Este
2000 ha
sido el año del pesimismo para la gran mayoría de los argentinos. Las acciones
gubernamentales han fracasado. Hasta muchos piden por Menem, lamentablemente. Personalmente
nunca creí que estos hombres que nos gobiernan podrían aportar algo, dado que
declamar es un ejercicio preferido de nuestros dirigentes políticos y en su
mayoría ya habían pasado sin pena ni gloria por la función pública. Francamente
en mis editoriales me quede corto,
jamás pensé ni espere que fuera tan fuerte el detrimento, sostenido/amplificado
por los medios. Nadie puede negar los intereses en juego de estos, pero lo que
sorprendía eran la uniformidad con que reaccionaban los tops individualmente
(Tinelli, Guinzburg, Gasalla,
etc.), que generalmente no se "pegan" con agrupaciónes
partidarias o grupos de interés en forma manifiesta. Preferiría pensar que fue
un gafe del gobierno por su inexperiencia... y que una vez ajustado - blindaje
financiero mediante- ingresara a la normalidad de sus antecesores. Es decir
más de lo mismo, pero sin caer en el
deterioro experimentado en su primer año de gestión. Esta desgracia
gubernamental no nos es ajena...
De esta experiencia Aliancista, nuestra sociedad ¿ habrá capitalizado alguna
experiencia? Las encuestas indican
que mayoritariamente no volverían a votar por tal agrupación ¿ Votarían
por el peronismo? Obviamente condicionado a un candidato saludable. No hay nada
potable que pueda generar esperanzas ¿Qué le queda a una sociedad que ha
votado por la honestidad/buena fe, pero que resulta harto evidente
insuficiente? Una encuesta reciente indicaba que más del 50%
de los encuestados cuestionaba la calidad de
nuestros dirigentes, endilgando a tal bajo nivel nuestros males...
Parecería - si tal encuesta es confiable- que hay un cierto avance en la detección de
nuestros errores. Los humanos, como parte de nuestra naturaleza, cuando nos
enfrentamos a alguna problemática y no tenemos respuestas tanto individuales
como colectivas, omitimos las mismas. Como si estas desaparecieran. Obviamente
solo las desplazamos, luego nos vuelven con mayor virulencia. Así sufrimos al
menemismo o al delaruismo y mañana algún otro de los autopostulados candidatos presidenciales en el 2003,
lamentablemente ahijados y/o sostenedores - por conveniencia o no- del
ex-presidente, y no solo justicialistas...
Nunca en nuestra vida particular dejamos en manos de otro las decisiones que
nos resultan vitales para nuestro futuro, so pena de que luego no
podemos lamentarnos, será tarde... ¿ Cual es la
diferencia entre nuestros intereses particulares y los generales?
En los últimos meses comencé a notar en diversas áreas de gobierno
resoluciones particulares que denotan un esquematismo preocupante. Es decir,
responder las demandas con argumentos que no son aplicables a los
reclamos pertinentes. Algunas, productos de bajadas de línea para no endeudar
al estado (por supuesto hoy, mañana acción judicial mediante...) y otras por
desconocimiento. Un Estado genera
históricamente conceptualizaciones fundadas - ya sean jurídicas o
administrativas- que respetan una estructuración lógica de los procesos y
hechos que involucran a los ciudadanos, respetando sus derechos y obligaciones.
Estimase que su ejercicio sistemático implica un perfeccionamiento de las
mismas. Estas son/fueron generadas por hombres al servicio de las instituciones
en las cuales desarrollan o desarrollaban su labor. Lamentablemente en la Argentina esto no
sucede, más aún visible/preocupante en las políticas relativas a cualquiera de
los campos que hacen al interés general
(salud, educación, justicia, etc., etc...). En fin gobierno tras gobierno no hay valor agregado, y ello no solo en
construcciones intangibles, sino en las tangibles (ferrocarriles, juegos en las
plazas, hospitales, escuelas,...). En
este proceso funesto esta nuestro constante deterioro, que nos hace un país bananero,
nos guste o no. Pero francamente hay algo que aun
me preocupa más: la falta de respuesta intelectual individual/orgánica de la
sociedad a revertir tales procederes que agravan cotidianamente nuestro futuro.
De los actuales dirigentes políticos, estén o no en cargo ejecutivos, no
podemos esperar nada, ya tuvieron su oportunidad y la perdieron... Los que no
la tuvieron aún y su estribillo preferido es que el FMI & Cia, son todos los males de nuestro país, gracias a
Dios por prudencia de nuestros ciudadanos, no tienen mayoritariamente su respaldo
(ver artículo). Los medios se preocupan de remachar sobre las
fallas evidentemente visibles y las exigencias de ser reparadas, pero poco
aportan en cuanto a ideas que den algún viso de solución adecuada. Los
columnistas que públicamente no tienen un interés partidario o sectorial
definido, generalmente profesionales, son francamente pobres en sus aportes,
por lo menos en los diarios tops. Hace mucho que no se registra una publicación
periódica que haya logrado prestigio por su nivel intelectual en el ámbito
local: ¿Autocensura? ¿ Complacencia? ¿ Mezquindad? ¿Autoconveniencia?,
temo utilizarla pues no creo que sea el termino medio
de nuestra sociedad: ¿ Mediocridad? Pero no sé si aunque alguno tenga talento y
recurra a cualquiera de tales actitudes, se lo pueda excluir de la misma. No
nos preocupemos, ocupémonos, individual o
colectivamente.
Creo que el mayor nivel de inteligencia humana reside en
dos aspectos: saber en que consiste ese mayor nivel (cual es la diferencia) y que el mismo debe estar al
servicio de la comunidad en la cual esta
inserto.
¿
No será hora de revisar el rol del intelectual? Ni héroes ni
pusilánimes, simplemente operar inteligentemente. Ni eufóricas e
improductivas manifestaciones de otrora, ni pasividades complacientes del
presente. Reitero y lo seguiré haciendo por siempre: solo con Solidaridad
e Idoneidad podremos revertir tanta pobreza material e intelectual ( )
Aunque
no sean halagüeñas mis palabras, y el suscripto les
desean las más felices fiestas del 2000 y un próspero año nuevo.
"Siempre
con los pies en la tierra, pero sin dejar un instante de mirar a las
estrellas" (anónimo, tribal,
genial).
(Solidaria e Idónea),www.redsoleido.com.ar. Aportes e
interrogantes ciudadanos
Número 007
del 21/12/2000 - Francisco Alberto Scioscia