7.2 Cooperativas organizadas inteligentemente ( COI)
Transcurrida mi
infanto-adolescencia en una iglesia signó mi cosmovisión humanística. El cristianismo
implica tratar a todos por igual, por ser hijos de DIOS. En mi juventud
con un mínimo de experiencia, supongo que influido por tal igualdad percibía el
futuro humano promisorio en el accionar cooperativo. Ya en mi fase de
ensayista, con mucha más experiencia de vida y estudios, concluí igualmente en
tal consideración. Como dijimos, respeta y creo que profundiza la iniciativa
personal, puesta ésta al servicio de su organización de pertenencia, siendo la
misma productiva no solo en su propio desarrollo sino en el del conjunto. La sinergia
generada entre pares hacia iguales fines, potencia los resultados. Esto,
comparativamente a la actitud usual mezquina que uno manifiesta en las
organizaciones regidas por el ensalce individual de los resultados, que se
creen útiles a la misma, siguiendo el principio de A. Smith ya aludido (la
suma de los intereses individuales benefician al conjunto). Convengamos que
mayoritariamente se pone muy poco en aras del conjunto, dado que el mismo es
visto como ajeno a sus intereses. Lamentablemente si no es en un ámbito
cooperativo, no se puede probar dado que aunque exijan actuar en equipos
la “consustanciación” sería forzada, dado que su esfuerzo asociado
no lo beneficiaria directamente. Aún si tienen un premio, pues la
desconfianza al manejo empresarial seguirá influyendo, sabiendo que eso es hoy
y no se sabe mañana. La “zanahoria” a alcanzar puede resultar lejana, aún su
proximidad, disparando una actitud mezquina. Contrariamente, reitero,
cuando el objetivo es beneficiarse uno y el conjunto, como estar estructurados
eficazmente en una organización inteligente, el resultado
sinérgico es totalmente superior atento a que tal accionar pone lo mejor de uno
al servicio de la organización de la cual es parte. Igualmente las formas de
interacción como ser el trabajo en equipo, el autocontrol grupal
prescindiendo del hostigamiento del jefe formal, la autovaloración
consensuada que implica una reducción drástica de las injusticias, amplifica
aún más poner nuestras capacidades y voluntades al servicio de la organización
de pertenencia. Sumémosle su estructuración democrática, respetando la igualdad-libertad,
la participación horizontal y la vertical con sus superiores como los actos
transparentes consecuentes, resultan compatibles
con las expectativas de su conciencia social arraigada en los
humanos, ya aludido en el punto 1.3
Además debemos adicionar que
tales organizaciones tienen ventajas comparativas a las del presente, tanto en
su conformación inteligente como el capitalizar los
errores/horrores generados en aquellas. Al prescindir los sujetos de cuidar
primero su propia persona, como extenderlo al sector donde se siente incluido,
que llamamos comúnmente nuestra “quinta”, se pierde la visión del conjunto.
Cuando quienes tienen la responsabilidad de velar por la visión del conjunto y
no poseen un nivel de comprensores o analista de símbolos en los
términos expuestos en la idoneidad, punto 4.4.1, o no les interesa
verlos, cuidando egoístamente su propia quinta, no percibirán que tales actitudes sectoriales perjudican al
conjunto organizacional. La madre y padre de la burocracia - en su
acepción distorsiva- surge cuando los intereses personales y/o sectoriales
se imponen sobre los del conjunto. Esto amplificado en las organizaciones
estatales nativas, de las cuales provengo. Tal origen determinaba en el
suscripto una visión idealista del ámbito privado, tan ensalzado por los
liberales, que no esta exento de tales distorsiones, sino que son
distintas acorde al marco referencial. Circunstancia que pude comprobar
ulteriormente a mi cese en el estado, corriéndose el velo a mi ingenuidad sobre
la tan promocionada productividad privada. Esta puede ser medida por los
balances, que pueden responder a otros factores coyunturales y no a la calidad
de la organización. Los hombres tenemos los mismos defectos, solo que nos
adaptamos “maravillosamente” al contexto en el que nos desempeñemos (disculpen
la digresión).
