ENSAYO SOCIO-POLITICO
Autor : Francisco
Alberto Scioscia
Buenos
Aires, Argentina, en
los primeros lustros del siglo 21.
© Del autor.
Título
I
“Una
MatriZ social basada en la Solidaridad
e Idoneidad conjugadas”
(Sistematización
de los fundamentos del Proyecto
:
Red
SOLeIDO
- www.redsoleido.com.ar)
Título
II
República
Democrática:
Una lectura
acorde al siglo 21
Dedicado a aquellos que anhelan un mundo
mejor,
“siempre con los pies sobre la tierra, sin por
ello dejar de mirar por un instante a las estrellas”
(Anónimo, tribal, ancestral, africano, genial)
OBJETIVOS DEL PROYECTO Red SOLeIDO:
Básicamente
es el de promover la difusión de los principios de Solidaridad
e Idoneidad
en las sociedades, complementándose con los de Libertad
e Igualdad.
Como base
operativa la creación de una Red socio-tecnológica (punto
5.2)
que aúne a sus miembros, cohesionados por adherir a los principios expuestos.
Una construcción progresiva
(de menor a mayor),
colectiva
(solidaria) e inteligente
(ni pasividades complacientes, ni
manifestaciones eufóricas improductivas de otrora). Un aporte individual
fecundo ajustado a nuestras posibilidades y/o disponibilidades, desde la
simple adhesión - moral
o económica- hasta el aporte de nuestras erudiciones (desde su mínimo hasta el máximo,
remuneradas o no, según corresponda). Esta red multidisciplinaria
(coordinada, integrada, con información
veraz e idoneidad) esbozará soluciones a la problemática social vigente,
como recursos para su financiación (tanto
de los proyectos como de la organización en sí). A su vez actuará como un
banco de datos intelectual e informativo. Centrar en lo social nuestro desarrollo
y de tales logros, traducirlos políticamente. Estimo que uno de los desafíos
humanos del próximo siglo será la de hallar nuevas formas de articulación
armónica y eficaz entre lo social y lo político. Este, será
la extensión del desarrollo social alcanzado. Sino priorizamos tal
desarrollo, producirá la escisión vigente entre lo político y lo social,
origen del descrédito de la actual dirigencia. Debemos redefinir
adecuadamente - e
internalizarlo- el concepto de política. No es posible que se
asocie el mismo a "actividad
rastrera" (así figura en un libro oficial de educación
cívica), cuando en sus manos esta - nada
menos- que la Administración del Bien
Común (ABC de la política). Es decir, nuestro presente y
futuro. Consecuentemente, en su ejercicio deben estar los hombres de mayor
nivel intelectual, emocional y moral (ver
Idoneidad, punto
4).
Obviamente no sucede tal premisa. Esto no es idealismo ni utopía, nada más
alejado. En lo conceptual, libertad
e igualdad han sido internalizados por las sociedades
civilizadas por ser un "negocio"
para sus miembros: ¿quién puede considerarse exento de la
discriminación y/u opresión? : blancos, negros,
judíos, cristianos, musulmanes, ricos, pobres, etc. En otras palabras, fueron
aceptadas porque "nos
convienen" y ser compatible con la seguridad de la
especie humana. En lo operativo, construir técnicamente la
red y coordinarla es factible con idoneidad. En cuanto a SOLIDARIDAD (punto
3) -
su
postergada internalización con relación a los otros de la tríada gala-
estimo que obedece a razones de orden ideológico; asociado a la izquierda y
la pobreza por los acérrimos liberales, estos la abominan... (que sería de su lamentable aserto: se es
pobre porque se quiere). Aunque operativamente no está excluida del marco
regulatorio capitalista: en términos económico-financieros equivale al del
seguro ( poner una parte, cuyo total reaseguraría - del
siniestro posible- a cada uno de los coparticipantes). Evidentemente un
negocio que involucra lo particular y general brillantemente, sin
exclusiones. IDONEIDAD,
es un tema de mayor complejidad. Si al inquirir con relación a que si los
cargos de mayor responsabilidad social debiesen ser ocupados por los más idóneos,
estaríamos cercanos al cien por ciento afirmativo. Pero si anexáramos
la siguiente a aquella: ¿aunque la misma pudiese afectar sus intereses
particulares? Tal respuesta debería medirse con un detector de mentiras si es
que pretendemos considerarla válida (humanos
somos...). Resultará una ardua tarea construir un mensaje que indique
unívocamente el negocio de estar estructurados socialmente en Organizaciones Inteligentes (léase: estructuración jerárquica y
consensual; participativa, horizontal y vertical; equipos interdisciplinarios
y disciplinarios, autocontrolados y mínimamente estratificados, etc., punto 6.2 ),
que nos permita mejorar cotidianamente la calidad de vida humana al combatir
este tipo de organización conductas tan funestas como ser: obsecuencia,
rivalidad, favoritismo, chambonaje, etc. ( en lo personal) y corrupción, burocracia, toma decisorias
tardías, etc. ( en lo organizacional).
Ambos
conceptos - solidaridad
e idoneidad- nos vinculan a lo colectivo y operativo,
conformando principios totalmente compatibles con la seguridad de la
especie, como lo son igualdad
y libertad,
aunque estos se vinculen más a lo individual, en resguardo a
los excesos cometidos en la historia humana. Es decir son convenientes y compatibles
con la idiosincrasia humana.
Francisco Alberto Scioscia
ESQUEMA GENERAL DEL
PROYECTO ( click aquí para otros navegadores)
TITULO
l
“Una
Matriz social basada en la Solidaridad
e Idoneidad conjugadas”
(Sistematización
de los fundamentos del Proyecto
: Red SOLeIDO - www.redsoleido.com.ar)
1.2
Limitaciones en el
conocimiento científico
1.3
La formación de la
conciencia social: base de los cambios significativos sociales
2.
INDIVIDUALISMO Y
CAPITALISMO
2.1 Las condiciones
laborales en el capitalismo: su evolución al presente
2. 2 Las grietas del capitalismo
3. LA SOLIDARIDAD : Un negocio de excelencia
4. LA IDONEIDAD
4.1 Definición tentativa
4.2 Ser Idóneo: Trabajo y vida afectiva
4.3 El factor emocional
4.4 Una clasificación tentativa de la inteligencia
4.4.1 Experiencias personales en la calificación
de la inteligencia en áreas operativas/racionales
4.5 Formulación correcta de proyectos
4.6
Los niveles de
idoneidad
5.
LA COYUNTURA AL
INICIO DEL SIGLO 21
5.1
Poder Ciudadano
5.2
Redes
Socio-tecnológicas – INTERNET: Una herramienta trascendente
6.2
Organización
Idónea
6.2.1
Conducción
estratégica
6.2.2
Labor en
equipos disciplinarios
6.2.3 Incidencia del
trabajo en equipo en las conductas grupales e individuales
7. Matriz SOLeIDO: Solidaridad e
Idoneidad conjugadas. Acción cooperativa y su organización inteligente
7.1 Consideraciones Personales
7.2
Cooperativas Organizadas
idóneamente ( COI )
7.3
Integración Social
7.3.1
Una visión
más abarcativa que los sistemas Solidarios y Autoaporte existentes
8.
CONSIDERACIONES FINALES
8.1
Hacia una mayor
conciencia social
8.2
Una cosmovisión
política
Título
II
República Democrática:
Una lectura acorde al siglo 21
1. INTRODUCCIÓN
2. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA (
descripción ilustrativa y comentarios)
3. UNA LECTURA RACIONAL DE LA REPRESENTATIVIDAD
3.1 Consideraciones
3.2 Representatividad de las sociedades
3.3 Observaciones
respecto a quienes deben ser idóneos
3.4 Falso dilema:
técnicos o políticos
3.5 El Contexto Social
de una república democrática
4. Esquema de una
República Democrática actualizada. Definiciones de cada uno de sus
componentes.
4.1 Esquema:
4.2 Consejo
Consultivo Económico y Social ( CCEYS)
4.3 Poder Ejecutivo Nacional
4.4 Poder
Legislativo Nacional
4.4.1 Algunas
observaciones complementarias
4.4.2 Consultas
populares
4.5
Poder Judicial
5.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS
6. OTROS CONSIDERANDOS
6.1
Un Estado productivo
6.2 El acto electoral
6.3 Segmentación del padrón respectivo
6.4 Un Sistema Federal
6.5 La alternancia de los gobiernos
7. EDUCACIÓN REPUBLICANA
7.1 La formación educativa
8. Bibliografía del autor
Prólogo
Este ensayo orientase a
cuestionar esa resignación que nos remite a sentirnos impotentes frente
a este mundo que nos toca vivir, más adecuadamente “padecer”. Tal sobrellevar
es inexcluyente, pues usar la vara del confort y/o dinero acumulado
- o el poder consecuente que deviene - para medir la
calidad de vida humana es muy limitado. Evidentemente, debe integrarse con un
desarrollo emocional que nos permita enfrentar saludablemente los
acontecimientos de nuestra vida: trabajo, vida afectiva, salud. Ningún
humano puede comprar - ni se venden gracias a DIOS-
inteligencia, madurez emocional, afecto y salud perpetua, aunque lo
intentemos vanamente ( sí así fuera, sí
sería el fin de la historia). Ni quepa la menor duda que cuando se alude
que “el dinero no es la felicidad pero se le parece”, no estamos alejados
de una verdad que solo nos recalca que aún no hallamos otras formas para
alcanzar tal felicidad. Los humanos cuando no hallamos soluciones a
nuestros problemas, simplemente los omitimos porque nos superan. Luego, nos
vuelven con mayor virulencia. Un
pésimo negocio.
El hombre medio esta absorto
en la trampa que nos han construido: manipulación mediática constante,
confort para nosotros y subsistentes (otrora impensado) y miedo a
perder el trabajo que lo hace posible. Peor aún, hemos anestesiado a nuestros
jóvenes con “adicciones contenedoras”, con nuestro ejemplo de resignación ¿Nada por hacer? DEMASIADO. Un clérigo argentino - Mamerto
MENAPACE, prolífico escritor- publicó una frase que expresa una
cosmovisión de vida, que trasciende concepción religiosa alguna:
“No tenemos en nuestras
manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos
nuestras manos.
Cuando el Dios de la
historia venga, nos mirará las manos”.
Por propia naturaleza, cuando analizo un tema
lo fundamento, sin omisiones intencionales – tan proclives en la historia intelectual- que consecuentemente
podrían invalidar las mismas. Asimismo creo que cualquier aporte de tal
naturaleza, que pretenda mejorar la calidad
de vida humana, debe ser una construcción colectiva (léase en equipos interdisciplinarios y
disciplinarios), trascendiendo lo personal. La calidad de las
aseveraciones que expongo la determinará Ud. Los invito a “construir”
juntos los alcances de esta MatriZ SOLeIDO. Conjugar Solidaridad
e Idoneidad es un anhelo de cuantiosos seres en la historia humana.
Para alcanzar tal anhelo se requiere de una cosmovisión diferente a las
existentes, como ser diferenciar inteligencia con idoneidad. Poseer el Don de un cociente intelectual
superior implica ejercitarlo apropiadamente. Y cuando ello es puesto al
servicio de la sociedad, alcanza los niveles sobresalientes de idoneidad.
Ésta incluye a la inteligencia, que con
ella sola no basta como la vida nos los demuestra cotidianamente, con sus
funestas consecuencias cuando no son concomitantes con un equilibrio
emocional y alcanza a sujetos con responsabilidad social.
Ser idóneo, fuere cual fuere el nivel
- que alcanzaremos según nuestras posibilidades y potencialidades, con el
lógico techo acorde a las mismas- es un logro que nos permitirá construir una
autoestima sólida y la misma vincularnos con el mundo adecuadamente en
todos los aspectos trascendentes en la vida de un ser humano, incluyendo los
“materiales” que garanticen un confort acorde al siglo que vivimos. Asimismo,
creer que la solidaridad es un valor moral, sin percatarse que es un “negocio”
para la especie, totalmente compatible con el modelo capitalista del Seguro:
una contribución mínima por siempre, para asegurarse que cuando nos toque
ser víctimas del siniestro estaremos amparados. Como reaseguro, para
que tal esfuerzo solidario no sea en vano, que se ejecute idóneamente.
En fin ambos principios - solidaridad
e idoneidad- son negocio y hacen a la seguridad de la especie humana, como lo son igualdad
y libertad ya internalizados en las sociedades democráticas del
planeta en forma irreversible, aun las carencias evidentes de su
implementación, por y en tales sociedades (Bush e Irak nos lo
recuerdan cotidianamente).
Tal matriz
es compatible con el desarrollo evolutivo humano alcanzado, que nos permitirá
desprendernos de esa resignación que nos transforma en seres pasivos y
complacientes ante las notorias deficiencias de este mundo que nos tocó
vivir. Debemos actuar interrelacionados, coherente e inteligentemente.
Ni héroes, ni pusilánimes (sin
un mínimo de valor nada productivo es posible). Una exploración
hacia un futuro más promisorio, capitalizando las experiencias humanas
acontecidas. Las positivas, como el accionar mutuo de los
hombres en aras de un objetivo común, la organización inteligente de
las respectivas estructuras, conformando Cooperativas Organizadas
Idóneamente ( COI ), emergentes
de la interacción humana propugnada y las negativas, desechando todos los
factores perturbadores de la calidad de vida que uno aspira, que forman parte
del modelo capitalista. Éste, coherente con nuestro desarrollo evolutivo como
especie, sustentándose en un egoísmo individualista alcanzado que tanto
perjudica nuestra cotidianidad.
Asimismo debemos delinear un segundo título de este ensayo. La
matriz social expuesta en el título primero,
implica un modelo gubernamental en el cual este inserto. Hasta nuestro
presente no hemos hallado formas que superen la coexistencia en un régimen Republicano,
Democrático, representativo y Federal. Evidentemente las falencias expuestas
mundialmente en su instrumentación no
lo eliminan como alternativa, ya que pueden ser superadas con otras formas de
implementación que lo tornen productivo para alcanzar el objetivo deseado: mejorar la calidad de vida humana.
Tal aseveración, relativa a lograr otras formas, es el intento a bosquejar en
este estudio. Asimismo develar las causas que generan los fracasos, demasiado
frecuentes…
Ha
sido suficientemente probado que mayoritariamente los votantes elijen a sus
candidatos como un acto emocional, prevaleciendo sobre el razonamiento. Esto
valido para muchísimos aspectos trascendentes de nuestra vida (económicas, salud, afectivas, etc.).
Recalquemos que toda especie requiere de medidas
de seguridad para subsistir en el tiempo. Los humanos, dotados de la posibilidad
de “razonar”, aunque no sea nuestra forma habitual de proceder, podemos confrontarnos con la posibilidad
de la estructuración lógica, ante la presencia de nuestras emociones que
constituyen nuestro sustrato y bagaje ancestral. Consecuentemente, requieren
que tales medidas de seguridad resulten conceptuales y que las mismas exijan
una asimilación progresiva, tanto en su noción
como en su implementación,
generación tras generación. Proceso este que aún está muy lejano de
consolidarse positivamente. Nos referimos a su internalización social y su
extensión territorial planetaria.
En fin, el futuro se construye desde el presente. Este ensayo - un bosquejo
necesariamente imperfecto- tendrá su sentido en la participación de
otros, desde un aporte mínimo al disenso fundado. En definitiva, una
construcción colectiva interdisciplinaria que se supere y enriquezca en un
continuo, que nos trascienda. Estimo
que lo efímero de nuestras vidas es aportar los cimientos para el devenir,
superándonos como especie en el tiempo.
El
autor
Título
I
“Una MatriZ social basada en la
Solidaridad e Idoneidad conjugadas”
(Sistematización
de los fundamentos del Proyecto
:
Red SOLeIDO
- www.redsoleido.com.ar)
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Consideraciones preliminares
Los principios de libertad e igualdad
instaurados por la revolución francesa de 1789 han recorrido un cruento
camino. Al presente, tales principios han sido internalizados por las
sociedades avanzadas del planeta, aunque lamentablemente aún distan de ser
plasmados efectivamente en las mismas, inclusive en las más avanzadas. Aun
así sus conceptos no pueden ser soslayados por quienes tienen responsabilidades
sociales, so pena del tronar de la opinión pública. La democracia ha
asimilado tales principios: Libertad de votar a quien uno cree, de
expresión, el resguardo de la privacidad al elegir y que el voto es igualitario,
equivale a uno por cada votante sin excepción, nos hacen acercar a los
ideales galos. La realidad nos indica que aún en las sociedades
democráticas más avanzadas, estamos lejos, muy lejos, de satisfacer las
demandas ciudadanas en cuanto a una implementación adecuada, no manipulada,
de tales principios. Podría decirse que en general, la actual estructuración
republicana ha resultado un antídoto contra las dictaduras de
cualquier signo, aventando tantas atrocidades cometidas en un pasado
reciente. En la historia humana todos han sido discriminados o perseguidos
por alguna razón: ricos o pobres, su color de piel, sus ideas, su religión,
sexo y un etcétera lamentable. Así cruentamente internalizamos el
positivo mensaje galo. Tal proceso de asimilación excede al razonamiento:
nos remite a la seguridad de los humanos. Los hemos incorporado por ser “convenientes”
a nuestro sostenimiento como especie, resultando intrínsecos a nuestro
resguardo individual ante tantas atrocidades acontecidas en su evolución. Las
clases medias dado su nivel de instrucción alcanzado – históricamente
comparado- son las portadoras
y centinelas de los irrenunciables principios de libertad e igualdad,
que trascienden sus recursos económicos. Estos pueden perderse, pero no tal concepción. Los
argentinos de clase media podemos dar fe de ellos... A tal clase se la
denomina “tuvo”: coche, casa, vacaciones, etcétera.
Con cierto grado de certeza los
científicos afirman que difícilmente - en el devenir humano - se
registren cambios genéticos significativos en su estructuración física. Las
modificaciones serán efectivas en el plano cultural. Es decir, somos los
artífices de nuestro propio destino. Aunque estos cambios sociales son
procesos arduos de instaurar, siendo esporádicos, pausados, localizados y
disparados por sucesos que los activan, que se suman a otros similares
conformando el sustrato de nuestra conciencia social (en el punto 1.3, aludiremos a tal proceso). Convengamos que el siglo
pasado, principalmente hacia fines del mismo, no ha sido el patrón estándar
en la historia social, generándose un cambio cualitativo. Podríamos resumir
que en el avance científico y tecnológico alcanzado, los generalizados niveles
de educación consecuentemente adquiridos, como los medios masivos de
comunicación e intercomunicación audio-visuales, han creado condiciones
impensadas en las centurias precedentes al mismo. Estos factores descriptos
actúan como catalizadores de nuestro accionar, posibilitando el
alejamiento de conductas presentes desde el Medioevo que aún se manifiestan a través del autoritarismo,
a veces velado otras explícito en cualquier ámbito, aun en aquellos como las universidades
y centros de investigación científica, dependientes o no de la misma,
totalmente incompatibles con el conocimiento alcanzado.
Generalmente,
las teorías sobre la naturaleza del hombre generadas por los grandes
intelectos en la historia toman al hombre como un ser abstracto, o aislado de
su inserción social, o estático, como si su naturaleza estuviese consumada.
Disiento, no solo de las concepciones aludidas, sino porque estimo estamos en
los albores del conocimiento humano y que la pretensión de una definición de
la condición humana excede a un individuo. Esta será una construcción
colectiva interdisciplinaria y en constante revisión, producto de su
evolución social como los avances científico-tecnológicos en las ciencias
sociales y del hombre. Cualquier esbozo de una teoría que incluya al hombre y
su inserción social, no puede ni debe, prescindir de un enfoque prospectivo.
Es decir, inferir un futuro dadas las condiciones del presente,
permitiéndonos relacionar aproximadamente el nivel evolutivo del objeto de
estudio. En nuestros análisis particulares, tanto de un sujeto como una
organización, consideramos como un dato importante, obviamente inesquivable,
calificarlo según sea su edad cronológica o en qué estado de desarrollo se
halla. De tal apreciación procederemos a juzgar los sucesos generados,
graduándolos concomitantemente. Al omitir tales parámetros solemos cometer
crasos errores, como cuando tratamos/exigimos a nuestros hijos como adultos,
sin serlos. Creo que tal omisión – demasiado frecuente- es favorecida
por los escasísimos, o inexistentes, instrumentos confiables para
traspolar la conducta de un individuo en sus ciclos evolutivos con el de las
sociedades en conjunto. Tales ciclos en un sujeto han sido suficiente y satisfactoriamente
descriptos en la historia humana, tanto en los limitados conocimientos
científicos del presente, como en la literatura. Tampoco se puede considerar
la evolución de las sociedades con civilizaciones humanas extinguidas, o el
desarrollo y caída de los imperios, dado lo disímil de los parámetros
culturales de otrora con los actuales. Asimismo se restringen espacialmente,
cuando al presente se requiere una visión planetaria, globalización mediante.
Sigmund Freud (1856-1939,
Austriaco) el padre del psicoanálisis, tomó del naturista Alemán Fritz Müller
(1821-1897), su interesante teoría de la recapitulación. Este formuló
la siguiente ley biogenética: La ontogenia o desarrollo del individuo
es la recapitulación breve y rápida de la filogenia o desarrollo
genealógico de la especie a la que pertenece. Es decir que cuando nacemos nos
desarrollamos como sujetos recorriendo igual camino que el que transitamos
como especie (desde “Adán y Eva”- más ilustrativo- a nuestro propio
presente), incorporando los cambios constantes en su ontogénesis
en su desarrollo filogenético generación tras generación. Es decir, la versión
continuamente actualizada del hombre, que se manifiesta y se modifica en
su desarrollo particular (su ontogénesis). Freud, como patrón
comparativo utilizaba las fases del desarrollo evolutivo del individuo (infancia,
pubertad, adolescencia, joven adultez, adulto, etc.) en su efímero andar
por el mundo y el nivel semejante alcanzado por la sociedad planetaria,
infiriendo por tales comparaciones que a fines del siglo 19, nos hallábamos
en tránsito como sociedad desde la adolescencia a ingresar a la joven
adultez. Quisiera destacar, y se infiere, que no soy un experto en ambas
postulaciones, pero más allá de tales traspolaciones y su certeza, estimo que
es un análisis comparativo valido, al cual adhiero, que además se colige de
nuestros inmaduros actos como humanos del presente... Tendría que ser
una de las teorías que deberían incluirse en los estudios científicos
sociales próximos (ver punto 1.2) dada su trascendencia e
incidencia en la evolución humana. Obviamente para explicitarla, descubrir
los mecanismos de transmisión genéticos y/o culturales diacrónicamente (la
filogénesis) y sincrónicamente (la ontogénesis),
una gran incógnita. En fin, enriquecerla, rectificarla o desecharla por una
nueva teoría valida. Ver gráfico siguiente :
( clic aquí otros
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Retomando,
el creador del psicoanálisis comparaba las hordas primitivas con la
fase anterior al desarrollo del YO (ni en la primera infancia ni en la horda se usa/usaba tal termino).
Asimismo la prehistoria con la infancia posterior al YO, concordando
en ambas el pensamiento mágico, propio del niño y de los hombres
primitivos ante los fenómenos naturales tan contrastantes hace millones de
años, asignados a sus dioses, dado el desconocimiento de tales
fenómenos naturales... Siguiendo esta línea de pensamiento Freud
concluye que el conocimiento científico alcanzado a fines del siglo
19, permitía a la sociedad desprenderse progresivamente del autoritarismo
impuesto precedentemente (diríamos desde el Medioevo), como mandato
absoluto e incuestionable. Así la sociedad generaba una revisión productiva
de sus actos fundados en la razón y no en lo imperativo o dogmático.
Proceso equivalente al desarrollo individual humano, que previamente a
la consolidación de su estadio lógico en el transcurso de la
adolescencia, se rige por el pensamiento mágico en la infancia, normas
imperativas de sus tutores o construcciones parcialmente racionales. En fin, transitar
de la autoridad formal impuesta, a la moral fundada en
conocimientos certeros. En otras palabras, de la adolescencia hacia la joven
adultez, que hemos aludido precedentemente. Desde antes de nuestra pubertad
nos rebelamos, explicita o tácitamente, contra la autoridad parental, en una
marcha saludable para ingresar preparados a la joven adultez y su
independencia. Este estadio previo a la adultez plena implica una nueva y
dolorosa dependencia, pero producto de una elección sin imposiciones
autoritarias inherentes al rol de padres.
Evolucionado tal rol a una versión actualizada y mejorada, dado que
somos más flexibles frente a la interacción familiar sin fijar papeles establecidos
socialmente. No siempre, aunque a lo largo será así, la versión última tiene
que ser mejor; las que son malas nos
sirven para rectificarlas ulteriormente, lamentablemente aprendemos más de
aquello que no debemos hacer – lo
negativo – que de los buenos ejemplos que no abundan. Al formar
nuestra propia familia nos percatamos de la importancia de ceder a nuestras
actitudes egoístas e individuales, propias de la infanto-adolescencia.
Tanto con nuestra pareja, con la cual debemos aprender a transigir y mayor
con nuestros hijos, con los cuales nos tendremos que desprender de nuestros
caprichos infanto-adolescentes... La evolución de la familia en el
siglo pasado, viró de un modelo autoritario paternal, al consensual.
Convengamos que al constituirse tal núcleo, siendo los hijos menores,
la decisión no puede ser democrática dado que siendo dos, el empate
estancaría cualquier laudo. Con hijos no tan menores, uno debe
escucharlos por una razón de respeto como participes de la problemática
familiar, en la medida de sus posibilidades (más aún cuando los involucra).
Por la característica tutelar de los padres, ante el tardío desarrollo
de la maduración humana que conlleva la infancia y adolescencia, debemos
tomar decisiones finales, al gusto o no de nuestros descendientes. Es decir,
un autoritarismo morigerado - versión evolutiva mejorada- intuitivo
y/o consultado profesionalmente, para no incurrir en falsos dilemas como el
de ser padre o amigo: somos padres, tenemos que proteger y
facilitar el proceso de crecimiento que será su base para
ulteriormente ser padres, desde nuestro mayor nivel de desarrollo y
experiencias concomitantes como humano, no cómplices... En el
transcurso del siglo 20, pasamos de priorizar en nuestro proyecto de vida a
nuestros hijos - desplazando sin desmedro (¿?) a nuestros
ascendientes - coherentemente con el transito aludido del mandato
imperativo al fundado adecuadamente. Habría que analizar porque causas se
posterga la adolescencia hasta límites elevados, que solo conllevan a un
empobrecimiento del desarrollo emocional. Se omiten responsabilidades,
esfuerzo y postergación, que hacen al crecimiento como personas. Y esto es
general en las clases medias occidentales ¿Tal vez un exceso ajustable de
desplazamiento? O será que al extender el promedio de vida general,
también se registre una correlación con la edad de madurez de nuestros
hijos...En cuanto al signo de interrogación expuesto precedentemente, aunque
no es generalizable, podríamos incluir como desfasaje el posible declinar de
responsabilidades sobre nuestros ascendentes ancianos, con fuertes manifestaciones
como las experimentadas en el crítico verano europeo del 2003. Las altas
temperaturas que se registraron dejaron un tendal de fallecidos sin
familiares que se hicieran cargo – previo al deceso- y
una respuesta deficiente del estado frente a tan denigrante situación...
En fin, tenemos aún que CRECER EMOCIONALMENTE
como compete a la etapa que estamos transitando. Pasamos de un estado
adolescente egocéntrico hacia una consideración de los otros,
que nos permite una inserción social adecuada a nuestra evolución como
especie (la última versión). En este siglo, aún marchamos,
paulatinamente, hacia una resolución “saludable” de nuestra adolescencia
como sociedad, para ingresar a la joven adultez de la misma. El
proceso común de la especie, de maduración biológica y psico-física en su
infanto-adolescencia, es el sustrato del desarrollo emocional
que regirá ulteriormente a nuestras vidas adultas, para bien o mal.
Comparándolo con la evolución social y las atrocidades cometidas en las
etapas precedentes deberíamos hacer un mal pronóstico para el
futuro de las sociedades humanas, dado una “base” tan lamentable. Laing
y Cooper, los promotores por los 60 de la antipsiquiatría - frente al casi único recurso del
electroshock- postulaban que el nivel de maduración emocional humana nos
remite al reconocimiento de nuestra propia historia y la capacidad de postergación.
Ésta emergente de nuestra
voluntad, no por imposiciones circunstanciales. Concepción a la cual
adhiero y estimo totalmente traspolable al conjunto social. Más aún que no
estamos hablando de un sujeto sino de una sociedad que trasciende
generacionalmente a sus integrantes. No podemos vislumbrar nuestro futuro sin
tener en cuenta las barbaridades del presente y pasado. Igualmente omitir
la paupérrima calidad de vida de nuestros hermanos (africanos, latinoamericanos, asiáticos o marginales donde se hallen),
hoy tan cerca, gracias a esta globalización a la que nos remiten los medios
inmediata y continuamente, postergando lujos innecesarios que
reviertan tal indigencia.
Los
datos expuestos en el ensayo de “Hacia una economía con
rostro humano”,
Bernardo Kliskberg, FCE, 2002, nos indican lo siguiente: ●
“Según
el informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 1998, para
asistir a unos 4.400 millones de personas en países en desarrollo, en
cuanto a sus necesidades básicas de salud y nutrición, se requerirían unos 13.000
millones de dólares anuales. Como datos comparativos tomemos egresos del
mundo desarrollado, como ser que en Japón se gastan anualmente en
entretenimiento, unos 35.000 millones de dólares; en alimentos para
mascotas unos 17.000 millones en EE.UU. y Europa;
50.000 en cigarrillos en el viejo continente...”
Es incongruente el monto
involucrado para los países del G 8
y aliados Europeos. Aunque destinen un escaso porcentual de sus presupuestos
a combatir la pobreza, esta sigue existiendo. Las Naciones Unidas o el
Banco Mundial darán cuenta de esos
ingresos, como de los supuestos faltantes, que igual siguen siendo irrisorios
ante tales datos comparativos. Evidentemente el problema reside en como materializar
tales fondos, ya que sobra materia gris para ello. El disenso de cómo
y quiénes es grave pues los carencias oportunamente perdidas de los infantes
no son fáciles, sino imposibles de recuperar, proyectando un futuro más
lúgubre. En otras palabras, debemos aunar política y corrupción. Algo sabemos
los argentinos: en plena crisis 2002 se produjeron 70 millones de
toneladas de cereales para 35 millones de habitantes, con zonas amplias
de desnutrición y el 50% de la población bajo la línea de pobreza. Una
población solidaria, una historia de políticas sociales del partido
gobernante actual y desde sus orígenes (EVITA), chacareros que donan cereales
de gran nivel proteico, etc., etc., y siguen los problemas. Se necesitan indisolublemente
sensibilidad social e imaginación productiva. Aserto valido para
cualquier republiqueta del planeta. La sensibilidad dispararía la operatoria
que haría posible, si o si, el asistencialismo, más allá de las
disquisiciones que pueda generar el mismo (pescado, pescar, caña, educación, soberanía, etc.). Los niños - ajenos a sus dirigentes políticos,
profesionales en disputas ideológicas-
no pueden esperar Qué nos
falta? : V E R G Ü E N Z A. Pensar que la Iglesia Católica aceptó en la era Moderna el desarrollo científico, que
contrariaba sus postulaciones, porque creía que erradicaría la pobreza...
No puedo
omitir una historia que siempre me atrajo (disculpen la digresión), dado que es un ejemplo de
desestructuración que hace a la calidad humana. No tengo datos precisos, pero
sí el concepto. Mediaban los 80 y en Francia, uno de los países
agrícolas del primer mundo. Un capo-cómico conducía un programa televisivo de
alto rating. En oportunidad de presentarse un funcionario agrícola a tal programa,
su conductor, Coqueluche, le pregunto cuánto costaban los cereales
acopiados en los silos, próximos a su exportación. Este le indico un precio
aproximado, que resultaba muy inferior con relación al precio minorista del
mercado francés. El cómico inicio una
disquisición sobre que era intolerable que un país rico como Francia
existiese gente con hambre. Así que lo conminó públicamente a que le vendiese
a él tales cereales, al precio que se vendía al extranjero, comprometiéndose
a generar alimentos preparados para dar de comer a quien lo necesitara. El
atribulado funcionario, ante la numerosa audiencia, no pudo más que avalar el
planteo. Coqueluche, para remachar la decisión entrevistó a otros
famosos galos (Deneuve, Delon, etc.) que dieron visto bueno a su
proyecto. Así surgieron las carpas Coqueluche, fiel a su origen de
payaso circense, que sirvieron para alimentar a quien lo necesitara sin
condicionamientos. Y eran épocas de vacas gordas para Francia. Luego, candidato presidencial, popularidad, accidente y
muerte en ruta... dejémoslo ahí.
Retomando, debemos considerar que las relaciones entre humanos - en cualquier campo- están signadas
por el grado de madurez alcanzado, más allá de ideologías, que para ser
internalizadas socialmente tales relaciones deben ser compatibles/correlativas
con tal nivel de madurez.
Debemos
destacar que los procesos de maduración, generalmente, emergen de las
sociedades más avanzadas, irradiándose progresivamente (del centro a las periferias).
El capitalismo salvaje del siglo 19
solo fue posible porque las masas obreras estaban preparadas para ser sojuzgadas
por sus patrones. Estos, herederos de la realeza, señores feudales, burgueses
conniventes con aquellos, y poseedores de un capital dudosamente
acumulado... La historia de sumisión/expoliación a las que
habían sido sometidas anteriormente lo hizo posible. Los principios de la
revolución francesa y su vigorosa expansión, impedían retrotraerse a
modelos anacrónicos de otrora, por cierto más “eficaces”.
En
definitiva, el capitalismo en su fase salvaje y su versión “light” de
fines del siglo 20, fue posible dada las condiciones preexistentes – ni
pensar por sus deficientes postulados teóricos, expuestos en el punto
2.2- que permitieron extender
esas relaciones asimétricas entre humanos que registra la historia:
amos y esclavos, reyes y súbditos, patrones y obreros,
hasta las más sofisticadas del presente: corporaciones y dependientes,
sin excluir a las otras nombradas precedentemente, que aun lamentablemente
subsisten en diversos grados y espacios en el planeta Tierra... Arduo
es y será el camino a transitar para imponer la igualdad y la libertad.
Estos solo se plasmarán cuando se destierren esas relaciones asimétricas
entre los hombres, reemplazándolas por otras apropiadas a tales principios y
coherentes con el grado de maduración social hacia el cual transitamos como
humanos.
Los medios de comunicación masivos actúan como catalizadores
más allá de su calidad e independencia, reduciendo tiempos y espacios de
propagación. El ideal de JUSTICIA anhelado es un “camino-solución” irreversible a transitar. Nuestra lucha cotidiana
por imponer tales principios llegará a consumar progresivamente la misma. En
otras palabras, lo que hagamos en el presente determinará nuestro futuro.
Cimentar las bases para el devenir de las nuevas generaciones, que tomaran
como derecho propio y “naturales” los resultados productivos que hemos
alcanzado. Es hora de pensar nuestros logros y los recursos con los cuales
contamos al presente. Los dos principios galos nos remiten al resguardo
individual, ante los frecuentes atropellos que sufrimos como personas. Pero
no son suficientes para lograr las expectativas de Justicia
anheladas. Es en el accionar colectivo de los hombres que lograremos
instrumentarlos adecuadamente, tanto en las instituciones como las
organizaciones. Debemos recuperar el tercer principio galo: La Solidaridad,
el equivalente conceptual actual al fraterno francés. Este no ha
logrado aún el pleno consenso social, fundamentalmente vinculadas a la falta
de maduración social aludida, en cuanto transitamos una etapa en la cual
el egocentrismo es la que aún rige predominantemente, impidiendo ver a
los otros como pares y actuar consecuentemente. ● Veamos el ejemplo emblemático, casualmente
de un galo, del cual la prensa publicó oportunamente: años atrás el
presidente de la Industria Farmacéutica francesa, fastidiado por la insistencia de organizaciones como Médicos
Sin Fronteras (MSF), ya Nobel,
que le exigían proveer a los países en desarrollo, con epidemias/endemias
devastadoras, remedios a un bajo costo, expresó su sentir: ¿por qué no le
iban a pedir tal reducción a las otras industrias?, como ser la RENAULT.
Creo que “desconocía” por entonces que aquella no fabrica remedios, hoy si lo
sabe dado que alguien se lo habrá hecho notar... En fin un “señor”:
egocéntrico, congruente con su época, pero inconsistente con
las demandas de la especie. Considerar a la salud como negocio es un
desatino, es un derecho inalienable del hombre. Como vemos, reitero
que aún la teoría de Müller y la adaptación freudiana no fueron
demostradas científicamente, la realidad las confirma sin hesitar...
Estimo que tanto el
accionar sindical como el cooperativismo en los siglos precedentes hasta el
presente, respondieron a demandas imperativas, ya sean condicionadas por
circunstancias espaciales y/o temporales que exigían conductas compulsivas,
en muchos casos heroicas, que culminaron con sus vidas. Tal accionar
minoritario es el germen del ciudadano solidario que florece en nuestras
sociedades, no en vano el “Che” es un ídolo para los jóvenes
trasfronteras, aunque sean vagas las referencias que posean sobre su persona,
es una forma de diferenciarse con este mundo injusto que les toca vivir. En
una larga y penosa escuela aprendimos lo funesto del accionar individual y su
falta de productividad social al “favorecer”, en el plano económico y la suntuosidad
consecuente, a un grupo cada vez más limitado de sujetos.
Por siempre
el accionar colectivo implica esfuerzos mancomunados. Y mucho más
frecuentemente de lo que suponemos, tal brío se disipa por una
aplicación inadecuada de los medios utilizados para obtener el
objetivo pretendido. Para ello, es necesario e imprescindible actuar apropiadamente.
Esto es el reaseguro de que tanto esfuerzo solidario no se
dilapide. Idoneidad no es sinónimo de inteligencia, sino que
incluye a la misma en la medida de las posibilidades de cada sujeto,
conjuntamente con otros valores trascendentes. Estos asociados al desarrollo
emocional que condicionan para bien o mal nuestra performance cotidiana,
de mayor incidencia que un Coeficiente Intelectual
elevado, como alude Daniel Goleman en su ensayo “La Inteligencia Emocional”,
Vergara 1996, imperdible por su recopilación de experiencias en tal campo (en
el punto 4 aludiremos
a este tema). Solidaridad e Idoneidad son los principios de
orden colectivo que nos permitirán consolidar los de carácter individual de Libertad
e Igualdad, alcanzando el anhelo de JUSTICIA inserto y
construido históricamente en la conciencia social de los hombres, que
trataré de fundar en los próximos capítulos. En los siguientes subpuntos
analizaremos los limitados conocimientos científicos del hombre (1.2) y el proceso de formación
de la conciencia social como base de los cambios sociales significativos en
nuestra historia humana (1.3).
