tras generación. Proceso este que aún está muy lejano de
consolidarse positivamente. Nos referimos a su internalización social y su
extensión territorial planetaria.
En fin, el futuro se construye desde el presente.
Este ensayo
- un bosquejo necesariamente imperfecto- tendrá su sentido en la
participación de otros, desde un aporte mínimo al disenso fundado. En
definitiva, una construcción colectiva interdisciplinaria que se supere y
enriquezca en un continuo, que nos trascienda. Estimo que lo efímero de nuestras vidas es aportar los cimientos para
el devenir, superándonos como especie en el tiempo.
El autor
1.
INTRODUCCION
1.1 Consideraciones preliminares
1.2 Limitaciones
en el conocimiento científico
1.3 La formación de la conciencia social base de los
cambios sociales significativos.
2. INDIVIDUALISMO
Y CAPITALISMO:
2.1 Las condiciones laborales del
individualismo
2.2 Las grietas del
capitalismo
3. LA
SOLIDARIDAD : Un
negocio de excelencia
4.1 Definición
tentativa
4.2 Ser Idóneo: Trabajo y
vida afectiva
4.3 El factor emocional
4.4 Una hipótesis tentativa de los niveles de
inteligencia
4.4.1 Experiencias personales
en la calificación de la
inteligencia en áreas operativas/racionales
4.5 Formulación correcta de proyectos
5. LA COYUNTURA AL INICIO DEL SIGLO 21:
6.1 Consideraciones preliminares
6.2 Organización Inteligente
6.2.1 Conducción estratégica
6.2.2 La labor en equipos
disciplinarios
6.2.3 Incidencia
del trabajo en equipo en las conductas
7. Matriz SOLeIDO
: SOLIDARIDAD E
IDONEIDAD CONJUGADAS.
Acción cooperativa y su organización
inteligente
7.1 Consideraciones
personales
7.2 Cooperativas Organizadas
Inteligentemente ( COI )
7.3 Integración social
7.3.1 Una visión mas abarcativa que los sistemas
solidarios
y auto-partes existentes.
8.1 Hacia una mayor conciencia social
8.2 Una
cosmovisión política
APENDICE
Anexo I – Informe tomado
del libro “Hacia una economía con rostro
humano”
de Bernardo Kliskberg, FCE – 2002
Anexo II – Autoridad -
sumisión
Anexo IV – Evoluciona social
planetaria ( grafico)
Anexo V Integración Social
( gráfico)
INTRODUCCIÓN
Los principios de libertad e igualdad
instaurados por la revolución francesa de 1789 han recorrido un cruento camino.
Al presente, tales principios han sido internalizados por las sociedades
avanzadas del planeta, aunque lamentablemente aún distan de ser plasmados
efectivamente en las mismas, inclusive en las más avanzadas. Aún así sus
conceptos no pueden ser soslayados por quienes tienen responsabilidades
sociales, so pena del tronar de la opinión publica. La democracia ha
asimilado tales principios: Libertad de votar a quien uno cree, de
expresión, el resguardo de la privacidad al elegir y que el voto es igualitario,
equivale a uno por cada votante sin excepción, nos hacen acercar a los ideales
galos. La realidad nos indica que aún en las sociedades democráticas más
avanzadas, estamos lejos, muy lejos, de satisfacer las demandas ciudadanas en
cuanto a una implementación adecuada, no manipulada, de tales
principios. Podría decirse que en general, la actual estructuración republicana
ha resultado un antídoto contra las dictaduras de cualquier signo, aventando
tantas atrocidades cometidas en un pasado reciente. En la historia humana todos
han sido discriminados o perseguidos por alguna razón: ricos o pobres, su color
de piel, sus ideas, su religión, sexo y una etcétera
lamentable. Así cruentamente internalizamos el positivo mensaje galo.
Tal proceso de asimilación excede al razonamiento: nos remite a la
seguridad de los humanos. Los hemos incorporado por ser “convenientes” a
nuestro sostenimiento como especie, resultando intrínsecos a nuestro resguardo
individual ante tantas atrocidades acontecidas en su evolución. Las clases
medias dado su nivel de instrucción alcanzado – históricamente comparado- son las portadoras y centinelas de los
irrenunciables principios de libertad e igualdad, que trascienden
sus recursos económicos. Estos pueden perderse, pero no tal concepción. Los
argentinos de clase media podemos dar fe de ellos... A tal clase se la denomina
“tuvo”: coche, casa, vacaciones, etcétera.
