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Aunque este artículo emerge del libro de Cristina no está vinculado a su
texto. Nunca me he considerado un periodista, lo cual me libera de su lectura
como fuente, que sinceramente – valga la redundancia - sería para quien la
denostó por siempre en sus artículos un castigo, excepto que despejara dudas
indubitables sobre las acusaciones judiciales que pesan sobre las mismas
(¡bah! las contundentes pruebas). Personalmente no estoy en contra de Ella por las mismas, sino por su
actuación politica en ejercicio del poder presidencial (ver aporte 050, en el cual me explayó porque deniego del
kirchnerismo, aun siendo peronista). Si la justicia - la misma que otrora la
favoreciera (no hay otra…)- la condena basado en una evaluación a derecho,
refrendaría aún más mis aseveraciones antik.
Y ya no autoconsiderarse una
perseguida politica (aunque ella y sus acólitos lo nieguen). Ello transformaría
el contenido del libro en “Sinceramiento”.
Según leí hace varios años un texto en el cual el origen de la palabra sincera provenía de la época renacentista. Por
entonces, los escultores realizaban las mismas con una calidad notable, pero
los materiales utilizados para las mismas eran difíciles de manipular y
contaban con herramientas muy limitadas, comparándolas con nuestro
presente. Por tanto, cuando se cometía
un error, por ejemplo un agujero en el material, se lo rellenaba con cera. Obviamente, detectado, desprestigiaba a su
autor, al comprobarse tal procedimiento. Colofón: era “sincera/o” quien no usaba tal
sustancia para tapar sus fallos. Mutemos la CERA por “PALABRAS” e infiramos… Retomemos el objetivo del
artículo. Es evidente que en nuestra sociedad está dividida, que a mi
criterio, viró de Kirchneristas y
antiK, a la de macristas y antimacristas. Estos últimos incluyen a los K, y los PRO a antiperonistas, o mejor calificarlos
de AntiPejotistas dadas las reales macanas cometidas por estos en las
últimas décadas. Ergo, ante tanta incompetencia gubernamental, seguramente
iremos a un balotaje, con un final incierto para ambos (hasta los imberbes
boys peñabarbistas se han dado
cuenta). El aserto que la economía no
influye sino los valores, depende
del nivel de la misma. Y parece que de continuar así, se agravará ¿Cómo
laudara el gobierno frente a patronales que “no tienen” money (algunos si,
otros se preservan) por el deterioro del consumo, con los bolsillos aún
muchísimo más menguados de sus empleados? Una ley no escrita, determina que
si todos los patrones tratan de salvarse por su cuenta, sus empleados no
tendrán plata para comprar. Es decir que los trabajadores de otras empresas
no les compraran a ellos, generando un círculo negativo insostenible. Tal
círculo antivirtuoso, sumado a la
trampa del carry trade, terminará desplazando al gobierno. Y el nuevo
oficialista comenzara nuevamente con la “herencia
recibida”, ante la imposibilidad de modificar positivamente este
desastre, irreversible por los Cristinistas
(coadyuvantes del asfixiante presente),
con los limitados cuadros que tienen, que no hicieron “magia” en su oportunidad y tienen el boleto picado,
lo cual les impediría seguir más allá de lo alcanzado. Esa reciente encuesta que tanto desvelo al
gobierno sobre la presunta perdida por 9 puntos en un balotaje con CRISTINA, es una foto actual. Pero
resta una eternidad hasta las elecciones finales. Asimismo tal encuesta
revela que el 60% de la población no sabe a quién votar, y tal
abstención tiene motivos ultra evidentes: no hay candidatos, solo uno: Macri, que es el emblema de la decepción. Resulta obvio que Cristina se presentaría (el libro es
un mensaje claro de un candidato), pero el resto no se sabe ciertamente, dado
que falta espacio político para sustentar las aspiraciones de Massa, Urtubey, Pichetto, Lavagna, Solá, Scioli. Estos
dos últimos no podrán ir con Unión
Ciudadana, chocarían con la expresidente. Supongo que creerán en un
renunciamiento de aquella. Alternativa
Federal – el peronismo no
kirchnerista- no definió aun su candidato. Ninguno de ellos se acercaría
actualmente al porcentaje de intención de votos de los dos contrincantes casi
confirmados. Ni hay tratativas factibles de unificación del peronismo. No
creo que la haya, pues ambos sectores se repelen (apoyar o no a los K), perdiendo votos, ya que la
ciudadanía actual no es cautiva de
los partidos otrora mayoritarios. No
es cierto que el peronismo unido jamás será vencido. Eso fue en otras
épocas. Por suerte hay que ganarse la confianza perdida, con propuestas y
sujetos sustentables que nos guíen a un futuro mejor (que seguramente
implicará restricciones). Votar en
blanco solo mostraría el descontento social, pero seguiríamos con los
problemas y aún más agudizados. Creo que Martín Lousteau con su intento de sumar a Cambiemos a Lavagna,
creyó encontrar una fórmula para aglutinar a ese gran número de indecisos,
dado que el candidato - aún no definido en ningún espacio- no le dan al
presente los números para entrar a la final contra Macri o Cris. ¡Bah! un
caballo de Troya en Cambiemos. Martincito me estas defraudando (aunque la intención/proyecto sea
factible). Coincido con el primer ministro de economía de Néstor que el PRO es parte de la grieta. Debería extinguirse como partido
nacional, pues ya demostraron que no les da para tanto, rescatando a figuras
potables que las hay, integrándose a otros partidos existentes o a crearse, o
ser un numero minoritario en el los
respectivos CONGRESOS/CONSEJOS. Sería más razonable que Lousteau se sume a los rebeldes
radicales y sea el vice ejecutivo de Lavagna. Por lo menos hasta ahora nadie habló de lavagnismo, lo cual es bastante para esta sociedad tan apega a la
personalización de los partidos (sello de Perón que abjuro de tal postura
en su regreso, 1972), pero que no garpa al
presente aunque sea otra su denominación formal: PRO, CC, Frente Renovador,
etc. etc. etc…(¿teléfono para Massa, del que nadie puede develar las causas de su parálisis?). ¿QUE NO HAY TIEMPO? , en Argentina las horas, minutos y
segundos son eternos… para nuestra desgracia. Ahora puede servirnos.
Gracias por su atención. Francisco Alberto
Scioscia
Aportes e interrogantes
ciudadanos, número 094 del 29 de abril de 2019.-
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