Tal tipo de organización no
excluye a las profesiones independientes, cualesquiera sea su
naturaleza. El agruparse zonalmente, ajustándose a la demanda, permitiría
generar alternativas interesantes, que podrían beneficiar al conjunto social y
los trabajadores independientes respectivos. El conformar una red les
facilitaría centralizar los pedidos de trabajo y estos asignarlos según las
experiencias/posibilidades personales. Actualizar periódicamente sus
conocimientos, orientar a los miembros en cuanto a sus déficit
profesionales. Integrar personal novato con experimentado. En estos
casos cuando los sujetos llegan a edades avanzadas, cercanas a su cese activo,
sería prudente interrelacionar el mayor ritmo de un joven con la sapiencia
acumulada de una persona mayor. Acopiar información sobre seguridad
psicofísica, social, compras conjuntas, etc. Garantizar el trabajo
de sus miembros como el asesoramiento, factor que permitiría al usuario
“desentenderse” del trabajo (léase: inseguridad-temor, etc.) tanto en su
calidad como eficacia, con el consiguiente beneficio general.
En otro orden debemos destacar
que las organizaciones cooperativas propugnadas tienen que tener
una estructuración diferente a las empresas existentes. Como ser fijar
retribuciones acordes al valor establecido gremialmente y/o del mercado y
generar ingresos extras según la rentabilidad de tal organización. No bastará
el lograr éxitos de producción y su consecuente margen de ganancia individual,
fruto del esfuerzo colectivo. Así estaríamos en un nivel de capitalismo
menos alienante quitándole la plusvalía, pero sin tener en cuenta al
sujeto integrante de tal organización. Al considerar el lucro
como finalidad, fomentando el accionar mezquino tanto individualmente
dentro de la organización como con sus ocasionales competidores,
tomándolos como rivales a destruir como ya hemos aludido ( punto 6.2.3). En las COI
debemos priorizar la contención del sujeto integrante. Aludimos
en el punto 4.2 la trascendencia en el
desarrollo humano de ser idóneo y su estricta vinculación con la autoestima
y la incidencia positiva sobre sus allegados, la de mejorar su vida afectiva
y consecuentemente la calidad de vida del sujeto/entorno familiar o
personal. Nos referimos a que tal idoneidad esta estrictamente vinculada a sus potencialidades,
labor específica y estudios respectivos, integrándolos.
Hoy en día Trabajo y Educación se interrelacionan resultando
indisolubles. Vamos por más, extendiendo tal contención al
entorno familiar respectivo. Garantizar a un sujeto la salud, educación,
vivienda, del mismo y de quienes tenga a su cargo, es un avance superior a poseer
dinero producto de los mayores márgenes de ganancia que pueda generar la
empresa en la cual se desarrolla. A su vez tal posesión monetaria no garantiza
un uso adecuado del mismo, que sin pretenderlo perjudique a su familia,
derivándolo hacia otros fines que no son prioritarios a la misma (humanos
somos...). Además tal contención es un reaseguro social al
extenderse positivamente con el de otras empresas, modificando el tramado
social en forma contundente. De ninguna forma ahoga las iniciativas personales,
sino que le dan un sesgo racional en aras de los suyos y el conjunto. Sobre
este aspecto, acepto que es controversial dado el carácter tutelar, siendo
objeto de análisis más profundos que en los términos del presente ensayo. Otro
aspecto a considerar sería el de explorar las potencialidades personales que se
orientan hacia actividades artísticas o deportivas, facilitando
su inserción en tales medios (tarea reducida, becas en instituciones afines,
etc.)
Francamente no puedo precisar
si una organización fundada en parámetros de racionalidad como la
propugnada puede generar un margen de ganancia que permita extenderlo hacia su
entorno familiar o actividades extra-laborales, pero de no ser así tal
objetivo podría lograrse en el agrupamiento que emergerá razonablemente de
tales empresas en confederaciones regionales o nacionales. O transformarlas en
créditos, con sus propios recursos y tasas razonables (léase pagables
por los interesados). Ver gráfico de anexo V, para una
visión amplia de esta propuesta de integración.
Destacase que para conformar
estas COI, se necesita capital financiero y humano. El primero puede
conseguirse de recursos propios, como ser los fondos de jubilaciones y
pensiones de los trabajadores, o el acceso al crédito bancario de entidades
financieras con fines cooperativos, o no. Como se dice: cuando el negocio esta,
el dinero aparece. El fundamental, el humano, que incluye el know
necesario para implementar una empresa, esta en los ciudadanos no
poderosos. En fin generar un vaciamiento intelectual pacífico de las
actuales empresas regidas por parámetros capitalistas y sus funestas
consecuencias. Asimismo incluiría a aquellos que hoy no tienen trabajo, o están
mal contratados, debidamente asesorados (civil o gubernamental). Algo
hay que “poner”, ni héroes ni pusilánimes, actuar solidaria e
inteligentemente. Recuerdo que Robert Reich nos indica en “El
trabajo de
Estimo que tal organización empresaria solidaria amerita una cosmovisión de
integración social que diferirá de las existentes al presente.