Una
reflexión final de esta introducción. Reitero, que aún sus dificultades somos
artífices de nuestro propio destino. Creo que una aspiración general es alcanzar
una mejor calidad de vida, incluyendo a los poderosos, dado que
gracias a DIOS la inteligencia, el equilibrio emocional,
la salud y los afectos no se compran, ni se venden,
aunque lo intentemos vanamente. Limitar tal calidad de vida al confort en sus
niveles más elevados es un sin sentido, dado que es vacuo por sí mismo, al
satisfacer un aspecto parcial de nuestro existir. Ni quepa la menor duda que
cuando se alude que “el dinero no es la felicidad pero se le parece”,
no estamos alejados de una verdad que solo nos recalca que aún no
hallamos otras formas para alcanzar tal felicidad. Esta debe incluir
un desarrollo emocional que nos permita vincularnos adecuadamente con
el otro - como par e igual- siendo tal integración mucho
más trascendente que los bienes y servicios que acumulemos. Obviamente que
estos no son excluyentes, sino que deben ser incorporados al postergado
emocional. En definitiva, será un recorrido difícil, sin dejar de tener en
cuenta que cualquier “camino-solución”
que transitemos los humanos con el objeto de mejorar nuestra calidad de vida,
deberá compatibilizar el interés general con el particular, superando
los deficientes sistemas precedentes. Fundamentalmente, incluyendo una visión
que contemple el ser humano en su actual nivel de estructuración
psico-física – sus últimas versiones- como una interacción social y
política acorde a tal estructuración.
1.2 Limitaciones
en el conocimiento científico del hombre.
Las ciencias humanísticas
tienen en este nuevo milenio una responsabilidad aún mayor que el resto de
las disciplinas científicas más experimentadas. Éstas han alcanzado un
inusitado progreso en el siglo 20, determinando un mayor retroceso
comparativo en las ciencias del hombre y su inserción social, que el acontecido
previamente. Ser juez y parte resulta un enigma de difícil dilucidación
para los humanos. Ser objetivo en el análisis de su propia naturaleza
parece un fin lejano a sus recursos actuales, o inalcanzable por su propia conformación
psico-física. Según H. Wallon - psicólogo francés- cuando las emociones
y el pensamiento emergen simultáneamente invalidan las
conductas operativas consecuentes. Contrariamente, cuando la emoción
actúa como disparador del pensamiento, aseveración que desarrollaremos en el punto
4.3. Tal interferencia es imperceptible para el sujeto,
llevándolo a racionalizaciones teñidas de emociones inconscientes para
el mismo, acorde a la definición freudiana - su hija Anna lo
sistematizó – de los mecanismos de defensivos del YO, entre los
cuales se encuentra comprendido el aludido previamente. Clara y
frecuentemente observable en cualquier nivel humano - incluyendo el
científico- denominado en términos psiquiátricos pensamiento catatimico
y de mayor gravedad en aquellos que se defienden intereses personales con
argumentos racionales interferidos emocionalmente como el ejemplo aludido en
el punto presente sobre el funcionario galo aludido en el punto
1.1 ● . Esta última acepción, de mezclar
bolsillo, afecto y razón falaz consecuente, debería tener un nombre propio - diferenciándose
a la de racionalización- dada
su terrorífica manifestación, como así su “detección precoz” para salvaguarda
humana, como un signo de vade retro eficaz.
A tal
limitación en las ciencias humanísticas debemos añadir sus severas
dificultades actuales de reproducir artificialmente las conductas de
los hombres en la coyuntura y contexto original, individual o colectivamente;
o utilizar animales superiores que permitan traspolar sus conclusiones al
hombre (no
hay desarrollos similares), harán entendible las
limitaciones en el campo experimental, que “justifican” lo tardío de
su progreso. Invertir en Investigación y Desarrollo en las ciencias
del hombre y su interacción social debe ser prioritario, dada su ulterior
incidencia en el seno comunitario. Realmente un punto ciego, ya que resulta
inexplicable que siendo el hombre el núcleo de cualquier
proceso - directa o indirectamente- se tenga tan pobre conocimiento de
sus propiedades. Resultaría razonablemente inabordable cualquier proyecto,
fuere cual fuere su índole, en el cual no se tenga dominio sobre las propiedades
de la materia prima involucrada...
Cotidianamente padecemos de una
contradicción insuperada al momento: aspiramos a que los cargos de mayor
responsabilidad social estén en manos de quienes ostenten niveles de
idoneidad acordes, pero obviamente no es así. Tenemos el problema pero
no su solución ¿Cómo soslayar los
factores expuestos que subordinan cualquier otro que nos acontece? Simple:
como humanos omitimos considerar todo aquello que nos supera. Como en nuestra vida
privada, todo lo trascendente que omitimos hoy, por excedernos, luego, nos
vuelve con mayor virulencia... Que no hallemos respuestas
adecuadas no implica que los problemas no existan. Omitirlos es un
pésimo negocio humano.
La subjetividad es inherente
al ser humano. Y
tales limitaciones se agudizan aún más cuando la comprensión del hombre se referencia
a aspectos conflictivos de su naturaleza como son la inteligencia y/o
sus emociones. Estas argumentaciones explicarían el atraso
aludido,
pero no la justifican. La respuesta podría orientarse a que
el mercado
no tiene interés alguno en mejorar la calidad de vida humana sino hay un
"negocio",
traducido en medicamentos o servicios rentables corporativos. Difícilmente se
logre una droga normalizadora de las anomalías emotivas/cognitivas:
exigiría mucho tiempo y dinero sin garantía de éxito... Si definir niveles de
inteligencia es conflictivo, tanto para nuestra autoestima como nuestros
intereses ( dado que reconocer que otro lo es más, nos
puede costar una oportunidad de cualquier índole), enfrentar a nuestras
incontrolables emociones - manifiestas o no- es terriblemente más
complicado. Ergo, también mucho más postergables: ¿Quién
quiere enfrentarse con su lado oscuro?
Pensemos en los famosos Bill.
Uno, el empresario conocido más rico del planeta, que no debe estar pasándola
bien con el jaque judicial a Microsoft
y el cambio progresivo de los parámetros del juego que el mercado electrónico
fija. Estos trascienden a los postulados liberales de supervivencia y
competencia ya
no tan ineluctables, en los cuales solvento su imperio. Qué
bien le vendría un mayor conocimiento de sus emociones que le permitieran
enfocar inteligente tal conflictiva. Si es un adicto al no perder - tan arraigado en
los empresarios de su fuste- le resultará imposible
vislumbrar una salida adecuada que compatibilicé (léase satisfaga) sus
intereses y los de la sociedad planetaria. Como dice su
amigo Negroponte: “vive frustrado”. Claro, GATES
tiene recursos materiales infinitos para hallar, si quiere, los terapeutas
más sofisticados que puedan ayudarlo, aunque estos tampoco están exentos de
las severas limitaciones del presente en su profesión. Podría ser que Gates
haya hallado en su accionar filantrópico una sublimación a sus emociones,
además de una terapia adecuada. No es
menor involucrarse personalmente – incluyendo a su cónyuge- en tratar de
mitigar enfermedades endémicas mortales en zonas remotas del planeta, o la de
mejorar la calidad educativa, incorporando en Centros de Instrucción a
docentes de mayor nivel, logrando una mejora sustancial en los educandos
respectivos… Estimo que habrá logrado una maduración personal de tan
múltiples experiencias sociales, que asimismo pueden ser un ejemplo
vigorizante para sus también multimillonarios colegas.
El otro Bill, nada
menos que el ex-Presidente
de la mayor potencia mundial, en pleno auge en la era global, no pudo
y no creo que hoy pueda, controlar su adicción "oval".
Resulta sorprendente escuchar a inexpertos en materia psicológica - y algún experto
connivente, político o en adicción- que tal compulsión no
afecta sus dotes de estadista que tan bien llevaba, hipótesis no comprobable.
Asimismo que no se va a hacer público nada que afecte su ex-investidura, ni
él ni su familia tampoco. Tales
afirmaciones corroboran el mecanismo de negación/disociación de todo los que
nos resultan conflictivo/oscuro en nuestras vidas. En fin, es
contradictorio que siendo tan necesario y vital para los hombres - los ejemplos nos
refieren a que no habría exclusiones- incentivar el
estudio de las ciencias del hombre y su inserción social, la conflictiva
de la misma tendería a su postergación: simplemente, dejándola en manos
de los cientistas existentes y que la suerte les
depare avances considerables... Ello poco probable, no por la calidad
de los mismos sino por los recursos disponibles - considerando la implícita
interacción multidisciplinaria necesaria- que obviamente exceden a sus
propias posibilidades incrementarlos. El nivel de complejidad de
posguerra, generado por la irrupción de gran cantidad de conocimientos de las
más variadas disciplinas hace que se hayan licuado los genios
de otrora, que pudieron vislumbrar soluciones que sustentaron el desarrollo
aludido de mitad del siglo 20
en adelante.
La investigación actual implica la labor interdisciplinaria para que sea
fecunda y orientada, no librada a la suerte. Esto sin eludir
la imprescindible investigación en ciencia básica sustento de esa acción
interdisciplinaria productiva. Así se han logrado avances extraordinarios en
telecomunicaciones e informática bajando costos que sirven de base a otras en
el campo de la medicina, biología, farmacología, etc. Requiérese
un profundo incentivo en el estudio de las ciencias sociales y del hombre,
que permitan integrar todos estos avances que dejan atrás al actor principal:
el ser humano, cada vez mas
fragmentado en consumidor, ciudadano, usuario, etc. por las propias
limitaciones del conocimiento del mismo. Dejar en manos del dios-mercado
tal desarrollo científico sería una necedad. Esta salida,
eminentemente fundamentalista, es el comodín a todas las
incertidumbres que las postulaciones liberales no pueden afrontar/
vislumbrar/ solucionar, por las propias limitaciones del marco conceptual
de su doctrina, ni contar con MANDRAKE, MERLIN ni COPPERFIELD
en sus filas...
1.3 La formación de la
conciencia social: base de los cambios
sociales significativos
Los humanos construimos nuestra conciencia
social en un proceso continuo. Cotidianamente recibimos información
múltiple y el sentimiento concomitante que produce tal información (estupor,
indignación, decepción, indiferencia, simpatía, euforia, alegría, etc.).
Obviamente la misma sufre un proceso selectivo, prevaleciendo las de nuestros
intereses particulares y las de carácter general. Así, retenemos gran
cantidad de información/sentimientos, en estado latente, expectantes.
Es decir, expectativas que quieren ser satisfechas, como una necesidad
de descarga energética de los sentimientos concomitantes. La
información puede perderse o diluirse, pero el sentimiento no. Nos carga.
Pensemos cuando formamos un concepto cualesquiera: éste es una construcción
temporal, de igual forma que la conformación de la conciencia
colectiva. Cuando debemos explicitar un concepto, olvidamos los detalles
informativos que lo generaron, recordando el filtro intelectual / sentimental
operado que lo sustenta. Cuán difícil nos resulta rememorar cuando se
nos exige precisión sobre nuestra formulación conceptual y los hechos que
lo coligieron. Algo así cuando recordamos lo agradable que nos resultó
una película o un partido de fútbol, reteniendo prioritariamente el
sentimiento placentero, que el detalle del evento. Este estará en nuestra
memoria pero necesita ser rastreado/activado. Es decir, que el sentimiento
acumulado generalmente predomina sobre la información. Cuando su
acumulación es negativa, es una sensación desagradable. Sí un proceder de interés
general recibe la aprobación unánime, los medios aluden a que las expectativas
concomitantes han sido colmadas/satisfechas. Advirtiese una sensación de
alivio al descargar las mismas. Fenómeno de transmisión uniforme colectiva,
percibida por la gran mayoría simultánea e inequívocamente en virtud de la igualdad
constitucional básica lógico-emocional de los humanos... Tal fenómeno de transmisión
también se expresa al manifestarse mayoritariamente al unísono en el
murmullo, la exclamación o la risa en actos multitudinarios.
Contrariamente, cuando el
proceder no es el esperado, frustrándose la satisfacción de las esperanzas
latentes, la misma se acumula en nuestra conciencia. Ante la ausencia
de reacción pública manifiesta ante tales desencantos, no equivale a la dilución
de tales conductas objetables, igualmente se cargan emotivamente.
Tal proceso es extensivo tanto para aquellas que no son resaltadas positivamente,
o lo son fugazmente. Asimismo como las de carácter subliminal (tan
efectiva como la explicita). No pasan al olvido, quedan en nuestra
mente individual/colectiva. El tiempo imprecisará la información provista,
pero los sentimientos frustrantes o positivos se acumulan a los precedentes y
así sucesivamente. Los hombres públicos tan “pendientes” de las
manifestaciones sociales, no cuentan, en general, con este proceso.
Ulteriormente cuando la bronca de los ciudadanos se manifiesta por hechos
puntuales, parece desproporcionada entre lo que aquellos contabilizaron y la
que se expresa. Proceso extensivo a la vida familiar. Un experto en
relaciones conyugales, sabiamente, hacía referencia que cuando se discute en
pareja, iniciándose la reyerta por un hecho insignificante, como regla,
debe “pararse” y verificar porque se está discutiendo, dado que tal
disparador no justifica tanta vehemencia en la contienda. Las causas
de la desavenencia estarán estrictamente vinculadas al proceso de acumulación
silencioso aludido, que creemos que no existe por no manifestarse oportunamente
(demos fe que existe...)
Esta somera y precaria
descripción- totalmente perfectible- nos remite al uso de las
expectativas humanas latentes, que requieren de una lectura adecuada, con
interlocutores sociales válidos. El proceso es activo en cuanto a la
interacción aludida entre sociedad y el sujeto individual, pero pasivo
en cuanto a operar colectivamente: requiere de disparadores para su
activación. Lamentablemente, coexisten las que satisfacen con las
frustrantes, emergentes de experiencias denigrantes como el 11-S, que
capitalizadas por un retrogrado grupo como el de Bush, nos condujo a Afganistán,
Irak, Atocha – 11 M- y sus aparentemente inevitables secuelas
futuras. Estas lúgubres y cruentas experiencias servirán de freno para otras
que se funden en la mentira. En fin, no coartar la libertad de información
y ser tratados como iguales por los que tienen la obligación de brindarla.
Lamentablemente nuestra conciencia social se forma más que de experiencias
humanas positivas, que las hay, pero en franca minoría con aquellas que
sabemos que no queremos seguir padeciendo, como las vivenciadas al
presente en Irak (guerra, torturas, muertes civiles, etc.). Aspiro y es uno de los
propósitos fundamentales de este ensayo generar conductas positivas, que
puedan propagarse por contagio fructífero, contigüidad,
mecanismos humanos eficaces. Evidentemente
los medios de comunicación masivos trasfronteras nos permitirán
acelerar estos procesos de toma de conciencia, al evitar la omisión de
información, que aun distorsionada o deficiente, nos permitirá evaluarla, según
nuestros filtros personales e intereses. Esto dará lugar a la consolidación
de las expectativas latentes positivas en la conciencia social. Veamos
someramente como se producen tales cambios significativos en las sociedades:
Es bastante frecuente hacer
una lectura política que justifica determinados procesos, asignándoles un
origen a determinados grupos de poder (multinacionales, masones,
sionistas, etc.). Es decir que tales grupos - la lista puede
ser extensa- determinan el resultado político analizado, como un
designio ineludible ¿Se puede negar la existencia de los grupos de poder?
¿No es razonable - no justo- que los poderosos
intenten preservar sus intereses, a veces a toda costa? De tal
suposición pueden explicarse innumerables sucesos acaecidos, pero tal
postura no
lo hace con relación a porque sufrieron severas derrotas en
toda la historia humana (esclavos / dependientes; democracia
/dictadura; beneficios sociales/desamparo; justicia orgánica/ impunidad, etc.)...
Otra hipótesis utilizada por muchos analistas políticos es la de considerar
que todas las sociedades evolucionan hacia formas superiores. Por lo
tanto, el mañana será mejor. Un análisis retroactivo de la historia resulta
obvio que así ha sido y será, pero omiten las causas que originaron ese
difícil y cruento progreso logrado hasta el presente. Es decir, aluden al efecto
– el progreso generado- pero omiten considerar porque se
produjo tal progreso. Esta suposición es avalada por muchos políticos, dado
que al incitar a la pasividad del presente no pone en juego su
poder en lo inmediato. Los politólogos que la sostienen, o son conniventes
con el poder, y/o jamás condujeron un proceso organizacional. El
futuro fecundo se construye desde las decisiones del presente, no es
una concesión, es la consecuencia del esfuerzo persistente e inteligente
cotidiano... En nuestras pampas la tenaz lucha de las Madres de Plaza
de Mayo por sus hijos desaparecidos por y orden de las fuerzas militares,
contribuyó significativamente al restablecimiento democrático del 83, dada
su positiva y eficaz difusión mundial de las atrocidades cometidas en el
país por las Juntas Militares. Retomando, ambas concepciones expuestas tienen
un común denominador: nos
incitan a la resignación. Nadie - menos aún los
simples ciudadanos- puede contra tal poder.
Para que esforzarse hoy si el mañana-feliz
está asegurado por el solo devenir. Es decir una actitud totalmente
beneficiosa con los intereses poderosos y que seguramente ellos
fomentaran...
Los hombres en general tenemos dos
características comunes: ser
morales y transaccionales. Necesitamos justificar conceptualmente
nuestros actos - cualquiera
sea su nivel, aun los más atroces- con
cierto grado de aceptación social (colegas, pareja, descendientes,
familiares, allegados, etc.). Y a su vez transar en nuestras opciones
cuando estas pierden su estima - al
ser cuestionadas- de parte de los otros que nos interesan,
estos obviamente influidos por el consenso social contrario a nuestras
postulaciones (más afectas a nuestros intereses particulares que a los
generales). Esta
modificación del consenso general, emanado de nuestra conciencia colectiva,
es el arma que permite disparar eficazmente las complementarias
características del hombre expuestas – ser transaccional y moral- y a
su vez el retrotraer o paralización momentánea de los poderosos, ganando
campos de dominio que de otra forma no se lograría acceder.
Los anhelos de justicia y la
lucha contra su falta, como los logros positivos de los humanos, se han
desarrollado con los procesos descriptos. Y así será en el futuro, más allá
que me tilden de optimista. La resignación que nos pretenden imponer, que uno
asume sin exteriorizarlo - solo por impotencia- es el lubricante que
agita internamente nuestra conciencia social que se dispara en el momento
oportuno. Las mejores armas para disparar con que contamos los no poderosos
es actuar solidaria e idóneamente, sobre lo cual desarrollaré en los
capítulos respectivos del presente ensayo, fundándolo (Ud. decidirá lo acertado o no).
2. INDIVIDUALISMO Y CAPITALISMO.
El
individualismo fomentado es coherente con nuestro escaso desarrollo
emocional, proclive al accionar egoísta, inherente de nuestra
infanto-adolescencia. Edward BACH - terapeuta floral- cirujano,
bacteriólogo e investigador homeopático, afirma que la evolución del ser
humano está estrictamente vinculada al desarrollo de sus emociones (adhiero), a la cual apunta su eficaz
tratamiento, avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y experiencias personales que lo
corroboran (mi cónyuge es psicóloga UBA
y terapeuta floral). El egoísmo nos conduce a la falta de participación,
impulsando y reafirmando que el único camino es una salida individual, habitualmente
a costa de otros. Generalmente estas actitudes individuales son retaliativas,
interna y externamente: como culpa propia indefinida, es decir no
percibida como tal, o “venganza” directa o indirecta de los afectados.
El
Sistema Educativo es también
influenciado por este ensalce del individualismo, coherentemente con
los patrones egocéntricos predominantes. Consecuente, y generalmente, no fomenta
en forma adecuada, aunque lo intenten, la coparticipación ni la inserción comunitaria,
signándonos el camino hacia nuestro desarrollo personal en el ámbito
laboral. Contradictoriamente en las organizaciones empresariales
modernas se fomenta un sentido de pertenencia a la misma – más productiva para su negocio-
como el trabajo en equipo, que nos remite a una conducta grupal alejada de lo
individual. Nuestros jóvenes, condicionados a ese individualismo propugnado y
coherente al mismo, actúan renuentemente a tales propuestas como a dar lo
mejor de sí mismo en el ámbito que se desarrollan. He tratado de convencer a
mis hijos que lo hagan, aunque sea considerando que esa inserción positiva
sería para su propio beneficio (desarrollo personal) y no para quien
dependen circunstancialmente, sin éxito... Algunos, los más novatos
y/o cándidos, pueden aceptar tal invite a actuar en equipo, pero luego
de otras experiencias en el mismo ámbito propias o de otros compañeros, se
percatan de lo inútil de tal accionar, disparando la simulación (“hacer
como que...”).
2.1
Las condiciones
laborales en el capitalismo: su evolución al presente.
Quien haya trabajado en
organizaciones de cualquier naturaleza, puede percibir las falencias propias
de la misma. Pueda o no lograr captar las causas, pero seguramente no logran
dejar de observar y/o padecer sus defectos. Todas las teorías modernas de organización
han captado las falencias registradas en las mismas insertando correcciones
que transitan de un modelo formal piramidal de los siglos precedentes (básicamente industrial), hasta las actuales constituidas en equipos
interactuantes participativos, intracoordinados
hacia los objetivos empresariales. El modelo piramidal-formal genera en las
estructuras conductas poco propicias para la calidad de vida de sus miembros,
que repercuten en los niveles de productividad empresarial, corroborado esto
por las experiencias ulteriores cuando se migró a modelos más participativos
y ventajosos (para los empresarios). Podría
decirse que el modelo piramidal es propio del capitalismo,
compatible a su esencia. Está sustentada en la autoridad y su par
imprescindible: la sumisión. Mientras tal par marchaba
adecuadamente, el modelo funcionaba a la perfección. Desde el extremo
de tener en pensionados a trabajadores solteros, dándoles vivienda y comida
con un salario irrisorio, o simplemente se limitaba a un premio, igualmente
paupérrimo, cuando salía del mismo. Finalmente se impusieron otras formas que
implicaban la supresión de la provisión de vivienda y comida, por un salario
mayor que seguramente era inferior a los que demandaba como pensionistas. Es
decir, se ganó en ingresos empresariales, perdiendo el “control” sobre
los generadores de su plusvalía. Generalmente los factores para tomar
una determinación en quienes tienen la posibilidad de instrumentarla, se
conjugan y no precisamente tienen que ser favorables en su devenir
para quienes la impulsan, cegados por factores emocionales inmediatos (léase
ganar más money). Evidentemente para los humanos sometidos a ese tipo de opresión,
era preferible su libertad que una evaluación económica de su
encierro, que seguramente sería más conveniente con la casa y vivienda
asegurada. Convengamos que socialmente no era muy justificable para los
empresarios tal nivel de supresión de las libertades, más aún luego de la
revolución gala de 1789, dado que tal forma no era compatible con tales
principios. Así que tal liberación fue un “negocio” empresarial.
El encomillado alude al germen de un futuro
cuestionamiento al modelo capitalista. Los obreros quedaron así librados del
control autoritario directo de los guardias que vigilaban el pensionado, que
limitaban su capacidad de expresión e intercomunicación con sus pares...
El avance tecnológico implicó
la paulatina y progresiva incorporación de técnicos descendientes de las
clases dominadas, dado que la demanda superaba la oferta de los miembros de
la oligarquía, aún renuentes al esfuerzo-trabajo, asociados aún con los
niveles sociales inferiores. Por lo tanto se debió adecuar ampliando la base
educativa, desde los niveles básicos hasta la profesional. Aunemos los medios
masivos de comunicación. Estos incorporaron una visión externa independiente
del referente familiar. Ambos factores fueron generando un cuestionamiento a
tal modelo de autoridad-sumisión, cuya erosión se agudizo en la
segunda mitad del siglo pasado, correlativamente al vertiginoso incremento
técnico-profesional - y mayor educación respectiva- como la
propagación de los medios masivos de comunicación. Pero no solo tal
cuestionamiento, sumemos lo objetable de las conductas que emergen de una
estructuración piramidal. En ésta los cargos de responsabilidad, sean cual
fuere el nivel de los mismos, frecuentemente no son asignados a los
que ostentan mayor idoneidad para tales obligaciones. Tal “incoincidencia” puede generarse en un error del sistema
propio de la empresa o un acto deliberado de la misma, privilegiando
intereses ajenos al nivel de idoneidad de los agentes. Tales intereses no
solo son observados por los excluidos, tanto objetivamente por aquellos que
tenían un apropiado nivel para tal cargo, como subjetivamente por aquellos
que creían tenerlo. Inclusive para los cuadros inmediatamente superiores al
mismo, que pueden tener voz pero no voto. Aunque estos podrían objetar
tal nombramiento, implicaría un problema hacia su persona al poner en
evidencia un error en tal inadecuada postulación de sus superiores, que
podría serle retaliativa, subsanado con el silencio consecuente (independientemente si era correcta o no tal apreciación).
En fin, una cadena de conductas en conflictos que se agudiza
concomitantemente con la erosión sistemática del par autoridad-sumisión.
Adicionemos el concepto de rivalidad propia de la competencia individual,
bien vista originalmente dado el aserto de Adam Smith (1723-1790, escocés), que la suma de
los intereses individuales hace al bienestar general, trasportado a la unidad
empresarial... En cuanto a las conductas solapadas que genera la asignación
de cargos formales cuestionables, tenemos a la obsecuencia como reina.
La aceptación como natural para el subordinado de la autoridad formal,
implica que al ser él la
autoridad, exigirá igual nivel de sumisión a sus subordinados. Le resultará inentendible
quienes osen cuestionar su autoridad formal. Por ende, la arbitrariedad
será su patrón resolutivo. Veamos un ejemplo del par Autoridad-Sumisión:
● En una
prestigiosa Universidad Americana se realizó una experiencia en la
materia, que nos indicará lo trascendente de su erradicación o desaliento. Se
solicitaba la participación - remunerada- de profesionales
universitarios para un experimento científico. Este constaba de lo siguiente:
una cabina que poseía una palanca con un rango numérico de 0 a 220. Desde un
micrófono instalado en la misma, se le transmitían órdenes verbales sobre el
movimiento de la palanca referida. Frente a la cabina, un sujeto sentado y
atado a una silla metálica, unida a la misma por un cable. Cuando se daban
ordenes de manipular la palanca de 0
en adelante, progresivamente, hasta acercarse a los 220,
el sujeto exteriorizaba signos inequívocos de recibir descargas eléctricas,
concomitantes a la graduación de la palanca de comando. Registrándose en su
máxima expresión, los 220,
una electrificación-muerte del sujeto receptor. Finalizadas las pruebas, se
comprobó un alto acatamiento a deslizar la palanca hasta 220.
Cuestionados los que llegaron al tope, si al ver al sujeto-simulador
atado a la silla sufrir las consecuencias directas de su accionar (¿por qué no cesaron?) aludieron a que no pudieron
dejar de cumplir la orden. Dicen que hasta hubo divorcios.
Hitler revoloteó
en las pruebas. No es sorprendente, aun en el nivel intelectual involucrado,
para quienes tenemos cierto training en la observación de conductas. Así tuvimos la
obediencia debida justificante de cualquier acto militar y cualquier otra
barbaridad. Debe mitigarse toda fomentación de la obsecuencia, si mañana no
queremos ser víctimas de la misma.
Asimismo
las exigencias cotidianas obligan a aquellos que no tienen la capacidad
apropiada para sus tareas a una sobreactuación para “hacer de...” (
el rol asignado), denominado chambonaje,
cuya definición semántica nos remite a quien hace torpe, o azarosamente
bien, su trabajo. Ello genera conductas emergentes de tal falta de idoneidad,
de ambas partes (jefe-subordinados): delegación
inoportuna / inadecuada (alguien debe hacer lo que él no puede);
el favoritismo consecuente (todo se paga) y el exceso de atribuciones
de los favorecidos... Odios, rencores, envidia, alcahuetería... Un "clima óptimo" para el desarrollo personal e
incitación a otros incompetentes a su acceso a los cargos formales...
Generalmente
los ideólogos de las reformas que se tornan inevitables son sujetos que han
tenido una activa participación en organizaciones - ya sea como observador
pasivo o activo- y perciben las fallas de las mismas, generando ajustes
que permiten el crecimiento de la misma. El éxito o fracaso determinará lo
correcto o no de sus concepciones. Podríamos aseverar que el accionar individual
no es productivo a los fines institucionales, sí en grupo y
participativamente. Esto implica el otro irreversiblemente, para actuar mancomunadamente
como exige el management actual. Para lograr tan accionar conjunto se
requiere que los miembros de los equipos de trabajo con fines determinados
por los niveles gerenciales, estén debidamente motivados. Veamos un
ejemplo de motivación de posguerra:
Otrora,
luego de la irrupción de la URSS en el mundo, se intentaron modelos
alternativos que pudiesen compatibilizar el capitalismo y comunismo,
orientado a lograr niveles de motivación adecuados, ergo mayor productividad
empresarial. Tal propuesta fue efectuada por gurúes económicos vigentes,
surgiendo la racional propuesta de cogestión obrero-patronal. Básicamente,
se asignaba a los trabajadores un porcentual considerable de la
rentabilidad de la empresa, que ataba razonablemente a los mismos a la suerte
de aquella. Tal incentivo debería movilizar a aquellos a ponerse la camiseta
empresarial, dado que compartirían las ganancias con el empresario inversor
del capital. También la dirección de la empresa con participación minoritaria
en el directorio. Una hipótesis que debería resultar viable, redundando en
los niveles de productividad que se esperaba. Los idearios de tal modelo no
contaron con los resabios culturales existentes en ambas partes. Ni
los patrones ni los empleados estaban convencidos de tal acuerdo. Aquellos
no se resignaban a perder lo que debían ceder a sus subordinados, que
eran visto como inferiores, sin la capacidad de crear y disciplinarse como
ellos para lograr sus objetivos. Obviamente omitían considerar que con
la plusvalía que generaba el trabajo de los mismos, los actuales o
circunstanciales anteriores, pudieron hacer su capital,
independientemente de la evaluación personal que hacían de sus subordinados.
Estos a su vez desconfiaban de tal “generosidad”, conociendo el pensamiento
general de los patrones, dada las aciagas experiencias acontecidas precedentemente.
No solo su participación en la toma de decisiones era exigua - menor
adiestramiento en tales habilidades- si no que estimaban que la
información era retaceada para el beneficio de los capitalistas en las
proporciones que le correspondían. Difícilmente pueda cogestionarse en
tales circunstancias. Aunque habrá experiencias positivas, dado que no
todos - en ambos bandos- habrán actuado de igual manera, el modelo en
general sucumbió dado que prevaleció la desconfianza mutua. En fin,
un desconocimiento de la conducta humana que priorizó un modelo basado en
parámetros exclusivamente económicos, no contabilizando aquellos que hicieron
finalmente extinguirse tal fusión, que excedía a sus conocimientos económicos
(nada inusual por siempre).
Al presente
las múltiples alternativas experimentadas han fracasado por varias razones, no
muy distantes de lo acontecido con la cogestión precitada. La entrega
de acciones o alguna forma de participación en las ganancias, no ha surtido
el efecto deseado aun los acuerdos entre partes sobre determinado tipo de
objetivos a alcanzar. No es extraño desayunarse con el quiebre sorpresivo de
su empresa o de otras similares, despidos, sin poder interferir en tales
decisiones por serle ajenas a sus alcances. Hoy en día la motivación se
sustenta más allá de servir a la organización, sino en la de preservar su
fuente de trabajo, tan sujeta a modificaciones que no le garantizan su
permanencia en la misma. Y mucho más grave, que se percibe que excede al
nivel de idoneidad que posea el sujeto, sino a parámetros económicos de
rentabilidad. Algunos teóricos sostienen que la base del capitalismo se basa
en meter miedo. Postulación coherente con nuestra aseveración que el
modelo capitalista se sustenta en el par autoridad-sumisión.
Este implica una relación asimétrica entre las partes
involucradas, que incluye el sometimiento, solo sustentado por el miedo
al circunstancial superior, o lo que representa, por múltiples causas.
No cabe la
menor duda que cualquier modelo que se implante en el sistema capitalista,
que involucre un acuerdo empresario-trabajadores, fuere cual fuere su
naturaleza o método, se formalizará ya que el margen para los asalariados es
exiguo para no aceptar. Harán “como
que” se involucrarán pero no se consustanciaran con los acuerdos
respectivos. Podrán funcionar en su fase inicial pero el tiempo irá minando
su falaz entusiasmo. Y volverá a reformularse el acuerdo ¿
Qué margen puede tener el trabajador? En la vida, en
cualquier ámbito o actividad “hacer de...” no ser, es un mal
negocio. Ello implica la falta de identificación con lo actuado, resultándonos
ajenos a nosotros mismos. Ergo, no se crece, se transitan las circunstancias
sin valor agregado alguno. En otras palabras, nos acomodamos a las
situaciones sin asimilarlas. Son muy pocos los humanos que pueden
trabajar a gusto, sin presiones. Entre estas, llevar el sustento a su hogar;
demostrar que uno puede triunfar; el fracasar; tolerar a veces lo intolerable
en la condiciones de trabajo; no alcanzar lo que se le retribuye o tener más
ambiciones que posibilidades: etc., etc.,... Nada fácil hallar una salida
adecuada a tales presiones. Algunos optan por tener claro que su trabajo es
un medio para otros fines más placenteros para su persona (deportivas, artísticas,
etc.). Esto implica resignar a superarse en el mismo, limitándose a
cumplir lo indispensable que se le exige. Una solución parcial, no exenta de
complicaciones, tanto internas - en el mismo ámbito de labor- como
externas. Esto tanto si conforma una familia, o no logra desarrollar
adecuadamente las actividades extra-laborales que le resultan agradables...
Una
solución fantaseada por muchos es la de ser independiente, siendo así
su propio jefe fijando sus objetivos. Pero esto es una falacia.
Generalmente, depende mucho más del mercado, debiendo estar demasiado
pendiente de sus usuarios que no tienen por qué responder a sus expectativas,
riesgo que difícilmente compense esa “autonomía”. Quien desarrolle
apropiadamente su labor difícilmente dependa de un “jefe”. Éste “existe”
cuando uno denota fallas en su tarea, dando lugar a su intervención,
dependiendo ésta de la ubicuidad, formación y personalidad del respectivo
superior. Generalmente, un trabajador idóneo genera una barrera de contención
natural para las intervenciones desatinadas de un jefe formal, el cual no
posee generalmente un sólido dominio de su metier. Tal jefe a su vez es
conocedor de sus propias limitaciones, ya que antes de serlo era un
trabajador como al que puede acosar-perturbar. En fin, identificándose con el
mismo, transformándose de víctima de otrora a victimario del presente.
Asimismo el trabajo independiente, reducido en el número de personal,
pierde una de las características básicas de transmisión del conocimiento: la
contigüidad. La interacción vivencial con otros sujetos de menor, igual o
mayor nivel en su metier tornase imprescindible para su crecimiento
profesional. Igualmente con otros de diferente actividad en la cual pueden
intercambiar procesos transferibles a su especialidad, sin excluir las experiencias
positivas humanas concomitantes, enriquecedoras de su persona. Los humanos
requerimos de disparadores para asociar ideas. Por ahora no podemos rastrear
nuestro cerebro en forma automática. Para ello necesitamos
concentración-tiempo y no siempre nos es posible. Cuantas veces dormitando
logramos soluciones que no aparecen en el sitio respectivo. Tal contigüidad
favorece estas felices irrupciones, sin perder el reparador sueño.
Asimismo,
la tendencia a la conformación de megaorganizaciones, emergentes de
fusiones que tienden a reducir costos aunando cargos similares en las
organizaciones integradas. Obviamente para beneficio del capital y perjuicio
del trabajador despedido. Estimo que no
es el modelo a seguir, dado que cuanto mayor número de trabajadores menor el
conocimiento virtuoso o defectuoso de los mismos, delegándose excesivamente
la transmisión de sus características en documentación. Esta, difícilmente
trasunte adecuadamente a las mismas. Tal falacia puede beneficiar o perturbar
indebidamente a los agentes involucrados, generando conductas indeseables
para la organización: frustración para algunos, sobrestimación para otros,
que luego devienen en otras para tolerar tales situaciones. Como ser indiferencia,
obsecuencia o cualquier otra conducta perturbadora. En fin, actitudes que
“hacen” a organizaciones como las aludidas.
Estas
frustrantes experiencias de inseguridad expuestas como ser conducidos por
chambones, ha germinado una concepción contraria al modelo capitalista. La
exigencia de la autoridad moral - quien se lo merezca por su
idoneidad/calidad de persona- a la formal, impuesta por sus
superiores, que pueden o no tener tal nivel de conocimiento y/o calidad
humana, es un factor trascendente que socava la autoridad-sumisión en
el cual se sustenta el modelo imperante y contrario al sentido de
justicia inserto en su conciencia social.
Este hacer “como que” no es saludable para la inmensa mayoría de los
integrantes: los trabajadores. En fin, evidentemente debemos remediar tal
incongruencia: ¿es compatible jugar en equipo y mantener nuestros patrones
personales de individualismo?
Una
última reflexión: los
gurúes del capitalismo en sus análisis de modelos motivaciones grupales, se
hallan frente a un dilema inevitable. Como justificar los fracasos de estos
modelos grupales coparticipativos experimentados en
cuanto no implican una panacea (aunque
su productividad resulta superior al del accionar individual). Ni los
capitalistas aceptarían volver al accionar individual, dado que los criterios
no serian uniformes y podrían perder frente a la
competencia conformada en equipos disciplinarios e interdisciplinarios.
Estimo que tales gurúes no pueden decirle a sus mandantes, so
pena de perder su fuente de ingresos inmediata, que la falla no está en el
accionar grupal sino en la falta de una motivación adecuada a trabajar por
objetivos. Desde que pueden ser tales objetivos retaliativos a los
trabajadores; que no tienen acceso sobre la situación de la empresa, como ser
su disgregación o vaciamiento; o cualquier otro imprevisto que los
perjudique. Harán “como que” participan de los proyectos que los conminan a
producir - no tienen márgenes para eludirlo, so pena perder su trabajo-
sin consustanciarse, siendo ello la causa de su restringido éxito. Cada vez
se mastica menos vidrio...
En
otro orden repasemos las más evidentes fallas del sistema capitalista:
Recientemente asignaron el
premio Nobel de Economía a un psicólogo - Daniel Kahenman-
cuyos trabajos en equipo con otros economistas demostraron lo cuestionable de
las interpretaciones vigentes hasta el presente con relación a la
racionabilidad del individuo en sus transacciones económicas. Hasta ahora
para los economistas se suponía que un sujeto actuaba en extremo analítico al
efectuar las mismas, garantizando cada uno de sus actos a los efectos de
lograr para sí los mayores beneficios. Quienes emergen de las ciencias
sociales, con cierta “calle”, sabemos que tal argumentación era falaz, con
solo observar nuestra propia conducta, la de allegados y consumidores en
general en el transcurso de nuestras vidas. Como la falta, a veces absoluta,
de racionalidad en nuestras operaciones comerciales, condicionadas por
nuestras emociones, casi en estricta relación a la inversión efectuada.
