Título I

Una MatriZ social basada en la Solidaridad e Idoneidad conjugadas

(Sistematización de los fundamentos del Proyecto :

Red SOLeIDO - www.redsoleido.com.ar)


           Prologo

 

  Este ensayo orientase a cuestionar esa resignación que nos remite a sentirnos impotentes frente a este mundo que nos toca vivir, más adecuadamente “padecer”. Tal sobrellevar es inexcluyente, pues usar la vara del confort y/o dinero acumulado - o el poder consecuente que deviene - para medir la calidad de vida humana es muy limitado. Evidentemente, debe integrarse con un desarrollo emocional que nos permita enfrentar saludablemente los acontecimientos de nuestra vida: trabajo, vida afectiva, salud. Ningún humano puede comprar - ni se venden gracias a DIOS- inteligencia, madurez emocional, afecto y salud perpetua, aunque lo intentemos vanamente ( así fuera, sí sería el fin de la historia). Ni quepa la menor duda que cuando se alude que “el dinero no es la felicidad pero se le parece”, no estamos alejados de una verdad que solo nos recalca que aún no hallamos otras formas para alcanzar tal felicidad. Los humanos cuando no hallamos soluciones a nuestros problemas, simplemente los omitimos porque nos superan. Luego, nos vuelven con mayor virulencia. Un pésimo negocio.

El hombre medio esta absorto en la trampa que nos han construido: manipulación mediática constante, confort para nosotros y subsistentes (otrora impensado) y miedo a perder el trabajo que lo hace posible. Peor aún, hemos anestesiado a nuestros jóvenes con “adicciones contenedoras”, con nuestro ejemplo de resignación ¿Nada por hacer?  DEMASIADO. Un clérigo argentino - Mamerto MENAPACE, prolífico escritor- publicó una frase que expresa una cosmovisión de vida, que trasciende concepción religiosa alguna:

 

“No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo.  Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos.
          Cuando el Dios de la historia venga, nos mirará las manos”.


 Por propia naturaleza, cuando analizo un tema lo fundamento, sin omisiones intencionales – tan proclives en la historia intelectual- que consecuentemente podrían invalidar las mismas. Asimismo creo que cualquier aporte de tal naturaleza, que pretenda mejorar la calidad de vida humana, debe ser una construcción colectiva (léase en equipos interdisciplinarios y disciplinarios), trascendiendo lo personal. La calidad de las aseveraciones que expongo la determinará Ud. Los invito a “construir” juntos los alcances de esta MatriZ SOLeIDO. Conjugar Solidaridad e Idoneidad es un anhelo de cuantiosos seres en la historia humana. Para alcanzar tal anhelo se requiere de una cosmovisión diferente a las existentes, como ser diferenciar inteligencia con idoneidad. Poseer el Don de un cociente intelectual superior implica ejercitarlo apropiadamente. Y cuando ello es puesto al servicio de la sociedad, alcanza los niveles sobresalientes de idoneidad. Ésta incluye a la inteligencia, que con ella sola no basta como la vida nos los demuestra cotidianamente, con sus funestas consecuencias cuando no son concomitantes con un equilibrio emocional y alcanza a sujetos con responsabilidad social. 

 Ser idóneo, fuere cual fuere el nivel - que alcanzaremos según nuestras posibilidades y potencialidades, con el lógico techo acorde a las mismas- es un logro que nos permitirá construir una autoestima sólida y la misma vincularnos con el mundo adecuadamente en todos los aspectos trascendentes en la vida de un ser humano, incluyendo los “materiales” que garanticen un confort acorde al siglo que vivimos. Asimismo, creer que la solidaridad es un valor moral, sin percatarse que es un “negocio” para la especie, totalmente compatible con el modelo capitalista del Seguro: una contribución mínima por siempre, para asegurarse que cuando nos toque ser víctimas del siniestro estaremos amparados. Como reaseguro, para que tal esfuerzo solidario no sea en vano, que se ejecute idóneamente. En fin ambos principios - solidaridad e idoneidad- son negocio y hacen a la seguridad de la especie humana, como lo son igualdad y libertad ya internalizados en las sociedades democráticas del planeta en forma irreversible, aun las carencias evidentes de su implementación, por y en tales sociedades (Bush e Irak nos lo recuerdan cotidianamente).

