MÁS QUE
CAMBIEMOS, CAMBIAR…
Resulta
bastante generalizado trasfronteras, una clara tendencia a la descomposición de
los partidos políticos otrora tradicionales, emergente tal desintegración de
crisis nativas recurrentes, que la politica no logra satisfacer adecuadamente a las demandas sociales
involucradas en la misma. Argentina,
no es la excepción. Desde la mitad
del siglo 20, predominó el bipartidismo de origen popular: primero el radical (UCR) y luego el peronista ( PJ), con algún
partido circunstancial que fue diluyéndose en el tiempo. Al presente, creo que
estamos en una crisis terminal de los mismos. El radicalismo por su escaso
caudal de votos (5 %), tras ostensibles fracasos cuando la ciudadanía le dio su
voto. Aunque no ha tenido divisiones partidistas luego de su reunificación con
el sector intransigente de otrora (UCRI), las fugas de sus dirigentes
culminaron en partidos de aun menor volumen (Carrió, Stolbizer, López Murphy,
Moreau,
etc.), y otros como integrantes de otros partidos, como el PRO (Propuesta Republicana). Asimismo, el peronismo ha sufrido diversas
particiones transitorias o permanentes, conformando frentes con otros partidos
de escaso volumen (FREJULI, FPV,
Compromiso Federal, etc.) y también fuga de dirigentes, creando partidos
propios (Proyecto sur de Solanas, Frente Renovador de Massa, el reciente Unión
Ciudadana de Cristina Fernández de
Kirchner) o integrando otros como el
Frepaso ( casi inexistente) y el PRO: Ritondo, Santilli, Amadeo, Monzó, etc. Tantos desatinos
culminaron con la creación de un partido nacido en el presente siglo –el aludido
PRO- de la convergencia de
integrantes propios con su líder indiscutido (el empresario Ing. Mauricio Macri) y de los partidos tradicionales
aludidos, coronándose ( 2015) nacionalmente e impensadamente en la Provincia de
Buenos Aires (bastión pejotista por antonomasia), conjuntamente con la ya
gobernada Ciudad de Buenos Aires, desde el 2007 constituyendo dos periodos
consecutivos, con relativo éxito en tal gestión capitalina. Indubitablemente de
no ser por la conformación de un frente con el Radicalismo y la Coalición
Cívica (léase Sanz y Carrió), la ciudanía no hubiese dado un aval al PRO por sí mismo, garantizando ambos
dirigentes extra-partidarios, respeto republicano y transparencia (virtudes
bastante alejadas del gobierno precedente), aspectos expuestos en múltiples notas precedentes de este sitio.
Indudablemente, jugar en
ligas mayores es todo un desafío para el macrismo.
Por siempre los empresarios no han podido gestionar eficazmente en sus
circunstanciales pasos por diversos partidos, dado que su éxito con el mercado
no es transferible al conjunto social, dada la mayor complejidad que implica.
Sumémosle que sus pretendidos denominados CEOS,
generalmente no lo son, ni creo que lo lleguen a ser finalmente Directores Ejecutivos con las
cualidades que se requieren para tal posicionamiento. Lejos de los analistas de
símbolos que describió Robert REICH,
caracterizados en su pensamiento abstracto, global y sistémico, que les
permitía definir un problema y la solución consecuente. Al presente han
cometidos gruesos yerros y proyecciones incumplidas en el tiempo, reconocido
por ellos mismos. Dado el desastre heredado, podría ser que requieran de un
mayor lapso para encaminar su proyecto de transformar a la Nación en un país
moderno, inserto en el mundo (léase competitivo interna y externamente).
Veremos si la pretensión de colocar un político en los ojos del Presidente, el lilito Sanchez (
bah, los ojos de Carrió) permita encarrilar con éxito a las elecciones
legislativas de octubre próximo. Francamente
lo dudo. Mucho voluntarismo
sobre pretensiones de condicionar los votos a los procesos judiciales que
pondrían preso a los corruptos kirchneristas. Sería ejemplar y necesario pero
no determinaría el futuro (un equivalente al juzgamiento a los militares…), en
fin: un anzuelo pobre. La incesante
inseguridad; la pobreza remunerativa al ajustarlas sobre la inflación futura,
omitiendo el evidente retraso precedente generado por la devaluación, como el
incremento de tarifas, repercute groseramente en los pobres y las capas de
clase media baja, explicitando la retracción del consumo, que consecuentemente
afecta a las pymes severamente. Con cemento, marketing y candidatos dudosos
(fundamentalmente en Provincia BA), si logran ganar y atraer a las inversiones
estaríamos en el primer escalón para salir de este círculo anti-virtuoso. Si
pierden deberán esforzarse al máximo para las presidenciales 2019. Nos
quedarían mejoras en la infraestructura… Algo es algo. Solo concuerdo con Duran
Barba – el gurú del PRO- que un
candidato con alta imagen negativa como Cristina
F. Kirchner no tiene futuro,
menos aún pensando en las causas judiciales pendientes (la sentencia será
igual, solo los fueros salvaran su libertad). Aunque haberla elegido como el
enemigo, en el contexto actual del cual no puede excluirse el accionar
macrista, es un suicidio. La han elevado – irrisoriamente- a la reina de los
pobres. Modifico su estrategia en Arsenal: todo lo hizo Macri. Medida en su discurso, sin ostentaciones en su vestuario,
tipo pastor evangélico en su presentación, depurando a sus adláteres negativos
en sus listas, pero rápidamente derrapó (Vallejos presente…, el patético tuit de Cris sobre el supuesto suicidado jubilado por pasar
miseria, Mi DIOS). Si tiene asesores
de campaña, échenlos ya. Y sino búsquenlos…
Perdón por la siguiente
digresión, pero no puedo evitarla: Aspiro a una lectura inteligente de la
sociedad, que reflexione tanto para que el no
querer volver a un triste pasado, vote por ello al hasta ahora flojo
oficialismo. Esto solo sería aceptable si se le extiende el crédito, o votar
alternativas potables, ya que no se
define la actual conformación legislativa. Es un dilema personal, todavía hay
tiempo para decidirse.