Obviamente nadie quiere reconocer tales garrones, ya que quedaríamos como
imbéciles. Los espejitos de colores siguen vigentes y no precisamente para
los indios... Envase, ubicación en góndolas, mensajes distorsionados,
omisiones intencionadas, consejos de amigos (las cosas que uno ha
comprado por estos), etc. En fin, debemos aceptar que quien vende no-asesora,
te “engancha”. Es decir, bastante antes de que se hicieran tales trabajos
científicos que devinieron en el premio. Siempre he afirmado que no se puede
entender como una disciplina científica como la economía, de la cual parece
que dependa el planeta, se sustente en principios que no le competen a la
misma: confianza, estados emocionales, racionalidad, más
cercanos a las ciencias que estudian al hombre. Aún las limitaciones en
este campo, su evaluación sería más certera que los usados por los
economistas. Asimismo varias veces los gurúes en tal metier afirman públicamente
que no pueden predecir, sino
analizar productivamente lo sucedido con los múltiples y eficaces recursos
que provee la ciencia económica para tal objetivo. Ratificado esto en el Foro
Económico Mundial de Praga en el 2000, que graciosamente expuso uno de
sus principales oradores. Sería como si el mecánico nos explicara en
el nosocomio, o en el cementerio a nuestros deudos, las causas por las
cuales chocamos con nuestro automóvil a su cargo profesional...
¿Tenemos idea del
negocio que implican las interacciones de los expertos tramadas en siglo
pasado? No estoy hablando
de las transacciones comerciales que implican el ejercicio de su profesión,
sino de los intercambios humanos relativos a estudios, investigación, cargos
desde ejecutivos a otros de cualquier naturaleza, incluyendo los de los
sistemas educativos afines, etc. Reconocer lo endeble de la cimentación
de su ciencia implicaría un desastre en tal tramado, pacientemente
organizado, devenido en ese discurso homogéneo - cada vez más inconsistente-
que se mimetiza con el concepto de globalización. Obviamente extensivo a
cualquier campo donde existan personas en interacción, que impliquen
intereses conexos. La preservación de éstos entre los miembros
será primordial para su beneficio, independientemente de sí sus principios
ideológicos son sostenibles o fueron superados por la realidad. Siempre
prevalecerá esa tendencia al resguardo del beneficio que se obtiene,
fundamentalmente de aquellos actores que usufructúan el mismo. Pero simultáneamente el discurso para
justificar tales conductas se debilita frente a las fisuras que presenta el
mismo, chequeados ante las experiencias cotidianas que lo contradicen.
Quienes objetan, pretenden ganar espacios de poder que ostentan los que
tienden al mantener el statu quo fijado. En fin, los estudios psicológicos
nos indican la natural tendencia de mantener aquello a que adherimos o
nos fue impuesto o asignado, probado como eficaz en determinados lapsos,
cuestionados con razón al presente. A nadie le resulta fácil cambiar su “mochila”,
cuando esta le ha dado resultados individuales satisfactorios, tanto sea en
lo material como en su coherencia ideológica, tomada – o no- de otros.
Mayoritariamente los hombres nos adaptamos a las reglas de juego en las cuales
nos desarrollamos, hasta tanto su cuestionamiento torna insostenible a las
mismas. Obviamente este “cambio” es un proceso temporal que conlleva
periodos extensos, que en nuestra era serán cada vez menos, dado el
vertiginoso fluir de la información. Quienes cumplen el rol de cuestionadores,
válidos, actúan como los viejos exploradores del siglo 19, pero en vez
recorrer el espacio, transcurren en el tiempo, con la misma sed de
indagación. Es decir hacen prospección, poseen y analizan la información circulante
que genera pautas de conductas estándares en determinada coyuntura, rastrean
otra información no disponible en general, que objeta a la vigente y actúa
como disparador de la investigación, pero de mayor grado de veracidad que la
utilizada e infieren consecuentemente otras conclusiones que empiezan a
circular. El grado de validez de las mismas determinará si se impondrá o no.
Un proceso cíclico, sinuoso, muchas veces cruento al
luchar contra los intereses dominantes, que hace a la historia
humana y el germen de su evolución. Obviamente ésta no es simple y lineal,
sino con avances y retrocesos que muchas veces generan dudas de los coetáneos
a tales tortuosos procesos, dado que tal coexistencia impide tomar distancia
y tener una perspectiva adecuada.
Retomando el plano
económico, el reconocimiento de la existencia de sujetos interactuantes poco
racionales, en los que prevalecen sus estados emocionales, conforman el
mercado. Ergo, nos
indica lo incongruente que implica dejar en manos de aquel las definiciones
que afectan al conjunto. El mercado se rige por el aquí y ahora, no
puede responder por el mediano y largo plazo, vinculado a la racionalidad. Es
decir competencia de aquellos que deben velar por el bien común: los
dirigentes políticos. Estos y los economistas dejan mucho que desear, Dios
nos guarde. Cualquier teoría para ser válida, siguiendo el método hipotético
deductivo, consiste en generar una hipótesis, que ulteriormente sea
comprobada fehacientemente como compatible a la misma, en las múltiples
circunstancias que se da tal hipótesis. Las fallas de tales inferencias nos
indican lo endeble de tal teoría, que requiere una revisión o ser desechada.
Convengamos que esto es relativamente “fácil” en las ciencias exactas y
naturales, no así en las ciencias sociales, cuyas limitaciones en su
capacidad de experimentación nos deparan grandes sorpresas y su invalidación
puede llevar siglos...
En
definitiva, demasiadas grietas en una ciencia que ha sustentado al
capitalismo, a expensas del sufrimiento de los habitantes del planeta Tierra,
ya sea en lo monetario o en su calidad de vida. Muy poco es lo que se ha
hecho para mejorarla cuando es posible, proveyendo salud y educación para
revertir tal situación, como expusimos en el punto 1.1 ●, según datos del libro de
Bernardo Kliskberg. Es más, el mayor aporte sería invertir en
investigaciones multidisciplinarias en materia económica que impliquen
una visión global, incluyendo las limitaciones en el conocimiento
científico en los estados emocionales y los niveles de inteligencia de los
humanos, en definitiva consumidor y componente esencial del mercado. Sin
excluir el resguardo del hábitat frente al desarrollo económico. Los avances
científicos en todas las ciencias permitiría llevarlo a cabo con altas
probabilidades de hallar respuestas positivas para el planeta, solo falta la
decisión política de los grandes del grupo de los 8 (
G 8). Lamentablemente, de solo pensar en el nivel de la mayoría
de los líderes de tal grupo, deberemos esperar...
3. LA
SOLIDARIDAD: Un negocio de excelencia
Aludo
a “negocio” pues creo que a los hombres no se les puede exigir aquello que no les resulte “conveniente” para sus intereses
personales, presentes y futuros. De “excelencia”, pues es de mayor trascendencia
en las sociedades. Ya aludimos que es el equivalente conceptual del fraterno
galo, dada su más secular definición semántica y alejada de la conflictiva
familiar que denota “hermanos”. Principio que no ha logrado ser internalizado
como los ya referidos de igualdad y libertad por múltiples
razones. En primer término en cuanto el nivel de maduración social de
la especie nos remitía a una conducta individual, sostenida en actitudes
egoístas. Es decir, en sus limitaciones madurativas que nos impiden ver a los
otros como pares/iguales, miembros de una comunidad hacia la cual transitamos
como humanos. A tan gravitante causa, sumémosle otras poderosas razones,
emergentes de igual inmadurez social, de orden ideológico, asociando la solidaridad
con la izquierda, el gremialismo o la pobreza. Transformándose así en enemiga
“natural” de los acérrimos liberales que vislumbran a la misma como el
opuesto a sus postulaciones individualistas, fundadas en el aserto de A.
Smith que la suma de los intereses particulares conforman el bienestar
general. Principio – también compatible con la maduración social de
su época, siglos 18/19- que es solo una hipótesis temeraria sin
confirmar, tanto por la ciencia económica como las del hombre, estas más
afines para evaluar tal aseveración. Pensemos que sería de una de las
afirmaciones preferidos del acervo liberal: “se es pobre porque se quiere”.
Un anacronismo conceptual que en el transcurso de este siglo se irá
disipando hasta su extinción (del concepto y sus “portadores”...). Una liberal nativa que por su
extenso trajinar en los medios masivos, perteneciente al grupo FOM (figuración
o muerte) hacia a tal aserto referencias oportunas. En una de sus tantas
presentaciones televisivas comenzó a relatar con efusividad las virtudes de
su padre, el cual era su orgullo. Sorprendentemente aquel era portero de un
edificio que con su loable sacrificio y visión había sostenido la carrera
universitaria de su hija, dado los limitados ingresos del salario de su
actividad. O un Edipo no muy bien resuelto y/o no tenía claro los
fundamentos de sus ideas liberales que no podían explicar el ensalce
paterno con su “pobreza” (digamos ambos).
¡Bah! el único que la tenía clara era el padre. Un proceso bastante
común en estos liberales, algunos con un nivel intelectual elevado y cultos,
es sostener con racionalizaciones – mecanismo
por definición inconciente- los argumentos
de su doctrina, agravándose el grado distorsivo de tal mecanismo, cuando
defienden intereses económicos que afectan su bolsillo (frecuente).
Personajes dogmáticos, inmaduros, propios de su época, individualistas por
egoísmo, no por convicciones; algunas de estas racionalmente fundadas otras
insostenibles, con lo cual no puede sustentarse una teoría científica seria
como hemos expuesto en el punto 2.2 al
fallar sus premisas. Como dicen agudos perceptores de conductas: cocinados a
fuego rápido, maduros por fuera, crudos por dentro...
Tomemos otro ejemplo emblemático:
el darwinismo social. Estudios recientes de una experta en la teoría
de Darwin, Helena Cronin, 57, filosofa, cientista social y
codirectora del Centro de Filosofía de Ciencias Sociales y Naturales de la
London School of Economics,
sostenía que el científico inglés para nada se refería a la lucha entre
especies para lograr la supervivencia del más apto, sino todo lo contrario.
Aludía a la cooperación entre las especies resaltando lo siguiente: "Si
miran atentamente la naturaleza, encontrarán que no todo es brutal y
salvaje. Los animales no son egoístas; avisan cuando hay un predador,
comparten su comida, adoptan a los huérfanos. Se comportan mucho más según
las reglas morales de Esopo que según las normas individualistas que
la selección natural parecería favorecer". Cronin aseguró a
su auditorio, nada menos que en la conferencia anual de los popes del mundo
económico-financiero y político de DAVOS 1999, que es más fácil
prosperar si se establecen relaciones recíprocas de colaboración. Esta perspectiva
supone una reflexión más aguda acerca de cómo funciona el mundo que la que
popularizó Andy Grove, de la firma Intel, según la cual "sólo
los paranoicos sobreviven". El tipo de darwinismo de Cronin
revela que el altruismo y la generosidad producen más réditos que sus contrarios.
Ante los CEOS presentes en el Foro, Cronin destacó el otro lado
de la paranoia, la "pronoia" es la idea de que los demás no
están para molestarnos sino para amarnos si nos mostramos nosotros también
dispuestos a hacerlo. Según este nuevo darwinismo, sólo los pronoicos sobreviven y prosperan. A medida
que ingresamos en un nuevo milenio, una nueva generación de darwinistas, con Cronin
a la cabeza, está poniendo de cabeza todas las creencias de la década de los
80, al sostener que la mejor adaptación al medio, está mejor representada
por la generosidad de espíritu que por el individualismo a ultranza. Cronin
pasó los últimos veinte años releyendo a Charles Darwin para demostrar
que la interpretación usual que hemos hecho de sus teorías está errada. "Darwin
afirmó que la guerra de la naturaleza no es incesante y que quienes son
felices sobrevivirán y se multiplicarán", dice Cronin. Por
eso propone deshacerse de las creencias equivocadas sobre los principios de Darwin,
según las cuales, por ejemplo, para sobrevivir debíamos convertirnos en una
especie de "asesinos naturales". La revisión radical del
darwinismo que hace Cronin va contra la corriente y se revela como un
pensamiento esencial y de gran actualidad. El verdadero Darwin enseña
que tal vez los paranoicos sobrevivan, pero fundamentalmente, que sólo los pronoicos tendrán éxito. Afirma Cronin:
"Durante largo tiempo se entendió que el darwinismo prescribía hacer
aquello que nos beneficia directamente. Pero sólo recientemente se comprendió
que se puede hacer lo que es bueno para sí mismo mediante el altruismo y la
cooperación, en lugar del egoísmo y el individualismo".
Sin
ser un experto en los postulados darwinianos, no podía comprender como un
hombre de su nivel intelectual podía sostener semejante desatino en cuanto a la
supervivencia del más apto, que traspolado al
mercado equivale a una autorización a actuar como "asesinos
naturales". Pero fundamentalmente a intervenir como tales
coyunturalmente, cuando tal proceso es a través del tiempo. Es decir,
traspolar algo diacrónico en sincrónico, desnaturalizándolo. Siempre
sospeché que la misma había sido ajustada a los parámetros del liberalismo
para cerrar coherentemente sus postulaciones teóricas. Mi desconfianza surgía
que los estudios de Darwin eran precedentes al siglo que culminó, en
que numerosos ejemplos suscitados en el mismo contradecían tal postulación,
además de los avances científicos en la conducta del hombre. En cuanto a
regirnos por el precepto cristiano de ”Amaos los unos a los otros”,
como alude Cronin, creo que
deberíamos adaptarnos al efectivo “No hagas a otro, aquello que no te agrada
que te hagan a ti”, más afín a la transición humana que hemos aludido, sin
transformarse en una expresión de deseos.
En
la conferencia de DAVOS, Cronin ilustró el poder del altruismo
tomando un ejemplo concreto: "En Gran Bretaña, la sangre se dona. Los
donantes se sienten orgullosos de ser personas buenas y altruistas. Nunca hay
escasez y la calidad de la sangre es muy alta porque la donan las personas
más sanas. En los EE.UU. ocurre lo contrario. Se le paga a la gente
para que done sangre y de allí derivan dos grandes problemas: la calidad de
la sangre es mala, porque quienes tienden a donarla a cambio de dinero son
adictos a las drogas y pobres (que
pueden tener problemas derivados de una alimentación deficiente) y en
segundo lugar, nunca hay suficiente sangre". "Hace dos años, cuando se discutió en Gran
Bretaña la posibilidad de que se pagara por la sangre, se desató un
escándalo. La gente no quiso donar más, ya que sentía que se perdía la lógica
del don. “Cuando alguien nos
da plata, no sentimos las mismas emociones que cuando nos demuestran afecto",
sostiene Cronin. Lo importante es que la historia del banco de sangre
británico y los factores esenciales del altruismo están empezando a aparecer
en todos lados en la nueva economía. Los paranoicos no la están
pasando bien con esta nueva regla que dice: cuanto más se da, más se
obtiene. ¿Ejemplos?, América Online está a punto de regalar computadoras.
El sistema operativo Linux se encuentra fácilmente disponible y es
gratuito. eFax.com ofrece servicios gratuitos de fax. El bien
estratégico es la generosidad, no la avaricia. Don Norman, autor de The Design of Everyday Things ("El
diseño de las cosas cotidianas") abandonó Hewlett-Packard en 1998
para trabajar solo. Asegura que su activo más significativo es la lista de
10.000 nombres en su PalmPilot. Del mismo modo que
los británicos donan sangre, Norman se ocupa de poner en contacto a la
gente para beneficio mutuo.” En
nuestro país existe el Paraguas
Club, que pretende unir en emprendimientos a quienes tienen algo
que aportar (maquinarias, experiencia, idoneidad, etc.) nos remite al espíritu solidario
trasfronteras. “Cuanto más ofrece su
tiempo y sus contactos, más florece el negocio de Norman. La nueva
regla no tiene que ver con la disminución o el aumento de los retornos sino
con su exponencialidad. Esto es la economía
del don, en la que el dinero carece de significado y el don es
la nueva moneda. Cuando más dan un negocio o un trabajador individual, más
reciben. ¿Qué es la economía del don? Está basada en nociones tribales
en las que el don es igual a una divisa, no a una propiedad. Un
don debe ponerse en circulación. El altruismo cambia
fundamentalmente las ecuaciones económicas y competitivas. Según los
observadores, la mayor amenaza para Microsoft no es el Departamento de
Justicia de los EE.UU., sino el crecimiento de los movimientos que reclaman
libre acceso al software. Bajo esas nuevas leyes, Linux recompensa a
su grupo de programadores de elite, no con plata sino con prestigio. En 1976,
Bill Gates acusó de chapuceros a quienes pedían el libre acceso,
afirmando que nadie podía obtener trabajo profesional a cambio de nada. Pero
hoy, aunque su porción total de mercado es pequeña, Linux presenta un
interesante escenario competitivo: si por ejemplo, China adoptara Linux
como sistema operativo para el país, quien posea China poseerá el
negocio del software. Incluso los piratas de software prefieren tener las
cosas gratis antes que robarlas. Estos cambios recién están tomando forma y
desafían el deseo convencional por competir. También ponen muy incómodos a la
mayoría de los hombres de negocios con altos niveles de testosterona. El gurú
del management Peter Drucker sostiene que el propósito definitivo de
una compañía en la vieja economía es obtener ganancias. Pero actualmente,
tener un argumento convincente puede ser tan importante como tener un
producto convincente. Lo principal no es un mero número, sino una emoción, un
estado mental, una promesa creíble. La economía de la transacción está
cambiando en dirección a una economía del don. Y en el proceso,
aprendemos a reinterpretar algunas lecciones fundamentales de Darwin.
En los últimos días del siglo 20 y en los comienzos de la economía
digital, el mundo se parece a las Islas Galápagos que encantaron a Darwin.
Internet es el nuevo espacio de la creación: vida en estado
embrionario, evolución girando en espirales, especies exóticas, islas
encantadas.” Agregaríamos que fundamentalmente está en manos sociales,
inaudito en pleno auge capitalista (¿ o no
tan insólito por el ocaso de tal auge?). “Es el sitio ideal para que el gen del altruismo de un paso decisivo
hacia la evolución y el cambio de las conductas. Antes de la Revolución
Industrial, las polillas eran de color claro. A medida que las
fábricas y las poblaciones crecieron, estos insectos se volvieron más oscuros
y hacia 1950, el 90% de la población de polillas había ennegrecido. He
aquí el agente darwiniano del cambio: los pájaros cazaban las polillas
según sus posibilidades de visión. Las polillas más oscuras, mejor camufladas
en los escenarios fabriles, no eran presas tan fáciles. Para Cronin y
sus colegas, un cambio similar en la evolución está ocurriendo con el gen del
altruismo, que literalmente significa preocupación por el otro. Si
bien ha sido recesivo en la mayor parte de la historia, en la nueva
economía se vuelve dominante. Una economía más grande, más rica y más
interdependiente, implica condiciones para favorecer el desarrollo del gen
del altruismo, del mismo modo que la Inglaterra llena de
hollín, favoreció el ennegrecimiento de las polillas”. Estos encomillados de Cronin fueron tomados del artículo publicado en
el suplemento económico del diario argentino Clarín, el 7 de noviembre de
1999, reproducido a su vez de la revista americana Fast
Company.
En términos de John Stuart Mill, (Inglés 1806-1873)
estas “temerarias” afirmaciones de Cronin, estarían en la fase del ridículo, que él estima
como inicial cuando el tema es controvertido socialmente. Aunque creo que con
el nivel alcanzado de instrucción ciudadana al presente, esta etapa del
ridículo quedaría en ella si así lo fuere, no pasando a la de discusión y
ulterior de aceptación o no que postula el inglés. Los de éste, siglo 19,
eran tiempos más rígidos, que ante cualquier postulación que cuestionará el
basamento del saber coyuntural era tomada – incluido el mensajero-
como ridículo. Hoy si una temática es controversial y viable como la de Cronin, ingresaría a una primera etapa que
denominaríamos de escepticismo y luego a la segunda fase (la discusión).
Los asertos de esta estudiosa son trascendentes para la evolución humana,
debiéndoseles discutir indubitablemente. No es cuestión de ser optimistas
sino de verificar científicamente los mismos, como ya hemos expuesto en las
serias limitaciones del conocimiento humano, que deben incluirlo como
prioritario. Los CEOS reunidos en Davos habrán pasado
una noche intranquila, reflexionado si era factible la era del DON, nada más opuesto a su formación liberal.
Algunos, luego de Davos, habrán recurrido a Norman para interiorizarse de
sus actividades, por las dudas.
Retomando,
la solidaridad también se la ha asociado – por aquellos que la
consideran positiva- como un gesto generoso vinculado a la bondad,
afirmación parcial interesada, portando una lógica perversa: si ser solidario
es bueno y en este mundo serlo es pecar de ingenuo y no muy beneficioso para
subsistir, no es favorable, construcción coherente con una visión egocéntrica.
Es totalmente inverso: mayoritariamente florecerá pues es conveniente
para los intereses personales de los miembros de una sociedad. Un ejemplo básico
de actuar solidariamente: ceder el asiento a una mujer embarazada no
es un acto de cortesía o bondad simplemente. Quien lo hace debe entender que
su uso protege a esa mujer de un movimiento brusco que pueda hacer peligrar
su gestación y está generalizando una conducta que garantizará que cuando lo
involucre, ya sea su pareja, madre o hermana, o cualesquiera, será una
conducta de protección a la especie misma. En fin, un acto inteligente,
que implica educación, para percibir los alcances de la conducta
humana en el aquí y ahora, sus antecedentes como en el mediano y largo plazo.
Entender, captar, el mecanismo que implica la solidaridad y le será productivo
no solo a él sino a los suyos. Criados en el individualismo expresamos
muchas veces que hay que ser solidarios, sin fundarlo adecuadamente,
como un mandato propio del autoritarismo que queremos combatir. Así se
le da de comer a los que reniegan de tales aseveraciones, cuando desde
cualquier óptica, incluyendo la científica, la solidaridad es mucho
más negocio que el lamentable individualismo fomentado.
El
autoritarismo está inserto en nuestra cotidianidad, coherentemente con
nuestra evolución social: tomemos como ejemplo al médico que prescribe un
remedio indicando que con estos antibióticos recetados no puede
tomarse alcohol, sin ningún tipo de aclaración. En otras palabras yo lo
digo, cuando costaría muy poco expresar la causa (que no tienen el
efecto deseado, los inhibe o potencia, etc. ). Darle sentido a la indicación
y brindar información, que parecería secreta (¿será por esto?, sí es así
léase egoísmo). Esto es demasiado frecuente, observable en la educación
primaria y secundaria, con la terciaria no tendría que suceder ni tolerarlo
los alumnos... Debemos reflexionar sobre ello, pues la solidaridad,
siendo un valor beneficioso para los hombres, debe ser incorporado a nuestros
infantes desde sus primeros pasos. Pero no declamado, sino practicándolo.
Sería sumamente útil reinstaurar (adecuándolo) el Sistema
Lancaster, por el cual los alumnos que aprenden con mayor
facilidad ayudan a transmitir a los que captan más lentamente. Esto genera
una conducta productiva de colaboración entre los educandos y les inculca
desde niños que el DON que recibieron los lancasterianos, o los que se
desarrollaran gracias a tal sistema, debe estar al servicio de la comunidad
respectiva. Luego de leer el artículo de CRONIN no temí en afirmar que
el mayor grado de inteligencia es aquel que pone sus conocimientos
al servicio de la sociedad, quien no lo haga pondría en duda ser poseedor
de la misma...
El
desprecio que tienen los liberales les impide ver que este principio es
equivalente en el ámbito económico-financiero al del Seguro:
operativamente no está excluida del marco regulatorio capitalista: poner
una parte, cuyo total reaseguraría - del siniestro posible- a cada uno
de los coparticipantes. Evidentemente un negocio que involucra lo
particular y general brillantemente, sin exclusiones. Pero la Solidaridad
no es solo un negocio, es un sentimiento mensurable al presente,
gracias a paneos computarizados que los registran.
Prácticas científicas han demostrado que experimentarlo produce reacciones
físicas y emocionales positivas que aquellos que no lo suscitan. Quien no
haya apreciado la sensación del deber cumplido hacia los otros, ratificado
por la manifestación de éstos, francamente, no ha vivido nada. La solidaridad
puede ser vivenciada desde la mezquindad (esperando ser beneficiado en el
futuro por su aporte presente) hasta la de “dar” a otro sin especulación
alguna. Diría que hay tres tipos de orgasmos, la máxima sensación de
placer humano: el más “fácil” de conseguir periódicamente, el solidario
no especulativo y el intelectual, mucho menos frecuente que los
otros.
Sin
hesitar podemos asegurar que la solidaridad es un principio
conveniente para los humanos que garantiza la seguridad de la especie.
El accionar mutuo entre los hombres aportando al conjunto es extremadamente
superior al individual, atento a que el factor de transmisión de la
información resultará exponencial, considerando los recursos presentes y
futuros de comunicación. Asimismo potenciará la interacción
interdisciplinaria, fomentando la contigüidad. Esta es sumamente
importante dado que nos permite informarnos sobre soluciones aplicadas en
otros campos del saber, en virtud de problemas que se le presentaron y
requerían una solución, factibles de ser traspolados
a nuestro metier. En fin, una cosmovisión diferente, enriquecedora, que los
parcializados del presente. Estos generadores de visiones cerradas tan
comunes y restrictivas de un conocimiento más abarcador y beneficioso para la
especie.
Psicológicamente
hablando, desde la misma fecundación dependemos del otro; la simbiosis
materna hasta la irrupción del padre - o sustituto- como portador del
mensaje social que nos inserta para bien o mal en el mundo que nos toca
vivir, en constante interacción con otros seres. Nuestra individualidad
podríamos remitirla a nuestra herencia genética, el espacio-tiempo y nuestro
peculiar vínculo afectivo inicial en el cual nos desarrollaremos
condicionando nuestra personalidad, pero jamás excluyendo a los otros. Hace
unos siglos un rey realizó un experimento con un grupo de infantes antes que
los mismos comenzarán a expresarse oralmente (que solo podría hacerlo un
ser que se creía omnipotente): los aisló de todo contacto humano, para
verificar que idioma hablarían por sí solos sin el contacto con sus padres.
Los niños, aun bien alimentados, fallecieron. Como he aludido el poder – en
este caso también supuestamente divino- no puede comprar para si sabiduría, o prudencia, ni tampoco se venden (gracias
a DIOS). La conformación yoica en
nuestros albores es similar a la disposición de una cebolla, constituyéndose
en capas sucesivas producto de nuestra interacción con otros seres. Somos
dependientes de tales acontecimientos, estructurando nuestra forma de
vinculación ulterior con el mundo, exitosa o no. En fin, nuestra personalidad
es singular, producto de los otros y las circunstancias conexas, no
individual. Ésta es una calificación didáctica cuando aludimos a al ser
indivisible de una especie. Ello no nos remite a aislarlo de su
contexto, que es estar con los otros. Estructurarnos así sería
equivalente a actuar como el rey aludido y sus procederes...
Creo que lo
expuesto sobre la solidaridad amerita ser discutido como propone MILL,
sin “discusiones” trascendiendo el escepticismo.
4. LA IDONEIDAD
4.1 Definición tentativa:
Definir la idoneidad implica interrelacionar
nuestras cualidades intelectivas y emocionales, como su
ejercitación en una actividad específica. De tal conjugación emergerá el
grado que habremos alcanzado en nuestro metier. Tal nivel dependerá no solo de los factores que hemos
aludido, sino de la consideración de los otros en avalar tal nivel. En
otras palabras, constituir un ajuste a nuestra realidad que nos circunda y
condiciona. Del conjunto interrelacionado de tales factores surgirá un
balance que califica nuestro desempeño en la actividad en la cual hemos incursionado.
De tales precisiones podríamos inferir que es una construcción de
mayor complejidad, que evidentemente supera el nivel de conocimiento
científico alcanzado al presente en las ciencias que tienen como objeto el estudio
del hombre. Más aún que los factores intervinientes sé interrelacionan,
obstaculizando aún más la dificultad en su comprensión. Diría que es el
proceso de mayor trascendencia como humanos, tanto en lo personal como en el
ámbito social, por ende su nivel de complejidad. Ampliemos tales
consideraciones:
Tomando los parámetros
expuestos, el nivel de idoneidad que alcancemos cualesquiera fuere o fueren
nuestras actividades, estará signado por nuestro desarrollo emocional y el
uso que hagamos de nuestros recursos intelectuales (CI). Sobre
éstos no está aún definido con certeza si son heredados y/o
adquiridos. Mi experiencia me inclina a pensar que pueden considerarse
genéticamente dados y desarrollados en nuestro devenir. Es decir sin su
ejercitación resultarían escasamente productivos para el sujeto, pero
prevalece el don heredado. Inversamente estimo su inteligencia emocional
(IE). La misma está condicionada fundamentalmente por nuestro
desarrollo emocional infanto-adolescente, con algunos factores posiblemente
heredados, de relativa incidencia, como ser el temperamento, etc., que determinaran
nuestra peculiar forma de vincularnos con el mundo. Uno de los pocos autores
que han incursionado en el tema, Daniel Goleman, afirma que la
inteligencia emocional (IE) tiene una mayor gravitación en nuestro
desempeño que nuestro nivel intelectual (CI). Éste está condicionado
al uso que le demos y eso lo rige el campo emocional: perseverancia,
capacidad de postergación, dedicación, timing son factores que determinaran satisfactoriamente,
o no, nuestra performance. Tales factores madurativos permitirán un
despliegue oportuno de nuestros recursos intelectuales. La experiencia humana
nos indica que cuanto mayor dominio de nuestras emociones en el momento de
operar, mejor será el resultado obtenido en la acción en la cual estamos
involucrados. Asimismo tenemos que considerar que nuestro bagaje general se
conformará con la calidad de las experiencias suscitadas en nuestra vida. Cuanto
más apropiadas sean las mismas a nuestro metier, implicará un mayor
enriquecimiento de nuestras habilidades intelectivas y emocionales. Estas
habilidades en el transcurso de su desarrollo exigen una evaluación de los
otros que confirman o no que nuestro accionar es productivo. Obviamente
tenemos una autopercepción personal que exige ser constatada con la opinión
de los otros. La concordancia de nuestra percepción interna con la externa,
cerraría coherentemente nuestro nivel de idoneidad. En decir lograr el SER
IDÓNEO en nuestro metier, “no hacer de...”. Consustanciarse con su
actividad. SER no parecer, hace la
diferencia.
Los humanos
usamos como instrumento preferencial de medición de la idoneidad a los logros
producidos. Convengamos que no hay otro recurso por el momento y bastante
controversial por la subjetividad implícita, exigiendo por lo tanto cierto
grado de consenso. Construcción temporal ésta que exige una calificación no
solo cualitativa, sobre los productos generados, sino cuantitativa por
distintos evaluadores en determinado lapso. Así determinamos quien consigue
ser considerado idóneo, quien aún no y el estado de dominio sobre su
actividad específica parcialmente evaluada, base para ingresar a un nivel
superior. Así en nuestros comienzos pasamos de aprendiz, a oficial júnior,
senior, etc. En fin Ser idóneo, fuere
cual fuere el nivel alcanzado, es un logro trascendente para los
humanos dado que compatibiliza adecuadamente nuestras habilidades emocionales
e intelectuales, acorde a sus potencialidades. Extendámonos en este aspecto,
vinculado a la afirmación precedente de la trascendental importancia
de la idoneidad en las personas:
4.2 Ser idóneo: trabajo y vida afectiva
Freud - en un reportaje- puntualizó al trabajo como lo más parecido a la felicidad. Debemos redefinir el
concepto de trabajo, acorde al desarrollo alcanzado al presente. Previamente,
trabajar fue siempre vinculado al sustento diario, como un medio para llegar
a este fin. Asociado a los pobres, que sin él no podrían autoabastecerse como
quienes estén bajo su tutela. Los ricos no trabajaban, administraban
sus bienes. Los cambios producidos por el avance científico-tecnológico,
transformaron al mismo. Sé priorizó el esfuerzo intelectual sobre el físico,
asociándolo indefectiblemente a la educación recibida. Tal proceso generó un
placer en el desarrollo del mismo, independientemente del ingreso. Asimismo,
podríamos ampliarlo a actividades no remunerativas de trascendencia social (p.e.
una ONG). Otros utilizan el mismo como medio para poder
desarrollar actividades humanas más satisfactorias para su personalidad (arte,
deportes, etc.). Es decir el concepto de labor ha variado
positivamente en cuanto a su calidad, transformándose
el trabajo en sí - directa o
indirectamente, remunerado o no - en uno de los pilares de la existencia humana. Asimismo y en mayor
relevancia, un desarrollo positivo de nuestra vida afectiva.
Trabajo y amor son factores
trascendentes y complementarios. Si asociamos amor con dar, esta capacidad
está estrictamente vinculada a la cimentación de nuestra autoestima. Ésta se
sustenta en la calidad de nuestros logros. Cuanta mayor satisfacción alcancemos
en nuestra labor cotidiana, generará un concomitante incremento de nuestra
capacidad de dar-amar producto de tal satisfacción. Ergo, la saludable devolución
consecuente y el establecimiento de un ciclo virtuoso de dar y recibir, sin
excluir al sexo dado que potencia nuestro respectivo género. En
realidad, estoy transfiriendo mi experiencia como hombre, no puedo afirmarlo con las mujeres...
Reitero, la
autoestima es una construcción temporal que emerge de la convergencia
de nuestras propias percepciones sobre la labor que desarrollamos y las
opiniones de los otros que ratifican, o no, a las mismas. En fin, proceder
apropiadamente en nuestro ámbito de acción - en la medida de nuestras
posibilidades- es consolidar nuestra autoestima y capacidad de amar
concomitante. Convengamos que este proceso de construcción de la autoestima
sería el esperado en la conducta humana saludable. Obviamente, sub o sobrestimado
permanentemente resulta una carga para el sujeto, necesaria de ajuste (léase
terapia) y que repercutirá negativamente en la calidad de su vida
afectiva.
Consecuentemente,
resulta trascendente para los humanos que pueda desenvolverse apropiadamente
en sus actividades y sea reconocido por los otros, acorde a sus
potencialidades. Con ello aludo a que todos tenemos un techo para el
desarrollo de las mismas. Para algunos más altos, para otros más bajos. Su
altura estará vinculada tanto a nuestro nivel emocional - perseverancia, voluntad, dedicación,
interés, etc.- como a las capacidades intelectuales que hemos
adquirido y/o nos fue dada genéticamente, como los estudios
conseguidos. En el transcurso de nuestra vida iremos perforando techos- topes
para otros, menos dotados- hasta alcanzar el propio. En otras palabras,
examinar nuestras virtudes de superación como nuestras limitaciones. Cuando
una persona no logra reconocer en el tiempo tales parámetros se
produce un desacople negativo de su personalidad. Esto producto
de no ajustar su propia visión a la que tienen los otros de él,
deteriorando su calidad de vida. Resulta obvio que llegar a nuestro techo no
implica que dejemos de tratar de superarnos, dado que esta época nos exige
constantemente la incorporación de nuevos conocimientos, que sustituyen y/o
se integran a los previamente adquiridos. Sin tal proceso perderíamos
nuestras cualidades de ser considerados idóneos. No es fácil para ninguno
reconocer su tope, a veces puede ser doloroso dado que uno ambiciona razonablemente
más para sí mismo. Lamentablemente, la realidad nos impone nuestras
limitaciones. Adecuarnos a ella hace a una mejor calidad de vida. No así
inversamente, repercutiendo negativamente como ya dijimos en nuestra personalidad.
Consecuentemente ser idóneo implica ajustarse a la realidad.
Como vemos,
desenvolvernos apropiadamente es un delicado equilibrio de la estructuración
humana. Ser idóneo nos exige adecuarnos a nuestra realidad, reconociendo
nuestras capacidades y restricciones. Cualquier desajuste nos remite a
empobrecer nuestra cotidianidad y las de nuestro núcleo familiar, sea cual
fuere, limitando nuestra vida afectiva. Ergo nuestra calidad de vida.
En cualquier ámbito o nivel quien deba desempeñar una función para la cual no
se halla capacitado, deberá hacer de..., no podrá ser el... SER exige
idoneidad, consustanciación entre lo que se hace y es. Mimetización
entre el rol y la persona que lo ejecuta. Cualquier actor top, en cuanto a su
capacidad de interpretación, ambiciona obsesivamente lograr ponerse en la
piel del personaje de ficción que le toca interpretar. Simplemente, SER
es mejor que “hacer de...”. Aquellos que algo saben de cumplir roles
lo certifican... En un artículo periodístico el autor aludía a un intelectual
americano que tenía una hipótesis sobre el origen de los males sociales:
persistencia del chambonaje
en todo nivel de la estructuración social. Precisamente, de quienes deben
cumplir roles para los cuales no
están capacitados (demasiado frecuente). Lamentablemente,
cuando es tan habitual pasa inadvertido, pero no así su negativa trascendencia
social.
Borges aludía que creía en la veracidad del Corán y la Biblia,
dado que en ambos no se nombraba respectivamente a los camellos
y esclavos...
¿Cómo
resuelven estos hombres - los chambones- cotidianamente sus
dificultades? : torpemente, generando
conductas sociales consecuentes ( delegación inapropiada,
obsecuencia, favoritismo, frustración,... siga Ud.), que no hacen
precisamente a la calidad de vida humana aspirada.
Estimo que
con las apreciaciones expuestas, cubro la alusión de la principal
trascendencia de la idoneidad en cada uno de nosotros. Cuando nos referimos a
su incidencia en el ámbito social, nos debemos remitir a los
niveles de idoneidad. Antes de ello debemos referenciar la incidencia del
factor emocional en la conducta humana, como a una hipótesis
tentativa de la clasificación de la inteligencia.
4.3 El factor emocional
Nuestra
afectividad actúa como disparador hacia objetivos que nos movilizan. Los
niveles de operación se desarrollarán de acuerdo a nuestras capacidades
lógicas. Toda actividad humana que implique racionalidad, requiere de estos
factores interdependientes: afecto-operación. La observación
cotidiana nos indica que cuanto menos nos involucremos con nuestro objetivo,
mayor el nivel de performance. Así hemos aprendido la
importancia de la disociación
emocional en nuestra labor, obteniendo mayores niveles de
productividad en la misma. H.
Wallon, psicólogo francés, aludía a esto de la siguiente manera: el
desarrollo humano se construye por estadios. El primero corresponde a
emociones básicas (dolor, frío, calor, saciedad, insatisfacción, placer,
etc.), que se modelarán según nuestras experiencias personales. Nuestro desarrollo
ulterior adulto, dará cuenta de esa estructuración sensitiva.
Pensemos que ante cualquier situación que debemos afrontar y de carácter
conflictivo, emerge a nivel piel sensaciones incontrolables, que denotan
nuestra peculiar sensibilidad. Las
sucesivas reiteraciones de un mismo proceso irán condensando/controlando, o
no, las emociones concomitantes al mismo. El grado de interferencia afectiva
estará condicionado tanto por nuestro tipo de actividad como nuestra personal
organización del estadio emocional. Quien pueda lograr
en su praxis respectiva, transformar a tales emociones en un disparador de
conductas logrará el mayor grado de disposición de sus capacidades
operativas. Tales capacidades dependerán del desarrollo individual del
estadio lógico, del final del proceso evolutivo previo a la joven adultez.
