La seguridad externa.
Cuantas veces hemos escuchado a expertos
militares aludir a la "hipótesis de conflicto", trascendente para
cualquier Fuerza Armada. Para la nativa, ni los comunistas, ni nuestros socios
del Mercosur pueden serlo. Chile, podría ser... un chiste guerrear por los
límites andinos. Además va a ser otro socio. Malvinas geográficamente
hablando, factible. Que opinará la
OTAN, los malvinenses o nuestra sociedad. Elija a
cualquiera y desaparecerá la opción de conflicto. Si invirtiéramos el orden
de la ecuación a falta de hipótesis no correspondería tener Fuerzas Armadas.
Podría ser un poco apresurado para un planeta aún en conflicto.
Decidir una guerra es un acto político,
sin consulta popular previa. Aunque después deba avalarla el Congreso ( o los políticos cuando aquel no existe, 1982,
Malvinas...). La elección de una dirigencia política idónea diluye tal
posibilidad: justificar lo injustificable ( matar a
otros humanos, sea cual fuere la razón). Pero aún hay sociedades que
emocionalmente no han podido canalizar sus expectativas, lo cual las torna
manipulables para fines que poco puedan tener de beneficio para esas
sociedades. Tal inestabilidad siempre ha sido un factor para resolver problemas
internos, trasladándolos al exterior (Saddam,
el golfo Pérsico).
A
pesar de la locura del líder iraquí, debemos dar gracias a él por un nuevo
hito mundial. EE.UU., otrora amo y señor universal de hecho, rey de la
libertad, ya no pudo hacerlo sin pedir permiso a las Naciones Unidas. Forzados, incómodos, haciendo de coordinadores,
los marines debieron simular ser uno más en la contienda. El mundo ya no
tolera la aplicación de la fuerza porque sí, o justificarla como los héroes
cinematográficos yanquis. La guerra del golfo será y aspiro a no equivocarme , un nuevo rumbo en la organización
planetaria, les guste o no a los anti-Menem. Aunque las naves hayan sido de
papel, Argentina pasará a la historia universal como participante del primer
acto bárbaro civilizado del planeta Tierra ( puede
que la denominación no sea feliz...). Esta canción es entonada adecuadamente
por nuestro presidente, no así cuando canta las nativas.
En
fin, creo que sería una excelente oportunidad para establecer un orden
racional mundial de las fuerzas militares. Solución para muchos aspirantes al
primer mundo como el nuestro, prescindiendo de las anacrónicas estructuras
físicas, logísticas y humanas (Corre,
limpia. Barre: colimba. Término denigrante, no para el muchacho obligado,
sino para quien le da su razón de ser.
Debería establecerse un grupo especializado por país según perfiles y/o zona
geográfica. Reducidas, profesionalizadas, equipadas adecuadamente. Intercoordinadas por la ONU y su consejo de seguridad (un toque
de realidad). Estimo que sería la única hipótesis de conflicto posible.
La Seguridad Interna
A los policías, tanto para el presente como para
el futuro, le sobran hipótesis para subsistir. Los argentinos siempre nos
vanagloriamos al mundo de poder circular libremente, aun en la temida noche,
con las precauciones pertinentes. Pero ya cada vez nos vamos pareciendo más a
las otras naciones del primer mundo, incrementando violencia y marginalidad. ¿ Son conceptos vinculantes? ¿ La marginalidad genera inevitablemente
la violencia?. Nuestra generación de posguerra
creció bajo la concepción del trabajo como fuente natural de ingreso-sustento
familiar. Las políticas distribucionistas
justicialistas lo fomentaron, creando fuentes de trabajo y mejorando la calidad
de vida poblacional. Partiendo de la clase obrera, redujeron al mínimo la
marginalidad y aun para estos, era factible egresar de tal condición de no
mediar discapacidades invalidantes. Así se fue construyendo el concepto de
pertenencia familiar y colectiva, internalizándoselo, so pena de perder algo
propio, valorado personalmente y compartido por el conjunto social. En fin,
un resguardo contra el exceso social.