Tal matriz es compatible con el desarrollo evolutivo humano alcanzado, que nos permitirá desprendernos de esa resignación que nos transforma en seres pasivos y complacientes ante las notorias deficiencias de este mundo que nos tocó vivir. Debemos actuar interrelacionados, coherente e inteligentemente. Ni héroes, ni pusilánimes  (sin un mínimo de valor nada productivo es posible). Una exploración hacia un futuro más promisorio, capitalizando las experiencias humanas acontecidas. Las positivas, como el accionar mutuo de los hombres en aras de un objetivo común, la organización inteligente de las respectivas estructuras, conformando Cooperativas Organizadas Idóneamente ( COI ), emergentes de la interacción humana propugnada y las negativas, desechando todos los factores perturbadores de la calidad de vida que uno aspira, que forman parte del modelo capitalista. Éste, coherente con nuestro desarrollo evolutivo como especie, sustentándose en un egoísmo individualista alcanzado que tanto perjudica nuestra cotidianidad.

 

          Asimismo debemos delinear un segundo título de este ensayo. La matriz social expuesta en el título primero, implica un modelo gubernamental en el cual este inserto. Hasta nuestro presente no hemos hallado formas que superen la coexistencia en un régimen Republicano, Democrático, representativo y Federal. Evidentemente las falencias expuestas mundialmente en su instrumentación no lo eliminan como alternativa, ya que pueden ser superadas con otras formas de implementación que lo tornen productivo para alcanzar el objetivo deseado: mejorar la calidad de vida humana. Tal aseveración, relativa a lograr otras formas, es el intento a bosquejar en este estudio. Asimismo develar las causas que generan los fracasos, demasiado frecuentes…

 

          Ha sido suficientemente probado que mayoritariamente los votantes elijen a sus candidatos como un acto emocional, prevaleciendo sobre el razonamiento. Esto valido para muchísimos aspectos trascendentes de nuestra vida (económicas, salud, afectivas, etc.). Recalquemos que toda especie requiere de medidas de seguridad para subsistir en el tiempo. Los humanos, dotados de la posibilidad de “razonar”, aunque no sea nuestra forma habitual de proceder, podemos confrontarnos con la posibilidad de la estructuración lógica, ante la presencia de nuestras emociones que constituyen nuestro sustrato y bagaje ancestral. Consecuentemente, requieren que tales medidas de seguridad resulten conceptuales y que las mismas exijan una asimilación progresiva, tanto en su noción como en su implementación, generación tras generación. Proceso este que aún está muy lejano de consolidarse positivamente. Nos referimos a su internalización social y su extensión territorial planetaria.

En fin, el futuro se construye desde el presente. Este ensayo - un bosquejo necesariamente imperfecto- tendrá su sentido en la participación de otros, desde un aporte mínimo al disenso fundado. En definitiva, una construcción colectiva interdisciplinaria que se supere y enriquezca en un continuo, que nos trascienda. Estimo que lo efímero de nuestras vidas es aportar los cimientos para el devenir, superándonos como especie en el tiempo.

                                                                                            El autor


            Índice


1.          INTRODUCCION

1.1     Consideraciones preliminares

1.2      Limitaciones en el conocimiento científico

1.3      La formación de la conciencia social base de los cambios sociales significativos.
 

2.       INDIVIDUALISMO Y CAPITALISMO:

2.1     Las condiciones laborales del individualismo

2.2     Las grietas del capitalismo


3.      LA SOLIDARIDAD : Un negocio de excelencia


4.      LA IDONEIDAD: 

4.1     Definición tentativa

4.2     Ser Idóneo: Trabajo y vida afectiva

4.3     El factor emocional

4.4     Una hipótesis tentativa de los niveles de inteligencia

4.4.1  Experiencias personales en la calificación de la
          inteligencia en áreas operativas/racionales

4.5     Formulación correcta de proyectos
 

4.6     Los niveles de idoneidad

 