Contrariamente, quien no pueda llegar a controlar tal interferencia, operará
deficientemente en su labor según el grado de control respectivo, hasta poder
llegar a la inoperancia. Un ejemplo clásico de “superación” de sus emociones
es el del estudiante de medicina, frente a la dura cotidianidad hospitalaria.
La práctica irá paulatinamente controlando su escrupulosidad como angustia,
hasta llegar a la criticada insensibilidad del médico hacia el
paciente hospitalario. Como define Aristóteles, la virtud es el
punto medio entre dos extremos...
El
estadio del desarrollo lógico precitado, será el que materialice nuestras
futuras habilidades cognoscitivas. En él se logrará el nivel de nuestras
capacidades de abstraer, globalizar y sistematizar, que condicionaran nuestra
conceptualización ulterior. Wallon, aludía que la coexistencia
"simultanea" de nuestra estructuración del estadio lógico
con la del emocional, invalidaría la operación en ejecución. Es decir que
son incompatibles. Deben
actuar separados: el emocional como disparador de conductas y
luego, el lógico para operar.
Esta secuencia garantiza el mayor nivel de performance del sujeto.
La coexistencia emoción-lógica, que invalida nuestro accionar
operativo, está presente asiduamente. No es privativa de la
emergencia, o la reyerta familiar que la caricaturiza. Influye en todo nivel,
inclusive el científico. Veamos algunos ejemplos de tal interferencia:
Una
cruel experiencia con un animal, nos
demuestra la real incidencia de lo emocional en el accionar operativo.
Un perro famélico, junto a comida apetecible/necesaria para él dada su
privación circunstancial inducida, interponiéndose entre tal alimento y el
can una reja cuadriculada de alambre de 2 x 2 m. Podía verla pero no tomarla,
pudiéndolo hacerlo si recorría la extensión de la reja/obstáculo. Iniciado el
experimento, este animal centrado frente a la reja, embargado por su
hambruna, no pudo resolver el problema que se le planteaba. Compulsivamente
trataba de saltarla, lo cual le era físicamente imposible, cayendo finalmente
desmayado sin lograr su objetivo. El perro es un animal emotivo, que ha
podido desarrollar operatorias complejas en un medio equilibrado. El exceso
de presión emocional impidió lograr una operatoria adecuada. Así podemos
actuar los humanos en circunstancias de extrema emergencia (naufragios,
incendios, etc.). Dos científicos argentinos habían desarrollado un
sistema que involucraba sensores, equipos electrónicos, software, etc., que les permitía
medir las respuestas más adaptadas en emergencias como las referidas
anteriormente. No sé en qué término tal investigación,
promocionada en un programa del canal oficial - ATC- a fines de los 70
(Proyecto 2000/LOZANO). Asociándolo con el progreso tecnológico
actual, hubiese resultado interesantísimo extender tales mediciones a las
experiencias cotidianas, en las cuales las emociones juegan sutilmente. La
coexistencia emoción-lógica,
que invalida nuestro accionar operativo, está presente asiduamente. Influye
en todo nivel, inclusive el científico. Solo basta con rastrear la historia
del conocimiento. Desde la razón o la experiencia - confrontándose ambas
como excluyentes- hasta el surgimiento de
su interrelación que las integra, el intelectualismo, transcurrieron siglos...
ejemplos por doquier en el campo científico.
En
definitiva,
es el dominio emocional el que nos permite que discriminemos nuestros
intereses/deseos, del
objetivo deseado/buscado. Permitiendo así que emerjan nuestras
conductas operativas lógicas que tornan productivos nuestros anhelos personales
o los que representamos.
Diferenciarnos como sujetos del objeto para
lograr una operatoria productiva. Podríamos efectuar una discriminación
didáctica, no sé si científica, entre sensibilidad y emotividad.
A aquella, como la percepción de nuestras sensaciones que actúa como
disparador de nuestras conductas operatorias productivas. A emotividad,
como los sentimientos que involucra al sujeto con el objeto perseguido, generando
conductas deficientes y/o inoperantes, obviamente cuando nos referimos a
procesos racionales. Bienvenida sea la emotividad para otros sucesos no
racionales...
4.4 Una clasificación tentativa de la
inteligencia
Al
presente una de las teorías de la inteligencia que alude a la misma como facultad,
nos permiten calificar a quienes descuellan en su actividad y denotan el uso
de las herramientas de la inteligencia superior: pensamiento
abstracto, global y sistémico. Tal facultad - desarrollada en su
campo- no es garantía de ser transmitida positivamente en
otras de igual o menor complejidad, por ejemplo arreglar una canilla... La teoría de la
inteligencia como la capacidad humana de adaptación es más abarcativa.
Sus parámetros no solo exigen una habilidad específica, sino que implica un
acople a su hábitat (desde su localidad al universo); comprender la
aplicación de los recursos tecnológicos factibles / disponibles; relaciones
interpersonales / comunitarias (familia, comunidad, mundo) y una
prospección espacio-temporal de su especie (vislumbrar nuestra historia,
presente y futura). Es
decir, establecer una integración múltiple de los aspectos que nos tocan
vivenciar como humanos.
Exige las herramientas intelectuales de abstracción, globalización y sistematización, como un adecuado dominio
emocional que creo es el que permite ese múltiple acceso.
Ambas
definiciones definen los grados de inteligencia como una variable cuantitativa.
Es decir, tenemos poco o mucho de las cualidades que exige el pensamiento.
Mis
experiencias no lo confirman:
4.4.1
Experiencias personales en la calificación de la inteligencia en áreas
operativas/racionales.
Generalmente,
docentes/académicos insisten en que se debe aprender a pensar.
Quienes llegan al nivel terciario, teóricamente, en menor o mayor grado, habrían accedido a
pensar en niveles de abstracción, globalización y sistematización.
Mi actividad laboral me interrelacionó permanentemente con profesionales,
originados en diversos claustros (abogados, médicos, contadores, ingenieros,
computadores científicos, analistas de sistemas). Asimismo, un elevado
número de estudiantes universitarios/terciarios, de las más variadas
disciplinas. Un
campo propicio para confirmar esa hipótesis. Pero la gran
mayoría de los profesionales o potenciales no lograban globalizar los
procesos en los que estaban inmersos. Cuando se les explicitaba el marco
referencial, era captado en mayor o menor grado. Ulteriormente, reincidían - no con la misma tarea-
sino con otras que involucraban el mismo contexto. Comúnmente denominamos
a esto error conceptual. Asimismo, en diarias experiencias
con empleados de mayor grado de idoneidad, denotaban dificultades en inferir
procesos relativos, fundamentalmente del orden numérico (índices,
coeficientes) que implica la regla de tres simple. Es decir, su capacidad
relativa. Al variar un dato en tal composición numérica
tenían inconvenientes en recomponerla, incluyendo a profesionales afines.
Sorprendido
por tales dificultades, esbocé una respuesta a la misma. Las endilgué a que
comparativamente, tenían un nivel menor de información y/o consustanciación
con los procesos que estábamos automatizando. Tampoco me preocupaba en
demasía, solo me intrigaba. Pero la persistente reiteración en los errores
conceptuales me inclinó a una revisión de tal presunción y a buscar otra que
se ajustara a esa realidad. Bosquejada ésta, intenté corroborar tal hipótesis
en el grupo estable con el cual trabajaba y que me era factible controlar.
Ratificada, generalice su comprobación, logrando igual confirmación. Esta hipótesis
consiste en lo siguiente: clasificar el nivel de inteligencia en
dos grandes grupos, quienes acceden al
nivel de comprensión, que involucra a la
razón-entendimiento y el otro, a quienes alcanzan el nivel de
intuición-entendimiento, que
no pueden llegar al
nivel de comprensión. Es decir, que
quien alcanza éste nivel incluye el de intuición-entendimiento, no así
inversamente. Tal discriminación es cualitativa. Los comprensores
poseen una habilidad lógica que no solo les permite abstraer los conceptos
básicos tangibles (mesa,
libro, agua, sólido, etc.)
sin los cuales nos resultaría imposible desenvolvernos, como
con los de carácter intangible
(derechos, estructuras,
relaciones, etc.), conceptos
estrictamente vinculados al pensamiento
abstracto/global. Esta
doble capacidad de abstracción es la que le permite acceder a la comprensión
de procesos, lo que equivale a poder razonarlos por sí solos.
A no poseer errores conceptuales, factibles de yerro solo por no
contar con la información adecuada. Pero esta habilidad no se aprende,
se ejercita. Quien
la posee debe desarrollarla intensivamente. Primero, debe
tratar de entender para luego alcanzar ese nivel de comprensión, ese salto cualitativo
que accede al insight.
Pero lo fundamental es que la ejercitación permite la generalización de esas
sucesivas comprensiones súbitas que habitualmente se vinculan a los conceptos
abstractos, como ser sistemas, estructuras, derechos, etc.,
proceso vedado a los entendedores. Estos,
en su mayor nivel, no pueden franquear esa barrera, aun teniendo un alto training
laboral en tareas sistémicas. Lograrlo, implicaría ser un comprensor.
Al buen entendedor, lo identifica las escasas palabras a las cuales debe
recurrirse para explicar lo que se pretende; generalmente, ellos concluyen
complementando aquello que se está aludiendo. No en vano la reiterada frase:
“al buen entendedor pocas palabras”. Tal captación debe producirse en
el plano intuitivo, dado que pueden entender perfectamente el razonamiento
lógico subyacente, pero les está limitado reproducirlos por sí solos y menos
generalizarlo, desembocando en un error demasiado frecuente: la esquematización.
Es decir, traspolar una estructuración utilizada eficazmente en un contexto a
otro aparentemente similar, pero que posee variables intervinientes distintas
que la original, cuya incidencia invalida su utilización, resultando
inadecuada tal generalización. En otras palabras, el entendedor no
puede captar las partes nucleares de una estructura, que de ser razonadas
correctamente facilitaran, o no, su aplicación en otro producto similar. Es
decir, si capta conceptualmente la estructuración le permitirá verificar si
las premisas consecuentes son ajustables al nuevo proceso, o no, evitando esquematizaciones
inadecuadas (demasiado frecuentes),
factor posible de solucionar positivamente en los comprensores.
Aunque mis experiencias estuvieran limitadas a un número reducido de
casos, unos 500 como universo y unos 30 involucrados/testeados directos, en
un lapso de diez años, pude corroborar mis hipótesis cualitativas en un ciento
por ciento. Esto implica una seguridad para formularlas sin temores y
restringida al campo de operaciones racionales (léase organizaciones). Los
grados para estos dos grandes grupos está estrictamente vinculados a la
dedicación, training y equilibrio emocional, aunque esta mejor definido en el
punto próximo de niveles de idoneidad (4.6).
Si no existiera tal diferenciación cualitativa,
deberíamos concluir que toda persona que se exigiera al máximo logrará
alcanzar niveles de excelencia en cualquier actividad. La realidad nos indica
que debería redefinirse inequívocamente lo expuesto: alcanzar los niveles
concomitantes a sus posibilidades personales. Así lamentablemente no
llegaremos a emular a Maradona, Jordan, Einstein, Freud,
etc. por más que ejercitemos las 24 horas del día. Hoy por hoy - limitado
a lo conocido- debemos asumir que las posibilidades que poseemos cada ser
humano estarían recibidas genéticamente y sí concluir con seguridad,
que solo se desarrollarán productivamente en el ejercicio sistemático de las
mismas. Reitero, no basta con el Don, se requiere una praxis enriquecedora,
concordante al mismo.
Aludir
a los grados de inteligencia es un tema altamente conflictivo, dado que afecta
tanto a nuestra autoestima como nuestros intereses. A nadie le gusta
sentirse inferior a otro y menos cuando implica que puedan verse limitadas
nuestras posibilidades materiales, al reconocer tal superioridad. Esto
agravado por lo imprudente que sería tomar un test para definir quién es más
inteligente cuando existen muchos otros factores intervinientes; igualmente
comprometido sería remitirnos a los productos personales para compararnos,
cuando no hay similitud entre los mismos. Resulta sumamente difícil
discernir quién puede ser más capaz que otro, inevitablemente base de
interpretaciones subjetivas, intencionales o no, de mayor propensión en
organizaciones perimidas estratificadas formalmente. Un ejemplo esclarecedor
tomado de mi actividad pública: promocionado a Director de área, ésta se
agrupaba en dos grandes departamentos: uno operativo - del cual surgí-
y otro técnico. Conocedor del nivel intelectual de ambos sectores, produje
cambios para su compensación. Transferí a dos empleados top del área
operativa a la técnica. Existía entre ambos una notoria diferencia,
reconocida por ellos mismos y en general en su área. A tres
meses de su labor en su nuevo destino, su jefe departamental hablaba
maravillas de los mismos. A los seis,
ya lo equiparaba con sus supervisores más antiguos (5 a 10 años). Al año,
eran los mejores. En oportunidad de realizarse una promoción, debía
seleccionarse a uno de los mismos. Personalmente, daba por descontado quién
sería, dados mis preconceptos, ratificados en su desenvolvimiento en el nuevo
departamento técnico. En la charla evaluativa con los jefes departamentales,
al aludir a tal criterio me encontré con la persistente negativa de su jefe,
expresando que no hallaba una diferencia entre ambos. Sorprendido, traté de
explicarme tal limitación, concluyendo en lo siguiente: ambos supervisores
poseían un nivel superior a su jefe, lo cual le impedía a este colegir las
diferencias entre ambos. El carácter irreversible de la categorización que
expongo, representa conflictos difíciles de resolver, dado que la comprensión
incluye al entendimiento, no así el entendimiento a la comprensión. A
quienes están en el escalón inferior, les resulta muchas veces imposible
aceptar razonamientos que exceden a su nivel. La estructura narcisista humana agudiza
tal limitación y más aún cuando se hallan en juego intereses materiales.
Si su superior es entendedor y usted comprensor, rebatir una afirmación de
aquel, sellará su suerte. Si es equilibrado aceptará su punto de vista, pero
si percibe que Ud. puede afectar sus intereses o autoestima, en el corto o
largo plazo le podría ir mal. Me remite a esa afirmación anónima, que un tipo
de nivel A contrata a otro de igual nivel. Uno catalogado en B,
del tipo C. Este D y así sucesivamente. Aunque no sea tan
lineal, es ilustrativo. El ajedrez es un claro ejemplo de las dificultades de
entender el nivel superior y su carácter irreversible. Quien lo ostente lo demuestra
ganándote sin piedad, entendiendo como perdimos al hacer un análisis
posterior, pero no pudimos captar la jugada oportunamente. El idioma también,
quien está en escalones superiores detecta fácilmente los errores de los
novatos, no así inversamente.
Una traducción más apropiada de mis aseveraciones son
los denominados por Robert Reich: Analistas de símbolos (en
mi terminología, arbitraria, comprensores). Es decir, define así a
quienes tienen capacidad de abstracción, globalización y sistematización, lo
cual les permite identificar un problema y su solución consecuente.
Hasta aquí concordamos. Disentimos en cuanto a que se accede a tal
categorización con educación superior aseverando que con tener varias Harvard
lograríamos que todos los que concurrieran a las mismas serían analistas de
símbolos, lo cual no es así
terminantemente: a esa universidad seguramente entran solo lo que tienen
nivel de comprensión o máximo nivel de entendimiento, que para construir un
mundo mejor deberían identificarse los problemas y su solución consecuente.
Esto lo omite, estimo, por sus pares circunstanciales (fue Secretario de Trabajo del gobierno de Clinton). Difiero
asimismo en el número de los mismos, contabilizando aquel un porcentual
aproximado en la población del 20%. Si tomáramos los mayores niveles de entendimiento
y los comprensores podríamos llegar a esa proporción. No así los analistas de
símbolos/comprensores cuyo número no puedo precisar pero es bastante inferior
al mismo. Mucho más aún si tenemos que considerar como juega el factor
emocional (Goleman, la inteligencia emocional, IE)
que aunado al del Cociente intelectual (CI) inherente a los analistas
de símbolos / comprensores, darían el perfil adecuado para los líderes
sociales de envergadura, que obvia y lamentablemente no sucede...
Destacase que un CI superior no implica igual nivel de IE, son independientes
y hasta puede ocurrir una asimetría galopante entre los mismos, en ambas
direcciones. La IE es fundamental, siendo más trascendente que el CI
- adhiero a Goleman que lo afirma- para lograr ser productivo (léase
calidad de vida, no dinero, nada despreciable si viene por añadidura).
4.5 Formulación correcta de proyectos.
En una visión global
social, resulta totalmente coherente la existencia de los niveles aludidos
que resultan complementarios en la formulación de proyectos cualquiera
fuere su naturaleza. Si quienes formulan un proyecto organizacional
no tienen capacidad de comprensión la garantía de éxito es
estrictamente limitada, ampliándose considerablemente tal posibilidad cuando
es realizada por un comprensor (prefiero una conducción en equipo
interdisciplinario, según volumen e importancia, ver punto
6.1, tercer
párrafo). Es decir,
prodigar esfuerzos no ha sido un negocio humano desde la historia y
así estamos. Aceptar que un título profesional habilita a formular un
proyecto adecuadamente es erróneo. Como dice un cartel al ingreso de
una Universidad top americana: “Aquí se enseña a pensar, distinto”. A pensar en el nivel de
comprensión, no seguramente. Sí indudablemente serán los entendedores,
cuanto mayor nivel mejor, quienes convaliden lo correcto de la formulación
de un proyecto. Entenderán lo que expone el generador del mismo, tienen
capacidad crítica y buen nivel de información. Serán el sustento de su
correcta implementación y así sucesivamente la transmisión en los inferiores
estratos de realización. No basta con una adecuada formulación, la
cual no garantiza la eficacia del proyecto. Este medido objetivamente
y no hipócritamente como se estila, omitiendo deliberadamente los errores, o
no percibiéndolos, o negándolos. Reitero para garantizar el éxito de un
proyecto, debe formularlo por un comprensor - condición sine qua non, pero
insuficiente por sí misma- complementada imprescindiblemente con una ejecución
apropiada. Además la activa participación de los niveles de ejecución,
impedirá tales hipocresías, al puntualizarse las objeciones en el momento
adecuado, al sentirse el ejecutante coparticipe del proyecto en
cuestión. En fin, tal reflexión nos remite a considerar dos factores: primero,
que el número de comprensores es racional que sea escaso (la ejecución,
generalmente, absorbe muchísimo mayor volumen), dado que con la
supervisión de la ejecución de un proyecto por el comprensor
resultaría suficiente. Su labor - el diseño del proyecto- es previa a
la ejecución, permitiéndole formular varios simultánea y correctamente. En segundo
lugar hace a la calidad de vida humana ocupar a cada uno en sus
posibilidades reales, lo cual es más productivo tanto social como individualmente.
Esto en cuanto a lo lastimoso que resulta ver "hacer de… "a
quien no está capacitado apropiadamente para ello y el costo emocional
involucrado, afectando a su autoestima al no poder "blanquearse".
Hacerlo implicaría asumir sus limitaciones y muy factiblemente quedar
desacreditado/perjudicado en sus intereses. Por ser demasiado habitual tal
suceso lo tomamos como natural, pero está estrictamente vinculado a las
penurias cotidianas de la especie.
4.6 Los niveles de idoneidad
Definir
los niveles de idoneidad implica previamente la aludida clasificación grupal
en entendedores y compresores, según la definición expuesta sobre
inteligencia en los puntos precedentes. Tomemos una gráfica piramidal
referencial, en la cual en su vértice tendríamos a los comprensores, por
ser inferiores en número y a continuación los distintos niveles de entendedores.
Quiero destacar que esta es una calificación de nuestras reales capacidades,
no las que nos asignan otros en nuestra actividad. Generalmente, y lamentablemente, lo formal
en las organizaciones actuales no corresponde a lo real. Asimismo que en el
vértice de tal pirámide no hay un solo sujeto, aunque obvio hay muchos que
creen ser el actual “dios” terrenal con una alta dosis de emociones en tal
concepción que lo invalidan definitivamente. Lástima que frecuentemente los
tenemos que padecer y sufrir las consecuencias…¡Bah!
tal pirámide debería ser trunca. Disculpen la digresión, en su base se
encontraran aquellos entendedores menos privilegiados y los que recién
se inician en cualquier metier. Algunos superaran y otros no, tal nivel. Los
niveles de entendimiento subsiguientes estarán vinculados al mayor grado de
intuición que nos ha sido dado. La conjugación con factores emocionales como
ser dedicación, persistencia, avidez de conocimiento, etc., determina que un
sujeto con mayor nivel de entendimiento, sea superado por quien posee mayores
cualidades en su inteligencia emocional. Es decir la ecuación personal
resulta trascendente para subir escalones entre los distintos niveles de
entendedores, hasta su respectivo techo. Nos guste o no nadie puede eludir
sus limitaciones, aun el máximo esfuerzo según lo hemos expuesto en los puntos
precedentes. También consideremos que todos debemos, o deberíamos partir de
la base inicial - resultando evidentes las consecuencias para quienes las
omitan- y que accedemos igualmente al conocimiento desde la intuición.
Esta es poseída tanto por cualquiera de los dos grupos, pero la capacidad de
razonamiento lógico-formal solo a los denominados analistas de símbolos
o comprensores, descripto anteriormente. El techo de los entendedores,
los del mayor nivel de entendimiento y un buen dominio emocional, serian el piso
de los comprensores del nivel inferior. Podríamos situarlos en una
organización estándar, como los jefes de departamento o coordinadores de
equipos de trabajo ideales. Asimismo el piso en los cuales se sostienen, real
no figurativo, los niveles de comprensión. Definir cuantos niveles hay entre
los entendedores resultaría controversial, dado que no hay certezas en tal
materia. Pero estimo que los tramos podrán oscilar entre cinco o seis. Igual
para los grados dentro de cada tramo, siendo estos variables según la
evolución personal. Tal mensuración obedece a lo observable en la cotidianidad,
aunque podría ser mayor o menor pero no en un número significativo
al expuesto. Es una calificación cualitativa más que cuantitativa, por lo
tanto difícil de mensurar.
En el nivel de comprensores,
inmediatamente posteriores a los entendedores de primer nivel (vamos de
abajo hacia arriba en tal clasificación), estarían los menos dotados.
Francamente desconozco si se tiene mayor o menor grado de abstracción,
globalización o sistematización, o tal progresión está referida a la
conflictiva personal, es decir emocional. Esto se vislumbra en los
casos fronterizos. Es decir, aquellos que según su accionar podría fluctuar
indistintamente entre el nivel máximo de los entendedores y los del nivel
inferior de comprensores, según se encuentra su estado emocional. Son
personas que pueden desorientarnos y en un número escaso. Estos sujetos me
remiten a dudar, si depende o no del factor emocional el desarrollo de las
cualidades necesarias del pensamiento superior aludido. Igualmente, estimo
que se registran unos dos escalones más hacia el vértice de la pirámide. Si
existen otros superiores, excede mis capacidades, tendría que definirlo
quienes las poseen. Insisto que no hay al presente instrumentos que puedan
hacerlo y solo por los productos se pueden inferir los niveles (esto tanto
para el nivel de intuición como comprensión). Lo observable, generalmente
por otro comprensor, en el training y lapso respectivo, puede
percatarse sin equívocos si uno tiene, o no, capacidad de abstracción /
globalización. En fin podríamos asegurar que la base inferior de la
pirámide en cuanto a comprensores, estaría conformada por aquellos
sujetos cuyo factor emocional resulta deficiente, que se reflejan
mayoritariamente en actos especulativos y egoístas, resultando ello una
dificultad para diferenciar sus intereses personales a los organizacionales.
El tramo subsiguiente involucra a aquellos sujetos que seguramente tienen un
nivel intelectual similar que los anteriores, pero poseen un desarrollo
emocional que les permite discriminar sus intereses personales
de la organización a la cual responde. Tales personas consideran que
sus beneficios deben ser por añadidura a sus logros. El ultimo nivel visualizado y por mis
propias limitaciones, involucraría a aquellos que pudiendo, o no, tener mayor
nivel de abstracción/globalización y seguramente si capacidad de sistematización,
que el escalón precedente. Su diferencia con éstos estaría en haber logrado
un nivel de superación en su actividad específica, incursionando
en una positiva generalización de la administración de recursos humanos,
técnicos y físicos, lo cual le permite transferir sus conocimientos a
cualquier otra organización, independientemente de la
especialidad de la misma. El usufructo de tales condiciones dependerá de
su ecuación personal. Estimo que el mayor grado de idoneidad es instalar
tales capacidades superiores al servicio de su comunidad, cantera
utópica de quienes tienen que administrar el bien común. Obviamente no
son los políticos existentes, para nuestra desgracia.
Lo
expuesto precedentemente sobre los niveles de idoneidad nos debe remitir a lo
siguiente. A nadie le gusta que lo califiquen en uno u otro tramo. En esta
cultura individualista en la cual nos hemos desarrollado resulta casi
inadmisible y causal de desacople en nuestra salud psico-física, al pretender
más de lo que natura nos dio o que logramos por nuestro esfuerzo. Este ensayo
pretende generar nuevas alternativas que tengan en cuenta la calidad de vida
humana, lo cual implica ajustar nuestras capacidades con la realidad, como ya
he aludido. Pero obviamente no lo será con la estructuración típica del
modelo capitalista, sino con una organización inteligente como la descripta
en el punto 6.2.
Sintéticamente la misma está estructurada jerárquicamente y consensuada por
los subsiguientes tramos inferiores respectivos, participación horizontal y
vertical; equipos autocontrolados; limitada estratificación; etc. evitando
distorsiones tan típicas en las existentes. Es decir que cada una de tales
organizaciones reproduzca los niveles de idoneidad esbozados en la presente
tentativa calificación de niveles, obviamente limitada y superable…
Asimismo
considerar a una organización como un todo. Cada sujeto SER una parte constitutiva,
interrelacionadas con otras de distinto nivel, que por sí mismas, ninguna
tendría su razón de existencia. Estimemos como se reiría el "corazón"
si alguna vez el "cerebro"
se creyera autónomo o que es el REY
por su capacidad de pensar (ni que hablar del hígado, pulmones, etc.).
Así como podríamos aludir sin equivocarnos que los techos de cada tramo
aludido, son la base de sustentación del nivel superior, sin el cual se
desmoronarían. Nadie ni nada, es superior por sí mismo. Se lo es por
el consenso que los otros le dan y le
quitan, siendo partes de un todo que los involucra.
En otras palabras, lograr los mayores niveles de idoneidad implica
desarrollarlos en una organización
idónea con parámetros básicos como los expuestos
precedentemente.
Dos circunstancias en los
inicios del siglo coadyuvaran significativamente a superar los parámetros del
modelo capitalista, acorde a lo expuesto precedentemente. En primer
término, el poder de la
ciudadanía al presente desarrollada en el transcurso del siglo 20, no debidamente
percibido por ella misma, e Internet que posibilita una nueva forma de
interconexión individual y organizacional sumamente eficaz, factores otrora
impensados.
5.1 Poder ciudadano
Mientras
las relaciones de fuerza regían las interacciones humanas,
prevaleciendo sobre las intelectuales, los poderosos no registraban problemas para vigilar
y controlar tanto a sus posesiones como a sus fructíferos subordinados (de
esclavos a asalariados). Con sus familiares y súbditos obsecuentes,
bastaban para obtener un eficaz dominio. El avance científico experimentado
desde la Era Moderna, fue progresivo y pausado. Así, selectivamente los más
dotados de las clases terratenientes del planeta, accedieron a niveles
universitarios que le permitieron, además del dominio del garrote, incorporar
el del conocimiento y la información.
Los siglos 18 y 19 fueron
fundamentales para las oligarquías terratenientes. Un profesor universitario a mediados de la
década del 70 aludía a una verosímil hipótesis, sobre el proceso de
legitimación de los poderosos de entonces. La misma consistía en lo
siguiente: por aquellos siglos se crearon - seguramente por propia
iniciativa terrateniente- los registros de propiedad de inmuebles y
organizaciones empresariales. Siendo este un acto personal que implicaba
dominio letrado, propio o apoderado que lo tuviese, la inscripción en
tales registros estaba muy alejado de las posibilidades del campesinado o
artesanos (léase: tierras o empresas), hábiles con sus manos y herramientas
pero no precisamente en temas
burocráticos/letrados, ni hablar de los coetáneos indígenas americanos. Pero
fundamentalmente en el acceso a la información coyuntural, que seguramente no
le brindarían los que sí usufructuaron tal posibilidad registral. Generalmente
quienes tenían acceso a la información requerida para registrar los bienes, o
eran los mismos terratenientes, sus familiares o escribas/letrados, éstos
generalmente vasallos privilegiados... Aunque el acto registral no tolerara discriminaciones
explicitas como ser que a los plebeyos les estaba vedado inscribirse en tales
registros (la reciente revolución francesa y su retaliación
guillotinesca lo impedían fácticamente); pero sí las implícitas como
las descriptas, que prácticamente relegaban tal posibilidad a los mismos.
Convengamos que cualquier producción requiere de un nivel direccional que
trasciende y excede a la labor individual, implicando grados de educación
vedado a las clases trabajadores de ese entonces. No excluyamos la
probabilidad que hayan hecho firmar a aquellos poderes sin saber su finalidad,
o simplemente fraguarlos, dado que solo podían reclamar los usurpados. Los
poderosos eran cómplices entre sí (¿o asociación ilícita? ) de tal ilegal sustracción,
seguramente dirimiendo previamente sobre las tierras autoasignadas a los
efectos de no entorpecer/postergar la oportunidad de consumar legalmente sus
bienes. En fin, desde los orígenes del mundo, la aristocracia violentó los
derechos de los plebeyos por el hecho de contar con educación, o información
subyacente y/u obsecuentes, que los humildes no poseían o que pudiesen acceder.
Sumarles el temor a los dioses que eran invocados por los intermediarios
letrados / escribas, en connivencia implícita o explícita con los poderosos
intereses existentes. Un cierre perfecto de opresión/sumisión...
Asimismo, acceder a cargos políticos
trascendentes, facilitado por la escisión del poder gremial del
político en el siglo 19 ( propugnada y ejecutada por los poderosos),
sellando la suerte de los humildes, dado que no tendrían recursos - individuales
y organizativos- para solventar una estructura partidaria propia, ni
tener chances de ganar una interna en los nuevos partidos políticos. Digamos
un dominio total de las oligarquías, consumado en los siglos aludidos.
Las transformaciones
tecnológicas de los descubrimientos científicos precedentes hicieron eclosión
hacia fines de los siglos 19 e inicios del 20, generando una demanda de
profesionales que excedían progresivamente a los cuadros que podían
aportar el staff oligárquico. Es decir, los obligó a delegar en
técnicos-profesionales las nuevas exigencias, so pena de verse superados por
la competencia y afectar su víscera más sensible: el bolsillo.
Aquellos emergentes tanto de la burguesía como pequeños comerciantes y descendientes
de las clases obreras sometidas. Los proletarios, aun sojuzgados, tenían una
posibilidad de optar que antes (esclavos, vasallos o súbditos), aunque
excesivamente condicionada por lo uniforme del contexto. Muchos de estos
trabajadores, entendieron que no ellos sino sus hijos zafarían de tal
opresión, financiando la educación de los mismos. En los inicios el cambio no
fue muy brusco atento a que estos nuevos expertos estaban hechos a la medida
de la autoridad-sumisión, parámetro que regía en sus vidas familiares.
En el transcurso del siglo, el simultáneo crecimiento de los medios de
difusión masivos como los cambios generacionales, fueron formando referentes
externos que paulatinamente erosionaban ese vínculo paternal aludido: acatar
el mandato imperativo e incuestionable. Incidiendo igualmente en los
cuadros educativos fomentadores de tal modelo. Los nuevos conocimientos en
ciencias humanísticas fueron sustentando lo intolerable del mismo, dado sus
rígidas y perniciosas pautas. Este proceso se reactivaba con el crecimiento
vertiginoso de la educación, que trascendía las reinantes profesiones
liberales, insuficientes en su contenido para abarcar el espectro del conocimiento
disparado, incluyendo las del conocimiento del hombre individual y su
inserción social. A su vez los medios masivos de comunicación resultaban un
negocio estupendo dado los ingresos por publicidad y su comprobada eficacia,
proliferando abruptamente. Gracias a Dios la diversidad de intereses
que dominan a los medios impide el dumping informativo. En fin, al
público masivo le llegan las noticias - distorsionadas o no- siendo
filtrados individualmente sus contenidos, generando los respectivos juicios
de valor y sentimientos concomitantes, que conforma la conciencia social
a la cual aludimos (punto 1.3),
base de la opinión pública.
Estas nuevas capas sociales
fueron creciendo vertiginosamente en el espacio del siglo 20, retroalimentándose
la educación exigida y los medios masivos de comunicación,
estrictamente vinculados a las clases medias y dependientes de las mismas, ya
que son su auditorio privilegiado por ser los consumidores mayoritarios de
las promociones publicitarias. Demandaron bienes y servicios que generaron
nuevas fuentes de trabajo, ponderando el accionar intelectual sobre el
físico. Un nuevo mundo alejado de la fuerza bruta de otrora para su
control. La democracia, aún imperfecta, alejó sistemáticamente de las
sociedades occidentales avanzadas las tiranías preexistentes y sus
atrocidades concomitantes. Estas emparentadas con el modelo de
autoridad-sumisión aludido, sostenidas en la imposición física y mental (léase
miedo). El capitalismo tuvo que adaptarse a estas nuevas condiciones,
generando oportunamente una versión más light con sus trabajadores que
las que aplicaron a sus ascendientes. Los poderosos, por siempre escalones
más arriba en la perspectiva, visualizaron claramente que el uso de la fuerza
no podría contra los principios de libertad e igualdad
emergentes de la cruenta revolución gala. Temerosos de la retaliación
“guillotinesca” de aquella optaron por apoyar las democracias y simultáneamente
corromper a los miembros del sistema republicano en todos sus poderes,
cada vez más refinadamente, aún predominante al presente. En cuanto a quienes
no participan directamente en las decisiones gubernamentales que nos atañen, manipulándolos.
Tal proceso es generado a través de los medios de comunicación masivos,
generalmente en manos corporativas; en éstas comprando a sus “estrellas” con
salarios que nos transforman en pusilánimes, arrastrando a todos sus
subsistentes; un confort impensado otrora, gracias a la producción de bienes
en escala volumétrica reduciendo ello significativamente sus costos y
fundamentalmente, el devastador “miedo” a perder el trabajo que
sustenta tal confort-seguridad para sí y los suyos. Así han generado el mayor
de los logros para mantener un statu quo que obviamente los beneficia: la
resignación del hombre medio, ensimismado en sus logros que impiden ver
más allá de sus intereses inmediatos. En otras palabras, el capitalismo en su
fase más avanzada, sostenido en el individualismo. Tal sofisticada opresión
no implica que la felicidad y la sabiduría sean privativos de los poderosos.
Ya hemos aludido que la felicidad se parece al dinero pero no lo es. Esto
solo nos recalca que aún no hemos hallado formas de conseguirla.
Gracias a Dios, tanto la
sabiduría, el afecto, la salud... no pueden comprarse. Seguramente pueden ser
provistas por otros - en forma ficticia, real o mágicamente- y “creer” que
son propias, pero como expresara el hijo de un poderoso nativo: mejor que TENER es SER...
Puede ser que no sea una frase propia, tomada de algún intelectual, pero
resulta de mayor relieve que lo exprese un sujeto que tiene gracias a
su familia y quiere ser por sus propios logros... Los cambios
productivos en la estructura social beneficiaran a todos los humanos, sin
discriminaciones de ninguna naturaleza.
Además de su función básica
de soporte técnico de los nuevos emprendimientos, las clases medias tuvieron
una función colateral trascendente actuando como articuladora entre los
poderosos y los trabajadores menos calificados. Además de sus propios intereses,
generalmente no podían omitir los orígenes de sus ascendientes, más cercanos
a la plebe. Así persuadieron a los poderosos a recomponer su lectura de las
masas que en sus persistentes luchas reivindicatorias obstaculizaban sus
negocios. Protegiéndolas a su manera con los recursos que contaban,
induciendo a aquellos a restringir o anular la opresión física como otrora,
aunque a los poderosos les pesara resignar tan “fácil” solución. En otras
latitudes, léase del subdesarrollo Latinoamericano, estas clases medias cuyo
volumen era muy inferior a las de las sociedades americanas y europeas, no
actuaron de la misma forma, sino que pretendieron “identificarse” con
sus patrones comprando tierras y lujos en exceso, y como ellos sin invertir
en conocimiento e industrias sustitutivas de las importaciones desde el mundo
desarrollado, signando a sus naciones en su acérrima pobreza del presente.
Además de no cumplir con el trascendente rol de bisagra entre la oligarquía y
los humildes, fracasaron en tal “engañosa” identificación dado que no tenían
- desde la visión oligarca - “alcurnia” para ello... Un sociólogo
argentino radicado en Canadá, realizó un estudio comparativo entre el
país que residía, Australia y su país, tres potencias al inicio
del siglo 20. Hoy solo son dos. La faltante, según el sociólogo, por esas
características tan funestas de su clase media alta. Disculpen la digresión
pero es duro vivir en el mundo tan inestable como el subdesarrollado.
Retomando, estas nuevas
demandas sociales generaron por entonces oportunidades ilimitadas de
negocios, forjando nuevos ricos. Estos emergentes fundamentalmente del conocimiento
o servicios, que por suerte no tenían en sus “genes” el uso de la fuerza como
la oligarquía. No todos, pero si muchos recurrieron a otros recursos más
acordes al siglo 20, como ser estafas, usura, o control de los mercados
monopolizándolos, a expensas de las masas de cualquier signo. Así
progresivamente se fue licuando el poder de la fuerza sobre la ciudadanía,
consumidora por excelencia de sus producciones. Al presente institucionalizada
en fuerzas de seguridad nacionales, contra poderosos enemigos ultra
desarrollados como COREA, ARGELIA, ARGENTINA, IRAK, AFGANISTÁN, etc. … La guerra y sus beneficios colaterales siguen siendo
un negocio rentable para los poderosos y mafias conniventes (otra
digresión imposible de soslayar).
Al presente estimo que la autopercepción
de los recursos de esta clase media es deficiente. Las mismas involucran a
las desarrolladas en todo el planeta y cuyo número es extremadamente
significativo, con códigos sociales similares gracias a la planetarización
de los medios. Aludíamos precedentemente en este punto que la misma esta ensimismada
en una resignación que impide un análisis adecuado de sus
posibilidades reales y potenciales. Esto no quiere decir que haya renunciado
a sus demandas de justicia, sostenidas en la verdad y la razón.
Son las portadoras y centinelas de los mandatos galos de libertad
e igualdad, aunque pierdan sus recursos económicos, como sucede en
nuestras pampas. Esto que es su mayor virtud se ha engrosado con el factor
fundamental del presente: el conocimiento, el cual reside en sus
miembros. Tienen incidencia en las elecciones volcando la balanza para
sus preferidos, que generalmente la defraudan. Consumidores por
excelencia y ahorristas. Hasta los miembros superiores de las fuerzas
armadas y de seguridad pertenecen a la misma, asimismo de los cuadros mayoritarios
de la justicia formal, la salud, la educación, las finanzas,
la política (no sé sí es a favor...),
los medios masivos de comunicación social, etc., etc. No nos olvidemos del capital
formado por sus fondos de pensiones,
en crecimiento sostenido y las potenciales fuentes de intercomunicación
social. En el bando contrario, el de
los poderosos, se dice que doscientas familias controlan la economía mundial.