Generalmente, las teorías sobre la naturaleza del hombre
generadas por los grandes intelectos en la historia toman al hombre como un ser
abstracto, o aislado de su inserción social, o estático, como si su naturaleza
estuviese consumada. Disiento, no solo de las concepciones aludidas, sino
porque estimo estamos en los albores del conocimiento humano y que la
pretensión de una definición de la condición humana excede a un individuo. Esta
será una construcción colectiva interdisciplinaria y en constante revisión,
producto de su evolución social como los avances científico-tecnológicos en las
ciencias sociales y del hombre. Cualquier esbozo de una teoría que incluya al
hombre y su inserción social, no puede ni debe, prescindir de un enfoque prospectivo.
Es decir, inferir un futuro dadas las condiciones del presente, permitiéndonos
relacionar aproximadamente el nivel evolutivo del objeto de estudio. En
nuestros análisis particulares, tanto de un sujeto como una organización,
consideramos como un dato importante, obviamente inesquivable,
calificarlo según sea su edad cronológica o en que estado de desarrollo se
halla. De tal apreciación procederemos a juzgar los sucesos generados, graduándolos
concomitantemente. Al omitir tales parámetros solemos cometer crasos errores,
como cuando tratamos/exigimos a nuestros hijos como adultos sin serlos. Creo
que tal omisión – demasiado frecuente-
es favorecida por los escasísimos, o inexistentes, instrumentos
confiables para traspolar la conducta de un individuo en sus ciclos evolutivos
con el de las sociedades en conjunto. Tales ciclos de un sujeto han sido
suficiente y satisfactoriamente descriptos en la historia humana, tanto
en la literatura aun en los limitados conocimientos científicos del presente.
Tampoco se puede considerar la evolución de las sociedades con civilizaciones
humanas extinguidas, o el desarrollo y caída de los imperios, dado lo disímil
de los parámetros culturales de otrora con los actuales. Asimismo se restringen
espacialmente, cuando al presente se requiere una visión planetaria,
globalización mediante.
Sigmund Freud (1856-1939,
Austriaco) el padre del psicoanálisis, tomó del naturista Alemán Fritz Müller
(1821-1897), su interesante teoría de la recapitulación. Este formuló la siguiente ley biogenética: La ontogenia
o desarrollo del individuo es la recapitulación breve y rápida de la filogenia
o desarrollo genealógico de la especie a la que pertenece. Es decir que cuando
nacemos nos desarrollamos como sujetos recorriendo igual camino que el que
transitamos como especie (desde “Adán y Eva”- más ilustrativo- a
nuestro propio presente), incorporando los cambios constantes en su
ontogénesis en su desarrollo filogenético generación tras generación. Es decir,
la versión continuamente actualizada del hombre, que se manifiesta y se
modifica en su desarrollo particular (su ontogénesis). Freud,
como patrón comparativo utilizaba las fases del desarrollo evolutivo del individuo ( infancia,
pubertad, adolescencia, joven adultez, adulto, etc.) en su efímero andar
por el mundo y el nivel semejante alcanzado por la sociedad planetaria,
infiriendo por tales comparaciones que a fines del siglo 19, nos hallábamos en
transito como sociedad desde la adolescencia a ingresar a la joven adultez.
Quisiera destacar, y se infiere, que no soy un experto en ambas postulaciones,
pero más allá de tales traspolaciones y su certeza, estimo que es un análisis
comparativo valido, al cual adhiero, que además se colige de nuestros inmaduros
actos como humanos del presente... Tendría que ser una de las teorías que
deberían incluirse en los estudios científicos sociales próximos (ver punto 1.2) dada su trascendencia e
incidencia en la evolución humana.
Obviamente para explicitarla, descubrir los mecanismos de transmisión genéticos
y/o culturales diacrónicamente (la
filogénesis) y sincrónicamente (la
ontogénesis), una gran incógnita. En fin, enriquecerla, rectificarla o
desecharla por una nueva teoría valida ( ver
anexo IV)
Retomando, el creador del psicoanálisis comparaba las hordas
primitivas con la fase anterior al desarrollo del YO (ni en la
primera infancia ni en la horda se usa/usaba tal termino). Asimismo la
prehistoria con la infancia posterior al YO, concordando en ambas el
pensamiento mágico, propio del niño y de los hombres primitivos ante los
fenómenos naturales tan contrastantes hace millones de años, asignados a sus
dioses, dado el desconocimiento de tales fenómenos naturales...