5.       LA COYUNTURA AL INICIO DEL SIGLO 21: 

5.1     Poder Ciudadano

5.2     Redes Socio-tecnológicas – INTERNET :Una herramienta poderosa


6.         ORGANIZACIÓN INTELIGENTE:

6.1       Consideraciones preliminares

6.2       Organización Inteligente

6.2.1    Conducción estratégica

6.2.2    La labor en equipos disciplinarios

6.2.3   Incidencia del trabajo en equipo en las conductas

 7.       Matriz SOLeIDO : SOLIDARIDAD E
           IDONEIDAD CONJUGADAS.
           Acción cooperativa y su organización inteligente
 

7.1    Consideraciones personales

7.2    Cooperativas Organizadas Inteligentemente  ( COI )

7.3    Integración social

7.3.1  Una visión mas abarcativa que los sistemas 
          solidarios y auto-partes existentes.

8.     CONSIDERACIONES FINALES

8.1   Hacia una mayor conciencia social

8.2   Una cosmovisión política 

APENDICE

 

Anexo I – Informe tomado del libro “Hacia una economía con rostro
                     humano” de Bernardo Kliskberg, FCE – 2002

Anexo II – Autoridad - sumisión


Anexo IV – Evoluciona social planetaria ( grafico)

Anexo V   
Integración Social ( gráfico)


         INTRODUCCIÓN

         1.1 Consideraciones preliminares

    

Los principios de libertad e igualdad instaurados por la revolución francesa de 1789 han recorrido un cruento camino. Al presente, tales principios han sido internalizados por las sociedades avanzadas del planeta, aunque lamentablemente aún distan de ser plasmados efectivamente en las mismas, inclusive en las más avanzadas. Aún así sus conceptos no pueden ser soslayados por quienes tienen responsabilidades sociales, so pena del tronar de la opinión publica. La democracia ha asimilado tales principios: Libertad de votar a quien uno cree, de expresión, el resguardo de la privacidad al elegir y que el voto es igualitario, equivale a uno por cada votante sin excepción, nos hacen acercar a los ideales galos. La realidad nos indica que aún en las sociedades democráticas más avanzadas, estamos lejos, muy lejos, de satisfacer las demandas ciudadanas en cuanto a una implementación adecuada, no manipulada, de tales principios. Podría decirse que en general, la actual estructuración republicana ha resultado un antídoto contra las dictaduras de cualquier signo, aventando tantas atrocidades cometidas en un pasado reciente. En la historia humana todos han sido discriminados o perseguidos por alguna razón: ricos o pobres, su color de piel, sus ideas, su religión, sexo y una etcétera lamentable. Así cruentamente internalizamos el positivo mensaje galo. Tal proceso de asimilación excede al razonamiento: nos remite a la seguridad de los humanos. Los hemos incorporado por ser “convenientes” a nuestro sostenimiento como especie, resultando intrínsecos a nuestro resguardo individual ante tantas atrocidades acontecidas en su evolución. Las clases medias dado su nivel de instrucción alcanzado – históricamente comparado-  son las portadoras y centinelas de los irrenunciables principios de libertad e igualdad, que trascienden sus recursos económicos. Estos pueden perderse, pero no tal concepción. Los argentinos de clase media podemos dar fe de ellos... A tal clase se la denomina “tuvo”: coche, casa, vacaciones, etcétera.