Aunque el dato sea erróneo en cuanto al volumen, no lograría tener
incidencia. Cualquier hipotética balanza que se use para sopesar el poder
potencial de ambos, más aún sumándoles las clases
menos pudientes y los marginales al platillo correspondiente-conveniente,
despediría físicamente al infinito a los exiguos controladores... Y no
precisamente con la fuerza. Si enfrentas a tus enemigos con sus armas,
seguramente llevaras las de perder ¿NADA POR HACER? Demasiado... No puedo omitir una
frase de un clérigo nativo – prolífico escritor - que alude a lo siguiente:
“No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del
mundo. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos
nuestras manos.
Cuando el Dios
de la historia venga, nos
mirará las manos”.
(Padre Mamerto Menapace)
La conflictiva imperante
entre la resignación a las que nos tiene absorto el sistema
capitalista, fundada en el egoísmo individualista y los irrenunciables anhelos
de justicia insertos en la conciencia social, se resolverán una vez que
tales demandas sociales sean satisfechas por diversos disparadores adecuados.
En otras palabras, en forma inteligente y progresivamente. Al dar paso a la solidaridad
por maduración social, no por imperativos compulsivos y recurriendo a la idoneidad
como reaseguro de que el esfuerzo solidario no sea en vano, podrá
consumarse su poder. Tal evolución es a nuestro favor, pero solo se plasmara
en el accionar del presente, que determinará ese futuro
promisorio para la mayoría humana. Contamos con herramientas impensadas
otrora, que nos permitirán acercarnos a soluciones factibles.
5.2 Redes
socio-tecnológicas. Internet: Una herramienta trascendente.
Resulta extraño
que en pleno auge del capitalismo la Web no tenga
dueños, aunque
por siempre intentarán hacerlo. Está en manos sociales, aunque
cueste creerlo en este estado del capitalismo o como dijimos anteriormente es
una manifestación del ocaso del mismo, tornándola en una herramienta fundamental para los
no
poderosos. Considerada una fuente de potenciales negocios, las empresas
compiten entre si por su presencia, hoy más
atenuada que a fines del siglo precedente que evidentemente se había inflado
sin justificación real (aún siguen los espejitos de colores).
Los empresarios saben que perder el tren es fatídico para su futuro y siguen
apostando por las dudas. La TV por
cable generaba las mismas dudas y finalmente ganaron los que se quedaron aun
en las dificultades originales. Tal previsión negociadora torna a la red de
redes en confiable en cuanto al contenido de los sitios, solo puesta en
peligro por los temibles hackers y sus virus informáticos. Francamente
desconozco cuál es la intención de los mismos: anarquistas del presente y/o
tarjeta de presentación para transformarse en antídotos, por cierto bien
remunerados por las empresas u organismos oficiales contratantes, como ha
sucedido frecuentemente al presente. O peor, como aludiera un proveedor de
servicios de Internet, que las empresas dedicadas a luchar contra los
antivirus, generen los mismos para inducir a la compra de sus productos, dado
lo uniforme de sus remisiones a los internautas. En fin, una incógnita a
develar certeramente que no tendría que descuidarse, estudios sociales
apropiados mediante. En realidad habría que sumar sus talentos para
proteger los proyectos productivos para los hombres, si es una forma de
rebelión contra el mundo que les toca vivir, siendo la red el “paraíso” para
manifestarlo.
No puedo
aventurar sobre el futuro comercial de la World Wide Web (WWW) pero sí
que es y será una herramienta insustituible para la información, servicios e
intercomunicaciones humanas. Ya su inserción social es irreversible. Gracias
a su origen funcional - en plena guerra fría- que ante un ataque
nuclear se utilizaría esta red como alternativa ante la destrucción satelital
que incomunicaría a EE.UU.,
impidió que no fuera
suprimida de un plumazo, dada su alta potencialidad conspirativa. Un clásico
ejemplo de fisura en los
poderosos que sin pretenderlo han brindado a las sociedades un arma
trascendental, que les será retaliativa. Aunque
existan los Echelon
que nos espíen
por siempre, leyendo nuestros mail sin consentimiento, pero no será fácil - diría
imposible, demasiado sofisticado si se pretendiera hacerlo- distorsionar
la información dado que es chequeable por las partes que
intervienen, en forma inmediata e interactiva, inclusive por otros medios
ajenos a la red.
Sus
cualidades de transmisión diría que satisfacen casi el total de
posibilidades: texto, sonido, imagen fija y en movimiento. Hay demasiados
intereses comerciales detrás de este monstruo, garantizando ello un avance
tecnológico que mejorará día a día sus recursos, hoy limitados por factores
de transmisión y complejidad tanto en el soft como en el hardware. Está
destinada a sustituir al teléfono y desarrollarse análogamente como éste,
otrora un lujo, hoy una necesidad. Culturalmente está inserto en casi todo el
planeta, aun en las clases menos pudientes, partiendo de los adolescentes,
dado la propagación incesante de emprendimientos comerciales reducidos – locutorios,
cybercafés, etc.- que proveen todo lo necesario
para intercomunicarse ( procesador, moden, impresora, espacio y teléfono).
Debemos resaltar que la comunicación entre los hombres requiere del contacto
humano perceptible. Así hemos construido toda nuestra estructura sensitiva
desde nuestra infancia, consolidando la interacción humana. Aludo a lo
difícil que es estar comunicado, por ejemplo vía e-mail, o en red sin contacto
humano directo. El sostenido y progresivo uso de las imágenes, su mayor
calidad como la reducción de sus costos - aunque no sea lo mismo-
permitirá un tipo de interacción más personalizada, reconociendo el gesto
humano de nuestros interlocutores. Este intercambio gestual es un punto de
comunicación vital, dado que fija conductas de reciprocidad propias del
código social, que podrá tornar mucho más productiva a las
telecomunicaciones.
¿
Qué
puede hacerse en la Web de utilidad para el desarrollo humano? Ya hemos aludido en el punto
3 que es un
muestrario de nuevas conductas propensas a la cooperación contrariando la
mezquindad imperante en el ocaso del sistema capitalista. Obviamente esta función
de reflejar este tránsito humano hacia el accionar solidario, no es
suficiente. Si lo será crear redes socio-tecnológicas (recursos
humanos y técnicos factibles), cuyos miembros tengan intereses afines en
las múltiples y trascendentes actividades humanas con incidencia social
preferentemente. Pero esto no solo limitado a conectarse entre si, sino a volcar los conocimientos y experiencias de su
metier. Los franceses aluden que debe transportarse los huevos en dos
canastas, una en cada hombro. Generalmente, ante un circunstancial y habitual
tropiezo se soltara una, resguardando la otra. Este hecho práctico nos
permite realizar un razonamiento análogo respecto a volcar los conocimientos
en la red. No confundir con la información específica de la empresa o entidad
en que uno se desarrolla, sino los conceptos que uno puede inferir de su
trabajo. En otras palabras el capital humano, que uno lleva consigo
mismo y coherentemente considerado como el de mayor importancia para un
sujeto, que puede transferirlo donde quiera sin imposiciones de ninguna
naturaleza, no así los datos específicos de su organización como ya aludimos.
Tal
recolección conceptual es el reaseguro frente al proceder de cualquiera de
las organizaciones, fuere cual fuere su target o tamaño. Cuando nos toca caer
- nadie está exento- ya sea por reestructuraciones como por nuestra
edad, ya es demasiado tarde. Parece mentira que los verdugos de hoy no se
percaten que ellos serán las victimas de mañana. En una empresa multinacional
alemana, radicada en mi país, su jefe de personal murió de un infarto - sin antecedentes cardíacos- en la
playa de estacionamiento de la empresa, luego de ser despedido como él lo
había hecho con cientos de empleados. Evidentemente es duro pasar de
victimario a victima. Que los grandes avances
médicos que se avecinan, tras la lectura del genoma humano pueden llevarnos
hasta casi duplicar el promedio de vida actual, nos indica que viviremos más
del tercio de nuestra vida sin trabajo, ya que a los cincuenta nos
expulsan por viejos. Un chiste, negro y malo por cierto...
Nos han
formado en el individualismo, esto implica enfrentarnos solos a nuestras
angustias. Con un buen nivel retributivo nos transforman en pusilánimes.
Por no perder lo logrado materialmente, no vemos el deterioro al que estamos
expuestos ante la incertidumbre del sistema. No es cuestión de ser héroes,
sino inteligentes en nuestro proceder, como cuantas veces resolvimos
problemas para nuestra organización. Habido un problema, una solución
adecuada ¿por qué no hacerlo en nuestra inserción social? Obviamente
trasciende lo personal, implicando una construcción grupal. Luego en el punto 7 retomaremos estas
posibilidades.
Estas redes
agrupadas por actividad afín, que a su vez involucra independientes,
dependientes, desde el aprendiz al presidente de una entidad privada o
pública y legos que les puede interesar, potenciaran la información, al
brindar experiencias que pueden ser transferidas a otros dada su similitud
con sus objetivos. Pero también conectarse con otras redes que pueden brindar
soluciones a problemas que exceden a nuestro saber. Estaríamos generando una
interconexión interdisciplinaria que nos permitiría incorporar procesos
y procedimientos inusuales a nuestro metier. En fin, potenciar nuestras
posibilidades a un grado impensado. Pero fundamentalmente todo ello en manos
sociales no privadas. Y que su acopio de conocimiento supere al
de cualquier organización, con las implícitas consecuencias para las
mismas...
Insisto que
esta proyección futura ya está tomando forma. En mi país, Argentina, en el
transcurso de la última de sus eternas crisis, de una gravedad sin
precedentes, un grupo de sujetos - jefes de informática de las grandes
empresas, multinacionales incluidas- conformaron una organización que
los agrupa. Intercambian información y experiencias. La crisis generó su
creación y no sé cuál será su alcance futuro. La propagación por imitación
es un factor habitual en la transmisión de experiencias. Una de las dudas de
la conformación de estas redes es la paranoia que puede generar en las
empresas, cuando más alto es el nivel de participación en las mismas y su
potencial conspirativo (léase espionaje). De tal calibre fue la
hecatombe nativa que muchos niveles gerenciales superiores, incitaban a sus expertos
informáticos a conformar tal asociación, disipando los factibles temores
paranoides referidos precedentemente. Además la posibilidad de asociarse es
un acto privado que también puede ser anónimo. Algún tipo de coacción
demasiado imperativo, incontrolable prácticamente por ser eludible; o una
actitud invasiva que no es muy apropiado a las demandas sociales de libertad,
es proclive a fracasar cuando hay resquicios franqueables como se dan en
estas circunstancias. Además no es conveniente provocar a las fieras: ni
héroes ni pusilánimes, inteligentes.
6. ORGANIZACIÓN IDONEA
6.1 Consideraciones preliminares
El modelo
de organización idónea diseñado en este punto, emerge de las vivencias
experimentadas tras más de veinte años en el ámbito laboral público. Aspiraba que mis hipótesis fueran
enriquecidas, debatidas en mi sitio web, dada mi escasa participación en el
espacio empresarial, pero no ha sido factible por razones ajenas a mi
voluntad, aún el número de lecto-internautas que accedieron al mismo. Por tal razón, excluí un marco contextual
que ahora expuse en el punto 7.3 ulterior.
Una
estructuración que se precie de idónea
debe prescindir tanto del “dueño” y el “jefe”, en los términos “clásicos” de
su definición. No siempre, pero generalmente ambos imponen un modelo de autoridad
formal sustentado en el poder delegado. Uno por el simple hecho de ser el
responsable último y el otro por haber recibido un mandato superior, no fundado
en sus cualidades sino en su “deber ser” peculiar (califíquelo Ud.).
Hoy en día en cualquier organización que ha evolucionado satisfactoriamente
sabe de las carencias que implican estructurarse en forma piramidal/formal y
sus funestas consecuencias en su desarrollo. Suprimir al dueño es más
complejo, pero también se sabe que su figura se ha diluido, entendiendo que
delegar en el management apropiado es lo más conveniente para su
propio beneficio, so pena de perder su capital, siendo el más poderoso
de los incentivos. Cuando el capital depende de varios accionistas,
estos tienden a profesionalizar la estructuración de la empresa, recibiendo
un mayor grado de dividendos en sus acciones/ganancias. Circunstancias que
facilitarían un tipo de organización como la propugnada. Asimismo la base
fundamental de la organización está en conformarse en forma jerárquica,
quienes mayor grado de idoneidad registren serán los que conduzcan la
organización, con el consenso de los cuadros siguientes y así sucesivamente.
Es decir, jerárquico-consensuada. Según su volumen y tareas a
desarrollar dependerá su conducción, que siempre será colectiva. Esta
afirmación amerita un análisis:
Una tendencia que
parece incomprensible a esta altura de la evolución y experiencias humanas: el
carácter unipersonal de la conducción y lo pernicioso de su incidencia. Siempre
puede haber excepciones, pero en una evaluación histórica no hay ejemplos que
avalen la misma, independiente de la calidad intelectual del conductor. Estos
están sujetos a presiones a veces insostenibles que exceden razonablemente a
su propia capacidad. Asimismo, nadie puede negar la incidencia del entorno,
dado que este, mayoritariamente juega a sus propios intereses, personales (no excluir la obsecuencia
por sí) y/o sectoriales,
conscientes o no. Además hay una relación asimétrica con el conductor
individual, lo cual distorsiona aún más la relación, impidiendo un dialogo de
igual a igual, base de toda relación equilibrada. Callarán o hablarán según
sus intereses y/o convicciones. Expresarse les puede ser retaliativo, siendo
el silencio más negocio. Variar tal estructuración unipersonal a una
colectiva no tendría sentido en
las actuales reglas del juego. Sería imponer un criterio que nadie asimilaría
por propia convicción, producto de su formación. Aunque ello no suceda,
estimo que un buen CEO, y los hay, debe asumir una conducta de
coparticipación en la conducción, reservándose la decisión final cuando fuere
necesario. Y este nivel de condominio dependerá de la calidad de los
miembros, que también deben aceptar tal interrelación como productiva. Única
forma de sustentar este modelo. Ser, no parecer.
Los
personalismos, fructíferos otrora como forjadores de caminos por entonces
intransitables, hoy no tienen su razón
de ser. Es tal el grado de complejidad - léase la cantidad de variables intervinientes- de una organización que pretender que una
persona las capte en su totalidad y opere acertadamente sobre ellas es ya utópico,
diría estúpido. El riesgo es simplemente ampliar los márgenes
de error. Estimo que partir hacia la conducción colectiva en lo
estratégico es aún demasiado osado. Los resabios del personalismo, extremadamente
presentes en quienes tienen que tomar tal decisión, son aún fuertes, aunque
las evidencias contrarias al personalismo son más grosas para decretar
su extinción. La supuesta falta de celeridad que puede achacárseles a
las decisiones de un órgano colectivo depende de la calidad de los miembros
que la componen, que al presente generalmente no comprenden las
cualidades de una organización plural. Es decir, actúan mentalmente como individuos
forzados al rol grupal. Tomemos por ejemplo los directorios
o la estructura judicial que al nivel de Cámara-Corte es
colectiva, pero que ambos modelos no actúan generalmente en forma
productiva grupalmente, tendiendo más a la representación corporativa como
factores de equilibrio de poder, que lograr productividad operativa, como
lo es esta propuesta. Prepararse para actuar en grupo, implica aceptar el
disenso. En fin, al otro disímil a uno, pero par. Asimismo
desprenderse de los intereses personales, asumiendo los de la organización.
Como humanos esto no es siempre posible, por diversas causas (personales,
de formación, etc.). El trabajo en equipo es el que interviene
detectando tales falencias y corrigiéndolas, dado que es poco probable que
mayoritariamente los integrantes conductores del cuerpo colectivo, comprensores
y con dominio emocional, ingresen en una actitud personalizada, de
la cual nadie está exento. La subjetividad es inherente al ser
humano, la objetividad nos trasciende solo asequible en el ámbito del trabajo
en equipo. Esta es la mayor virtud del mismo, potenciada en equipos
interdisciplinarios - propios de la conducción grupal aludida- en el cual
se amplifica la diversidad de enfoques y la detección del factor humano
perturbador, tanto en lo atinente a la información como a la conducta personalizada
por razones emocionales, en muchos casos inconscientes para el sujeto, como ser la
racionalización.
Quienes poseen un nivel intelectual comprensivo y dominio emocional,
como training, tienen un código en común: el concepto de organización
idónea. Las distintas experiencias personales oscilarán entre quienes habrán
podido concretar tal aspiración organizativa - total o parcial- o
quien solo la diseña en su mente. Asimismo quien trabaja individualmente o en
un número muy reducido, interpretará y asimilará fácilmente la estructuración
pretendida. Aún con tales diferencias todos comparten esos criterios básicos
de lo que debe ser una organización idónea. Esa capacidad de generalizar
situaciones abstractas - luego de un arduo proceso de ejercitación-
logra captar la metodología que trasciende su labor específica y que resulta
común a toda actividad colectiva. En definitiva, lograr la generalización del concepto de organización de los recursos
humanos, técnicos y físicos disponibles/factibles.
Como
he expuesto al inicio de presente punto,
todo lo expuesto posteriormente, es producto de experiencias en mi ámbito
laboral: el Estado, el reino del todo es posible (chambonaje,
burocracia, mini-maxi corrupción, inacción, etc.). Pero también cosas
positivas: la conformación no inducida de grupos de trabajo, cercano a
lo “natural” (sin interferencias de intereses involucrados), construir
proyectos idóneos de la nada, la trascendencia de la conducción jerárquica (por
su ausencia), el concepto de ajuste continuo de los sistemas (ídem
paréntesis anterior), etc. Todo ello, enriquecido con la información
proveniente del ámbito privado que corrobora igual cosmovisión organizacional
(el factor inteligente,
trasfronteras). Toda la labor productiva desarrollada personalmente
en el estado fue fruto del trabajo grupal, sin el cual no hubiese sido posible.
Este bosquejo de organización es totalmente perfectible. El mismo sustentase
en lo siguiente: estructuración
jerárquica - consensuada (mandos superiores con mayor nivel de
idoneidad, avalados por sus niveles subordinados); integración de equipos disciplinarios e interdisciplinarios,
participación vertical y horizontal, limitada estratificación formal.
6.2 Organización idónea
6.2.1 Conducción
estratégica.
La
conducción organizacional debe ser jerárquica. La cadena en la toma de decisiones
- que afecten al conjunto- debe ser irreversible: superior-inferior.
Esto no deviene de la autoridad formal, sino de la moral. Quien ostente el mayor nivel, será quién tenga equivalente
idoneidad. Ergo, mejores condiciones para la toma de decisiones.
Aunque la iniciativa surja de los cuadros inferiores, deberá ser analizada
por la conducción estratégica superior, para garantizar la coherencia en el
conjunto organizacional respectivo. Siendo este estructurado vertical y
participativamente, garantizará que cualquier decisión trascendente sea
enriquecida-debatida-confrontada por sus integrantes. Esta conducción
superior estará compuesta por un equipo interdisciplinario, interrelacionando miembros experimentados en
el tipo de actividades primordiales a la organización con los
que se hallen consustanciados cotidianamente con el trabajo en la misma. Tal
coexistencia implica garantizar toma
de decisiones que reflejen a esa organización y su inserción coyuntural, sin
distorsiones. Asimismo, tal intercambio permitirá efectuar los ajustes
perfectibles, teniendo en cuenta los cambios externos, sino también la
historia de la organización. Las causas que generan ajustes se
olvidan, los efectos persisten, quedan grabados en la memoria colectiva. La
documentación respectiva - frecuentemente
omitida o no existente- permite constatar tal historia y sus factibles
distorsiones, de ahí lo imprescindible de tal registro. Los miembros
consustanciados con la organización deben ser semipermanentes en la
conducción superior - preferentemente
coordinadores de los equipos de mayor nivel- garantizando
información precisa y actualizada. El nivel intelectual de los miembros debe
ser comprensivo y equilibrado
emocionalmente. Tal perfil permitirá definir al conjunto organizacional
como un todo, cuyo ajuste deberá responder al marco global, excluyendo
duplicaciones y yuxtaposiciones (burocracia y conflictos sectoriales
producto de intereses disímiles).
Una
organización conducida según lo expuesto, es naturalmente antiburocrática.
La burocracia emerge cuando las operaciones/intereses sectoriales no son
compatibles con los del conjunto. Es decir, cuando cada sector responde a
sus propias necesidades, ajenas al resto de la estructuración que forma
parte. La sumatoria de cada una de estas auto-constituidas partes hacen el
todo, infringiendo una norma científica básica: "La suma de las partes no es igual al todo".
La celeridad de una
organización dependerá de sus reflejos en la toma de decisiones
adecuadas. El nivel emocional equilibrado permitirá que se vislumbren los
objetivos organizacionales a los personales/sectoriales y las acciones
consecuentes. Sumémosle que la conformación de una conducción sostenida en
sujetos con un mayor nivel intelectual y emocional genera una potenciación
sinérgica de los recursos, factor escasamente analizado dado su infrecuencia.
Generalmente las conducciones colectivas actuales reflejan intereses corporativos
en pugna que convergen en transacciones frecuentemente paradójicas.
Contrariamente, la interrelación del pensamiento abstracto, sistémico y
global de sus integrantes implica utilizar un código de comprensión que hace
posible tal potenciación sinérgica, controlando el equipo las posibles
desviaciones de las circunstanciales perturbaciones emocionales de alguno de
sus miembros, cualquiera sea su causa (personales, ideológicos o intereses
por siempre existentes, ya que humanos somos). Su composición
multidisciplinaria incluirá una visión amplificada, de apertura, no solo con
las demandas externas/internas inherentes a la organización, sino con las del
conjunto social inmerso de incidencia indirecta a largo plazo (ecología,
derechos, etc.)
La
toma de decisiones colectivas garantizará el accionar antidelictivo.
Es improbable que mayoritariamente se organicen para delinquir (asociación
ilícita). Un nivel emocional adecuado, permite la comprensión del “no” negocio de la corrupción, por su inseguridad
intrínseca y el verdadero negocio: el
largo plazo, aunado a los de su organización, que finalmente redundará en su
beneficio. Consecuentemente, el proceder de la conducción superior debe
reflejar la ejemplaridad hacia el resto de la organización.
La
exigencia de un responsable último en un equipo de esta naturaleza es necesaria
en virtud de las obligaciones formales propias de una organización. Asumirá consensualmente
como coordinador grupal y responderá formalmente a las decisiones del conjunto,
sin ser superior a sus pares, pudiendo ser rotativo/periódico,
siempre con la anuencia de sus pares...
6.2.2 La
labor en equipos disciplinarios.
Su
estructuración horizontal obedece
a dos razones fundamentales: el autocontrol
y autovaloración grupal, propios
de un equipo participativo (debate-confrontación). Cada equipo debe
responder a un objetivo inequívoco en su accionar (de alcance único y/o
múltiple). Que cada uno de sus miembros sepa de la inserción en el
conjunto general, ganando coherencia en su operatividad. Toda labor hacia un
fin requiere de complementación funcional. Tales funciones deben ser
identificadas por cada uno de los miembros del equipo, entendiendo su
justificación/inserción en el mismo. Es decir, una parte coherente del equipo.
Los ajustes necesarios serán debatidos-confrontados en el mismo para lograr
el mayor nivel de productividad y trasmitidos a los niveles
inmediatos, superiores e inferiores. La responsabilidad última será del coordinador,
cuya autoridad estará sustentada en su mayor idoneidad, por supuesto consensuada.
La figura histórica del jefe es
incompatible con un equipo de esta naturaleza. El debate-confrontación en su
seno, excluye la orden imperativa privando la persuasión. Asimismo, tal participación, torna factible la autovaloración, inevitablemente
comparada con el resto de los miembros de su equipo. Léase: constatada,
objetada, persuadida, disuelta por la interacción grupal. Tal proceso es
extensible al autocontrol en el
grupo, en virtud de los mecanismos participativos expuestos que generan
revisiones a los posibles excesos individuales. Este tipo de libertad es bien
valorada por los hombres, frente a las experimentadas del hostigamiento superior, reforzando el autocontrol.
La
conformación descripta actúa sobre la variable individual, distorsionada
circunstancialmente por problemas afectivos. Detectadas por el grupo, emergen
las conductas necesarias para su contención y el logro de los
objetivos del equipo. Reitero, la subjetividad nos es inherente como humanos, la objetividad nos trasciende; la visión conjunta del equipo nos aporta la objetividad necesaria para vislumbrar las decisiones adecuadas.
La
eliminación de puestos formales piramidales, producto de la organización en
equipos participativos, excluye la transmisión formal de órdenes - cuestionadas
o no, según los intereses y/o respuestas emocionales del receptor-
evitando errores/horrores consecuentes. Asimismo, la disolución del modelo autoridad-sumisión propios de esas
perimidas organizaciones estratificadas formalmente.
6.2.3
Incidencia del trabajo en equipo en las conductas grupales e individuales.
El
organizarse respetando y consensuando
la idoneidad como un orden
jerárquico naturalmente dado, genera la eliminación de un conjunto de
conductas negativas, propias de las organizaciones no participativas. En éstas, la asignación de los roles formales
con mando, muy frecuentemente no son
ejecutados apropiadamente, carencia observada por los subordinados. Las
exigencias cotidianas obligan a una sobreactuación para hacer de... ( el rol asignado). Ello genera conductas
emergentes de tal falta de idoneidad de ambas partes (jefe-subordinados):
delegación inoportuna/inadecuada (alguien debe hacer lo que
el jefe no domina); el favoritismo consecuente (todo se paga)
como el exceso de atribuciones de los favorecidos... Odios, rencores,
envidia, alcahuetería... Un "clima
óptimo" para el desarrollo
personal e incitación a otros incompetentes a su acceso a los
cargos de autoridad formal. Cuando la organización es inteligente, estas
conductas tienden a disolverse con las autovaloraciones
consensuadas y el autocontrol grupal. Limitar el concepto de autoridad
a quien tenga reales capacidades, disipa una relación fomentada social e
históricamente: autoridad-sumisión.
La aceptación como natural para el subordinado de la autoridad formal,
implica que al ser él la
autoridad, exigirá igual nivel de sumisión a sus subordinados. Le resultará
inentendible quienes osen cuestionar su autoridad formal. La arbitrariedad
será su patrón resolutivo (ver
ejemplo Autoridad-Sumisión, del punto 2.1). El trabajo en equipo implica
una revisión de los conceptos de rivalidad y competencia,
tomados habitualmente como sinónimos. La competencia induce al hombre a
mejorar su performance, a autosuperarse. De tal proceso surgirán las habilidades
para vencer a sus ocasionales competidores. Los atletas profesionales saben
bien de ello; resaltar sus propios recursos para alcanzar/superar el record (quien
lo ostente es referencial). La rivalidad implica el otro,
vinculado a nuestros más ancestrales sentimientos tribales. Comprende la
humillación y/o destrucción del contrincante asociado a sus privaciones
instintivas. La evolución humana ha logrado desplazar esos sentimientos hacia
el deporte, con rivales a vencer a toda costa. Pero aún son fuertes los
resabios que se transfieren al ámbito laboral, fomentado por las
organizaciones piramidales-formales, generadoras de sentimientos agresivos
entre colegas. Transformando la sana competencia, en rivalidades exacerbadas
en el campo laboral, que finalmente perturban el accionar del conjunto
al prevalecer los intereses personales sobre los organizacionales. Debemos
propulsar la autosuperación de nuestras habilidades como forma de
competencia constructiva. Pauta compatible con el trabajo en equipos
participativos.
Este bosquejo de
organización estructurada en la idoneidad, es una solución factible a toda la
problemática expuesta: burocracia,
corrupción, inoperancia en la toma
de decisiones. Pero
fundamentalmente, a lo que hace a nuestra calidad de vida, al brindar
cambios propicios en conductas sumamente perturbadoras
socialmente: chambonaje, obsecuencia,
rivalidad, etc. descriptas precedentemente.
7. MatriZ SOLeIDO : Solidaridad e Idoneidad
conjugadas. Acción
cooperativa y su organización
idónea.
7.1 Consideraciones personales.
En
mi primer ensayo prevaleció el enfoque sobre la idoneidad que debían
poseer los políticos. La solidaridad era un hecho indiscutible en mi
concepción del mundo, compartida por muchos hombres que se habían extendido
en ella, como corroborada en el transcurso de mi vida desde la mitad del siglo
20. Una vez que publiqué el ensayo, de escasa difusión, comencé a
extenderme en los aspectos de mayor vinculación a la conformación de redes
socio-tecnológicas aludidas en el punto
5.2,
en los cuales fueron emergiendo la interrelación entre la solidaridad
e idoneidad en una forma que hasta ese entonces no había percibido. Asimismo debo destacar que un escritor y
crítico literario, de prestigio en nuestro medio, en una misiva que me
remitió - luego de haberle obsequiado mi primer ensayo- aludió a la
importancia de haber sostenido tales principios. Este suceso, que aunado a mi
intención de agrupar gente en aras de complementar los principios de libertad
e igualdad con los de referencia, fue reorientando mi labor. En sí, el
sustento de mis propuestas se fundaba en
centrar en lo social nuestro desarrollo y de tales logros, armonizarlos
política y consecuentemente con tal desarrollo.
Luego
de la publicación de mi primer ensayo, l concepción original de estos dos
principios, que inicialmente consideraba como independientes, fue evolucionando emergiendo el presente estudio. Ya he aludido a
que las organizaciones solidarias vigentes en los últimos siglos,
mayoritariamente, fueron consecuencia de circunstancias coyunturales
imperiosas y compulsivas, frente a la adversidad espacial y/o temporal.
Convengamos que los orígenes de gran parte de las actividades humanas emergen
como necesidades, para luego evolucionar hacia formas
independientes de la misma. Como ser la amistad, tan
valorada,
emergió
ancestralmente en las cavernas ante la imperiosa necesidad de juntarse
para protegerse y cazar, independizándose de tal
necesidad en el tiempo.
En esta propuesta
resulta de la organización de sujetos orientados hacia un mismo fin, sin
compulsiones sino por su propia voluntad. Tal unión implica considerar al
otro como igual, no en cuanto a
características personales obviamente diferenciadas, sino a los derechos que como sujeto
coparticipe le competen, independientes del nivel de sus habilidades. En
otras palabras, una parte de un total - la
organización- indisoluble. Ya aludimos que nadie es superior por si mismo sino que lo es por el consenso de los otros que le dan y quitan. SER
una parte constitutiva, interrelacionadas con otras de distinto nivel, que
por sí mismas, ninguna tendría su razón de existencia. Consideremos al
cuerpo humano (sustrato de la especie): como se reiría el "corazón"
si alguna vez el "cerebro"
se creyera autónomo o que es el REY
por su capacidad de pensar (ni que hablar del hígado, pulmones, etc.).
En fin, lejos de un individualismo recalcitrante, en el cual nos hemos
desarrollado y generador de tantas de nuestras frustraciones. Quien tuvo la
oportunidad en su vida de actuar en estos términos de igualdad solidaria sabe
a qué aludo, resaltando la sinergia que genera tal comunión. Quien no,
deberá hacerlo para comprobarlo. Vivir en la mezquindad es una de las
experiencias más negativas de los seres humanos y demasiado frecuente.
Esta propuesta no excluye a ser mezquinos, paso previo a evaluar la
acción mutua y de resultarle positiva, asumirla desprendiéndonos de tal
negativa y especulativa experiencia.
La acción
cooperativa en el desarrollo organizacional, implica compatibilizar la
iniciativa personal con la colectiva en los fines, medios y
productos que generará la misma. Reitero que como cualquier actividad implica
esfuerzo y que éste no debe ser dilapidado, debemos estructurar una
organización, cualquiera fuere su naturaleza, en forma idónea. Esta
debe actuar como reaseguro para que tal energía puesta al servicio de
los objetivos perseguidos no sea en vano. Circunstancia,
lamentablemente, demasiado usual y solucionable. En definitiva vemos - sin
forzar conceptos- que la tétrada de principios que aludimos se conjugan y conforman conceptos que hacen a la seguridad
de la especie humana, dado que son convenientes para su desarrollo
evolutivo y conservación de la misma. Coherentemente a lo ya expuesto: que
los cambios que podemos vislumbrar -desde el presente- en forma prospectiva
del futuro del hombre, seguramente involucraran el campo cultural no en su estructuración genética.
Veamos en detalle el accionar cooperativo, organizados idóneamente según
lo expuesto en el punto
6.2
precedente.
7.2 Cooperativas Organizadas Idóneamente (
COI)
Transcurrida
mi infanto-adolescencia en una iglesia, signó mi cosmovisión humanística. El cristianismo
implica tratar a todos por igual, por ser hijos de DIOS. En mi
juventud con un mínimo de experiencia, supongo que influido por tal igualdad
percibía el futuro humano promisorio en el accionar cooperativo. Ya en mi
fase de ensayista, con mucha más experiencia de vida y estudios, concluí
igualmente en tal consideración. Como dijimos, respeta y creo que profundiza
la iniciativa personal, puesta ésta al servicio de su organización de
pertenencia, siendo la misma productiva no solo en su propio desarrollo sino
en el del conjunto. La sinergia generada entre pares hacia iguales
fines, potencia los resultados. Esto, comparativamente a la actitud
usual mezquina que uno manifiesta en las organizaciones regidas por el
ensalce individual de los resultados, que se creen útiles a la misma,
siguiendo el principio de A. Smith ya aludido (la suma de los intereses
individuales benefician al conjunto). Convengamos que mayoritariamente se
pone muy poco en aras del conjunto, dado que el mismo es visto como ajeno a
sus intereses. Lamentablemente si no es en un ámbito cooperativo, no
se puede probar dado que aunque exijan actuar en equipos la “consustanciación”
sería forzada, dado que su esfuerzo asociado no lo beneficiaria
directamente. Aún si tienen un premio, pues la desconfianza al manejo
empresarial seguirá influyendo, sabiendo que eso es hoy y no se sabe mañana.
La “zanahoria” a alcanzar puede resultar lejana, aún su proximidad,
disparando una actitud mezquina. Contrariamente, reitero, cuando el
objetivo es beneficiarse uno y el conjunto, como estar estructurados
eficazmente en una organización idónea, el resultado sinérgico
es totalmente superior atento a que tal accionar pone lo mejor de uno al servicio
de la organización de la cual es parte. Igualmente las formas de interacción
como ser el trabajo en equipo, el autocontrol grupal prescindiendo del
hostigamiento del jefe formal, la autovaloración consensuada que
implica una reducción drástica de las injusticias, amplifica aún más poner
nuestras capacidades y voluntades al servicio de la organización de pertenencia.
Sumémosle su estructuración democrática, respetando la igualdad-libertad,
la participación horizontal y la vertical con sus superiores como los actos
transparentes consecuentes, resultan compatibles
con las expectativas de su conciencia social arraigada en los
humanos, ya aludido en el punto 1.3. Además debemos adicionar
que tales organizaciones tienen ventajas comparativas a las del presente,
tanto en su conformación idónea, como el capitalizar los
errores/horrores generados en aquellas. Al prescindir los sujetos de cuidar
primero su propia persona, como extenderlo al sector donde se siente
incluido, que llamamos comúnmente nuestra “quinta”, se pierde la visión del
conjunto. Cuando quienes tienen la responsabilidad de velar por la visión del
conjunto y no poseen un nivel de comprensores o analista de
símbolos en los términos expuestos en la idoneidad, punto 4.4.1, o no les interesa verlos,
cuidando egoístamente su propia quinta, no
percibirán que tales actitudes sectoriales perjudican al conjunto
organizacional. La madre y padre de la burocracia - en su acepción
distorsiva- surge cuando los intereses personales y/o sectoriales se
imponen sobre los del conjunto. Esto amplificado en las organizaciones
estatales nativas, de las cuales provengo. Tal origen determinaba en el
suscripto una visión idealista del ámbito privado, tan ensalzado por los
liberales, que no está exento de tales distorsiones, sino que son
distintas acorde al marco referencial. Circunstancia que pude comprobar
ulteriormente a mi cese en el estado, corriéndose el velo a mi ingenuidad
sobre la tan promocionada productividad privada. Esta puede ser medida por
los balances, que pueden responder a otros factores coyunturales y no a la
calidad de la organización. Los hombres tenemos los mismos defectos, solo que
nos adaptamos “maravillosamente” al contexto en el que nos desempeñemos (disculpen
la digresión).
Tal tipo de
organización no excluye a las profesiones independientes,
cualquiera sea su naturaleza. El agruparse zonalmente, ajustándose a la
demanda, permitiría generar alternativas interesantes, que podrían beneficiar
al conjunto social y los trabajadores independientes respectivos. El
conformar una red les facilitaría centralizar los pedidos de trabajo y
estos asignarlos según las experiencias/posibilidades personales. Actualizar
periódicamente sus conocimientos, orientar a los miembros en cuanto a
sus déficit profesionales. Integrar personal novato con experimentado.
En estos casos cuando los sujetos llegan a edades avanzadas, cercanas a su
cese activo, sería prudente interrelacionar el mayor ritmo de un joven
con la sapiencia acumulada de una persona mayor. Acopiar información sobre
seguridad psicofísica, social, compras conjuntas, etc. Garantizar
el trabajo de sus miembros como el asesoramiento, factor que permitiría al
usuario “desentenderse” del trabajo (léase: inseguridad-temor, etc.)
tanto en su calidad como eficacia, con el consiguiente beneficio
general.
En otro
orden debemos destacar que las organizaciones cooperativas
propugnadas tienen que tener una estructuración diferente a las empresas
existentes. Como ser fijar retribuciones acordes al valor establecido
gremialmente y/o del mercado y generar ingresos extras según la rentabilidad
de tal organización. No bastará el lograr éxitos de producción y su
consecuente margen de ganancia individual, fruto del esfuerzo colectivo. Así
estaríamos en un nivel de capitalismo menos alienante quitándole la plusvalía,
pero sin tener en cuenta al sujeto integrante de tal organización. Al
considerar el lucro como finalidad, fomentando el accionar mezquino
tanto individualmente dentro de la organización como con sus ocasionales competidores,
tomándolos como rivales a destruir como ya hemos aludido ( punto
6.2.3). En las COI
debemos priorizar la contención del sujeto integrante. Aludimos
en el punto
4.2 la
trascendencia en el desarrollo humano de ser idóneo y su estricta
vinculación con la autoestima y la incidencia positiva sobre sus
allegados, la de mejorar su vida afectiva y consecuentemente la calidad
de vida del sujeto/entorno familiar o personal. Nos referimos a que tal
idoneidad esta estrictamente vinculada a sus potencialidades,
labor específica y estudios respectivos, integrándolos.
Hoy en día Trabajo
y Educación se interrelacionan resultando indisolubles. Vamos
por más, extendiendo tal contención al entorno familiar respectivo.