Siguiendo esta línea de pensamiento Freud concluye que el conocimiento científico
alcanzado a fines del siglo 19, permitía a la sociedad desprenderse
progresivamente del autoritarismo impuesto precedentemente ( diríamos
desde el medioevo), como mandato absoluto e incuestionable. Así
la sociedad generaba una revisión productiva de sus actos fundados en la razón
y no en lo imperativo o dogmático. Proceso equivalente al desarrollo individual
humano, que previamente a la consolidación de su estadio lógico
en el transcurso de la adolescencia, se rige por el pensamiento mágico en la
infancia, normas imperativas de sus tutores o construcciones parcialmente
racionales. En fin, transitar de la autoridad formal impuesta, a
la moral fundada en conocimientos certeros. En otras palabras, de la
adolescencia hacia la joven adultez, que hemos aludido precedentemente. Desde
antes de nuestra pubertad nos rebelamos, explicita o tácitamente, contra la
autoridad parental, en una marcha saludable para ingresar preparados a la joven
adultez y su independencia. Este estadio previo a la adultez plena implica una
nueva y dolorosa dependencia, pero producto de una elección sin imposiciones
autoritarias inherentes al rol de padres.
Evolucionado tal rol a una versión actualizada y mejorada, dado que
somos más flexibles frente a la interacción familiar sin fijar papeles
establecidos socialmente. No siempre, aunque a lo largo será así, la versión
última tiene que ser mejor; las que son malas nos sirven para rectificarlas
ulteriormente, lamentablemente aprendemos más de aquello que no debemos hacer –
lo negativo – que de los buenos ejemplos que no abundan. Al formar
nuestra propia familia nos percatamos de la importancia de ceder a nuestras
actitudes egoístas e individuales, propias de la infanto-adolescencia.
Tanto con nuestra pareja, con la cual debemos aprender a transigir y mayor con
nuestros hijos, con los cuales nos tendremos que desprender de nuestros
caprichos infanto-adolescentes... La evolución de la familia en el siglo
pasado, viró de un modelo autoritario paternal, al consensual.
Convengamos que al constituirse tal núcleo, siendo los hijos menores, la
decisión no puede ser democrática dado que siendo dos, el empate estancaría
cualquier laudo. Con hijos no tan menores, uno debe escucharlos por una
razón de respeto como participes de la problemática familiar, en la medida de
sus posibilidades (más aún cuando los involucra). Por
la característica tutelar de los padres, ante el tardío desarrollo de la
maduración humana que conlleva la infancia y adolescencia, debemos tomar
decisiones finales, al gusto o no de nuestros descendientes. Es decir, un
autoritarismo morigerado - versión evolutiva mejorada- intuitivo
y/o consultado profesionalmente, para no incurrir en falsos dilemas como el de
ser padre o amigo: somos padres, tenemos que proteger y facilitar
el proceso de crecimiento que será su base para ulteriormente ser
padres, desde nuestro mayor nivel de desarrollo y experiencias concomitantes
como humano, no cómplices... En el transcurso del siglo 20, pasamos de
priorizar en nuestro proyecto de vida a nuestros hijos - desplazando sin
desmedro (¿?) a nuestros ascendientes - coherentemente con el
transito aludido del mandato imperativo al fundado adecuadamente. Habría que
analizar porque causas se posterga la adolescencia hasta limites elevados, que
solo conllevan a un empobrecimiento del desarrollo emocional. Se omiten
responsabilidades, esfuerzo y postergación, que hacen al crecimiento como
personas. Y esto es general en las clases medias occidentales ¿Tal vez un
exceso ajustable de desplazamiento? O será que al extender el promedio de
vida general, también se registre una correlación con la edad de madurez de
nuestros hijos... En cuanto al signo de interrogación expuesto en el párrafo
precedente, aunque no es generalizable, podríamos incluir como desfasaje el
posible declinar de responsabilidades sobre nuestros ascendentes ancianos, con
fuertes manifestaciones como las experimentadas en el crítico verano europeo
del 2003. Las altas temperaturas que se registraron dejaron un tendal de
fallecidos sin familiares que se hicieran cargo – previo al deceso-
y una respuesta deficiente del estado frente a tan denigrante situación...