  Con cierto grado de certeza los científicos afirman que difícilmente - en el devenir humano - se registren cambios genéticos significativos en su estructuración física. Las modificaciones serán efectivas en el plano cultural. Es decir, somos los artífices de nuestro propio destino. Aunque estos cambios sociales son procesos arduos de instaurar, siendo esporádicos, pausados, localizados y disparados por sucesos que los activan, que se suman a otros similares conformando el sustrato de nuestra conciencia social (en el punto 1.3, aludiremos a tal proceso). Convengamos que el siglo pasado, principalmente hacia fines del mismo, no ha sido el patrón estándar en la historia social, generándose un cambio cualitativo. Podríamos resumir que en el avance científico y tecnológico alcanzado, los generalizados niveles de educación consecuentemente adquiridos, como los medios masivos de comunicación e intercomunicación audio-visuales, han creado condiciones impensadas en las centurias precedentes al mismo. Estos factores descriptos actúan como catalizadores de nuestro accionar, posibilitando el alejamiento de conductas presentes desde el medioevo que aún se manifiestan a través del autoritarismo, a veces velado otras explicito en cualquier ámbito, aun en aquellos como las universidades y centros de investigación científica, dependientes o no de la misma, totalmente incompatibles con el conocimiento alcanzado.

 

Generalmente, las teorías sobre la naturaleza del hombre generadas por los grandes intelectos en la historia toman al hombre como un ser abstracto, o aislado de su inserción social, o estático, como si su naturaleza estuviese consumada. Disiento, no solo de las concepciones aludidas, sino porque estimo estamos en los albores del conocimiento humano y que la pretensión de una definición de la condición humana excede a un individuo. Esta será una construcción colectiva interdisciplinaria y en constante revisión, producto de su evolución social como los avances científico-tecnológicos en las ciencias sociales y del hombre. Cualquier esbozo de una teoría que incluya al hombre y su inserción social, no puede ni debe, prescindir de un enfoque prospectivo. Es decir, inferir un futuro dadas las condiciones del presente, permitiéndonos relacionar aproximadamente el nivel evolutivo del objeto de estudio. En nuestros análisis particulares, tanto de un sujeto como una organización, consideramos como un dato importante, obviamente inesquivable, calificarlo según sea su edad cronológica o en que estado de desarrollo se halla. De tal apreciación procederemos a juzgar los sucesos generados, graduándolos concomitantemente. Al omitir tales parámetros solemos cometer crasos errores, como cuando tratamos/exigimos a nuestros hijos como adultos sin serlos. Creo que tal omisión – demasiado frecuente-  es favorecida por los escasísimos, o inexistentes, instrumentos confiables para traspolar la conducta de un individuo en sus ciclos evolutivos con el de las sociedades en conjunto. Tales ciclos de un sujeto han sido suficiente y satisfactoriamente descriptos en la historia humana, tanto en la literatura aun en los limitados conocimientos científicos del presente. Tampoco se puede considerar la evolución de las sociedades con civilizaciones humanas extinguidas, o el desarrollo y caída de los imperios, dado lo disímil de los parámetros culturales de otrora con los actuales. Asimismo se restringen espacialmente, cuando al presente se requiere una visión planetaria, globalización mediante.

    

        Sigmund Freud (1856-1939, Austriaco) el padre del psicoanálisis, tomó del naturista Alemán Fritz Müller (1821-1897), su interesante teoría de la recapitulación. Este  formuló la siguiente ley biogenética: La ontogenia o desarrollo del individuo es la recapitulación breve y rápida de la filogenia o desarrollo genealógico de la especie a la que pertenece. Es decir que cuando nacemos nos desarrollamos como sujetos recorriendo igual camino que el que transitamos como especie (desde “Adán y Eva”- más ilustrativo- a nuestro propio presente), incorporando los cambios constantes en su ontogénesis en su desarrollo filogenético generación tras generación. Es decir, la versión continuamente actualizada del hombre, que se manifiesta y se modifica en su desarrollo particular (su ontogénesis). Freud, como patrón comparativo utilizaba las fases del desarrollo evolutivo del individuo        ( infancia, pubertad, adolescencia, joven adultez, adulto, etc.) en su efímero andar por el mundo y el nivel semejante alcanzado por la sociedad planetaria, infiriendo por tales comparaciones que a fines del siglo 19, nos hallábamos en transito como sociedad desde la adolescencia a ingresar a la joven adultez. Quisiera destacar, y se infiere, que no soy un experto en ambas postulaciones, pero más allá de tales traspolaciones y su certeza, estimo que es un análisis comparativo valido, al cual adhiero, que además se colige de nuestros inmaduros actos como humanos del presente... Tendría que ser una de las teorías que deberían incluirse en los estudios científicos sociales próximos (ver punto 1.2) dada su trascendencia e incidencia en la evolución  humana. Obviamente para explicitarla, descubrir los mecanismos de transmisión genéticos y/o culturales diacrónicamente  (la filogénesis) y sincrónicamente    (la ontogénesis), una gran incógnita. En fin, enriquecerla, rectificarla o desecharla por una nueva teoría valida ( ver anexo IV)

