¿ Habrá balotaje ?

   

          Todo indica que desde las PASO en adelante todo ha empeorado en materia económica, factor fundamental en el sorpresivo triunfo del peronismo parcialmente unido en el Frente de Todos por un porcentual cercano al 50% (sin contar, válidamente, los votos en blanco). Ergo, se mantendrán los votos y se le arrimaran otros que siempre dudan y se cuelgan del boleto ganador. Sumémosle la patética campaña de Juntos para el Cambio con hechos como eliminar el IVA a productos alimenticios de consumo masivo/bonos compensatorios, y prometer un cambio drástico: mejores, sueldos, créditos, etc. En fin, lo que no pudo hacer hasta el presente, y no explicando cómo se lograrán tales objetivos, hasta ahora inalcanzables para el gobierno. NO, NO SE PUEDE. No llegaremos al balotaje (aunque no hay que descartar nada, es Argentina)

¿Que nos espera con el peronismo? Dada la coyuntura, más ajustes camuflados, producto de la herencia recibida del macrismo (este país se asemeja a una tragicomedia, para nuestra desgracia). Aparentemente todo generado por el neoliberalismo imperante, sin ninguna culpa precedente del peronismo. My God. Perón decía, disculpen la reiteración, que el justicialismo persiste históricamente porque los gobiernos que sucedieron al mismo fracasaron. Aseveración que aún perdura al presente y ha transcurrido casi medio siglo desde su manifestación por el general (dictaduras, radicales, Frepasistas, Pro, Coalición Cívica).

El derrumbe macrista no ha sido por sus políticas asociadas al supuesto neoliberalismo. Economistas de prestigio como Bein, niegan tal carácter del Partido Propuesta Republicana (PRO), asemejándolo al desarrollismo, consistente en tomar préstamos y desarrollar con ellos las distintas políticas a emprender. Espert, también excluye la posibilidad que sea un gobierno liberal. Sería necio mantener las hipótesis kirchneristas que avalan sus predicciones económicas sobre el PRO (mayoritariamente un rejunte de peronistas y radicales postergados).

Veamos, el primer año de gobierno fue duro, dado que la pesada herencia recibida (léase falta de pesos/dólares y déficit fiscal agobiante) generaron ese estadio (le guste o no a los cristinistas), compensado con endeudamiento externo a altas tasas dado el riesgo país que teníamos. Asimismo el Peronismo Federal y el Frente Renovador coadyuvaron al gobierno a equilibrar la gobernabilidad, negociando leyes que favorecieron la acción gubernamental, concediendo  el mismo medidas que no estaban en sus planes, aun así prometidas en campaña 2015 (p.e. ley de impuesto a las ganancias que reducía su incidencia en el salario). La situación socio-económica fue mejorando a pesar de la inflación, no controlada, un dólar quieto, y por el ajuste de salarios con cláusula gatillo. Esto fue ofrecido pues pensaban bajar la inflación, pero se mantuvo recuperándose parcialmente el poder adquisitivo que permitió una mayor tranquilidad para los bolsillos, pero resultando contradictoria por su costo a las autoridades económicas, que veían como se desplomaban sus objetivos. Este lapso fue gracioso y catalogado ciertamente por los liberales como un kirchnerismo prolijo. Su deficiente nivel de predicción: lluvia de inversiones, baja inflacionaria, brotes verdes en adelante, déficit controlado, como equiparar las tarifas abruptamente al nivel general promedio histórico de nuestra nación, fue minando el nivel de credibilidad de los cuadros gubernamentales, extendiéndose al Presidente que afirmaba que aquellos eran los mejores en los últimos 50 años… Aun así se le renovó el crédito ciudadano al ganar las elecciones legislativas de octubre 2017. Un mayor nivel institucional, mejoras leves en el bolsillo, sin clima semi autoritario producto del Cristinismo, que llevaron al mismo al “no alcanzo” para ganar…