En fin, tenemos aún que CRECER EMOCIONALMENTE
como compete a la etapa que estamos transitando. Pasamos de un estado
adolescente egocéntrico hacia una consideración de los otros, que
nos permite una inserción social adecuada a nuestra evolución como especie
(la última versión). En este siglo, aún marchamos, paulatinamente, hacia
una resolución “saludable” de nuestra adolescencia como sociedad,
para ingresar a la joven adultez de la misma. El proceso común de la especie,
de maduración biológica y psico-física en su infanto-adolescencia, es el sustrato
del desarrollo emocional que regirá ulteriormente a nuestras vidas
adultas, para bien o mal. Comparándolo con la evolución social y
las atrocidades cometidas en las etapas precedentes deberíamos hacer un mal
pronóstico para el futuro de las sociedades humanas, dado una “base”
tan lamentable. Laing y Cooper, los promotores por los 60 de la
antipsiquiatría - frente al casi único
recurso del electroshock- postulaban que el nivel de maduración emocional
humana nos remite al reconocimiento de nuestra propia historia y la
capacidad de postergación. Ésta
emergente de nuestra voluntad, no por imposiciones circunstanciales.
Concepción a la cual adhiero y estimo totalmente traspolable al conjunto
social. Más aún que no estamos hablando de un sujeto sino de una sociedad
que trasciende generacionalmente a sus integrantes. No podemos vislumbrar
nuestro futuro sin tener en cuenta las barbaridades del presente y pasado.
Igualmente omitir la paupérrima calidad de vida de nuestros
hermanos (africanos, latinoamericanos, asiáticos o marginales donde se
hallen), hoy tan cerca, gracias a esta globalización a la que nos remiten
los medios inmediata y continuamente, postergando lujos innecesarios que
reviertan tal indigencia ( ver apéndice, anexo
I).
Esto nos remite a
considerar que las relaciones entre humanos en cualquier campo están signadas por
el grado de madurez social de las mismas, mucho más allá de ideologías que para
ser internalizadas socialmente deben ser compatibles con tal nivel de madurez. Debemos
destacar que los procesos de maduración, generalmente, emergen de las
sociedades más avanzadas, irradiándose progresivamente (del centro a las
periferias). El capitalismo salvaje del siglo 19 solo fue posible
porque las masas obreras estaban preparadas para ser sojuzgadas por sus
patrones, estos herederos de la realeza, señores feudales, burgueses
conniventes con aquellos - y poseedores del capital dudosamente
acumulado...- dada la historia de sumisión/expoliación a las
que habían sido sometidas anteriormente. Los principios de la revolución
francesa y su vigorosa expansión, impedían retrotraerse a modelos
anacrónicos de otrora, por cierto más “eficaces”.
En definitiva, el
capitalismo en su fase salvaje y su versión “light” de fines del siglo
20, fue posible dada las condiciones preexistentes – ni pensar por sus deficientes
postulados teóricos, ver punto 2.2-
que permitieron extender esas relaciones asimétricas entre humanos que
registra la historia: amos y esclavos, reyes y súbditos, patrones
y obreros, hasta las más sofisticadas del presente: corporaciones y dependientes,
sin excluir a las otras nombradas precedentemente, que aún lamentablemente
subsisten en diversos grados y espacios en el planeta Tierra... Arduo es
y será el camino a transitar para imponer la igualdad y la libertad.
Estos solo se plasmarán cuando se destierren esas relaciones asimétricas
entre los hombres, reemplazándolas por otras apropiadas a tales principios y
coherentes con el grado de maduración social hacia el cual transitamos como
humanos.
La
formación de la conciencia social hacia la instauración de tales
principios es irreversible, base de los cambios sociales significativos
experimentados desde los albores del hombre. Aludíamos que ni la democracia,
dadas sus evidentes limitaciones, ni la justicia formal existente satisfacen
las demandas ciudadanas trasfronteras. Podríamos asegurar sin equívocos
que las expectativas sociales individuales exigen plasmar los principios de
libertad e igualdad en una síntesis que exprese en forma univoca a los mismos: JUSTICIA,
sustentada en la verdad y la razón. Tal cosmovisión trasciende la formal
existente, que nos remite a la administración de la misma entre partes
en conflicto y que emana de las normativas generadas (Parlamentos)
por los mismos que detentan el poder y lo ejecutan (Poder ejecutivo o primeros ministros o
equivalentes) conniventes
o no. Ergo lejos, muy lejos, de la actual estructuración del bastardeado
sistema democrático republicano. Aspiramos a tener Libertad para
expresarse sin condicionamientos de ninguna índole como así Igualdad en
su consideración, tan vapuleada según los intereses predominantes. “Hacemos
de libres e iguales pero aún no lo somos”. No nos engañemos, este mensaje
subrepticio - captado por los jóvenes- se manifiesta
en sus flagelos actuales, preferentemente indolencia y vacuidad,
con las adicciones “contenedoras” que lo anestesian, convencidos tácitamente
que nada se puede hacer para
revertir el desastre que observan y legamos ( terrorífico). La
frecuente ausencia de ejemplos adultos válidos los remiten a los de
exhibición mediáticos, que inducen al facilismo, negando lo efímero de
la gran mayoría de los mismos, asimismo su ínfimo número que reduce aún
más sus probabilidades.