Desgraciadamente, como
dicen nuestros hijos, ya fue. Décadas de políticas de indiferencia
individual-familiar, tan transmisible como la contención peronista contra el
exceso, pueden transformarse en el disparador de éste. El modelo de los
medios de comunicación es cercano a la clase media-media para arriba. En el
verano del '95 creí que la propaganda de la UB era la de una agencia de modelos top, dado
que mostraban caras de sus alumnos potables, que parecían aquellos. Este
nivel medio esta alejado del promedio del ingreso familiar -ni hablar
personal o del jefe familiar- y los actuales niveles de desocupación.
Progresivamente, desde el derrocamiento peronista, se fue socavando el viejo
concepto del hombre bueno de otrora: ser trabajador, aportar al sustento
familiar, moderado, sin excesos, bastaban. No era muy exigente y servía como
modelo para sus descendientes. Pero el peronismo había fomentado a una
naciente clase media que ambicionaba al modelo televisivo. Prontamente
emergieron los cuestionamientos: ¿ que ganó papá con
su honestidad? Correlativamente el mensaje subliminal iba in crescendo: militares
golpistas, dirigentes corruptos, lujos árabes, facilismo. Así un nuevo tipo
de ídolo juvenil devenido de los medios de comunicación: rockeros,
pop o deportistas. Parece tan fácil estar ahí, siendo alentados por tanto
público. Y algunos no demuestran un alto grado de idoneidad o
profesionalidad. La varita los tocó, aunque sea efímeramente. Parece fácil
pero no lo es. Cuantos iluminados hay, ¿ miles?, que
porcentaje de probabilidad tendrán nuestros jóvene
para que les toque a ellos ser los agraciados: 0,0...1 por mil. Y aun así hay
que trabajar sin descanso para
mantenerse. No como un caballo, sino como 35 diría uno de ellos en un filme.
Mantenerse es difícil para cualquier actividad. El efecto les dura a nuestros
jóvenes, pero la realidad los vuelve a poner en caja: son las luces que
resplandecen que no los dejan ver momentáneamente.
Aquellos que aún pudimos mantener nuestro nivel medio, aunque sea
bajo, podemos aspirar a que nuestros hijos no cometan más que los delitos
actuales - coimas, estafas, etc.- pero
quienes en las últimas décadas ni saben de las posibilidades de acceso a una
vida digna, no tienen nada que perder. En 1989, ante la hiperinflación pre-Menen, recuerdo la imagen imborrable
de esos extensos barrios, en donde la policía buscaba a los posibles
saqueadores/delincuentes. Casas precarias por doquier y la mirada de los
vecinos a las fuerzas de seguridad, metía miedo, seguramente también a los
uniformados ¿ Qué pueden perder? Hasta cuanto
podemos fomentar tal marginalidad (y ya pasaron varios años...).
Ya se hacen barrios
privados controlados también por la policía privada. Muros de contención.
Cuanto más nos olvidemos de las causas, deficientemente previstas en el
modelo de libre mercado propugnado, más gruesos y altos deberán ser sus
muros, para contener tanta frustración tras ellos. Y no cometan el de pagarle
miseria a los empleados de vigilancia - lo hacen- porque sin darse cuenta
tendrán al enemigo adentro. Y el control de su perfil: que más que un buen
sueldo puede aspirar, pues el lujo que observará cotidianamente estará muy
lejos de sus posibilidades. Sigo...
En fin, pensar en invertir en más recursos
para las fuerzas de seguridad, sin revisar las causas de tanto auge delictivo
es suicida. Sin excluir el horror carcelario actual, escuela de delincuentes
tanto para incrementar a los que ya son como los que fueron a prisión por un
dólar con 45 centavos, limitándose a robar coercitivamente - la amenazó con
un cuchillo- solamente las monedas (desistió del resto del dinero que llevaba
la víctima). No pensaron esos camaristas que lo mandaban a nuestras prisiones
por cinco años... espero no cruzarme con él cuando salga. ¿
O será que aún siguen definiendo cuerdo a quien exprese lógicamente su
pensamiento, más allá de sus objetables actos?
( transcripción textual del articulo 3.8 del
ensayo del autor "Hacia una Nueva
IDONEIDAD POLITICA", OCRUXAVES 97 )
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