 

Retomando, el creador del psicoanálisis comparaba las hordas primitivas con la fase anterior al desarrollo del YO (ni en la primera infancia ni en la horda se usa/usaba tal termino). Asimismo la prehistoria con la infancia posterior al YO, concordando en ambas el pensamiento mágico, propio del niño y de los hombres primitivos ante los fenómenos naturales tan contrastantes hace millones de años, asignados a sus dioses, dado el desconocimiento de tales fenómenos naturales... Siguiendo esta línea de pensamiento Freud concluye que el conocimiento científico alcanzado a fines del siglo 19, permitía a la sociedad desprenderse progresivamente del autoritarismo impuesto precedentemente ( diríamos desde el medioevo), como mandato absoluto e incuestionable. Así la sociedad generaba una revisión productiva de sus actos fundados en la razón y no en lo imperativo o dogmático. Proceso equivalente al desarrollo individual humano, que previamente a la consolidación de su estadio lógico en el transcurso de la adolescencia, se rige por el pensamiento mágico en la infancia, normas imperativas de sus tutores o construcciones parcialmente racionales. En fin, transitar de la autoridad formal impuesta, a la moral fundada en conocimientos certeros. En otras palabras, de la adolescencia hacia la joven adultez, que hemos aludido precedentemente. Desde antes de nuestra pubertad nos rebelamos, explicita o tácitamente, contra la autoridad parental, en una marcha saludable para ingresar preparados a la joven adultez y su independencia. Este estadio previo a la adultez plena implica una nueva y dolorosa dependencia, pero producto de una elección sin imposiciones autoritarias inherentes al rol de padres.  Evolucionado tal rol a una versión actualizada y mejorada, dado que somos más flexibles frente a la interacción familiar sin fijar papeles establecidos socialmente. No siempre, aunque a lo largo será así, la versión última tiene que ser mejor; las que son malas nos sirven para rectificarlas ulteriormente, lamentablemente aprendemos más de aquello que no debemos hacer – lo negativo – que de los buenos ejemplos que no abundan. Al formar nuestra propia familia nos percatamos de la importancia de ceder a nuestras actitudes egoístas e individuales, propias de la infanto-adolescencia. Tanto con nuestra pareja, con la cual debemos aprender a transigir y mayor con nuestros hijos, con los cuales nos tendremos que desprender de nuestros caprichos infanto-adolescentes... La evolución de la familia en el siglo pasado, viró de un modelo autoritario paternal, al consensual. Convengamos que al constituirse tal núcleo, siendo los hijos menores, la decisión no puede ser democrática dado que siendo dos, el empate estancaría cualquier laudo. Con hijos no tan menores, uno debe escucharlos por una razón de respeto como participes de la problemática familiar, en la medida de sus posibilidades (más aún cuando los involucra). Por la característica tutelar de los padres, ante el tardío desarrollo de la maduración humana que conlleva la infancia y adolescencia, debemos tomar decisiones finales, al gusto o no de nuestros descendientes. Es decir, un autoritarismo morigerado - versión evolutiva mejorada- intuitivo y/o consultado profesionalmente, para no incurrir en falsos dilemas como el de ser padre o amigo: somos padres, tenemos que proteger y facilitar el proceso de crecimiento que será su base para ulteriormente ser padres, desde nuestro mayor nivel de desarrollo y experiencias concomitantes como humano, no cómplices... En el transcurso del siglo 20, pasamos de priorizar en nuestro proyecto de vida a nuestros hijos - desplazando sin desmedro (¿?) a nuestros ascendientes - coherentemente con el transito aludido del mandato imperativo al fundado adecuadamente. Habría que analizar porque causas se posterga la adolescencia hasta limites elevados, que solo conllevan a un empobrecimiento del desarrollo emocional. Se omiten responsabilidades, esfuerzo y postergación, que hacen al crecimiento como personas. Y esto es general en las clases medias occidentales ¿Tal vez un exceso ajustable de desplazamiento? O será que al extender el promedio de vida general, también se registre una correlación con la edad de madurez de nuestros hijos... En cuanto al signo de interrogación expuesto en el párrafo precedente, aunque no es generalizable, podríamos incluir como desfasaje el posible declinar de responsabilidades sobre nuestros ascendentes ancianos, con fuertes manifestaciones como las experimentadas en el crítico verano europeo del 2003. Las altas temperaturas que se registraron dejaron un tendal de fallecidos sin familiares que se hicieran cargo – previo al deceso- y una respuesta deficiente del estado frente a tan denigrante situación...