Los medios
de comunicación masivos actúan como catalizadores más allá de su calidad
e independencia, reduciendo tiempos y espacios de propagación. El ideal de JUSTICIA anhelado es un “camino-solución” irreversible a
transitar. Nuestra lucha cotidiana por imponer tales principios llegará a
consumar progresivamente la misma. En otras palabras, lo que hagamos en el
presente determinará nuestro futuro. Cimentar las bases para el devenir de
las nuevas generaciones, que tomaran como derecho propio y “naturales” los
resultados productivos que hemos alcanzado. Es hora de pensar nuestros logros y
los recursos con los cuales contamos al presente. Los dos principios galos nos
remiten al resguardo individual, ante los frecuentes atropellos que
sufrimos como personas. Pero no son suficientes para lograr las
expectativas de Justicia anheladas. Es en el accionar colectivo
de los hombres que lograremos instrumentarlos adecuadamente, tanto en las
instituciones como las organizaciones. Debemos recuperar el tercer principio
galo:
Estimo que tanto el
accionar sindical como el cooperativismo en los siglos precedentes hasta el
presente, respondieron a demandas imperativas, ya sean condicionadas por
circunstancias espaciales y/o temporales que exigían conductas compulsivas, en
muchos casos heroicos que culminaron con sus vidas. Tal accionar
minoritario es el germen del ciudadano solidario que florece en nuestras
sociedades, no en vano el “Che” es un ídolo para los jóvenes
trasfronteras, aunque sean vagas las referencias que posean sobre su persona,
es una forma de diferenciarse con este mundo injusto que les toca vivir. En una
larga y penosa escuela aprendimos lo funesto del accionar individual y su falta
de productividad social al “favorecer”, en el plano económico y la suntuosidad
consecuente, a un grupo cada vez más limitado de sujetos.
Por siempre el
accionar colectivo implica esfuerzos mancomunados. Y mucho más frecuentemente
de lo que suponemos, tal brío se disipa por una aplicación inadecuada
de los medios utilizados para obtener el objetivo pretendido. Para ello, es
necesario e imprescindible actuar apropiadamente. Esto es el reaseguro
de que tanto esfuerzo solidario no se dilapide. Idoneidad no es
sinónimo de inteligencia, sino que incluye a la misma en la medida de las posibilidades
de cada sujeto, conjuntamente con otros valores trascendentes. Estos asociados
al desarrollo emocional que condicionan para bien o mal nuestra
perfomance cotidiana, de mayor incidencia que un Coeficiente Intelectual
elevado, como alude Daniel Goleman en su ensayo “
Una reflexión final de
esta introducción. Reitero, que aún sus dificultades somos artífices de nuestro propio
destino. Creo que una aspiración general es alcanzar una mejor calidad de
vida, incluyendo a los poderosos, dado que gracias a DIOS la inteligencia,
el equilibrio emocional, la salud y los afectos no
se compran, ni se venden, aunque lo intentemos vanamente. Limitar
tal calidad de vida al confort en sus niveles más elevados es un sin sentido,
dado que es vacuo por sí mismo, al satisfacer un aspecto parcial de nuestro
existir. Ni quepa la menor duda que cuando se alude que “ el
dinero no es la felicidad pero se le parece”, no estamos alejados de
una verdad que solo nos recalca que aún no hallamos otras formas para
alcanzar tal felicidad. Esta debe incluir un desarrollo emocional
que nos permita vincularnos adecuadamente con el otro - como par e igual-
siendo tal integración mucho más trascendente que los bienes y servicios que
acumulemos. Obviamente que estos no son excluyentes, sino que deben ser
incorporados al postergado emocional. En definitiva, será un recorrido difícil,
sin dejar de tener en cuenta que
cualquier “camino-solución” que
transitemos los humanos con el objeto de mejorar nuestra calidad de vida, deberá
compatibilizar el interés general con el particular, superando los
deficientes sistemas precedentes. Fundamentalmente, incluyendo una visión que
contemple el ser humano en su actual nivel de estructuración
psico-física – sus últimas versiones- como una interacción social
y política acorde a tal estructuración.
Punto 1.2 Limitaciones en el conocimiento científico