¿ Combatiendo al capital ?

 

¿ Podemos considerar la caída del muro de Berlín como el triunfo del capitalismo sobre el comunismo? No sería más acertado pensar en la derrota de la izquierda, la cual no supo/pudo plasmar su ideario en conductas operativas compatibles con la naturaleza humana (léase: iniciativa individual, libertad, etc.). Pensar que el triunfo de uno de los opuestos determina que el restante sea "la verdad", es una necedad. Igualmente, pasar del todopoderoso estado al fundamentalismo de mercado ¿ Más que la mano invisible del mercado no sería más razonable considerar la miopía del ojo humano ? ( en su nivel de conocimiento actual). Tal invisibilidad sería como creer que la magia es verídica por no poder detectar el truco del ocultista. Algo así como que al no registrar una balanza el peso de una pulga, esta no lo tuviese. Obviamente, nos deberemos remitir al instrumento de medición que lo haga posible (hoy existe, en el siglo pasado no... las pulgas siempre). Francamente no soy un experto en los postulados de Darwin, pero estimo que este era un hombre inteligente y se espantaría de las traspolaciones de la misma al funcionamiento del mercado (seleccionando y premiando a los más aptos), tanto por no ser de alcance humano como lo limitado para su época de los conocimientos que hacían factible la evolución descripta (ver Darwin reinterpretado, imperdible)

Todo el sistema capitalista sustentase en la comercialización sobre cualquiera de los otros trascendentes aspectos que conforman un producto, ya sea de bienes o servicios. ¿ De que sirve un artículo óptimo - precio/prestación- si no es acertada su venta? Tanto la producción como la distribución del mismo exige un alto nivel de racionalidad para lograr que el elemento en cuestión logre un precio competitivo en el mercado. Pero las ventas... No estamos muy lejos del canje de espejitos de colores por bienes productivos. Que sería de los llame ya, o aquellos que apelan a la obsecuencia o a dejar de ser perdedores. Rebobinemos las cosas en que nos metimos ( y compramos) por un amigo... La lista de gastos inducidos desacertados es terrorífica. Color, envases, ubicación en las estanterías, promociones subliminales y/o excesivas y una lista interminable de artilugios para lograr el tan anhelado objetivo ( para el vendedor no para el consumidor). Algunas empresas han mejorado su servicio al consumidor y hasta han aceptado que la ética es conveniente para los negocios...  (a lo que hemos llegado, diría un vendedor de raza de otrora). Pero una frase pinta el panorama: "EL QUE VENDE NO ASESORA" y en esta misma esta el germen de una solución futura a este desatino en que incurrimos y aún no pudimos desentrañar a fines del siglo XX. Pensemos en los antropólogos futuros; cuan primitivos nos habrán de ver comiéndonos los garrones que nos venden ( se acuerdan del personaje que hacia el gran TATO BORES sobre las ruinas de argentina...). Esta sección es la que más me entusiasma, dado que permite orientar nuevos procesos que permitan mejorar la calidad de vida humana futura, sin excluir su idiosincrasia. En indagar lo inescrutable del mercado. ¿ No es este la sumatoria interrelacionada de los consumidores? Pero cuanto conocemos científicamente de tal articulación. Convengamos que estamos en los albores del conocimiento de la conducta humana. Las ciencias sociales han tenido un desarrollo tardío con relación a aquellas que la experimentación les permite reproducir exitosamente las situaciones de estudio en laboratorio ( física, química, etc.). Asimismo las traspolaciones de comprobaciones en primates elevados no son confiables. En general, todo el conocimiento científico que tiene por objeto de estudio al hombre se han desarrollado mas pausadamente. Estimo que en este nuevo milenio se ha de avanzar mucho más aceleradamente que en el precedente, no solo por los recursos tecnológicos existentes que reducen lapsos en la investigación, sino por haber desterrado gran parte del oscurantismo que rodeaba al conocimiento del hombre.

Otro aporte importante en este aspecto lo representan las excelentes recopilaciones que realizó Daniel GOLEMAN en su libro "La inteligencia Emocional" (1996) sobre la misma ( IE ) y lo limitado de su discernimiento a fines del siglo XX, más aún considerando que aquella es más gravitante en la productividad humana que el cociente intelectual
(CI ).

(Solidaria e Idónea). Francisco Alberto Scioscia