 

En fin, tenemos aún que CRECER EMOCIONALMENTE como compete a la etapa que estamos transitando. Pasamos de un estado adolescente egocéntrico hacia una consideración de los otros, que nos permite una inserción social adecuada a nuestra evolución como especie (la última versión). En este siglo, aún marchamos, paulatinamente, hacia una resoluciónsaludable” de nuestra adolescencia como sociedad, para ingresar a la joven adultez de la misma. El proceso común de la especie, de maduración biológica y psico-física en su infanto-adolescencia, es el sustrato del desarrollo emocional que regirá ulteriormente a nuestras vidas adultas, para bien o mal. Comparándolo con la evolución social y las atrocidades cometidas en las etapas precedentes deberíamos hacer un mal pronóstico para el futuro de las sociedades humanas, dado una “base” tan lamentable. Laing y Cooper, los promotores por los 60 de la antipsiquiatría - frente al casi único recurso del electroshock- postulaban que el nivel de maduración emocional humana nos remite al reconocimiento de nuestra propia historia y la capacidad de postergación. Ésta emergente de nuestra voluntad, no por imposiciones circunstanciales. Concepción a la cual adhiero y estimo totalmente traspolable al conjunto social. Más aún que no estamos hablando de un sujeto sino de una sociedad que trasciende generacionalmente a sus integrantes. No podemos vislumbrar nuestro futuro sin tener en cuenta las barbaridades del presente y pasado. Igualmente omitir la paupérrima calidad de vida de nuestros hermanos (africanos, latinoamericanos, asiáticos o marginales donde se hallen), hoy tan cerca, gracias a esta globalización a la que nos remiten los medios inmediata y continuamente, postergando lujos innecesarios que reviertan tal indigencia ( ver apéndice, anexo I).

Esto nos remite a considerar que las relaciones entre humanos en cualquier campo están signadas por el grado de madurez social de las mismas, mucho más allá de ideologías que para ser internalizadas socialmente deben ser compatibles con tal nivel de madurez. Debemos destacar que los procesos de maduración, generalmente, emergen de las sociedades más avanzadas, irradiándose progresivamente (del centro a las periferias). El capitalismo salvaje del siglo 19 solo fue posible porque las masas obreras estaban preparadas para ser sojuzgadas por sus patrones, estos herederos de la realeza, señores feudales, burgueses conniventes con aquellos - y poseedores del capital dudosamente acumulado...- dada la historia de sumisión/expoliación a las que habían sido sometidas anteriormente. Los principios de la revolución francesa y su vigorosa expansión, impedían retrotraerse a modelos anacrónicos de otrora, por cierto más “eficaces”.