Garantizar a un sujeto la salud, educación, vivienda, del mismo y de quienes
tenga a su cargo, es un avance superior a poseer dinero producto de los
mayores márgenes de ganancia que pueda generar la empresa en la cual se
desarrolla. A su vez tal posesión monetaria no garantiza un uso adecuado del
mismo, que sin pretenderlo perjudique a su familia, derivándolo hacia otros
fines que no son prioritarios a la misma (humanos somos...). Además
tal contención es un reaseguro social al extenderse positivamente con
el de otras empresas, modificando el tramado social en forma contundente.
De ninguna forma ahoga las iniciativas personales, sino que le dan un sesgo
racional en aras de los suyos y el conjunto. Sobre este aspecto, acepto que
es controversial dado el carácter tutelar, siendo objeto de análisis más
profundos que en los términos del presente ensayo. Otro aspecto a considerar
sería el de explorar las potencialidades personales que se orientan hacia
actividades artísticas o deportivas, facilitando su inserción
en tales medios (tarea reducida, becas en instituciones afines, etc.)
Francamente no puedo precisar si una
organización fundada en parámetros de racionalidad como la propugnada
puede generar un margen de ganancia que permita extenderlo hacia su entorno
familiar o actividades extra-laborales, pero de no ser así tal objetivo
podría lograrse en el agrupamiento que emergerá razonablemente de tales empresas
en confederaciones regionales o nacionales. O transformarlas en créditos, con
sus propios recursos y tasas razonables (léase pagables por los
interesados). Grafico respectivo:
( clic aquí otros navegadores)
Destacase
que para conformar estas COI, se necesita capital financiero y
humano. El primero puede conseguirse de recursos propios, como ser los
fondos de jubilaciones y pensiones de los trabajadores, o el acceso al
crédito bancario de entidades financieras con fines cooperativos, o no. Como
se dice entre economistas: cuando el negocio está, el dinero aparece. El fundamental, el humano, que incluye el know
necesario para implementar una empresa, está en los ciudadanos no
poderosos. En fin generar un vaciamiento intelectual pacífico de las
actuales empresas regidas por parámetros capitalistas y sus funestas
consecuencias. Asimismo incluiría a aquellos que hoy no tienen trabajo, o
están mal contratados, debidamente asesorados (civil o gubernamental).
Algo hay que “poner”, ni héroes ni pusilánimes, actuar solidaria
e inteligentemente. Recuerdo que Robert Reich nos indica en “El
trabajo de la Naciones” (Vergara, 93) que se compraron
empresas rentables, que dejaron de serlo una vez comenzado a operar con los
nuevos dueños. Sucedió pues que antes de iniciar sus operaciones el personal
con mayor grado de idoneidad en la naturaleza del negocio que implicaba tal
empresa, migró hacia competidoras de la misma, generando tal funesto
vaciamiento intelectual.
Estimo que tal organización
empresarial solidaria amerita una cosmovisión de integración social que
diferirá de las existentes al presente.
7.3 Integración social
Estas organizaciones
cooperativas serán consideradas como bien social, acorde a experiencias
productivas acontecidas al presente en países que han transitado un capitalismo
más benéfico para sus ciudadanos, brindándoles contención social. A su vez se
conformaran confederaciones regionales que evaluaran el accionar empresarial
de las mismas, como los ajustes necesarios para mantener su nivel de
productividad y desviaciones de su funcionamiento tanto en lo atinente al
trabajador individual como el todo, en estricta vinculación con las redes
socio-tecnológicas respectivas afines a sus intereses y saberes. El nivel
político actuará como veedor de estas confederaciones.
Tenemos
un factor diferencial sustancial: estas organizaciones mutuas se construyen jerárquica
y consensuadamente. Es decir que la selección
de los sujetos de los cargos superiores será concordante con los mayores
niveles de idoneidad en su especialidad. Evidentemente, los mayores grados de
idoneidad resultan correlativos a los de inteligencia. Quienes
trasciendan de lo específico - su metier-
a lo general, incursionarán en lo básico de la naturaleza humana: la integración
social. Sujetos que accederán a la conducción de los grados confederados
superiores, que se han destacado en su praxis social, consensuado
por sus pares y subordinados. Asimismo semillero de quienes tendrán en
sus manos - nada
menos- que la Administración
del Bien Común (ABC
de la política). Es decir, nuestro presente y futuro. Consecuentemente,
en su ejercicio deben estar los hombres de mayor nivel intelectual, emocional
y moral, premisa tan distante en el presente.
En
general, el descrédito político planetario surge de la escisión entre
las bases sociales y sus políticos – más allá de las coyunturas nativas-
emergentes de los cuadros partidarios. Estos nada más alejado de los
intereses sociales de los ciudadanos por tal disidencia. El gran desafió del
presente siglo será
la de hallar nuevas formas de articulación armónica y eficaz entre lo social
y lo político. Éste, será la extensión del desarrollo
social alcanzado. La política no es la actividad humana de mayor
calidad, pero sí la de mayor trascendencia en cuanto a lograr cambios sociales
coherentes con las demandas ciudadanas.
Evidentemente,
con un modelo como el descripto nos alejamos de tal funesta escisión,
dado que los dirigentes políticos estarán consustanciados con las
demandas sociales en virtud de igualdad con la matriz social que
representan, restringiendo el margen de error del presente. Éste,
corroborado lamentablemente en el ejercicio del poder delegado,
circunstancia que ninguna sociedad está exenta. Debemos transitar de
una democracia cuantitativa, que ha servido de control deficiente para el
acceso de las tiranías contrarias a los ideales de libertad e igualdad galo,
hacia una democracia sustentada no en el número sino en el consenso
mayoritario, traducido en las urnas, con reaseguros sociales como los
expuestos.
Otro
factor a revisar es el de los sistemas previsionales/fondos de pensión, que deben
ajustarse a otros parámetros que los existentes, permitiendo no ser una carga
constante para el erario. La propuesta siguiente debería ser
solventada por estudios actuariales, que exceden mis posibilidades. Definir
un sistema previsional implica incursionar en la evolución de un ser humano
en su lapso de vida; desde su inserción en la vida productiva hasta el fin de
sus días. Tal problemática excede a una simple ecuación financiero-matemática,
involucrando la calidad de vida deseada por una sociedad.
Estas
organizaciones cooperativas serán consideradas como bien social, acorde a
experiencias productivas acontecidas al presente en países que han transitado
un capitalismo más benéfico para sus ciudadanos, brindándoles contención
social. A su vez se conformaran confederaciones regionales que evaluaran el
accionar empresarial de las mismas, como los ajustes necesarios para mantener
su nivel de productividad y desviaciones de su funcionamiento tanto en lo
atinente al trabajador individual como el todo, en estricta vinculación con
las redes socio-tecnológicas respectivas afines a sus intereses y saberes. El
nivel político actuará como veedor de estas confederaciones.
Tenemos
un factor diferencial sustancial: estas organizaciones mutuas se construyen jerárquica
y consensuadamente. Es decir que la selección
de los sujetos de los cargos superiores será concordante con los mayores
niveles de idoneidad en su especialidad. Evidentemente, los mayores grados de
idoneidad resultan correlativos a los de inteligencia. Quienes
trasciendan de lo específico - su metier-
a lo general, incursionarán en lo básico de la naturaleza humana: la integración
social. Sujetos que accederán a la conducción de los grados confederados
superiores, que se han destacado en su praxis social, consensuado
por sus pares y subordinados. Asimismo semillero de quienes tendrán en
sus manos - nada
menos- que la Administración
del Bien Común (ABC
de la política). Es decir, nuestro presente y futuro. Consecuentemente,
en su ejercicio deben estar los hombres de mayor nivel intelectual, emocional
y moral, premisa tan distante en el presente.
En
general, el descrédito político planetario surge de la escisión entre
las bases sociales y sus políticos – más
allá de las coyunturas nativas- emergentes de los cuadros partidarios.
Estos nada más alejado de los intereses sociales de los ciudadanos por tal
disidencia. El gran desafió del presente siglo será la de hallar
nuevas formas de articulación armónica y eficaz entre lo social y lo
político. Éste, será la extensión del desarrollo social
alcanzado. La política no es la actividad humana de mayor calidad,
pero sí la de mayor trascendencia en
cuanto a lograr cambios sociales coherentes con las demandas ciudadanas. Evidentemente,
con un modelo como el descripto nos alejamos de tal funesta escisión,
dado que los dirigentes políticos estarán consustanciados con las
demandas sociales en virtud de igualdad con la matriz social que
representan, restringiendo el margen de error del presente. Éste,
corroborado lamentablemente en el ejercicio del poder delegado,
circunstancia que ninguna sociedad está exenta. Debemos transitar de
una democracia cuantitativa, que ha servido de control deficiente para el
acceso de las tiranías contrarias a los ideales de libertad e igualdad galo,
hacia una democracia sustentada no en el número sino en el consenso
mayoritario, traducido en las urnas, con reaseguros sociales como los expuestos.
Otro
factor a revisar es el de los sistemas previsionales/fondos de pensión, que deben
ajustarse a otros parámetros que los existentes, permitiendo no ser una carga
constante para el erario. La propuesta siguiente debería ser
solventada por estudios actuariales, que exceden mis posibilidades. Definir
un sistema previsional implica incursionar en la evolución de un ser humano
en su lapso de vida; desde su inserción en la vida productiva hasta el fin de
sus días. Tal problemática excede a una simple ecuación financiero-matemática,
involucrando la calidad de vida deseada por una sociedad.
7.3.1 Una visión más abarcadora que los sistemas
solidarios y de Autoaporte
existentes
Los
sistemas solidarios, es decir el aporte personal y/o contribución
patronal – según modelo - sobre las retribuciones activas, para
solventar las erogaciones pasivas ha quedado desvirtuado al ser casi
imposible el aporte de 3,5 ó 4 activos sobre
pasivos, por múltiples factores, como ser: extensión de la edad poblacional,
reducción del trabajo industrial, desempleo, etc. El modelo de autoaporte, acumulando los aportes
personales en una cuenta individual, que juega a la timba financiera, dado
que depende del valor de las acciones o títulos que el fondo que administra
haya comprado y del valor que registra al cese de actividades, no ha sido lo
satisfactorio que hubiese deseado, llegando a ser nulo para aquellos sistemas
que atan los ahorros previsionales con las acciones de la empresa que
trabajan, como paso con la quebrada ENRON ( una de las empresas
multinacionales norteamericana de mayor volumen en el mundo). Ambos
sistemas previsionales fijan una edad mínima para cesar en servicio
activo.
Personalmente
estimo que debería ampliarse la visión del problema previsional, desterrando
el mecanismo de acumulación actual: joven-adulto-tercera edad, para "disfrutar" tal renta al
final de nuestros días. Fijar una edad general improductiva para un individuo,
no cierra para estas épocas y
menos prospectivamente. Los parámetros existentes de considerar al trabajo
como una carga y algunos signos físicos propios de la tercera edad - pero
no invalidantes- coadyuvan al convencimiento de tal cesación laboral
programada. Hoy, el trabajo es el núcleo vital de nuestras sociedades y
estrictamente vinculado a la educación en todos sus niveles. A través del
mismo, puede lograrse satisfacer sus aspiraciones creativas, o como medio
para lograr otros fines que lo satisfagan, retroalimentando su autoestima.
Ni los bienes materiales, ni el ocio, construyen a la misma. Más bien a la externo-estima,
identificación o envidia de los otros hacia uno, lo cual no es suficiente. La
autoestima surge de las propias capacidades - socialmente aceptadas- para acceder al bienestar.
¿No
sería más racional compatibilizar ocio-placer
con trabajo durante todo el transcurso de nuestra vida productiva (siendo
dichoso el que disfrute ambas fases) fijando el límite de la misma
exclusivamente por nuestro estado de salud psicofísica? Tanto al cese
arbitrario de la actividad laboral, como el morir joven dejando a nuestra
familia en la indigencia por no haber acumulado lo suficiente, son perturbadores
en el desarrollo del ser humano y su entorno familiar. Una sociedad debe
hallar respuestas inteligentes a esta problemática. El trabajo, más
allá de ser remunerado o no, debe ser su moneda de cambio
independiente de la edad, para asegurar su futuro ante emergencias
invalidantes/deceso del trabajador aportante y su grupo asistido.
Tal propuesta
implica una revisión de la utilización de los recursos humanos en el
presente. En una película americana de los '90, a un hombre maduro - actor mayor venido a menos-
disfrazado de Drácula en un shopping, le preguntaban si el
terror de sus épocas era igual al del presente, a lo cual respondió que no. Terror hoy es: tener más de cuarenta años, estar
sobrio en la madrugada y sin trabajo. Demasiado habitual, sin
discriminación de niveles y países. Un joven gerente atosiga a un hombre
maduro desplazado, que vislumbra su inmediato futuro de terror. Uno podría
argumentar que imbécil este joven ejecutivo, mañana será él el despedido. Soberbia,
negación o como se llame, nos impide una adecuada proyección futura. Pero no
bastaría con una reflexión autocompasiva proyectada, debemos ser más abarcadores,
que incluya a la misma, superándola.
Resulta paradojal observar que los
líderes de las grandes corporaciones tienen mucha más edad que los que son
despedidos por la misma, medida o no su trayectoria. Aún más si consideramos
algunos de los gurúes que avalan expresamente o con su silencio tal política
discriminatoria, que con su edad en el mundo occidental deberían estar
"muertos". Nunca pude saber ciertamente cuáles son las verdaderas
causas de tal discriminación, que no se explicitan por compasión general o
particular. Estimo que las razones deben ser múltiples: por desactualizarse;
por no haber llegado a la cima como sus verdugos; o será que para ser
productivo se debe ser joven. Cualesquiera que fuere la causa nos indica que
aún los humanos no hemos aprendido
a utilizar nuestros recursos, según edades y maduración (por lo menos lo observado en
occidente). Deberíamos revisar el modelo oriental, que no desdeña al anciano y sus saberes.
Será clave exigir lo que pueden dar: experiencia
en el ahorro de esfuerzo. Exigirle a un plomero de 60 años o más el ritmo
de un joven, sería necio. Trabajando juntos se integrarán complementando
productivamente sus aportes (ritmo/eficiencia). Pero ello involucra
una postura inducida externa socialmente para lograr tal compenetración
productiva. Conocemos muy poco de las mañas achacadas a los viejos, como de
la necedad de los jóvenes. La realidad impone cambios en la conducta humana,
más allá de cualquier factor interviniente…
Años de avance tecnológico nos han
hecho comprender la importancia de la educación y actualización permanente,
pero aún nos falta el conocimiento de nuestra maduración como humanos. Tal
limitación nos impide una comprensión de estos fenómenos que nos perturban
cotidianamente. Reitero: no se puede soslayar un problema porque no
sepamos cómo resolverlo individualmente. Hay formas que exceden lo personal,
que requieren de estudios multidisciplinarios del más alto nivel, con
sensibilidad social incluida.
Un ejemplo: leía con regocijo una experiencia japonesa: habían integrado un
geriátrico con un jardín/guardería, con óptimos resultados. Los ancianos
brindaban serena contención y los niños felices. Puede ser extremo, pero para
reflexionar. ... O las experiencias de Miami, que teniendo el problema por ser una ciudad predominantemente
longeva, resolvieron utilizar a los ancianos como cajeros o chóferes de
micros. Un problema una solución...
8. CONSIDERACIONES FINALES
8.1 Hacia una mayor conciencia social
En los
hombres civilizados al inicio del siglo 21 existe una sed de justicia,
fundada en la verdad y la razón, arraigados en su conciencia
individual y colectiva. Contraria y lógicamente un rechazo visceral a la injusticia.
Aludíamos que la conciencia social es activa en cuanto a su
conformación, dado que interactúa constantemente con los sucesos cotidianos
mediáticos o no. Quienes poseen cargos de mayor responsabilidad parece que
descreen - o mejor, niegan- el mecanismo subliminal. Este resulta
tan efectivo a la conciencia como
cualquier suceso perceptible, tanto en la individual como en la colectiva.
Suponen que por no haber reacción de los ciudadanos ante tantas barbaridades
acontecidas en nuestra cotidianidad, o contrariamente sucesos que
reivindican sus aspiraciones, estas no le afectan. Los hombres
poseemos la misma estructura lógico-emocional que forja su conciencia
colectiva. Esta se carga de sentimientos y la información
pertinente al suceso. La información ulteriormente se pierde, prevaleciendo
el sentimiento positivo o negativo. Decíamos que es pasiva, en cuanto
a su manifestación, que requiere un disparador externo. El escaso
desarrollo emocional de los humanos, muchísimas veces invalida nuestro operar
inhibiéndose esta conciencia colectiva en situaciones en las cuales no nos vemos comprometidos. Es decir,
cuando no entran en juego nuestros
intereses personales. Pero cuando el suceso disparador nos afecta, ingresando
trascendentemente en el campo del interés general, dejamos de lado nuestra
subjetividad, dando preeminencia a nuestras demandas colectivas / sociales,
aún con riesgo de nuestras vidas. En tal proceder inciden los sentimientos
acumulados, que actúan como motor de nuestras actitudes. Creo que algo hemos
evolucionado en cuanto a nuestras emociones, ya que resulta sorprendente el
control grupal en manifestaciones multitudinarias que incluyen a sujetos de
distintas concepciones personales, disparados por un objetivo que los
convoca al unísono. En nuestras pampas hacia fines del 2001, resultaba
sorprendentes las manifestaciones públicas conjuntas de piqueteros (gente
humilde desocupada) y los que blandían sus cacerolas (pudientes y
hartos), apoyándose mutuamente frente al desatino político del gobierno.
Aunque haya aludido a que la formación de la conciencia social es similar a
la del concepto, por ser ambas construcciones temporales, no es lo mismo en
cuanto a nuestra conformación personal, la cual esta signada por la
peculiaridad de interacción acontecida y dones que hemos recibido y/o desarrollado
en el transcurso de nuestra vida. Reitero que es poco lo que sabemos de cómo
se conforma nuestra personalidad, si estamos condicionados genéticamente o
nuestras vivencias sellan nuestra estructura, o ambas se conjugan para
nuestro bien o mal. Ya aludimos que es demasiado el desconocimiento de la
estructuración humana, que es necesario develar en un futuro inmediato, para
contar con herramientas productivas para la especie.
Aún tal
oscuridad científica, trataré de esbozar algunas consideraciones. Hay un
evidente mejor dominio emocional colectivo que otrora - la nobleza
francesa o rusa dan fe- al cual aludí anteriormente en las
manifestaciones sociales multilaterales que responden al consenso
mayoritario. Tal dominio se construye a partir de una conciencia social más
refinada, generada tanto por las atrocidades como las experiencias positivas
registradas históricamente. Una respuesta civilizada potencia sus demandas,
dado que inhibe la descalificación oficial o mediática, afín o no al gobierno
de turno, como vandalismo generalmente asociado a grupos extremos cualquiera
sea su naturaleza. La globalización de la información es un factor
trascendente en este proceso de morigeración de nuestro accionar emocional,
resultando los medios, aun sus evidentes distorsiones, como catalizadores
de tales vivencias. Este proceso se acentuará vertiginosamente en este siglo
21, como nunca antes había sucedido. Algunos activaran nuestras concepciones
de justicia o de injusticia. Conmocionaran nuestras
pasividades, obligándonos a reconsiderar nuestras posturas personales,
superadas por la realidad omnipresente. Me sorprendía leer un artículo
periodístico, relatado por un occidental europeo, que aludía a un lamentable suicidio
de una mujer afgana, ante la prohibición paternal de casarse con quien
ella amaba. Aquel manifestó ante la familia del novio, al hacer éste el
pedido de la mano de su hija, su rechazo por dos razones sumamente coherentes
con su conformación como musulmán y afgano: que era contrario a su posición
en la interna religiosa, pues no eran chiitas y que la mano de su hija
le había sido dada anteriormente a otra familia. Tal suceso, lamentablemente
demasiado habitual en los países con tradiciones religiosas rigurosas, no es
lo que pretendo recalcar, sino la ulterior reacción del padre que había
establecido previamente una buena relación con su hija. Desconsolado por considerarse
culpable del trágico deceso de su querida descendiente, pregonaba sin temor a
cualquier circunstancia, que de retrotraerse al día que pidieron su mano
“equívocamente”, hubiese rectificado su posición accediéndola a quien ella
amaba. Es decir, que el dolor ante la barbaridad acontecida postergaba todas
sus creencias sociales, asimiladas de buena fe, hasta ese cruel presente.
Generalmente tal accionar no es común. Puede pensar lo erróneo de sus
costumbres, cargar con la culpa, pero no manifestarlo públicamente dada la
coacción social respectiva. Creo sin equivocarme que en tal caso la emoción
actuó como disparador de tal respuesta, no invalidando su
opinión ante lo falaz de una concepción retrograda que hasta ese entonces
regía su vida, o lo seguirá en el futuro, según duelo y realidades sociales
ulteriores. Debemos destacar que los cambios individuales son efectivos
cuando nos conmocionan, reestructurando nuestros marcos referenciales
en forma drástica, afectando y reflejado en nuestra actividad cerebral (sustento
de las terapéuticas que usan la palabra). Equivale a una lesión física,
dado que los sucesos que afectan psicológicamente tienen igual poder o mayor
en determinados casos, que el estímulo físico directo.
Pensemos en
las vivencias del pueblo americano en plena guerra contra Iraq ante el dilema de: patriotismo o derechos
humanos. Estos, tanto de sus compatriotas muertos en una
lucha sin sustento real, o los iraquíes torturados. Obviamente esto
agravado por las reticencias gubernamentales a publicar tales hechos y más
aún por la confirmación del Secretario de Estado Colin
Powel de la inexistencia de las armas
nucleares o conexiones con sus verdugos de Al Qaeda, que dieron origen
a esa guerra, fundada evidentemente en
negocios petroleros y de “restauración” física inmobiliaria. En fin, una
lucha entre una construcción emocional temporal – el patriotismo – contra una realidad que lo supera: La
mentira fusionada con los derechos humanos, un par de por sí incompatible,
que incluye a sus habitantes expuestos en tal inconsistente guerra. El patriotismo
no está
muy alejado del fundamentalismo, arraigado en los ciudadanos de países
que lo fomentan, que le permiten a sus dirigentes “justificar” su accionar en
el exterior a costa de un consenso patriótico infundado. En fin, un despropósito.
Si crecemos emocionalmente, daremos una mayor intervención de nuestra
conciencia social sobre nuestros intereses y creencias particulares,
frecuentemente en colisión con los generales. Es como desnudar a
quienes nos representan deficientemente y a nosotros mismos por
tolerarlos. No es problema exclusivo de los norteamericanos, demasiado habitual
que nos mientan o nos restrinjan información en cualquier rincón del planeta.
Aludía anteriormente: somos artífices de nuestro propio destino. Un
proceso lento, difícil y diacrónico, que observa en avances y retrocesos (Bush,
Putin y Berlusconi, nos dan fe). Evidentemente, estamos en tránsito
de la autoridad formal impuesta a la moral, sustentada ésta en
juicios apropiados y certeros. A fusionarlas coherentemente, para que
nuestros anhelos de justicia insertos en nuestra conciencia social se hagan
realidad. No me cabe la menor duda que las únicas armas que poseemos los no
poderosos para alcanzar tales anhelos están en la LIBERTAD, IGUALDAD,
SOLIDARIDAD e IDONEIDAD conjugadas, según lo expuesto. Es decir
la tétrada cultural que debemos incorporar, asimilándolas, como seguridad
de la especie humana.
En fin, aun
sus retrocesos y avances el progreso se desarrolla paulatinamente. Siendo
así, podríamos sentarnos a esperar un futuro más benigno para los humanos.
Nada más alejado: el futuro se construye desde el presente. No nos
queda otra que hacernos cargo de nuestras debilidades y generar conductas
positivas que nos orienten a superar nuestras carencias, ¡Bah! CRECER,
con el dolor intrínseco que implica. Las investigaciones científicas en
materia emocional, aún escasas, nos indican el beneficio del accionar solidario
en nuestras conductas sobre el accionar egocéntrico. Pensemos que
generalmente nuestros líderes-conductores están cortados con esa tijera - cosmovisión
individual- y difícilmente “vean” lo que no pueden “ver”.
Los intelectuales que incursionamos en lo socio-político debemos actuar como exploradores
del tiempo, hacer prospección, vislumbrando un “camino-solución” posible. No quepa la menor duda que este es un mundo
inmaduro, en el cual las soluciones están acordes a las herramientas
que disponemos. Así generamos paradigmas en lo económico coherentes con
nuestro desarrollo emocional como alejado de lo conveniente para la especie.
Nadie puede dudar del beneficio que ha generado el capitalismo, con
solo pensar en la planetarización alcanzada con un mercado casi unificado,
que trasciende fronteras gracias a las telecomunicaciones e infraestructura
desarrolladas a lo largo y ancho del planeta, emergentes de sus demandas,
concomitantemente con un formidable desarrollo científico y tecnológico que
hizo posible tal desarrollo, retroalimentándose mutuamente (capitalismo y
ciencia). Ello, sin correlación en el conocimiento del hombre en sí mismo
y su inserción social. Debemos suponer que este fue el camino a recorrer,
lleno de sinsabores para muchos hombres, pero que será la base para un futuro
promisorio. Seguramente nos toque la construcción de tal base y no lo
disfrutemos propiamente, siendo nuestro legado. Como así nuestros
ascendientes forjaron con su esfuerzo esta mayor, pero aún insuficiente
libertad que disponemos. En definitiva, este es el motor de la historia
humana: aportar los cimientos para su propio devenir, superándonos como especie
en el tiempo. Tenemos las herramientas para ello y el germen de un mundo
solidario que sabe que el individualismo no es, ni será solución
alguna como lo ha demostrado hasta el presente: solo para el beneficio de
unos pocos que han expoliado a sus pares, por supuestos considerándolos
inferiores para justificar/consumar tal despojo. Pero aun así, no pueden
comprar para sí y los suyos, una vida afectiva digna, ni inteligencia,
equilibrio emocional, salud eterna... Reitero lo expuesto en las consideraciones
preliminares del presente trabajo: Ni quepa la menor duda que cuando se
alude que “ el dinero no es la felicidad pero
se le parece”, no estamos alejados de una verdad que solo nos recalca que
no hallamos aún otras formas para alcanzar tal felicidad”.
8.2
Una cosmovisión política
Los
cambios sociales deben emerger desde su seno para que sean eficaces, pero
solo se podrán efectivizar en el plano político, nos guste o no. Por siempre
volvemos a uno de los dilemas humano más controvertidos, expresado certeramente
en cual es primero, si el huevo o la gallina.
Creo que tal opción, en este caso si un desarrollo social elevado es
necesario para plasmarlo en un nivel político superior al existente. O que
primero se requiere una dirigencia política superior que logre tal
desarrollo. Convengamos que más que dilucidar tal dilema teóricamente hay que
interrelacionarlas simultáneamente, logrando un grado de efectividad que nos
acerque con mayor celeridad a nuestros anhelos de JUSTICIA SOCIAL. Incursionemos en el tema: ciertamente se
define a los políticos como aquellos que piensan en la próxima
elección y a estadistas a quienes vislumbran las siguientes
generaciones. Si efectuáramos una encuesta masiva en las sociedades
democráticas, en cuanto a sí debemos ser conducidos por políticos o
estadistas, más del 90% resultaría afirmativa por lo obvio, resultando
el resto por los políticos, sus allegados/beneficiados, y otras yerbas,
variadas e inclasificables...
Debemos
destacar que tales estadistas, hiper exiguos en la historia
humana, deben encuadrarse como los aludidos en el nivel superior del grupo de
comprensores en la clasificación de Idoneidad o su equivalente
de inteligencia adaptativa expuestos en el punto 4.4.1 del presente ensayo. Es
decir, una capacidad para pensar en términos abstractos, globales y
sistémicos, con un satisfactorio dominio emocional y sensibilidad social (léase:
lectura adecuada de la conciencia social que lo incluye).
¿Que
impide que se cumpla tal anhelo social? Obviamente
resulta de la conjugación de varios factores que lo hacen posible, pero no
imposible de lograr: Aunque el número de sujetos de tales
características es ínfimo, francamente desconocemos el porcentual, pero seguramente
conllevara varios miles por cada uno de ellos, existen hoy y siempre. Quien
se precie de tal - es inherente a
ese nivel saber cuál es su diferencia intelectual con otros congéneres-
no puede embarcarse en un proceso
político personalista, ya que es incompatible el accionar individual con un
proyecto político positivo socialmente, en los términos de las matriz
propugnada. Tenga ya por seguro que si acepta a participar no posee
los requisitos para estadista. O es muy optimista (léase incauto) o tiene un alto grado
de egocentrismo, típico de nuestra cultura individualista, que
incidirá negativamente en su gestión al afectar su dominio emocional.
Tal
limitación social está estrictamente correlacionada con la falta de organizaciones
de cualquier nivel que se estructuren idóneamente, definiendo a aquella en
los términos expuestos: una conducción interdisciplinaria y en equipo, como
factor gravitante. Nada más alejado que las de nivel político, que hacen
culto del individualismo, a veces en flagrante contradicción con el origen de
sus bases de tinte colectivo (los
comunistas dan fe…).
Examinemos
las reglas del juego político
existente: cada partido recluta - entre sus afiliados o
extrapartidarios invitados- a los potenciales postulantes a los
cargos electivos vacantes, por el voto de sus afiliados. Tal acto
eleccionario no es obligatorio, presentándose un tercio - promedio-
del padrón partidario, debiendo cumplir con todo el requisito legal vigente y
convalidado por la justicia electoral. No hace
mucho en mi país se han implementado primarias obligatorias, que reducen la
cantidad de postulantes tanto intrapartidarios como
partidarios, sino llegan al tope mínimo establecido. En fin, un filtro mayor.
Estas normas han sido
sancionadas por los legisladores, en cuanto le indican las normas
constitucionales. Más aún, ninguna de ellas impide a un ciudadano de bien
acceder a cargos políticos. Este proceso selectivo es legalmente inobjetable
como improductivo, ya que genera una dirigencia que no satisface las demandas
sociales en la materia. O podría colegirse que estos políticos son lo que tenemos y merecemos. Es decir, una muestra significativa y representativa de nuestra sociedad:
Tratemos de
ver paso a paso, este proceso selectivo:
- La
afiliación a un partido es un acto voluntario.
- La presentación a un cargo partidario es un acto voluntario.
- La
presentación como candidato partidario a un cargo electivo es voluntaria.
En
todos los
casos, la decisión corre por cuenta propia (aun inducido por otros), producto de una autovaloración para el cargo que se postula, considerándose apto
para el mismo. Obviamente serán los otros afiliados quienes decidirán quién
ganará. Podrán ser los mejores entre los postulantes, pero no garantiza su aptitud
para el cargo en juego. Generalmente no hay vacantes cuando no se halla el candidato apropiado al mismo.
Un político ha tenido que recorrer un largo camino hacia el cargo electivo
alcanzado. Tuvo que autoconsiderarse idóneo para
aquel, convalidado por sus pares afiliados en el proceso selectivo
partidario. Una vez electo y en ejercicio del cargo, demostrar a sus
partidarios, sus mandantes soberanos, a los que no lo votaron, de su probidad
para el desempeño del mismo. Cuán difícil, sino imposible, reconocer sus
falencias en el transcurso de su mandato, o antes. Primero su autoestima,
luego sus íntimos, correligionarios, adherentes, críticos... Evidentemente
existen funestos mecanismos, propios de los humanos, factibles de soslayar
tanta desgracia: racionalización,
negación, disociación, proyección... y otros complementarios: soberbia, sobreestimación,
desentendimiento, fijación y algún otro más que Ud. pueda aportar. Evidentemente, desde la misma cuna selectiva
emerge la subjetividad: autovaloración,
autoproposición, con la
consiguiente probabilidad de sobreestimación de sus cualidades individuales -
léase narcisismo- o de
impulsos exhibicionistas, una cámara
aquí, por favor, o poseer una información distorsionada del futuro rol político
a desempeñar. Ello, avalado por partidarios de similar visión y estimulado
por quienes pueden verse favorecidos por beneficios colaterales de la
política, más allá de evaluar las reales capacidades del candidato (léase
familiares y allegados).
Este
análisis del proceso selectivo de nuestra dirigencia, determina tanto su
carácter legal-inobjetable, como falaz,
en cuanto a que tal proceso recluta lo mejor de nuestra sociedad. Tal proceso
no garantiza ni cualitativamente
ni cuantitativamente una técnica de representación fiable. Esto no es lo que nos representa sino
aquello que nos ofrecen los partidos políticos actuales, no lo que nos
merecemos.
Cualquier
avezado político, ante estas aseveraciones, dirá que son burdas reducciones
de un proceso partidario que implica un exhaustivo trabajo, concienzudas
evaluaciones, análisis, etc... Pero la realidad nos dará un claro veredicto:
el descrédito general de los políticos emergentes de sus internas partidarias
(indefendible).
No he referenciado
anécdotas de los políticos notorios, que ratificarían mis aseveraciones.
Ellos no crearon las reglas del juego, devienen.
A lo sumo se les puede endilgar que las mantienen. Sus propias limitaciones
los eximen de culpabilidad. Igualmente, un cambio radical en las reglas de
representación, gestionadas por ellos mismos, no le garantizará su
continuidad. Observemos la realidad cotidiana: solo ante la presión de
pruebas irrefutables - a criterio de la ciudadanía en general-
sacrifican a algún camarada en desgracia ¿Quién les asegura que el día de
mañana no sea uno de ellos el incriminado?
El deber de cambiar las reglas del juego
político, que generan la clase de dirigentes políticos que cuestionamos, es de la sociedad misma. Aunque ésta
ya no los tolera, se halla impotente de hallar soluciones adecuadas por
carecer de interlocutores válidos. No se puede recurrir a aquellos políticos,
que con mejor imagen pública, tratan de revertir tal descrédito. Un
técnico-político experimentado aludió sobre uno de aquellos: "Una monja
no puede trabajar en un prostíbulo”. Desde joven comprendí que no se puede pelear con los
malos en sus propios dominios, hay que obligarlos al cambio de sus armas,
sino se pierde.
Este
es nuestro gran desafío actual: generar condiciones sociales propicias para
que emerja una dirigencia que nos merezcamos y nos represente cabalmente. Que
cumpla con un mandato social simple e imperativo: Idoneidad y
transparencia en el ejercicio del poder delegado.
Evidentemente
necesitamos dar un salto cualitativo para poder desprendernos del
individualismo imperante, el cual debe emerger del seno social, plasmándose
en lo político. Los indicios de tal proceso de transición existen y se
registran cotidianamente. Adhiero a la postulación de H. Cronin
expuesta en el punto 3 ( La
Solidaridad: un negocio de
excelencia)
sobre que Internet es el medio para su desarrollo. El estar en manos
sociales es un factor trascendente, aunque sea viable de ser espiada - Echelon
mediante u otro cualquiera- no pueden distorsionar la información,
por simple chequeo del o los autores, aunque lo puedan intentar. La creación
de redes socio-tecnológicas como las propugnadas en el punto 5.2
permitirá generar nuevas alternativas de cogestión ciudadanas – locales
y/o planetarias- que servirán para el objetivo perseguido. Así será
factible la creación de las Cooperativas Organizadas
Idóneamente (COI) que proporcionaran un desarrollo
personal y social cualitativo. En lo individual permitiendo a los miembros de
la organización alcanzar una autoestima satisfactoria basada en lograr
un nivel de idoneidad acorde a sus potencialidades personales. Ello,
fruto de la integración de estudios y trabajo que redundará en
su capacidad de dar afectivamente a sus seres más queridos y estos
recíprocamente. Sumémosle la seguridad de contención familiar además de la
suya, como actuar en un ámbito de coparticipación, lograran un cambio
positivo significativo en el tramado social, según vimos en el punto 7.2.
Asimismo los grupos sociales afines que inevitablemente desembocarán
en una fase política para operar los cambios que demanden, en coordinación
con otros de distinto fin, pero con igual sed de Justicia Social. La solidaridad
e idoneidad fusionadas hacia el objetivo de la conciencia colectiva
social. Un arduo proceso, del cual emergerán los verdaderos
políticos-estadistas, convalidados en la praxis social respectiva y
consustanciado con las demandas sociales. Reitero que el accionar conjunto de
sujetos con un nivel intelectual superior, dominio emocional y sensibilidad
social, insertos en una organización estructurada idóneamente,
participativa y consensual (punto 6.2)
potencia sus alcances a niveles impensados al presente. Esto por una sinergia
no obstruida por factores individuales que la restringen y/o disipan.
Este proceso está condenado al éxito y arrastrará hasta los poderosos, dado
que los involucra y son parte de las generales de ley humana: su evolución
hacia formas de vida de nivel superior que incluyan bienes “razonables” con
un desarrollo emocional más elevado. Las condiciones están dadas. El
“camino-solución” es factible: “caminantes no hay caminos, se hace camino
al andar”.
Por último cuesta creer al presente todos los
factores a favor con que cuenta el poder ciudadano, sin su concomitante percepción
y uso: inmensa mayoría numérica, votos, libertad para organizarse,
el conocimiento para cualquier emprendimiento, cuadros de cualquier
nivel en todas las actividades humanas trascendentes ( salud,
educación, justicia, fuerzas de seguridad/armadas, ciencia y técnica, medios
de comunicación masivos, etc., etc., etc.), acceso al crédito: sus
fondos de jubilaciones redireccionados a su propio
beneficio, fondos cooperativos y si es negocio lo que se pretende
realizar, el mismo sistema financiero actual, cuyo objetivo es ganar money,
prevaleciendo sobre a quién le presta: pragmáticos. Ser consumidores
por excelencia, que mantienen toda esta parafernalia de negocios que esto
genera (su seguro de vida). Ahorristas en los sistemas
bancarios... Y la frutilla del postre: la posibilidad de intercomunicarse
libremente gracias a Internet, en manos sociales (¿ a esto debe aludir Cronin como exótico?),
con posibilidades de transmitir sonido, imagen y texto, sin restricciones.
Contrariamente, los poderosos dependen de
todos estos factores, solo pueden contraponer bienes y capital.
Fuerza, aunque quisieran no pueden contra quienes le dan de ganar
dinero que sustente su poder. Solo les queda la poderosa corrupción, cuya
efectividad reside en que sopesa el aquí y ahora sobre nuestros intereses de
mediano y largo plazo. Lamentablemente, para ellos, no tienen ni bienes ni
dinero suficiente para corromper a todos los ciudadanos. Si lo hicieran se
cumpliría el sueño comunista, y seguramente no alcanzaría para elevar
satisfactoriamente el confort humano planetario. Por siempre cuando escucho
una diatriba vehemente sobre los políticos que roban, teniendo un mínimo de
información sobre el sujeto que se manifiesta, le pregunto simplemente y en
un tono sin recriminaciones, si él al estar en lugar del político
haría lo mismo, teniendo un 99 por ciento de seguridad que su respuesta será
afirmativa. Y son mayoría los que están en esta posición. Tanto por envidia
como el priva “si yo no puedo, vos tampoco” como un reaseguro social, nos
guste o no. Esto enlazado a las limitaciones del capital, que alcanza a un
número delimitado de sujetos para corromper, amplifica las posibilidades de
cambio. Los hombres no somos
buenos ni malos, debemos aprender a discriminar entre el aquí y ahora
beneficioso y sopesar con los beneficios de mediano y largo plazo, incluyendo
por supuesto a nuestros descendientes y ascendientes. Tales opciones no son contrapuestas,
sino que nuestro nivel de postergación es coherente con el nivel de maduración
existente. Con educación, difundiendo desde nuestros primeros pasos en
la vida, un mensaje simple y efectivo, que nadie puede dejar de
entender: “no hagas a otro aquello
que no te gusta que te hagan a
ti”.