El cambio de la fórmula de cálculo jubilatoria, reduciéndola, dio pie a unas salvajadas conjuntas entre el kirchnerismo y la izquierda generando un clima adverso en la ciudadanía. A fin de año, los encargados del manejo económico, anunciaron correcciones a los parámetros para el 2018 ya expuestos en el presupuesto elevado meses antes, generando en el mercado externo/interno una paulatina desconfianza: léase corrida cambiaria incontrolable, que culminó con otra crisis que si afecto al bolsillo severamente y generando bajo consumo, pymes en quiebre, despidos en general. Y para colmo tuvimos que morir en el odiado FMI, endeudándonos muy por encima de nuestras posibilidades. Crédito más barato que en el mercado internacional, pero agotando las posibilidades de conseguir otros si fracasaban: Y lo lograron, desacreditando por completo a los cuadros del PRO y su jefe (núcleo del fracaso gubernamental).

Argentinos, adaptados a los recurrentes fracasos del signo de cualquier gobierno, optamos por la resignación silenciosa. Toda esta crisis fue omitida por el gobierno, generando el relato (¡¡basta!!) que íbamos en el camino adecuado hacia un porvenir venturoso con estas medidas de corte neoliberal forzadas por tal desbarajuste, no por ser de tal carácter, sino por su INCOMPETENCIA. El Cristinismo comenzó a ensalzar que tales políticas restrictivas habían sido predichas por sus adláteres, como Scioli… Las patéticas estadísticas daban muy poca diferencia para el partido de CFK (Unión Ciudadana), seguro perdiendo aquella en el balotaje. Ello implicó rearmar una estrategia en el peronismo, que concluyó en un reagrupamiento con el Frente renovador, Unión Ciudadana y el Partido Justicialista, con una sorpresa mayor: La fórmula Fernández- Fernández con Alberto como presi. Cambiemos contrataco con la adhesión del senador peronista Miguel A. Pichetto (jefe de la bancada peronista) como vice de Macri. Léase ambos Frentes debieron engullirse varios sapos. Según la estrategia duranbarbistapeña: sería en sus fantasias Republica versus Autoritarismo…

Evidentemente, como ya he aludido en artículos anteriores, cuando surgió esta severa crisis, ya la grieta no era Cris o Macri, sino macristas y antimacristas (que incluía a los K, independientes y parte de la izquierda), haciendo pie en el distrito más importante de la Nación, 37% del electorado y la más afectada en sus bolsillos dado el alto nivel y volumen de informalidad, desempleo y pobreza. Su gobernadora tenía el mayor grado de prestigio de los políticos, generando esto confianza que triunfaría en Buenos Aires, llave para las aspiraciones Presidenciales de Juntos por el Cambio. Esto confundía más aun a la sociedad, sumado las desprolijas encuestas y el desmedido optimismo gubernamental. Pero la única verdad es la realidad: los antimacristas son mucho más que los macristas. Las PASO confirmaron la cruel realidad: que el peso de la economía superó a los valores (la víscera más sensible es el bolsillo, dixit Perón). Con muy poco el Frente de Todos logró renacer una leve esperanza triunfando el “todos contra macri“ sobre la postergada a vice. Tal resignación, la presencia del massismo y la designación de un tipo moderado como Alberto Fernández, rememorando su paso como jefe de gabinete de Néstor Kirchner, fueron suficientes.

En definitiva, tendremos que optar por los dos modelos fracasados, o continuar con el voto original por opciones fuera de tales modelos equilibrando el congreso, o el voto en blanco que sumaría más sufragios al ganador… (dejemos esto último si hay un balotaje milagroso)

Esperemos una nueva opción futura que realmente supere a tales modelos… Algún día se tendrá que dar…no creo que llegue a verlo…

                             Gracias por su atención.

 

Francisco Alberto Scioscia

 Aportes e interrogantes ciudadanos, (número 103 de octubre 21 de 2019) .-                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

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