En definitiva, el capitalismo en su fase salvaje y su versión “light” de fines del siglo 20, fue posible dada las condiciones preexistentes – ni pensar por sus deficientes postulados teóricos, ver punto 2.2- que permitieron extender esas relaciones asimétricas entre humanos que registra la historia: amos y esclavos, reyes y súbditos, patrones y obreros, hasta las más sofisticadas del presente: corporaciones y dependientes, sin excluir a las otras nombradas precedentemente, que aún lamentablemente subsisten en diversos grados y espacios en el planeta Tierra... Arduo es y será el camino a transitar para imponer la igualdad y la libertad. Estos solo se plasmarán cuando se destierren esas relaciones asimétricas entre los hombres, reemplazándolas por otras apropiadas a tales principios y coherentes con el grado de maduración social hacia el cual transitamos como humanos.

         La formación de la conciencia social hacia la instauración de tales principios es irreversible, base de los cambios sociales significativos experimentados desde los albores del hombre. Aludíamos que ni la democracia, dadas sus evidentes limitaciones, ni la justicia formal existente satisfacen las demandas ciudadanas trasfronteras. Podríamos asegurar sin equívocos que las expectativas sociales individuales exigen plasmar los principios de libertad e igualdad en una síntesis que exprese en forma univoca a los mismos: JUSTICIA, sustentada en la verdad y la razón. Tal cosmovisión trasciende la formal existente, que nos remite a la administración de la misma entre partes en conflicto y que emana de las normativas generadas (Parlamentos) por los mismos que detentan el poder y lo ejecutan (Poder ejecutivo o primeros ministros o equivalentes) conniventes o no. Ergo lejos, muy lejos, de la actual estructuración del bastardeado sistema democrático republicano. Aspiramos a tener Libertad para expresarse sin condicionamientos de ninguna índole como así Igualdad en su consideración, tan vapuleada según los intereses predominantes. “Hacemos de libres e iguales pero aún no lo somos”. No nos engañemos, este mensaje subrepticio - captado por los jóvenes- se manifiesta en sus flagelos actuales, preferentemente indolencia y vacuidad, con las adicciones “contenedoras” que lo anestesian, convencidos tácitamente que nada se puede hacer para revertir el desastre que observan y legamos             ( terrorífico). La frecuente ausencia de ejemplos adultos válidos los remiten a los de exhibición mediáticos, que inducen al facilismo, negando lo efímero de la gran mayoría de los mismos, asimismo su ínfimo número que reduce aún más sus probabilidades.

         Los medios de comunicación masivos actúan como catalizadores más allá de su calidad e independencia, reduciendo tiempos y espacios de propagación. El  ideal de JUSTICIA anhelado es un “camino-solución” irreversible a transitar. Nuestra lucha cotidiana por imponer tales principios llegará a consumar progresivamente la misma. En otras palabras, lo que hagamos en el presente determinará nuestro futuro. Cimentar las bases para el devenir de las nuevas generaciones, que tomaran como derecho propio y “naturales” los resultados productivos que hemos alcanzado. Es hora de pensar nuestros logros y los recursos con los cuales contamos al presente. Los dos principios galos nos remiten al resguardo individual, ante los frecuentes atropellos que sufrimos como personas. Pero no son suficientes para lograr las expectativas de Justicia anheladas. Es en el accionar colectivo de los hombres que lograremos instrumentarlos adecuadamente, tanto en las instituciones como las organizaciones. Debemos recuperar el tercer principio galo: La Solidaridad, el equivalente conceptual actual al fraterno francés. Este no ha logrado aún el pleno consenso social, fundamentalmente vinculadas a la falta de maduración social aludida, en cuanto transitamos una etapa en la cual el egocentrismo es la que aún rige predominantemente, impidiendo ver a los otros como pares y actuar consecuentemente. Veamos el ejemplo emblemático, casualmente de un galo, del cual la prensa publicó oportunamente: años atrás el presidente de la Industria Farmacéutica francesa, fastidiado por la insistencia de organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF), ya Nobel, que le exigían proveer a los países en desarrollo, con epidemias/endemias devastadoras, remedios a un bajo costo, expresó su sentir: ¿porqué no le iban a pedir tal reducción a las otras industrias?, como ser la RENAULT. Creo que desconocía” por entonces que esta no fabrica remedios, hoy si lo sabe dado que alguien se lo habrá hecho notar... En fin un “señor”: egocéntrico, congruente con su época, pero inconsistente con las demandas de la especie. Considerar a la salud como negocio es un desatino, es un derecho inalienable del hombre. Como vemos, reitero que aún la teoría de Müller  y la adaptación freudiana no fueron demostradas científicamente, la realidad las confirma sin hesitar...