Evidentemente,
para acceder a un mundo mejor se necesitaría modificar la organización
política actual, eso trataremos en el título II de este ensayo. Quisiera
destacar que tratar el tema de una nueva lectura de la República Democrática, emerge de un fallido intento de diseñar un
sistema automático para el proceso electoral. Desde hace unos años se insiste
con la creación de la boleta única para el proceso eleccionario, como una
solución para evitar distorsiones en el mismo (falta de boletas, partidos intervinientes el acto comicial y sin
visualización, etc.). Modalidad puesta con éxito en varias provincias
importantes, como ser Córdoba y Santa Fe. Cuando se diseña un sistema implica
revisar todos los procesos involucrados, factores como ser: quien está a
cargo del proceso general, como se transfieren los votos, el tipo de lista ( individual o sabana), la cantidad de
partidos intervinientes, si son primarias, etc. etc..
Francamente tal revisión resultó funesta para mis creencias, contrarias a
casi todas las formas involucradas, aludidas anteriormente. Además debe ser
un sistema dual, manual y automático, pues no podemos dejar en manos del software
la elección de los cargos en disputa (puede
ser fraguado fácilmente). Se requiere una constatación manual, voto a
voto, aunque no sea en el mismo cierre electoral, sino en el cómputo
definitivo. Sorprenden quienes resaltan lo rápido y eficaz del voto
electrónico, cuando prioritariamente está en juego el destino de la región
involucrada. Aunque demorara una semana el conteo manual, sería bienvenido.
Más aún si convalida el proceso electrónico. El resultado es lo importante no la velocidad, debe tomarse el
sistema automático como provisorio… En
fin, tantas objeciones personales determinaron que quedara abortado el proyecto.
Pero no por ello, observando
nuestra penosa situación del presente, dejar de pensar una cosmovisión
diferente a la actual.
Lamentablemente, los
argentinos estamos padeciendo al presente un sistema republicano, que además
de deficiente per se, está siendo distorsionado en todos sus componentes.
Ninguno de los poderes cumple con los preceptos republicanos, el PEN incumple las sentencias de la Corte, remite leyes, sancionadas en
forma exprés por la mayoría del partido de gubernamental (irónicamente se llama al Congreso de la
Nación como “la escribanía del Gobierno”), sin debates
interparlamentarios y con interpretaciones que perturban el accionar del
poder judicial. Hasta el extra-poder resulta
parcial a todas luces - el Ministerio Público- generando una división entre
los antiguos jueces/fiscales, tildados de “corpo” y los adictos expresos al
gobierno, más allá de quien tenga “verdad”. Sintéticamente, podríamos
ilustrar con lo siguiente: el Presidente
de la Suprema Corte, expresa
que el “poder judicial constitucionalmente debe limitar los excesos de los
otros poderes”. Días después el Poder
Ejecutivo Nacional, rebatiendo tal observación: “mi único límite es el
pueblo”.
Obviamente siendo un lego a
nivel jurídico, tengo una concepción sistémica razonable, que permite una
visión global de la República
Democrática Representativa y Federal, que puede contener errores
jurídicos pero difícilmente sistémicos. O muy osados para el presente. En
fin, que pueda al menos servir de base para otros trabajos, por supuesto
interdisciplinarios.
Título II
República
Democrática:
Una
lectura acorde al siglo 21
1. INTRODUCCIÓN
2. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA (
descripción ilustrativa y comentarios)
3. UNA LECTURA RACIONAL DE LA REPRESENTATIVIDAD
3.1 Consideraciones
3.2 Representatividad de las sociedades
3.3 Observaciones respecto
a quienes deben ser idóneos
3.4 Falso dilema:
técnicos o políticos
3.5 El Contexto Social
de una república democrática
4. Esquema de una
República Democrática actualizada. Definiciones de cada uno de sus
componentes.
4.1 Esquema:
4.2 Consejo
Consultivo Económico y Social ( CCEYS)
4.3 Poder Ejecutivo Nacional
4.4 Poder
Legislativo Nacional
4.4.1 Algunas
observaciones complementarias
4.4.2 Consultas
populares
4.5
Poder Judicial
5.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS
6.
OTROS CONSIDERANDOS
6.1
Un Estado productivo
6.2 El acto electoral
6.3 Segmentación del padrón respectivo
6.4 Un Sistema Federal
6.5 La alternancia de los gobiernos
7. EDUCACIÓN REPUBLICANA
7.1 La formación educativa
8. Bibliografía del autor
1. INTRODUCCIÓN
Cualquier
proyecto – aun este punto II del ensayo, en sí un breve bosquejo- requiere
para su correcta formulación de tres factores: Que se pretende obtener, Como
se logra tal pretensión y Quienes
lo implementaran. Tales factores deben estar integrados para la consistencia
y congruencia del proyecto.
El Que a esta altura de la experiencia humana y teniendo en cuenta
un grado de cordura razonable, resulta controversial en cuanto a los medios no para los fines. Todo gobierno
manifiesta que pretende mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos,
utilizando los recursos que estime corresponder, más allá de lograrlo o no. "No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar
ratones, es un buen gato" Dèng Xiǎopíng (líder comunista chino,
propulsor de la economía de mercado imperante en su país al presente).
En cuanto al Como, hasta hoy no hemos hallado modelos de gobierno que superen
al de una república democrática.
Evidentemente las falencias expuestas mundialmente en su instrumentación no lo eliminan como
alternativa, ya que pueden ser superadas con otras formas de implementación
que la tornen productiva para alcanzar el objetivo deseado: mejorar la calidad de vida humana.
Tal aseveración, relativa a lograr otras formas, es el intento a bosquejar en
este estudio. Asimismo intentar develar las causas que generan los fracasos,
demasiado frecuentes…
El Quienes será el tema controversial de este ensayo. A esta altura
del conocimiento, ya aludimos a las carencias de instrumentos que nos permita medir fehacientemente el nivel de
capacidad de los humanos, como sí nuestra altura o peso. Nos debemos limitar a su producción, factor restrictivo
dado que debe adecuárselo a un contexto y garantizar su sustentabilidad en el
tiempo; ergo, no siempre factible de evaluar en su coyuntura. Estimo que
aunque no haya instrumentos fehacientes, hay niveles superiores de inteligencia adaptativa, verificable
por conductas inteligentes y equilibradas emocionalmente en sujetos que han experimentado
un alto training en su metier, permitiendo tal proceso acceder a una
generalización de los recursos disponibles, logrando los mayores niveles de
performance (ver título I punto 4.4.1)
Sería inocente pensar que solo
con “iluminados” avanzaríamos hacia una mejor calidad de vida. Estos sujetos deben ser demandados por
los ciudadanos, los cuales delegaran el poder de su representación, pero
también serán su sustento, o destitución si así no cumplieran adecuadamente
el ejercicio de sus responsabilidades. Es decir aquellos – los representantes
apropiados- serán una parte del todo. En fin, una estructuración
jerárquico-consensuada cuyo nivel superior dependa del nivel inmediato
inferior, y así sucesivamente… según lo ya expuesto en el punto 6.2 del título I.
Si tomáramos lo propugnado en el texto del
presente ensayo, sería una mera hipótesis, buena o mala, sino se confrontara / internalizara en la sociedad. Apelar a la
instalación del conocimiento, a través de quienes poseen las mayores
capacidades para representarnos y guiarnos a un futuro mejor. Este será un
proceso que demandará un periodo extenso e iniciado en todos los estamentos
de enseñanza. En fin, simplemente el tan instado y ocasionalmente cumplido: “EDUCAR AL SOBERANO”, única forma del
progreso…
Ha sido suficientemente probado que los votantes elijen
a sus candidatos como un acto emocional, alejado del razonamiento. Esto
valido para muchísimos aspectos trascendentes de nuestra vida (económicas, salud, afectivas, etc.).
Recalquemos que toda especie requiere de medidas
de seguridad para subsistir en el tiempo. Los humanos, dotados de la posibilidad
de “razonar”, aunque no sea nuestra forma habitual de proceder, nos podemos confrontar con la
posibilidad de la estructuración lógica, ante la presencia de nuestras
emociones que constituyen nuestro sustrato y bagaje ancestral.
Consecuentemente, requieren que tales medidas de seguridad resulten
conceptuales y que las mismas exijan una asimilación progresiva, tanto en su noción como en su implementación, generación tras generación.
¿Será el huevo o la gallina?
¿Esperaremos al futuro para que la evolución de la educación genere
dirigentes que nos representen apropiadamente?, o de impulsar al presente
desde la política – con representantes
idóneos- una revolución educativa, aun considerando las deficiencias que
conllevaría tal intento. El futuro se
construye de las decisiones del presente, y vale la pena por nuestros descendientes…
2. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA: (descripción ilustrativa / comentarios)
En democracia lo esencial es que la
soberanía sea ejercida por el pueblo
a través de sus representantes.
Elegidos éstos periódicamente, ajustado a las normativas respectivas, locales
y/o nacionales, y contabilizando “un
voto” igual a “un ciudadano”, sea el sistema electoral directo o indirecto. La
representación directa del pueblo deliberando es prácticamente imposible en
los volúmenes de habitantes aglomerados en pueblos o ciudades actuales,
restringiéndose su participación a través del voto periódico, siempre que se
elija representantes, o plebiscite temas de interés general. Sí lo es en formas
restringidas, como ser audiencias, asambleas, y cualquier otra forma que el
número de involucrados fuere acotado.
En fin, es un concepto que se ha internalizado como cuantitativo, ya que es determinado
el resultado por su número, que responde a las mayorías simples y/o
preestablecidas.
Convengamos
que la utilidad social de la democracia es una garantía – también denominada
antídoto- contra las dictaduras
por siempre existentes. Aunque ello dependerá de otros factores, que
pueden bastardear tal finalidad. Asimismo no garantiza la “razonabilidad”
de la elección ejercida a través del voto. Lamentablemente en la historia
humana han operado artilugios / chicanas/ manipulaciones instrumentadas por
dirigentes políticos y sociales; tales distorsiones han perturbado el
contexto general, cuyo costo finalmente pagan los propios ciudadanos, que
ungieron con su voto – directo o
indirecto- a funcionarios electos y/o normativas alejadas del espíritu
democrático anhelado socialmente. Intencional o no, poco importa… tan solo importa el padecimiento sufrido por
los pueblos: guerras, tiranías, populismos exacerbados, fraudes,
genocidios, etc., etc., …
Un
balance de la historia humana al presente nos indica que la democracia en sí misma ha sido
ejercida pobremente, dado que requiere – para
su efectiva consolidación- ser consustanciada con los principios galos:
la libertad de opinar, sin
restricciones cualesquiera fuere el medio; de transitar espacios comunes;
la igualdad ante la ley y de
oportunidades, fuere cual fuere su identidad
personal. Libertad e Igualdad
responden a lo individual, que como hemos descripto precedentemente han sido
vulnerados constantemente a lo largo de la historia, sin discriminación de
ninguna naturaleza (país, sexo, raza,
religión, ricos, pobres, extranjeros, nativos, etc.…). Nos resta Fraternidad – creo que hoy,
freudianamente- sería más adecuado reemplazar tal principio por el de Solidaridad, que incluye aquél quitándole
las connotaciones de rivalidad psicoanalíticas. Tales conceptos – lejos de
aplicarse taxativamente en cualquier sociedad, aun las más avanzadas- conforman la seguridad de la especie
humana y a su consolidación debemos dirigirnos.
Obviamente
para que la democracia sea
realmente efectiva para los individuos– como lo describimos precedentemente-
requiere de un sistema de gobierno apropiado. Hasta el presente– en los
países presuntamente civilizados-
el sistema predominante es el denominado republicano.
El mismo implica un marco legal, por lo general una constitución como ley
fundamental y la división del poder entre un ejecutivo , a cargo
prioritariamente de la gestión gubernamental ; un parlamento que
dicta el marco regulatorio vía leyes, siempre acorde a su ley madre; y un sistema de justicia que aplica y
dirime sobre las mismas; tales poderes deben ser independientes entre sí, condición sine qua non del sistema a los efectos de garantizar el
equilibrio entre los mismos, a los efectos que no perjudique al soberano.
Evidentemente estamos lejos, muy lejos,
de que tal combinación – democracia y
república- satisfaga las necesidades de sus respectivos pueblos,
cualquiera sea la sociedad (desarrolladas,
en desarrollo o emergentes que han adoptado tal paradigma). Muchos
intelectuales estiman que aún no contamos con las herramientas sociales que
puedan conjugar el espíritu democrático galo con una forma de gobierno. El sistema político vigente no lo ha logrado, ya que
bastardea constantemente la república.
Tanto en quienes se ajustan férreamente a la independencia de los poderes,
sin una articulación racional entre los mismos; los que solo aparentan ser
independientes, y quienes lo soslayan abiertamente acorde a sus intereses
partidarios/ideológicos, afectando la calidad
de vida de sus habitantes.
Igualmente,
convengamos, que el concepto de democracia
en sí misma, vinculado a lo cuantitativo ha sido internalizado en los individuos,
aun poseyendo un nivel educativo básico. En la cotidianidad, en sociedades - fuere cual fuere su
nivel de desarrollo y volumen- cuando se toman decisiones por unos pocos,
afectando a las mayorías excluidas, se percibe a nivel piel por los miembros
de la sociedad respectiva/ relegada. Tal arbitraria exclusión es vista
socialmente como antidemocrática e
irritante, independientemente de
las consecuencias que genere. Cruenta
o no, seguramente no habrá olvido para tal proceder (queda registrada en la memoria colectiva, prevaleciendo lo emocional
sobre la información respectiva).
Todo
lo expuesto precedentemente no es más que una somera delineación del estado
actual de nuestras sociedades civilizadas, nada novedoso, solo descriptivo.
Pero es un problema que requiere solución/explicitación y debemos buscarla
aunque los aportes sean mínimos o insuficientes. En el título I, he expuesto
un modelo de matriz social que
conjugue la solidaridad con la idoneidad, incluyendo los principios
de igualdad y libertad (emergentes de
la revolución francesa de 1789), como el sistema republicano democrático.
Adhiero a éste, pero creo que república
y democracia no están
reformulados acordes al siglo 21. Tal reformulación debe reorientarse a
considerar la representatividad del soberano. Es decir, los parámetros que
deben considerarse al elegir a los dirigentes con responsabilidad social y al
ejercicio de su poder, según lo expuesto en el presente ensayo (punto 4.4.1 del
título I ).
3. UNA LECTURA RACIONAL DE LA
REPRESENTATIVIDAD
3.1 Consideraciones:
Una revista nativa relataba
las funestas experiencias de una familia ucraniana en la Argentina (cuyos miembros desconocían el idioma
español a su ingreso), que habían emigrado luego de la caída del muro de Berlín y el consecuente
desmembramiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
El padre, médico ex-director de un hospital en Kiev, debía trabajar en nuestro país como paramédico en una
prepaga. Resultaba racional que el idioma le impedía ejercer su profesión y
menos lograr que pudiera revalidar su título médico ante la facultad de
medicina local. Estime que con lograr la adecuación idiomática podría volver
a ejercer su metier sin inconvenientes, cumpliendo requisitos locales que
validaran su profesión… NO. Se le
exigió cumplir todo el recorrido educativo nativo: primaria, secundaria y
universitaria… ( un chiste de mal gusto).
Pensaba si por alguna razón,
alguno de los integrantes o redactores de las normativas nativas que le
impedían actuar como médico, en un viaje por la otrora URSS, hubiesen tenido un problema imprevisto de salud, debiendo
recurrir al hospital que el profesional ucraniano trabajaba, le hubiesen
exigido que hablara castellano y si estaba habilitado para intervenir a un
argentino en su dolencia ( otro chiste).
Ni hablemos cuando se migra temporariamente
a otros países, como ser Argentina,
que tiene servicios privados y públicos de calidad en muchas especialidades (oncología, odontología, estética, etc.) o hacia Cuba por servicios de asistencia personalizada en traumatología,
a un costo irrisorio comparativo a países del primer mundo. A ningún
extranjero se le ocurriría pedirle que hable su idioma y si su título esta
revalidado en su país de origen. Es decir, priva la idoneidad sobre el espacio.
¡ Tiene
algún sentido mantener el criterio de territorialidad
o las autosubjetividades
inherentes a los procesos de selección de nuestros representantes políticos,
frente a la trascendencia de la idoneidad
en el ejercicio de sus funciones gubernamentales¡ Alguno podrá decir que ello
no garantiza transparencia en el
ejercicio de sus funciones políticas
respectivas. Por supuesto, pero el accionar en equipos -disciplinarios e
interdisciplinarios- genera una garantía de autocontrol grupal de los
miembros de los mismos (única forma de
gestionar eficientemente). Más aún quienes deben asumir responsabilidades
sociales de alto rango, de un nivel intelectual superior al medio, abona la
imposibilidad de la asociación ilícita, dado que advierten la gravedad penal
que ello involucra). Resulta incomprensible a esta altura del desarrollo
humano que las conducciones trascendentes sean depositadas en una sola
persona, válido para cualquier tipo de organización social o política ¡Cuantos horrores se han cometido por dejar en manos de un
sujeto las decisiones que competen a conjuntos o multitudes ¡ Peor aún cuanto
se han ocultado ( los yerros) para no aceptar las consecuencias de los mandantes de
ese unipersonal ¡ Esto vale para las
organizaciones privadas, civiles y públicas. El accionar en equipo garantiza
el mayor grado de certeza en las decisiones. La subjetividad es inherente al individuo, el equipo nos acerca a la
objetividad posible. Estimo que la conducción estratégica debe ser un órgano
colectivo, cuyos miembros deben tener un nivel intelectual superior a la
media y un nivel emocional equilibrado. Tal experiencia, infrecuente en
general (menos aún el ámbito público),
involucra una sinergia emergente de miembros cuyo capacidad de abstracción,
globalización y sistematización (léase
en términos de Robert Reich:
Analista de símbolos) ponderará la calidad de las operaciones a su cargo,
como la toma de decisiones en su
justo momento. Conceptos del presente párrafo ya expuestos más detalladamente
en el título I, punto 6.2
del presente ensayo.
3.2 Representatividad
de las sociedades:
Podría afirmarse con seguridad que
los modelos de representación política distrital, basados tanto en la
proporcionalidad de votos, como en forma directa del mismo han sido de una
efectividad generalmente pobre, con la excepción de aquellos representantes
que tenían valores positivos ( tal excepción no hace a la regla). Si
transitamos la era del conocimiento no
sería más razonable que las sociedades estén representadas por sus mejores
hombres y no por las
subjetividades relatadas precedentemente en este ensayo, tanto a la elección
que propugnan los partidos políticos actuales como los asesores nombrados por
los políticos, que no satisfacen apropiadamente las demandas sociales que les
competen. Asimismo la idoneidad
prevalece sobre el espacio. Mantener tal esquema selectivo territorial
nos ha conducido a que los políticos sean denostados en la mayoría del
planeta. Deberíamos adicionar a lo expuesto en el punto precedente, que las
personas que han logrado un nivel de idoneidad superior – que incluye un
equilibrio emocional- implica tener responsabilidad social, dedicación y
fundamentalmente ser gente de bien ( definida
tal cualidad por los otros). Aunque al propugnar el trabajo en equipo,
éste generará un marco de contención a los posibles desvíos de conducta,
según aludimos precedentemente.
Solucionaríamos también un
problema grave que se produce en la carrera de un político, cuyo perfil es
generalmente difuso, aunque sea un profesional, dado que al no estar
actualizado en su actividad pierde posibilidades con sus pares. Muchas veces
son utilizados por empresas en sus directorios como lobista para “interceder”
positivamente para la organización que lo contrata, seguramente no para la sociedad
que otrora representaba. Como tales posibilidades no son para todos, otros tratan de perpetuarse en cargos públicos
para su sustento personal, hasta llegar a una edad que puede jubilarse
preferencialmente. O, de mayor gravedad incurrir en “negociados públicos”,
para asegurar su ulterior sustento.
Si se opta socialmente por sujetos
que poseen una idoneidad acorde al cargo a desempeñar, fundamentalmente en el
electivo, con un mandato limitado, se mantendrá actualizado en su carrera al
interrelacionarse tanto con pares de similar nivel como de otras actividades
profesionales, resultando productivo para su bagaje personal, ampliando tanto
sus conocimientos particulares como los generales. Tal carrera pública será
útil al reintegrarse a la actividad privada, tanto por su enriquecimiento
personal profesional, como actuar de lobista pero en un sentido positivo.
Resulta importante en nuestra vida haber estado de los dos lados del
mostrador. Sin excluir que pueda volver al ámbito público como un asesor
correctamente posicionado u obtener un cargo gubernamental, según el tipo de
personalidad que le atañe. Hay gente que puede sentirse más identificada con
un accionar social y otras en la esfera privada compitiendo en el mercado.
Obviamente, reitero, dependerá de su perfil personal (hay de todo en la viña del Señor…)
Aludíamos anteriormente en los
puntos respectivos, que lamentablemente no existen instrumentos confiables
para medir la idoneidad, debiéndonos remitir a lo producido por el sujeto en
su trayectoria social. Aunque imperfecto, es factible de lograr a través de
Cámaras empresariales, Centros de investigación, Asociaciones civiles, etc.
que puedan designar sujetos que hayan denotado idoneidad en su accionar
respectivo, acorde al cargo electivo respectivo. A su vez sometidos a
audiencias públicas convergiendo quienes lo avalen en su conducta profesional
y humana como sus detractores. Así obtendríamos profesionales que nos
representarían apropiadamente en el desempeño de sus funciones, acorde a las
demandadas por el sistema republicano. Asimismo deben ser ratificados por los
partidos políticos, ONG, otras organizaciones civiles conexas a su futuro
metier, limitando las posibilidades de error en la elección. Obviamente habrá
fallidas elecciones, pero ello nos
permitirá mejorar los mecanismos de selección que hemos propiciado desde esta
propuesta inicial. Lo que sí es seguro, que serán mejores que los
representantes actuales…
3.3 Observaciones respecto a
quienes deben ser idóneos:
- El mayor nivel de los sujetos
que pueden analizar símbolos, estaría dado por aquellos que comprenden que insoslayablemente tienen que poner ese don al servicio de su
comunidad. Esto implica incursionar en la política, directa o indirectamente,
que es el único medio para lograr resultados
positivos que redunden en el bien social del cual son parte indivisible.
Que los beneficios que obtengan serán por añadidura, siendo reconocidos por
la sociedad.
-
Que tiene que tener conciencia
que es aquello que lo diferencia de los sujetos de un nivel inferior a sus
cualidades. Esto le permitirá dirimir con claridad las discrepancias que
emerjan en su ejercicio gubernamental. Asimismo, tal conciencia le permite
evaluar que su mayor capital es el conocimiento obtenido, el cual
lo acompañara en su vida útil como profesional, garantizando su sustento.
Ergo, rifar el mismo por money – léase corromperse- será un error que
seguramente no cometerá, dado lo visible de tal proceder, del cual
difícilmente se vuelva…
-
Un analista de símbolos o un comprensor – en mis términos- que capta
la relación del todo con las partes, tiene que saber que el poder que ostenta
esta delegado por sus subordinados (desde
un ayudante jerarquizado hasta cualquier ciudadano, ambos con igual equivalencia).
Tal afirmación podríamos compararla a qué pensaría el corazón si el cerebro
se auto-designara rey del cuerpo humano; se reiría tanto como el hígado, el
páncreas, o cualquier otro órgano del cuerpo. Este actúa como un sistema que
exige complementación entre las partes para la subsistencia saludable del
mismo. Asimismo, una organización social debe estructurarse jerárquica y consensuadamente. Es decir, que el poder de
representación deviene de las bases que los sustenta y les da su sentido a
tal representación, conformando un todo
interrelacionado, eliminando la
creencia que la suma de la partes es igual al todo (tan común en el Estado, para su/nuestra desgracia).
3.4 Falso dilema:
técnicos o políticos:
Por siempre se ha discutido – y ya
lo hemos referido precedentemente- si los políticos deben ser técnicos, que
teóricamente nos remitirá a una mayor productividad en los asuntos de estado,
o políticos dado hay temas que requieren una cosmovisión de mayor amplitud
que sobrepasa a una visión tecnicista… Pero la historia es cruel y nos
muestra tanto a técnicos como políticos fracasando, no importando el orden : políticos consultando a técnicos o viceversa. Esto
incluye a los empresarios exitosos que difícilmente puedan leer la estructuración social
igualmente a la del mercado, aun siendo su mismo ámbito. Siempre falta algo…
En el caso de los sujetos que
propugnamos, aludíamos a la capacidad de generalización
del uso de los recursos técnicos, físicos
y humanos, que les permite una lectura de las demandas ciudadanas.
Insoslayablemente para adquirir estas cualidades genéricas, requieren haber
transitado por un conocimiento técnico específico profundo, que al poseer las
capacidades de abstracción, globalización y sistematización les permitirá
pasar a ese salto cualitativo que los define como analista de símbolos.
Esto disuelve la disyuntiva entre
técnico o político dado que para tener las capacidades intelectuales
descriptas precedentemente, requiere previamente su ejercitación. Ésta
generará en el transcurso del training los respectivos insights, que se alumbraran/conformaran temporalmente – que
incluye su evolución personal- el pensamiento genérico sobre el conocimiento
humano. A esta altura de la historia (y
del conocimiento), podríamos definir que tales dones se ejercitan no se aprenden. Evidentemente prevalece el don y su ejercitación plena, sobre la educación. Ésta cuando
mayor sea su nivel, redundará positivamente, amplificando tales virtudes.
3.5
El Contexto Social de una república democrática.
Podríamos inferir que la selección
de los representantes idóneos aludidos, dependerá exclusivamente de un
contexto social que lo demande y exija. Sin educación de calidad a nivel
masivo jamás se llegara a ello. Los que pretendemos
ser intelectuales debemos asumir un compromiso para que la sociedad
debata que nuestros descendientes adquieran un nivel de conocimiento tal, que
le resulte inadmisible que quienes los representen gubernamentalmente no sean idóneos en el cargo respectivo. Ello implica que emerja previamente
una clase dirigente que conduzca a su nación hacia tal destino. Lejos, muy
lejos de los actuales. Asimismo un nivel de consustanciación de los mismos en
tal proyecto, con una premisa africana, anónima y genial: “siempre
con los pies en la tierra, sin dejar de mirar por un instante a las estrellas”…
Pusilánimes, fuera…
Asimismo, debemos reformular los
conceptos actuales de república transformándolo en un sistema interactuante,
lo cual podría incorporar otros niveles institucionales que no distorsionen
el concepto e integren a la comunidad
respectiva con sus representantes. Que los poderes resulten
independientes no implica que no actúen articuladamente, sin colisionar ni interferir entre ellos.
4.
Esquema de una República Democrática actualizada. Definiciones de
cada uno de sus componentes.
4.1 Esquema:
( clic aquí otros navegadores)
4.2 Consejo Consultivo Económico y Social (
CCEYS)
Tanto el Poder Ejecutivo
como el Parlamento, tienen definidas esencialmente su labor: gestionar y legislar respectivamente. Dado que sus miembros son elegidos por el
pueblo y territorialmente, son sus verdaderos representantes. La experiencia
cotidiana nos muestra que tal representación no es la más adecuada, atento a que deben lidiar muchísimas veces
con sus postulaciones religiosas, personales, del partido que representan o
de la región que les dio su mandato. Esto se denota cuando exponen
comentarios sobre determinadas acciones que muchas veces confrontan con
sectores poblaciones, ya sean minoritarios o mayoritarios. Estimo que debería
diferenciarse su labor de gestión o legislación, del carácter representativo
del pueblo.
Al respecto emerge la
consideración de este Consejo, el
cual su misión esencial es transmitir la voluntad popular en todos los estamentos
económicos y sociales. Un órgano consultivo que no puede ser soslayado por el criterio de un partido gobernante,
o personalismos. Su constitución apunta a representantes transitorios de los sectores preponderantes de la sociedad
respectiva: gremial, industrial, comercial, académicos, derechos humanos,
deportivo, etnias, periodismo gráfico/digital, etc., etc.,.
Estamos hablando de un número considerable de sujetos que representen a la
sociedad misma, logrando un mayor nivel de transmisión hacia la ciudadanía en
sus respectivas actividades. Tómenos un ejemplo: el representante gremial
sería el secretario general de las confederaciones generales, o quien se
designe por ellas. Tendríamos un sujeto o varios que deberán consultar con
sus bases y a su vez con sus pares, tanto de igual metier como otros miembros del consejo de ámbito
diferente, conexo o no. Es decir ampliamos la base de consulta evitando restringir
las opiniones personales, extendiéndolas, garantizando un mayor ponderación
del sentir ciudadano, tanto cualitativa como cuantitativamente.
Cada acto trascedente del Poder Ejecutivo o Parlamentario, debe
ser remitido a este Consejo el
cual a su vez retransmitirá a sus bases, quienes generaran los aportes que
consideren necesarios. La tecnología actual nos permite conectarnos
inmediatamente, más aún generando una intranet con los miembros del Consejo, el cual deberá dictaminar su
opinión en un documento que será público. La idea sería la de consensuar
hasta la votación por mayoría simple, o calificada, si fuera del mayor nivel
a definir.
El carácter público de su opinión, de ser contraria a
la remitida por el poder originante, deberá ser
debatida/confrontada social y mediáticamente, hasta llegar en caso de
discrepancias a plebiscitarlo. Pero esto no es el objetivo, sino lograr un consenso que nos ayude a integrar: según el diccionario,
aunar, fusionar dos o más conceptos/corrientes, divergentes entre sí, en una
sola que las sintetice. Destaquemos que su interacción de integración no solo será interna, sino con los otros poderes.
Los representantes elegidos por las diversas entidades
civiles, estarán sujetos a objeción por la ciudadanía en Audiencias Públicas.
Se podrá objetar que pueden resultar un fiasco, pero eso dependerá de su
accionar y la elección de la entidad que emerja, aspirando una madurez social
de las mismas (léase mejor calidad de
sus dirigentes). Además su carácter transitorio/impugnable por siempre.
Asimismo no podrá tener vinculaciones con el Estado en forma personal ni
societaria. Si será honorario o no, es un dilema. Estimo que el interés de
las distintas entidades que conformen el Consejo
hará que se seleccionen hombres idóneos – es decir consultores consustanciados-
y que su labor le redundará profesionalmente. Elementalmente se deberán
reconocer gastos incurridos (gratis
seguramente será más caro, controlados por la Auditoria General de la Nación).
La intranet aludida eliminará la
generación de un elefante público, restringiéndose su accionar a los
despachos institucionales que representan respectivamente.
4.3 Poder Ejecutivo Nacional
Convengamos que el mayor nivel de
conducción estratégica de un país es el PEN,
sea un primer ministro o un Presidente. No creo necesario extenderse en el
vicepresidente, dado que han sido considerados, general y equívocamente como
aliados traccionadores de votos, de un nivel supuestamente inferior a su
superior… (cuantos países hemos pagado
por tal subestimación)
Es insoslayable conformar equipos
para la conducción, más aún en la estratégica, en la cual requiérese
que la misma sea multidisciplinaria,
en virtud de la vasta complejidad que involucra los intereses de una Nación.
Diríamos un gabinete como los actuales,
cuyos miembros – en general denominados ministros- tienen a su cargo áreas de
interés general para la ciudadanía (
salud, educación, seguridad, economía,
trabajo, justicia, etc.), siempre subordinados al Presidente o
Primer ministro que los designó. Generalmente ante situaciones críticas se
los utiliza como fusibles para prevenir la figura del elegido, debiendo dejar
su cargo, muchísimas veces sin razón, o demasiada, por su impericia. También
sus designaciones tanto pueden obedecer a su alto conocimiento en el campo
que asume, sea partidario o extrapartidario, como a preacuerdos electorales
de alguna fracción partidaria o cualesquiera fuere su origen. Ninguno
garantiza que su idoneidad lo respalde en su accionar, dado que
en definitiva será quien preside el que tome las decisiones finales.
Que nos dice esto: que un equipo
así rara vez funcione adecuadamente. Recelos entre ellos, internas
partidarias, sumisión, altanería, personalismos, etc., etc., conductas que
enturbian el proceso de gestión que pagamos cotidianamente los ciudadanos. Un
equipo debe ser de pares a los efectos de sostener sus posiciones en los
temas de debate, sin ser menoscabado por la posición asimétrica con el premier/presidente.
Actualmente, al ser designados, no electos, estos miembros en
muchísimas oportunidades optan por el silencio como resguardo a su cargo, ya
que apoyar a otro ministro contradiciendo al superior electo, implicaría su
renuncia y perder sus privilegios/objetivos positivos o espurios. En
definitiva, generalmente pagamos los
ciudadanos.
Ya aludimos lo cruento que ha sido
en la historia humana dejar en manos de una persona las decisiones del
conjunto, más allá del nivel intelectual del sujeto. La desestimación de
yerros de parte del partido gobernante(s), del delfín puesto a cargo, dado
que de aceptarlos, se verían involucrados/inculpados. Este mecanismo de
proteger a quien nominamos, como minimizar/racionalizar los yerros acontecidos,
evitando involucrase en el fracaso, es viable en cualquier organización
social (léase privada o pública).
Ciudadanos y accionistas han pagado - sin muchas veces enterarse- de sucesos
que de ser publico eyectarían a las nubes al responsable (humanos somos)…
Es hora, por lo menos en la esfera
pública, de establecer que las conducciones ejecutivas estratégicas sean
colectivas, conformando equipos multidisciplinarios cuyos miembros respondan
a los amplios intereses nacionales. Elementalmente estos miembros deben tener
las cualidades descriptas precedentemente: formación técnica afín al área que
le compete y capacidad de generalizar, equilibrio emocional, según todo lo
expuesto en los puntos referidos, al aludir a quienes deben ser los representantes del pueblo soberano.
Un equipo de tal característica posee dos virtudes, sumamente escasas al
presente: tienen un objetivo univoco, nada más que de mejorar la calidad de
los ciudadanos de la comunidad respectiva, y el de generar una sinergia
potentísima en virtud de la calidad de los miembros intervinientes, redundando
en una toma de decisiones en tiempo y forma, suprimir burocracia, etc.
Además, reitero, que sujetos de tal nivel comprenderán el peligro de la
asociación ilícita- parcial o total- restringiendo el nivel de corrupción asiduo en los cargos de
gobierno.
Dado que en este poder prevalece la gestión, resulta indispensable contar con
las herramientas adecuadas. Es necesario generar una estructuración administrativa profesional de la mayor calidad posible,
que provea al Ejecutivo en los
múltiples aspectos involucrados en su tarea. Suelo ejemplificar que cada
ministerio/secretaria está estructurado como esas esferas espejadas,
compuesta por cientos o miles de cuadraditos, representando cada una de ellas
a una unidad de gestión administrativa de su especialidad. Generalmente nominadas
direcciones en sus diversos niveles de importancia (Nacionales, Generales y de Área), cuyo accionar productivo
determinará la calidad de gestión. Ergo, resulta indiscutible que tales
cargos deben ser asignados por concursos públicos abiertos, insospechados de
padrinazgos políticos circunstanciales, revalidados en el tiempo.
Asimismo, requiérese de Organismos Expertos
(autárquicos, incluyéndose presupuesto
propio pautado y controlado externamente) que satisfagan la información
técnica necesaria, en virtud de la calidad profesional que debe exigirse a
los integrantes de los mismos. En otras palabras, que no dependan del partido
gobernante de turno, sino al propio Estado. Obviamente si el Poder Ejecutivo
observa con fundamentos fallas técnicas podrá remover/reformular a los
mismos, con intervención extra-poder para evitar distorsiones políticas tan
frecuentes (p.e. Auditoria
parlamentaria). Asimismo tales organismos (estadísticas, tecnología industrial / agronómica, hídricos,
marítimos, control monetario, etc., etc.,…), serán los que deban
controlar a sus mandantes cuando estos distorsionen – sin fundamentos- las peticiones sociales que le dieron origen,
recurriendo ante tal distorsión a otro poder. Un doble control mutuo, del gobierno sobre el estado y viceversa, un
reaseguro de posibles falencias.
Estimo que un partido político de
envergadura puede generar un equipo como el expuesto, partidario o
extra-partidario, definiendo mínimamente su adhesión al sistema republicano y
un programa de gobierno que se ajuste a la realidad imperante. La ciudadanía
deberá decidir, entre los partidos y sus equipos, que se postulen cual es el
que satisface sus demandas y los mandatos constitucionales respectivos.
4.4 Poder Legislativo Nacional
La
diversidad de la constitución parlamentaria, emergente del acto
eleccionario y proporcional al territorio pertinente, genera un variopinto profesional,
religiones, etnias, sectores productivos, sexo, etc. que daría un supuesto
aval de las variadas leyes que le competen sancionar. La realidad así no lo indica, pues quien
tenga una especialidad técnica y haya tenido que lidiar con la aplicación
de leyes afines a su metier, sabe que las mismas adolecen de fallas mínimas
hasta grosas.
Los
legisladores están al corriente de estas deficiencias y como cobertura
aluden a que la política es el arte de lo posible (las leyes son siempre rectificables).
Evidentemente existen otras razones que se interrelacionan, superando a tan
burdas simplificaciones: el
deficiente nivel técnico-informativo del Congreso y la calidad de nuestros
legisladores.
Una
ley se estructura básicamente de la siguiente forma: el objetivo
perseguido, la información técnico-legal respectiva y el texto final (síntesis de ambos). La calidad
informativa es fundamental, dado que ella incidirá directamente, positiva o
negativamente. Ni hablemos de las limitaciones del lenguaje
escrito, que aunadas a las deficiencias informativas, muchas veces terminan
siendo distorsionadas en sus objetivos, vía dictámenes jurídicos - interpretaciones-
que
cuelan intereses contrarios al espíritu legal. O inadecuadas
instrumentaciones originadas en la misma ley, o en su reglamentación por el
PEN,
que
en diversas situaciones contrarían abiertamente a la misma, intencionalmente
o no.
Asimismo
el asesoramiento inapropiado es
uno de los factores incidentes en la calidad informativa. Consideremos que
los asesores legislativos, tanto
lo pueden ser por sus conocimientos como por compensación de favores
recibidos. O lo que es peor, dado que el que los contrata poco sabe del
tema, da igual el nivel del mismo. Si no median razones "políticas",
no
hay duda en vincular el nivel del asesor con el del asesorado.
