Cualquier ciudadano
cuyos intereses exceden del ámbito judicial no le habría sorprendido el
tan famoso 5 a
4 que implicó la reciente ratificación como Presidente y Vice del
Alto Tribunal, de Nazareno- Moliné O'Connor
y tantos otros casos judiciales de trascendencia general. Los tan criticados
cinco pro-menemistas. En esta circunstancia, dos peculiaridades la diferencian:
que no fue el mismo quinteto y que el voto a favor involucra los de ellos,
votándose a si mismos, definiendo la elección a su
favor. La modificación en tal composición obedece a razones de índole personal
de los miembros, sus lealtades e intereses, que exceden a la información
ciudadana respectiva (en la cual me incluyo). Los otrora rivales (Fayt, Belluscio, vinculados a la UCR. junto a López de igual extracción pero que
supo adherirse a los votos menemistas tan cuestionados), más los ya aludidos autovotos conformaron el quinteto "ganador".
Votarse a sí mismo no es de lo mejor visto socialmente, pero no sé el
grado de productividad ética y pragmática que implica excusarse en general
(dependerá de las circunstancias).
Siempre se ha criticado a los funcionarios públicos de
origen político que en sus manifestaciones publicas hacen
como que toman en cuenta al poder ciudadano, aludiendo a las facultades y
demandas de éstos. Es decir, declaraciones para "conformar" al
soberano, que luego no tienen en cuenta en su proceder. Estamos tan habituado a
ello, que alguna vez se los calificó acertadamente como hombres de palabras, no
de palabra... Pero la década
pasada ha traído cambios en las formas. Las declaraciones aludidas
tienen una explicación simple y coherente: los que las emiten son
representantes del soberano y por tanto se deben a ellos. Los Menen-boys han
mostrado algo diferente: ser coherentes entre sus ambiciones y declaraciones. O
mejor dicho entre sus omisiones ¿Que podría aclarar Nazareno sobre su autovoto? Ya bastante se ha dicho sobre estos
funcionarios que tienen claro el usufructo del poder, trascendiendo normas
éticas no escritas. Repasando los miembros de la actual corte, difícilmente
alguno salga indemne a objeciones sobre su conducta judicial o personal.
Cualquier argumento que se utilice para justificar su no renuncia a
conformar una corte tan objetable, ya de por sí lo es también...
En fin sería
iluso pensar que tal adicción al poder se generó en esta última década,
solo se blanqueo.
Un poco de historia
Cuan atrás han quedado las furibundas objeciones de la
Alianza a esta Corte corrupta, dada su adicción al PEN que la designó.
No olvidemos que el igualar los miembros de la Corte a la norteamericana, 9 miembros, no era
objetable, sino que tal ampliación en el número dejaba en manos del impulsor la
nominación de los nuevos miembros a incorporar, teóricamente vinculados a tal
poder. En este caso, las trascendentes reformas del aparato del estado y sus
privatizaciones requerían de una Corte "adicta", so pena de tirar por
la borda todo lo logrado a nivel PEN/PARLAMENTO. Los juristas no se cansan de
indicarles a sus discípulos que en toda biblioteca jurídica la mitad de la
misma se expide a favor y la otra en contra de las cuestiones de derecho que
asisten a los intervinientes en una disputa legal, más allá de los intereses
que representan (personales, corporativos, económicos, etc.). Factor cierto, que permite aseverar a los
profesionales en tal materia que un juicio jamás esta ganado de antemano, aun
contando con todos los factores a su favor. Más aún que la Corte es la ultima instancia judicial, léase su fallo se torna
inmodificable a nivel nacional. La coalición gobernante actualmente, nutrida de
juristas de todo nivel, apuntaba evidentemente con sus acusaciones a impedir un
dictamen a favor que autorizara a Menen a presentarse como candidato en las
elecciones presidenciales del 99 que consagro a Delarúa-Alvarez.
Temerosos del lado de la biblioteca contraria a sus aspiraciones
electoralistas, como la posibilidad de recurrir a una pluma brillante anónima
que fundara las pretensiones del ex-presidente, no dudaron en atacar a esa
corte para que desistiera en su intento de avalar a su "padrino".
Personalmente, siempre estime que la reforma constitucional que impedía un
tercer mandato era privativa de la ciudadanía a través de su voto, originada en
una negociación partidaria ajena al interés general y compatible con los de la
crema dirigencial política nativa. Era evidente que si se considera el espíritu
legal - inobjetable jurídicamente- este involucraba incuestionablemente
la no reelección por un tercer mandato. Pero el carácter espurio del toma y
daca del pacto de Olivos (cambiar p.e. la reelección del segundo mandato, por
la de no el tercero) hacían poco extensible a la consideración pública -ajena
a tales maniobras- de tal "espíritu" (generalmente
representativo del interés general, de ahí su carácter de inobjetable) que
hubiesen frustrado cualquier intento re-reeleccionista. Es más estimo como validas las imputaciones que lo tornaban como discriminado,
dado que era el único habitante nativo que no podía presentarse como candidato.