Retomemos, hay consenso
social para exigir soluciones, que evidentemente no pueden dar ni el radicalismo, ni el peronismo en todas sus versiones, ni Cambiemos, aunque firmen un pacto como el que se pretende
(Moncloa), que requiere de una grandeza ausente dada la debilidad institucional
partidaria. Hay una degradación social profunda que requiere de otras
soluciones. Cualquier proyecto requiere un QUE se pretende, COMO se implementa y QUIENES lo ejecutaran. Simplemente: converger en lo exigido en la
Constitución optimizando el sistema republicano, democrático y federal; reducir
la pobreza a niveles razonables en el menor tiempo posible, mermando la
marginalidad y la inseguridad consecuente; no más hambre (INTOLERABLE en el país que es el mayor productor de alimentos per
cápita del mundo). En fin: mejorar la calidad de vida ciudadana para tener
futuro (inclusión, trabajo, justicia, salud y educación). Tenemos QUE en demasía.
Si
lográramos que las instituciones republicanas actúen productivamente, con
Organismos Expertos (autárquicos, incluyéndose presupuesto propio pautado y
controlado externamente) que satisfagan la información técnica necesaria, en
virtud de la idoneidad profesional
que debe exigirse a los integrantes de los mismos y transparencia en el
ejercicio de su función. Obviamente por concursos públicos irreprochables. En
otras palabras, que no dependan del partido gobernante de turno, sino al propio
Estado (igualmente para las estructuras técnico administrativas de las diversas
áreas, resultando una herramienta eficiente para el PEN). Asimismo tales organismos (estadísticas, tecnología industrial
/ agronómica, hídricos, marítimos, control monetario, Junta electoral, etc.,
etc.,…), serán los que deban controlar a sus mandantes cuando estos
distorsionen – sin fundamentos- las
demandas sociales que le dieron origen, recurriendo ante tal distorsión a otro
poder. Un control mutuo, del gobierno
sobre el estado y viceversa, un reaseguro de posibles falencias. Crear un
Consejo Económico y Social dinámico, representativo de la sociedad, que se lo
consulte para evitar barbaridades como ser el pacto con Irán (repudiado por la
comunidad judía) o la elección partidaria del Consejo de la Magistratura. En
definitiva, consensuando las políticas que converjan a los objetivos
perseguidos, llegaríamos al COMO (ver un aporte mínimo del
suscripto en una República democrática acorde al siglo 21)
Tenemos
una sociedad que ha generado gente valiosa en múltiples campos del saber y
hacer (científico, técnico, cultural), solo que están marginados por el
desencanto del país degradado. Restaría definir quiénes. Hay demasiado ego (fundado en
hacer politica personalista, como abjuro Perón
en su regreso) en nuestros dirigentes políticos, que deberían aunarse para
sentar las bases de un partido consustanciado con los objetivos aludidos, que
trascienden ideologías ya superadas por una realidad que nos oprime. Basta de
Trump/Putin/Chávez/Cristina/Berlusconi, o cualquiera que se crea todopoderoso.
Solo en equipos multidisciplinarios y ratificados por el pueblo pueden sacarnos
de este pantano que estamos inmersos en el presente. Que definan los roles
institucionales y los medios adecuados a los fines propuestos, como los cuadros
coherentes. Ser expuestos a la ciudadanía para su consenso y apoyo. Y esta
definirá consecuentemente quien debe ocupar el rol institucional respectivo.
Teléfono para (en orden alfabético): Arroyo,
R. Bielsa, Bárbaro, Binner, Campagnoli, Donda, Malena Galmarini, Iaies,
Lavagna, Lousteau, Massa, Massot, Nun, Ocaña, Pinedo, Solá, Stolbizer, Urtubey,
y todo aquel que tenga idoneidad y honestidad, avalado por sus pares (los
ciudadanos podemos tener una visión limitada, que no condice con la realidad).
En fin, cuando hay conocimiento e idoneidad conjugado con espíritu democrático
republicano, es INDUBITABLEMENTE posible llegar a un consenso productivo. Basta
de chicanas, es hora de crecer saliendo de sus quintas que por sí solas no
satisfacen las múltiples y dramáticas demandas sociales ante tanta degradación.
Así, tendríamos el QUIENES.
Gracias por su atención.
Francisco Alberto Scioscia
Aportes
e interrogantes ciudadanos, 062 junio de 2017.