Estimo que tanto el accionar sindical como el cooperativismo en los siglos precedentes hasta el presente, respondieron a demandas imperativas, ya sean condicionadas por circunstancias espaciales y/o temporales que exigían conductas compulsivas, en muchos casos heroicos que culminaron con sus vidas. Tal accionar minoritario es el germen del ciudadano solidario que florece en nuestras sociedades, no en vano el “Che” es un ídolo para los jóvenes trasfronteras, aunque sean vagas las referencias que posean sobre su persona, es una forma de diferenciarse con este mundo injusto que les toca vivir. En una larga y penosa escuela aprendimos lo funesto del accionar individual y su falta de productividad social al “favorecer”, en el plano económico y la suntuosidad consecuente, a un grupo cada vez más limitado de sujetos.

Por siempre el accionar colectivo implica esfuerzos mancomunados. Y mucho más frecuentemente de lo que suponemos, tal brío se disipa por una aplicación inadecuada de los medios utilizados para obtener el objetivo pretendido. Para ello, es necesario e imprescindible actuar apropiadamente. Esto es el reaseguro de que tanto esfuerzo solidario no se dilapide. Idoneidad no es sinónimo de inteligencia, sino que incluye a la misma en la medida de las posibilidades de cada sujeto, conjuntamente con otros valores trascendentes. Estos asociados al desarrollo emocional que condicionan para bien o mal nuestra perfomance cotidiana, de mayor incidencia que un Coeficiente Intelectual elevado, como alude Daniel Goleman en su ensayo “La Inteligencia Emocional” (Vergara, 1996), imperdible por su recopilación de experiencias en tal campo (en el punto 4 aludiremos a este tema). Solidaridad e Idoneidad son los principios de orden colectivo que nos permitirán consolidar los de carácter individual de Libertad e Igualdad, alcanzando el anhelo de JUSTICIA inserto y construido históricamente en la conciencia social de los hombres, que trataré de fundar en los próximos capítulos. En los siguientes subpuntos analizaremos los limitados conocimientos  científicos del hombre (1.2) y el  proceso de formación de la conciencia social como base de los cambios sociales significativos en nuestra historia humana (1.3).

Una reflexión final de esta introducción. Reitero, que aún sus dificultades somos artífices de nuestro propio destino. Creo que una aspiración general es alcanzar una mejor calidad de vida, incluyendo a los poderosos, dado que gracias a DIOS la inteligencia, el equilibrio emocional, la salud y los afectos no se compran, ni se venden, aunque lo intentemos vanamente. Limitar tal calidad de vida al confort en sus niveles más elevados es un sin sentido, dado que es vacuo por sí mismo, al satisfacer un aspecto parcial de nuestro existir. Ni quepa la menor duda que cuando se alude que el dinero no es la felicidad pero se le parece”, no estamos alejados de una verdad que solo nos recalca que aún no hallamos otras formas para alcanzar tal felicidad. Esta debe incluir un desarrollo emocional que nos permita vincularnos adecuadamente con el otro - como par e igual- siendo tal integración mucho más trascendente que los bienes y servicios que acumulemos. Obviamente que estos no son excluyentes, sino que deben ser incorporados al postergado emocional. En definitiva, será un recorrido difícil, sin dejar de tener en cuenta que cualquier “camino-solución” que transitemos los humanos con el objeto de mejorar nuestra calidad de vida, deberá compatibilizar el interés general con el particular, superando los deficientes sistemas precedentes. Fundamentalmente, incluyendo una visión que contemple el ser humano en su actual nivel de estructuración psico-física – sus últimas versiones- como una interacción social y política acorde a tal estructuración.

Punto 1.2 Limitaciones en el conocimiento científico             

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