Coherentemente con lo
expuesto con la conformación del PEN, deberíamos conformar un
parlamento que responda concomitantemente a los ministerios designados en
aquel, con la calidad de sujetos aludidas en el presente ensayo. Así
tendríamos un tándem profesional entre ambos poderes, que garantizará una
legislación adecuada, sumando al Consejo propugnado al cual deberá
remitirse cualquier proyecto de ley, dado su carácter consultivo, como a
los partidos políticos existentes. Sin excluir – inexcusablemente- a quienes estén
involucrados en la temática respectiva a la normativa. Es decir a quienes
intervengan en el teatro de operaciones reales, prescindiendo de los “asesores”
(aludidos en este texto).
Podríamos afirmar que tal forma de consulta aludido, nos permitirá reducir
el número de los miembros de las respectivas comisiones parlamentarias y su
staff (generalmente, en igualdad de
correlación con los ministerios), al reducir personal asesor permanente
y la cantidad de comisiones que se reparten entre los partidos del espectro
político, y los intereses a que responden (léase asignación de fondos a cada comisión de dudoso control en los
gastos incurridos).
Queda en duda el sentido de
la existencia del sistema bicameral. Estimo que dada la tecnología de
imágenes a distancia podría permitir la creación de una cámara transitoria,
compuesta por los representantes apropiados del Poder Ejecutivo respectivo
(léase idóneos en la materia
involucrada) de los estados o provincias ( con extensión al conjunto social respectivo), que podrán actuar
como cámara objetante de los proyectos de ley a sancionar, con poder de restricción
del gobernador respectivo si se sienten afectadas. Tal restricción deberá
ser subsanada de ser válida tal objeción.
En fin, dado la definición –
expuesta precedentemente- de la construcción de una ley, al obtener un
tratamiento por personal idóneo (política
y técnica, interna y externa), evaluado por el Consejo
Consultivo, los partidos políticos y
las gobernaciones respectivas, resultando que su sanción implique el
consenso social adecuado. Simplemente: transparencia e idoneidad en el
ejercicio del mandato social respectivo.
4.4.1 Algunas observaciones
complementarias:
· Cada uno de los proyectos de
ley, fuere cual fuere su origen, deben ser remitidos a la comisión
parlamentaria respectiva, y de esta a todas las otras, como al Consejo
Consultivo a los efectos de tomar
conocimiento, efectuar aportes y observaciones si así lo creyere ( personalmente o por escrito).
· Tal proceso interactuante
eliminaría ese espanto oratorio del proceso parlamentario, que más que un
público necesitaría un espejo... y auditorios-cama. Otrora los oligarquías
enviaban al Congreso a sus mejores oradores (generalmente profesionales), utilizando tal brillante oratoria
como fuente de inhibición /persuasión a otros legisladores menos
afortunados en su fase discursiva. Por entonces, se asociaba el mayor nivel
verbal como el correlato de un mayor desarrollo lógico. El tiempo demostró
que nada de eso era cierto, científicamente y fácticamente comprobado: en
nuestro parlamento el mejor orador hasta el presente fue un sindicalista
ferroviario, sin garantizar que sus palabras eran la verdad revelada.
Simplemente, excelentemente pronunciadas…
·
Otro
aspecto a revisar sería la reglamentación de las leyes por el PEN,
la cual tendría que ser realizada - sólo
por coherencia- por la comisión que generó el anteproyecto,
consultando previamente al respectivo ministerio. Posteriormente el PEN
vetará o no conjuntamente ley-reglamento. Es un factor de
manipulación/distorsión, intencional o no y peor aún, diferido en el tiempo
(existen leyes jamás reglamentadas)
y no controlado eficazmente por el parlamento. No puedo generalizar, pero es factible en estas pampas…
· La constitución de comisiones
por expertos, avaladas por organizaciones (políticas, ONG, sociales, civiles) por su propia idoneidad en el
metier respectivo, descarta el dilema por siempre existente – más en países
como el nuestro- si el cargo legislativo corresponde al congresista o al
partido que lo designo para ser votado. Hay nativamente tantos mini y
unibloques – léase disidentes pos electoral- que da vergüenza ajena…
4.4.2 Consultas populares
El nivel de la tecnología
alcanzado, permitiría recurrir con mayor asiduidad a las consultas
populares. Temas, como en su oportunidad se trató el divorcio, no pueden
estar en manos de legisladores y sus opiniones personales: "Creo en la
familia", "No creo en la familia como antaño...", o "Mi
religión me lo prohíbe", etc. Opciones personales respetables pero que
difícilmente concuerde con sus mandantes.
Tal propuesta consultiva tendría que ser definida
inequívocamente en cuanto a que tiene que ser general y en voto directo por
el pueblo, y que técnicamente legislado ¿Un acuerdo entre poderes o en el
marco constitucional? Definido el tema a consultar, tiene que haber
propuestas acotadas/consensuadas que transciendan al limitado si/no. Pero
para ello debe informarse a la opinión pública. Sería importante que los
partidos/entidades civiles emitan videos con debates-confrontaciones por
expertos de nivel en la temática a consultar, y participación final de
público interiorizado. Utilizar un producto que vuelva a generar un debate
familiar/institucional entre sus videntes, incluyendo las redes sociales.
El espacio televisivo tiene ritmos y pautas a veces contraproducentes para
ello. El video nos permitirá verlo totalmente, reiterarlo parcialmente, o
"avanzarlo", ajustado a nuestras demandas, no a las de los
medios. La interactividad podrá aportar soluciones más productivas.
Votar no debe transformarse en una actividad extraordinaria, sino
habitual de los ciudadanos vía recursos tecnológicos existentes. Tendremos
que sustentar ese derecho informándonos, para limitar los errores que luego fustigaremos. Asimismo
restringirá el poder corporativo sobre determinados temas considerados
tabú, siendo el resultado electoral el que defina positiva o negativamente
el punto en cuestión. No debe
excluirse que cuando se registren diferentes opiniones entre las partes
constitutivas de la República,
sea el pueblo con su voto el que defina tales disparidades.
|
4.5 El Poder
Judicial Nacional
El tema es
demasiado controversial trasfronteras. Miles de reformas – léase leyes que
expliciten su funcionamiento- no han dejado un modelo a reproducir que
garantice justicia. Convengamos que
el nivel de maduración de una sociedad
democrática, que se respeta a sí misma, debe medirse por la más absoluta
vigencia de los deberes y derechos de sus ciudadanos/habitantes. Ello
traducido en un Poder judicial independiente, incuestionable ética y profesionalmente.
No soy un profesional en la materia como para definir cuál es el
modelo ideal de los códigos, procedimientos u otro modo. Aun así hay
factores que no pueden
soslayarse y quisiera reflejar los puntos que podrían dar luz a la demanda
universal de justicia: ( supongo ya
implementado – total o parcialmente- en varias naciones desarrolladas, no en la nuestra)
·
La calidad de los magistrados, en los
términos definidos en este ensayo, garantizará una mayor ecuanimidad en sus
sentencias como una organización productiva de sus quehaceres. Es decir,
códigos y procedimientos adecuados a los fines de lograr sentencias en
tiempo y forma (léase desburocratizar).
Esto, sostenido en sistemas administrativos y automáticos subyacentes, con
personal técnico, software y hardware apropiado.
·
Un sistema
pericial selectivo, ágil, multidisciplinario y de alto nivel ( léase desburocratizado) que permita
utilizar los procesos técnicos de última generación, como los expertos
involucrados en la temática abordada, que brinden las distintas
organizaciones públicas, privadas, ya sean nativas o extranjeras, como
carga publica obligatoria y remunerada. Definiendo ecuánimemente el Estado
los informes emitidos por terceros, puestos a consideración de los juzgados
actuantes. Dotar del poder de policía
a los peritos, fundamentalmente en la escena del crimen, prevaleciendo
en tal escena sobre cualquier otra Fuerza
de Seguridad.
·
En cuanto a la designación de los miembros
del Poder Judicial, sería más
saludable que sean elegidos por el mismo, dado que tendrán mejores
elementos de juicio que los otros poderes para evaluar las características
del cargo a cubrir, con intervención consultiva de las distintas
asociaciones judiciales, colegios de abogados, Universidades - públicas y
privadas- y cualquier otra institución que le incumba. Se determinará qué
nivel le compete al Consejo de la Magistratura, Ministerio Público,
Tribunal Constitucional y Corte Suprema. Sin excluir que las designaciones
del mayor nivel pueden ser ratificadas o no, por la comunidad judicial a
través del voto de sus miembros. Asimismo, la posibilidad de observación de
los otros poderes cuando haya objeciones fundadas a las designaciones del
propio poder judicial, sin excluir el recurrir al voto popular ante discrepancias
que afecten al conjunto social. Garantizar transparencia e idoneidad en la
calidad de sus miembros, sobre el carácter político o corporativo.
·
En relación a los fiscales, dado su rol de representar a la ciudadanía ante
presuntas denuncias contra el Estado o Sociedad en la observancia de las
leyes, sería congruente que fueran elegidos por el pueblo como lo es en
otros países, en forma personal no
partidaria, fundado en su idoneidad profesional y persona de bien, avalados
o detractados en Asambleas Públicas, respetando el nivel de idoneidad
compatible con su función, ampliando
la participación ciudadana.
En definitiva el objetivo del
ensayo reside en que el sistema republicano actúe articuladamente con los
otros poderes. En el grafico de pagina 103 observamos que la franja que compete al Poder Judicial está en la base del
mismo. Y ello no es casual, dado que el mismo actúa como sustento final del
sistema republicano, dirimiendo en
definitiva las distintas disputas entre poderes.
Si el sistema republicano funciona razonablemente, generando leyes
de calidad – consensuada entre los poderes, según lo expuesto
precedentemente- permitirían reducir al máximo posible su judicialización.
Resultaría conveniente para ponderar este proceder – es decir tal
judicialización de la política- creo conveniente la creación de un Tribunal Constitucional al cual se
le remitan – previo a su promulgación como normativa oficial – para evaluar
en abstracto si su contenido es compatible con la carta magna respectiva
vigente. Ello implicaría que en el poder legislativo exista una comisión
Constitucional, en tándem con el Ministerio de Justicia, cerrando un
circulo de control constitucional consensuado/eficiente.
En ciertas y
frecuentes oportunidades, resulta inconsistente el concepto de no juzgar en
abstracto, cuando lo reiterativo de las demandas poseen un carácter general
que torna excesivamente burocrático el proceso judicial y administrativo
precedente. En tales casos la praxis judicial termina generalizando (léase “automatizando” manualmente) los procedimientos
atento a la igualdad de lo demandado, pero caso por caso, implicando un
nivel de productividad indeseable, traducido en mayor espacio físico,
técnico y humano. Los dictamines del alto tribunal propugnado tendrán un
valor referencial insoslayable para los distintos servicios jurídicos del
sistema público, aún para su refutación si el transcurso del tiempo ha
modificado su sustancia. Ergo, reduciría interpretaciones y eficiencia en
el proceder del sistema republicano.
Al respecto, incurriré en un suceso acaecido hace un par de años en
nuestra Nación, que expresa claramente las situaciones que genera un
proceder negativo: existiendo una sentencia judicial del Alto Tribunal, que se expedía en un
caso en particular, dado que el proceso involucraba al sistema de seguridad
nacional, solicito expresamente al PEN
que aplicara tal sentencia a la totalidad de las prestaciones previsionales
de tal sistema (cientos de miles).
Negando el poder ejecutivo tal indicación por considerarla de cumplimiento
imposible, dado que llevaría a la quiebra del sistema previsional (concepto cuestionado por muchos
expertos, dado que podría ser factible reasignando partidas). Dada tal
circunstancia las demandas crecieron desmesuradamente, con un tratamiento
dilatorio que aún engrosa cotidianamente el volumen de sentencias
incumplidas, emergiendo la industria del juicio a la que tanto denosta el gobierno de turno, sin opciones inteligentes
que la reviertan y que las hay, previniéndolas.
Ante tal situación emergieron demandas profesionales del fuero previsional,
dado que los expedientes excedían el espacio físico que les competía (baños,
pasillos, atestaban de los mismos). Unos magistrados “iluminados”
recurrieron a los medios para mostrar tal desatino, exigiendo
consecuentemente nuevos edificios y personal que solucionaran tal colapso.
Otros, más iluminados, plantearon una solución racional: que se aplicará el
caso piloto de la sentencia del Alto tribunal a todos los
beneficiarios involucrados, con la consecuente drástica reducción del
ingreso de nuevos casos; y algunos economistas aportaron formas monetarias
también razonables de no quebrar económicamente a la Administración Nacional de Seguridad..., reorientando su amplio
espectro de acción, incluyendo
vender las acciones en su poder, correspondientes a las nacionalizadas
Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJP).
5. LOS PARTIDOS POLÍTICOS
En algunos pasajes del texto he
aludido superficialmente a los partidos políticos, pieza imprescindible de
un sistema democrático republicano. Tal inclinación a no profundizar en los
mismos obedece que el rol que han cumplido al presente es bastante deficitario,
y gran parte del descredito político trasfronteras. Más aún en mi caso, que
descreo de las ideologías como un sistema de pensamiento, ya que ha sido
evidente su fracaso en la historia. Ninguna teoría es válida si sus
fundamentos omiten considerar aspectos que la contradicen, y no son
internalizados por los miembros de la sociedad en la cual se aplica. En
posguerra, se crearon innumerables disciplinas sociales, predominando una
concepción progre y cercana a la izquierda, contra el imperio yanqui que sojuzgaba cultural y económicamente a los países
en desarrollo. Nadie puede dudar de ello, dado el enorme desarrollo
acontecido en EE.UU., pero fustigar y prohibir al Pato Donald o Mickey a
sus descendientes era bastante ridículo. El tiempo ( léase nuevas generaciones) fueron diluyendo tal supuesta
influencia, llegando al caso que uno de los escritores estrellas de ese
pensamiento reconoció recientemente lo equivocado de su posición, dando por
sentado que tal oprobio norteamericano o los imperios coloniales de otrora,
no era el causante del pobre
desarrollo latinoamericano, sino que emergía de sus propias falencias como
países. Reitero, ni aun el
capitalismo creo que sea considerado un sistema de pensamiento, sino la
evolución humana de someter los unos – los menos- a los otros desde los
orígenes de la historia. Bah! una versión light de los reyes, faraones,
señores, emperadores, patrones, etc..,
transformado en las empresas multinacionales en connivencia con el sistema
financiero mundial, al cual aún seguimos sometidos, por desidia, impericia
o cualquier otra razón…
Estimo que la actual
conformación de partidos ha perdido la fidelidad de otrora, en el cual eran
cautivos. La adhesión ciudadana está más fundada en las creencias del contexto en el cual
transcurrieron y desarrollaron su vida, tanto en lo personal como en el
marco social de referencia, que en las pretendidas ideas que sustentan a
tales partidos. Podríamos justificar a los conservadores de un estado de cosas que a su personalidad le
resulta difícil cambiarlas, ya sea en lo económico y/o social. O aquellos
que son más permeables a los cambios evolutivos de las sociedades y
prefieren vivir en un sistema democrático igualitario, respetándose los
unos a los otros, independientemente de su identidad. Tampoco podría
justificarse la adhesión a un partido por su etnia o religiosidad,
adhiriendo al que más se acerque a sus intereses grupales. Sostener que
votamos por análisis racionales es imposible de sostener hoy en día.
Nuestras creencias, fundadas en nuestras vivencias emocionales, prevalecen
mayoritariamente sobre las “ideas” que expresan los partidos gobernantes.
El mismo carisma de los líderes políticos implica una trasmisión emocional,
que cuantas veces denostamos ulteriormente. Hasta en economía se otorgó un
premio NOBEL a un psicólogo (Daniel Kahenman), por demostrar la influencia de nuestras
emociones e intuiciones en decisiones económicas, otrora adjudicadas a
racionales análisis… (un chiste). Y así podríamos extenderlo
a formar pareja, criar a nuestros hijos, etc. Estamos muy lejos de dominar
nuestras demandas emocionales. Estas, en nuestro ADN ancestral, actúan como un orientador intuitivo de conductas
que no da lugar al razonamiento en el escaso tiempo en el cual tenemos que
tomar decisiones, y muchísimas veces si lo tuviéramos, por ausencia de
información fidedigna. Esto es válido hasta para Descartes (“pienso, luego existo”) o cualquier
otro que crea que priva el pensamiento. Algunos filósofos han aludido que
la capacidad de pensar la problemática que nos aqueja, nos permite refinar nuestras conductas hacia formas más
racionales que asimilamos, mejorando la calidad de la especie, siempre y
cuando resulten congruentes con la naturaleza humana. Adhiero (y es la pretensión del ensayo).
Luego de estas digresiones, y
coherentemente con lo propugnado en este estudio, tenemos que reconocer son
los partidos políticos los que deben inculcar en las sociedades que nuestros representantes políticos deben ser del mayor nivel de idoneidad
factible, en los términos ya expuestos. Esperar que la propia evolución
humana, vía una educación de excelencia logré generar estos representantes,
es una banalidad. El futuro se
construye de las decisiones y acciones del presente. Quienes posean
actualmente, los dones para acceder al campo político, aunque no se
postulen, deben asumir
responsabilidad política. No hay
otro medio que pueda generar el cambio social que nos impulse a mejorar la
calidad de vida humana demandada por las sociedades.
Hoy, dada la tecnología disponible,
es muchísimo más fácil crear organizaciones, en las cuales los sujetos con
mayores niveles intelectuales contribuyan con sus conocimientos. El
edificio del conocimiento humano se construye día a día de los aportes
positivos, prescindiendo de los factores negativos de los sujetos, que
yacen en el olvido… En definitiva, se necesitan interlocutores sociales válidos, que faciliten el largo
“camino-solución” a recorrer para lograr una mayor calidad de vida, sin
excepciones, de los humanos, incluyendo su hábitat… Personalmente he
fracasado en un proyecto en la Web, que
intentaba generar proyectos sociales idóneos. Solo pude lograr una cantidad
variable de lecto-internautas, progresivamente en sus inicios (1999), fluctuando discontinuamente
desde 1500 a 4500 ingresos (no hits)
mensuales, en casi tres lustros de su vigencia… Reitero, soy persistente…
Será hora que los partidos
políticos compitan para aportar los mejores equipos en las áreas sociales respectivas,
o coalicionen cuando compatibilicen sus proyectos, omitiendo de pugnar por
el poder mismo. ¡Bah! , lo que
han hecho hasta el presente.
6. OTROS
CONSIDERANDOS
6.1 Un Estado productivo
Cualquiera sea el
proceso organizacional, tanto civiles o gubernamentales requiere de una
estructuración soportada por la tecnología factible/disponible. Las
siguientes observaciones le caben a cualquiera de los poderes de una
república. Resulta trascendente un estado eficiente y eficaz para lograr la
productividad que tanto se anhela del mismo.
Al presente, a nadie se
le ocurriría cuestionar la informática. El acceso en fracciones de
milisegundos a datos de carácter volumétrico como su teleprocesamiento,
torna a un ordenador en una herramienta insustituible. Tal efectividad no es trasmisible en cuanto a
procesos encadenados e interactivos que involucra tareas
interinstitucionales, en los cuales interviene preponderantemente el factor humano. Estudios
respectivos, indican que en tales procesos, frecuentemente la inversión
monetaria no logra satisfacer el
alcance obtenido. Generalmente las falencias no son producto del procesador
respectivo: lo primordial resulta establecer el circuito administrativo
acorde al trabajo a generar automáticamente. En fin, pre-informático y por el momento, solo asequible al hombre. El éxito dependerá de la
calidad de los niveles superiores de una Organización ( directores, gerentes, funcionarios,
magistrados, etc..)
que con una visión global, abstracta y sistémica de su área de influencia y
el conjunto, incluyendo los circuitos respectivos, permitirá diseñar tales
circuitos satisfactoriamente y fundamentalmente
que satisfagan los objetivos institucionales. Tal éxito implica la activa e
insustituible participación de sus cuadros intermedios, base de testeo de los procesos realizados y
factor fundamental en el insoslayable ajuste (léase cambios constantes) de los sistemas administrativos y
automáticos subyacentes. En fin, una formulación
correcta del sistema garantiza una implementación exitosa. La
informática es una herramienta óptima, pero sigue siendo un instrumento del
hombre, el cual tiene que conocer su utilidad, no su constitución física o
programática. Esta tarea es de incumbencia de los expertos informáticos,
que deben estar supeditados a los niveles superiores de la organización.
Una articulación productiva entre técnicos administrativos y los informáticos,
en todos los niveles, garantizará el éxito de cualquier sistema
administrativo automatizado, como sus ulteriores modificaciones.
La mediocridad de las
implementaciones institucionales debe rastréaselas en que los analistas informáticos, cuando
perciben - muy frecuentemente- que su interlocutor técnico administrativo no domina correctamente las fases
de su trabajo, aquellos generan soluciones propias transaccionales (intenta acertar), y usualmente
ajustada a su conveniencia (léase
menor esfuerzo) . Tales soluciones,
seguramente, transformaran al sistema en un híbrido – inicialmente- y posteriormente
en sus múltiples modificaciones, en un parche solo descifrable por el
programador y asumido como imperativo por el trabajador que debe
utilizarlo. Esta circunstancia es extensible al conjunto del sistema
institucional, que al no existir el nivel gerencial que lo
diseñe/domine, analizando el conjunto con relación a cada una de las áreas
sistematizadas que lo conforman, con activa participación de los cuadros
medios, generan estos productos
deficientes. Por supuesto no
achacable al ordenador, a veces ultrasofisticados,
ni a los vicios profesionales aludidos de los
informáticos - los cuales pueden ser muy buenos o regulares- sino al deficiente nivel de los
cargos directivos superiores en sus limitaciones en cuanto a pensar
abstracta, global y sistematizadamente.
En fin, el “problema informático” pasa a un segundo lugar, destacándose la elección
acertada de los niveles superiores de la organización. Resultaría optimo para el desarrollo sistémico de una estructura
institucional, que tanto aquellos como el informático/sistémico registraran
un nivel intelectual importante como los aludidos comprensores/analista de
símbolos, optimizando la articulación de la información - sin distorsiones-
dado que utilizarían igual código de transmisión, generando programaciones sistémicas productivas, indispensables para mejorar la calidad
de vida de una sociedad.
6.2 El acto electoral
Francamente nunca pude entender como un proceso electivo, vital para
satisfacer las demandas sociales ciudadanas, el cual requiere el máximo de
imparcialidad, este en manos del gobierno de turno. No sé si debería ser
ejecutado por el Poder Judicial (léase
Cámaras Electorales), el extra poder del Ministerio Publico, o la
conformación de juntas electorales nacionales y provinciales con poder político decisorio,
descentralizadas y autárquicas. Tales poderes para cualquiera de las
opciones precitadas.
Resulta improductivo e incoherente que sujetos elegidos por la
población, luego fueran impugnados por lo diversos entes, con justa razón,
o solo chicanas políticas. Obviamente debería ser evaluado previamente y
puesto a conocimiento público por el organismo que controla el acto
electivo. Asimismo cada postulante a cargos gubernamentales debería obligatoriamente
elevar sus antecedentes previo a su confirmación, por supuesto en la Web, con difusión/chequeo de tal información
en forma sostenida por quien tenga la responsabilidad del acto
eleccionario. Esto es un tema de discusión que nos debemos para evitar frustraciones sociales indeseadas.
En cuanto al
recuento de votos, estaríamos tentados a dejar en manos de informáticos
dado que su eficacia parecería indiscutible. Ya aludimos que los programas
los genera el hombre, lo cual implicaría error, ya sea voluntario o
involuntario. La justicia Alemana, luego de escuchar informes de peritos
computacionales, determinó que no
era prudente solo tomar en
cuenta el resultado del ordenador respectivo, dado que no es posible ser auditado por el votante. Es racional, e
insustituible la utilización de la tecnología existente, pero con un doble
control. Hay ya métodos probados, que permiten registrar tanto los votos
emitidos en las urnas ( léase papel y
firmas de control), como su verificación simultanea por el ordenador
respectivo, con un margen de error exiguo ( léase 0,1 % como máximo ?) entre sendos procesos. Tales
falencias deben ser revisadas ulteriormente, ya que seguramente no
modificará el resultado electoral. Si así lo fuere, se deberá constatar tal
falencia antes de proclamar a los supuestos ganadores. Tal revisión nos
permitirá testear los yerros producidos y minimizar los márgenes de error
ulteriores.
Los votos deben corresponder a un
voto igual a un ciudadano, dejando de lado sistemas indirectos que nos
pueden llevar a resultados falsos, sean intencional o no. Las decisiones
finales de altos tribunales judiciales – aún su independencia del gobierno
de turno- pueden conllevar influencias coyunturales/personales en el
proceso electoral.
Los recursos humanos y tecnológicos abocados a tales procesos
electorales deben tener la suficiente idoneidad para definir
inequívocamente el resultado fehaciente del acto eleccionario y sus
posibles rectificaciones, si fuere necesario. Debe privar la exactitud del resultado electoral sobre el tiempo en
que se demore el recuento de votos que definirá una elección, nada más
importante para la ciudadanía.
Dejase por descontado que tendrá
que haber auditorías externas sobre todo el proceso, ya sean del orden
nacional como internacional.
6.3 Segmentación del padrón respectivo.
Un acto eleccionario es una fuente extraordinaria de información
estadística directa. Base de estudios sociales de la mayor diversidad que
enriquecerían a la sociedad misma. Desconozco el proceder de otros países,
pero en el nuestro es patético, privilegiando zona y orden alfabético del
votante, sin distinción de sexo con el objetivo de evitar discriminaciones
agraviantes (creo que es el fin).
Resultaría trascendente la que el padrón se construya cruzando datos
múltiples que posee digitalizado el Estado, conformando las mesas según
parámetros, que permitan inferir directamente que sectores determinaron la
elección respectiva. Como ser por rango etario, los opcionales ( mayores de 70, menos de 18), el nivel
educativo, el socioeconómico, sexo, y alguna otra variante útil no aludida
y por supuesto lo más cercano a su domicilio. A los efectos de evitar
supuestas discriminaciones podría facilitarse el voto durante los días
previos al final de cierre, como acontece en varios países. También podría,
dado los avances tecnológicos, cuando un votante está alejado de su mesa y
pretende votar hacerlo en la más cercana, transfiriendo electrónicamente
tal voto a la original, en su forma dual (papel y registro computacional). O cualquier por otra causa
justificada, a los efectos de no perturbar el comicio
electoral.
6.4 Un Sistema Federal
Necesariamente un país requiere de una descentralización, tanto para
una administración eficiente, como para permitir que el PEN atienda requerimientos de mayor
envergadura en su inserción mundial, delegando la problemática local en
circunscripciones, denominadas según cada país (Estados, Provincias, Departamentos, etc.), y a su vez estos en
localidades menores bajo su control general
(léase alcaldías,
intendencias, etc.) Creo que esto es indiscutible, por bastante tiempo…
Aludíamos a lo
racional de tal autonomía, pero estimo que ello genera diferencias
interpretativas entre la Carta Magna, la jurisprudencia del Poder Judicial
Nacional, y las que competen a cada una de las divisiones que se registren
en el país. No sería más razonable que prive la normativa Constitucional,
permitiendo un criterio compatible que redundará positivamente en la
resolución de conflictos. Esto no
implica que no haya un sistema republicano en cada división territorial,
pero teniendo como base la Constitucional Nacional impedirá distorsiones
que beneficien a los gobiernos de turno. Generalmente cuanto más alejados
del poder central tienden a manejarse como feudos, implicando esto un nivel
educativo inferior en su ciudadanía (factor
frecuentemente intencional), que permite desprendenderse
de las normativas nacionales. Así tenemos estados que legitiman
reelecciones vitalicias, penalidades diferentes, leyes estaduales
incompatibles con otros estados, que con el simple paso de una línea
divisoria imaginaria/arbitraria ( aunque
sea consensuada), podría incurrirse en infracciones impensadas.
Estimo que si hay variantes locales que se puedan adicionar a la
Constitución Nacional, con la supervisión del Poder Judicial Nacional, que
dictaminará su coherencia o no con aquella normativa superior. Creo que
esto garantizará la igualdad ante la ley de los ciudadanos, priorizando
sobre arbitrariedades habituales. En fin, estas afirmaciones son afines al sentido común, que pueden diferir o
resultar ridículas frente a los argumentos jurídicos de los expertos. No
excluir la voluntad popular ante discrepancias evidentes, en forma
plebiscitaria.
6.5 La alternancia de los
gobiernos
Convengamos que las reelecciones indefinidas han sido funestas en la
historia humana. La naturaleza humana – con exiguas excepciones y extensivo
a quienes ejercen poder- ha demostrado que los políticos ungidos por la
voluntad popular en lapsos excesivos, tienden a sufrir el tan bien
descripto síndrome de Hubris. Es decir, ejercer el mandato transferido por sus
votantes en forma desmesurada,
sin darse cuenta de ello. Esto a costas de la ciudadanía que si se da
cuenta, y es quien paga las consecuencias. En palabras populares “se la creen”, no dando lugar a otro
accionar que el propio. Los griegos denominaban este accionar a quienes robaban escena. No en vano, muchos
políticos toman clases de actuación…
Tal falencia a veces no es detectada por la ciudadanía, dado que sus
políticas satisfacen a determinados sectores sociales que creen ver a su
líder sin cuestionamiento alguno (léase
populismos). Quienes conforman su entorno generalmente aprovechan ese superpoder, con
obsecuencia y negocios particulares. Difícilmente lo expliciten públicamente,
so pena de perder sus circunstanciales privilegios. Comentarios en off
terminan por trascender tales veleidades del líder, generalmente tarde.
Recuerdo haber leído hace muchos años – desconociendo este trastorno de
personalidad narcisista- que un presidente de una nación poderosa, que
tenía una altura física bastante superior a la media, se hacía colocar una
tarima sobre la cual dirigía las sesiones de gabinete… Puede ser coherente
que en los sistemas hiper presidencialistas tener un alto grado de narcisismo, sería necesario para
afrontar circunstancias adversas, que superen al mismo, generando políticas
contrarias a la realidad que lo circunda… Léase negación, racionalización,
autismo, etc., virtudes tan humanas. Lo propugnado en el presente ensayo, en
cuanto a una conducción colectiva, que genera un control en los desmanes
personales ( nadie está exento de
“volcar” coyunturalmente, cualquiera fuera la causa), como la calidad
de los miembros en cuanto a la capacidad descripta y el dominio emocional
respectivo que se alude, garantizarían una reducción de este síndrome.
Asimismo, el carácter especializado de su ejercicio gubernamental permite
que no tenga una dependencia
exclusiva de los ingresos públicos, dado que su paso por el ámbito oficial
redundara beneficiosamente en su bagaje individual y cotización ulterior en
el mercado.
Ergo, este tema de la alternancia sería un tema a debatir, dado
que excede a un tipo de personalidad, al poder ser minimizada por otro
contexto republicano en sus instituciones como el expuesto en presente estudio.
Si nos referimos a la alternancia partidaria, que obviamente generara una
nueva dirigencia, creo que está en manos de la ciudadanía decidirlo. Dado
el nivel de evolución humana al presente, preferiría la alternancia, ya sea
partidaria o no, dado que debe prevalecer lo mejor para la calidad de vida ciudadana sobre supuestas
ideologías que responden a preconceptos, que difícilmente no sean fustigados certeramente en
el tiempo, como lo ha demostrado la historia. La educación hará un aporte a dilucidar estas incongruencias que
tanto daño ha infligido a los humanos.
7.
EDUCACIÓN REPUBLICANA
Solo por coherencia, si una Nación ha aceptado una Constitución que
establece regirse por una democracia republicana, debería ser de conocimiento
pormenorizado de sus ciudadanos según su desarrollo cognitivo/evolutivo.
Aludíamos en la introducción de este breve ensayo, que le concepto de democracia es asimilado por la
población, sin requerir un nivel educativo superior. Es una percepción
intuitiva, dado que en definitiva es uno de los principios básicos de la seguridad de la especie humana.
En cuanto a la república,
al ser un sistema dinámico entre poderes, resulta difícil su entendimiento,
implicando un conocimiento de sus partes constitutivas. Debe ser política
de Estado que en el sistema educativo todo estudiante – sea cual fuere la
especialidad que cursa- debe llegar a consagrarse ciudadano con un cabal
conocimiento de sus derechos y obligaciones establecidos en la carta magna
respectiva.
Hay una creencia educativa
que por el solo hecho de aprobar materias a nivel secundario, afines a la
explicitación democrática y republicana, están recibidos de ciudadanos.
Rodeados de docentes – mi familia es parte del sistema educativo en casi
todos los niveles- resulta sorprendente el desconocimiento de los mismos
sobre la mecánica constitucional, aún aquellos que accedieron a los
claustros universitarios. Más me ha
sorprendido que materias que otrora eran fácilmente superables, hoy
resulten difíciles como se la de Instrucción Cívica. Estimo que obedece que
su nivel de abstracción, no palpable en la cotidianidad inmediata, la
ausencia de participación ciudadana, y un desarrollo lingüístico
deficiente, la torna compleja. Las generaciones precedentes las pasábamos
con un simple ejercicio mnémico, sin tener una internalización conceptual.
Así estamos…
Convengamos que la
escuela es un ámbito conservador, arraigada en concepciones pasadas, que
expresa el nivel madurativo de una sociedad. En realidad la educación
debería ser la vanguardia social. Es decir, difundir y plasmar todo aquello
que debe ser entendido por los infanto-adolescentes. Esta etapa es la de
mayor flexibilidad en la adecuación a las normativas sociales que se
incorporan legalmente, cuyo ejercicio permitirá una asimilación productiva.
Una imprimación vital que
difícilmente sea borrada en nuestros niños-jóvenes. Lejos estamos en
nuestro país de transmitir valores republicanos/democráticos, como de
convivencia cívica y ambiental, cuando nuestros dirigentes con responsabilidad
social emiten mensajes contrarios a tales imperativos, significativos para
una sociedad madura. En fin, la ejemplaridad
es un ave rara, que debería ser
común, no extraordinaria…
7.1 La
formación educativa
Ya sea esta pública
o privada – lamentablemente han crecido en demasía en nuestro país por las
deficiencias Estatales- deben transmitir desde su primer día los valores
del sistema republicano, democracia, convivencia cívica y conservación de
nuestro hábitat. Ejercerlos, no
declamarlos o hacerlos repetir como una lección, definitivamente mnémica,
la cual se diluirá en el tiempo, transformándose en irrelevante como sucede
al presente. Razonablemente debe aplicarse en forma gradual hasta llegar al
logro de nivel lógico del alumno. En la fase primaria, podría elegirse a un
representante por cada grado, por los propios miembros, en virtud de
cualidades morales e intelectivas de los mismos. Cada uno de estos participara
en las reuniones que impliquen a los intereses de la escuela (p.e.: evitar la depredación por alumnos
del ámbito escolar), normativas educativas emanadas por las respectivas
autoridades, y resolución de problemas de conducta ocasionales de los
alumnos. Podría constituirse un jurado de faltas – conformado por los alumnos
de los grados superiores- que delibere y exprese el sentir del mismo frente
a la conducta juzgada. Experimentar todas las deliberaciones y
confrontación (esto en la acepción de
cotejar una cosa con otra,
congeniar) entre las partes, es decir quien juzga y quienes defienden a
los acusados.
En la fase
secundaria, la ejercitación debe ser simultánea al conocimiento de la
estructura republicana. Los delegados deliberaran por sus derechos y deberes
en el ámbito escolar. Cada división tendrá un delegado con voz y voto, un consejo estudiantil que ejecute las demandas impartidas por una
asamblea de delegados y un Jurado para resolver las
controversias que se generen. Todo ello elegido por los alumnos y su
alcance resolutivo será preestablecido por un marco regulatorio común por
la autoridad gubernamental. En definitiva palpar los procesos en los cuales deberán ejercer sus deberes y
derechos en una REPÚBLICA
DEMOCRÁTICA.
Tal descripción no es
nada novedosa, pero no se ejerce, o mal, perturbando el desarrollo escolar
y la consecuente no
participación de la mayoría del alumnado (léase darle un carácter partidario extra-escolar). Es que
primero tendrán que tenerla clara los docentes, con un profundo
conocimiento del proceso de experimentación del cual serán parte. Con participación
de profesionales afines asignados al distrito escolar respectivo, cuando se
requiera discernir temas de mayor complejidad.
Aludíamos a las
dificultades de las abstracciones que experimentaban los alumnos en
materias cívicas. Si se llega al secundario sin la posibilidad de leer,
escribir y comprender fluidamente los textos a su alcance, poco se pondrá
avanzar en un real entendimiento de vivir en una república, donde los derechos y deberes sean de dominio de sus ciudadanos (esto incluye normas de convivencia, cuidado
del hábitat, etc.).
Coherentemente con
lo propugnado en este ensayo, debe darle sentido a quienes tienen un nivel
intelectual superior. Comprender que ese don debe ser ejercitado a favor de su comunidad. Simplemente
tener en cuenta al otro. Y ello me remite al concepto lancasteriano, el que los alumnos más adelantados ayuden a los
que no logran alcanzar su nivel. No
hay mejor forma de aprender que enseñando. El alumno de mayor
desarrollo debe reorganizar sus conocimientos, generando esto una mejor
cosmovisión del tema a exponer; logrando tanto una mayor claridad narrativa
como comprensión de la temática abordada, válido para el emisor y receptor.
Favorece el dar y el
reconocimiento de su receptor. Inculcando desde sus raíces la importancia
de poner su don al servicio de
sus congéneres. E instalar en los futuros ciudadanos que quienes ejerzan los
roles públicos deben ser de una capacidad intelectual superior, para el
beneficio del conjunto que los incluye…
Discúlpenme esta
última digresión. Al presente y en relación al sistema aludido, disponiendo
de tanta tecnología podría enlatarse el conocimiento de determinados temas
– incluyendo el de república, ajustado constantemente- que generan
dificultades en muchos alumnos. El mismo puede ser generado por
profesionales de alto nivel – docentes/expertos - que simplifiquen el
conocimiento a un nivel de entendimiento que no desvirtúe lo esencial del mismo. Chequeado por educativos
como material fácilmente captable por docentes y lancasterianos avanzados
que permitirán una transmisión a aquellos alumnos con dificultades en
algunos campos del saber. Obviamente, sin exigirles tiempos de evaluación,
los cuales indicarían los alumnos a su debido entendimiento del material
puesto a su alcance. Asimismo, apoyado por tutores.
No es cuestión de
revolear ordenadores a los alumnos, sino ofrecerles contenidos guiados de
calidad (traducidos en software)
que harán mucho más simple su vida, presente / futura, y fundamentalmente contenerlos, no
expulsarlos.
Gracias por su
atención.
8.
Bibliografía del autor:
http://redsoleido.com.ar/
Observación: Matriz Soleido, solidaridad
e idoneidad conjugada y República Democrática, una lectura
acorde al siglo 21, se han
sintetizado en el presente ensayo.
· "Bases
Conceptuales para una Reforma Administrativa
del Estado
Nacional" - Voluntad e inteligencia
( Edición Electrónica del autor,2002)
·
“Hacia una nueva idoneidad Política”, Ocruxaves,1997
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