En un estado de derecho, la acepción general no puede ser considerada
como se denomina "generalmente" (mayoritariamente, pero no
todos). Lo que implica a uno debe ser valido para todos
(el "uno-todos" en mi terminología), dándole sentido a lo
general y limitando la discriminación. Aun que se considere a favor del interés
general, no estaría exenta de subjetividad de los que definirían tal
voluntad. En definitiva, le compete a la ciudadanía definir tal interés con su
voto, no con acuerdos político-partidarios a sus espaldas. Evidentemente los
fantasmas del autoproclamado "invencible" sacudieron a los
aliancistas. La ciudadanía, más sabia, jamás hubiese votado por Menen, dictamen
de Corte o no de por medio. Había hecho suficientes "méritos" para
ello...
Tal
poca probabilidad convenció a la
Corte a no emitir ningún dictamen que propiciara la
posibilidad de ingresar como candidato, con la resignación de éste aun
contrariando sus deseos de mas "poder". Pero más que estas suficientes
razones - solo con recurrir a las encuestas contrarias al mendatario- estos muchachos no mastican vidrio. Generar
un dictamen ha favor hubiese sido el argumento en
bandeja para la Alianza,
en el gobierno, para gestionar un juicio político a sus miembros por tal razón
u otras que no están a la consideración pública, pero que existen y altamente objetables
que involucra a todos sus miembros, incluyendo a quienes exentos de tal
acusación, permitieron tales desatinos con su silencio. Renunciar no,
están muy aferrados a sus sillones, dignos de las formas menemistas del poder
aludidas ¿ Que es un poder independiente?, si,
pero tener al parlamento encima y su carácter político, es muchísimo peor que
tener la biblioteca en contra o a favor, y otras consideraciones que expondré
como colofón. En fin, hoy en día esta corte no es objetable, ya que
sirve a los intereses del actual gobierno, cambiando figuritas, corroborando el
sugestivo silencio de la coalición gobernante, luego del "bello
gesto" de omitir considerar el
tercer mandato. O el aval de la rebaja de salarios públicos...
Reflexiones
v
Transar hace a la conducta humana, pero
todo debe tener un limite. Estamos hablando de los
mayores niveles del Estado, en los cuales se supone que los limites
de la transacción están acotados por la responsabilidad de ser representantes
del interés general. Ni el olvido del PEN actual, ni los favores de la Corte, a compensar en
la actualidad o futuro, o los acuerdos interpartidarios a espaldas de la ciudadanía, son
justificables dentro del rango de tolerancia del interés público. Son grosos
y fuertes, muy nuestros... que nos transforman en el modelo de país con
recursos pero pobre...
v Sospecho que los miembros de esta Corte u otra,
no les resultará conveniente ni prudente exponer a la opinión pública la
supuesta independencia del poder. Curiosa forma de autonomía cuando esta subordinada a la nominación del PEN y ratificada
por el poder legislativo ¿ Alguna moneda a cambio futuro de tales nominados? Noo... Por lo menos aquellos otros poderes pueden
quedar liberados de tal objeción dado que son nombrados por el voto ciudadano,
aun sus limitaciones. Resulta extraño que juren con servir a la patria
y esta no pueda demandarlos, escudados en la inamovilidad de los jueces para
garantizar la intromisión ordinaria de los otros poderes. Que no se hallen las
formas adecuadas de revertir tal despropósito ( que no puedan ser removidos
por la voluntad del soberano directamente*) no implica que no existan
o mejor dicho que convengan a las partidocracias. Estimo que podría resultar
engorroso el voto directo de los miembros -atento a los factores técnicos
jurídicos involucrados que pueden exceder a la ciudadanía- pero si la continuidad o no de todos o algunos de los
miembros, ratificada en periodos racionales. Formas hay, evolucionables/perfectibles,
voluntad ... Repasando los logros obtenidos con el mecanismo actual,
seguramente la elección directa y sus posibles falencias, hubiesen logrado
mejores resultados que los acontecidos...
¿ No sería aconsejable que el ejercicio democrático sea
parte inseparable del poder judicial, ajustado a sus características?
* Actualmente
limitase al juicio "político" , a
consideración de los legisladores .
(Solidaria e Idónea). Aportes e interrogantes
ciudadanos-003- 31/10/2000 Francisco Alberto Scioscia
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