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   Editorial :   | 
 
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     Legisladores aliancistas
  de la provincia de Buenos Aires aludían que la pretensión del gobierno
  justicialista de restaurar la jefatura policial denotaba que el mismo había perdido
  el rumbo. Referenciaban que dos años atrás la disolución de la misma era
  considerada trascendente para poner en Caja a la "maldita policía"
  bonaerense. Primero y obvio ya no esta Duhalde y su coyuntura
  presidencialista. Ruckauf tiene otros tiempos y planes. Segundo, en
  alguna editorial asevere que no debería llevarse a cabo ningún proyecto que no
  este plenamente avalado por el ejecutivo
  respectivo y solos generados para calmar las expectativas sociales
  coyunturales. Reconozco que mi planteo suena a absurdo/infantil, dado que es
  una conducta habitual de los políticos en situaciones de crisis. Además como
  se podría diferenciar cuando es una respuesta forzada o por propia convicción
  del funcionario de turno, o que norma lo controlaría. Pero no puedo evitar
  hacerla, dado que siendo funcionario de carrera público sé que la mayoría de
  esos megaproyectos que se paren de la noche a la mañana para satisfacer
  demandas imperativas sociales, implican dos costos serios: muchísimo dinero
  en un país que no le sobra nada y el peor, desmoralizar a los involucrados en
  el mismo, que no perciben el desinterés inicial del ejecutivo, si
  posteriormente, al no tener el apoyo coherente al esfuerzo que se les esta
  demandando (se curan de espanto, lamentablemente,
  "saben" como actuar posteriormente en el ámbito público y son
  ejemplo funesto para sus colegas). Pero en este país hablar de
  control político-administrativo de gestión (corroborar
  los objetivos anunciados con los logrados) es de ciencia-ficción.
  Si generalmente no hacemos lo que resulta primario e indiscutible (salud, educación, justicia, PAMI, Bosques... )
  quien podría reclamar que se haga lo que se prometió circunstancialmente y paso
  al olvido. Y esto no es por falta de memoria, sino de resignación a lo
  frecuente. Estamos tan lejos de un control que se considera imprescindible
  para cualquier empresa, que simplifico mi demanda pues ampliarla me suena a
  tirar perlas a los chanchos... Retomando el proyecto Duhalde de modificación
  de la estructura policial severamente cuestionada por el proceso CABEZAS,
  resulta harto evidente que un gobernador que poco tiempo antes calificó a esa
  fuerza como la mejor del mundo (no se en que
  provincia vivia), por un solo suceso - aun su gravedad-  pase a reestructurarla a pleno como si
  fuera la peste, tiene un alto componente político y personal (nada menos que percibir esfumarse su anhelada presidencia).
  Al poco tiempo y en un lapso que no podría notarse cambios profundos en lo
  hecho por el interventor dado que el proyecto era de largo alcance, Duhalde
  acepto la renuncia del mismo y designó a muchos de los desplazados vinculados
  a la mejor policía planetaria. Lógicamente las encuestas le daban abajo en su
  aspiración al PEN y seguramente le aconsejaron recurrir a las viejas
  lealtades que le acarrearían las estructuras desarmadas por la intervención
  renunciante. Creo que huelgan las palabras y pinta claramente lo expuesto y
  sus costos directos ($) e indirectos (desmoralización
  de todos los que trabajaron seriamente para construir una policía mejor)
  ¿ Cuanto podría durar un CEO si actuara así? Seguramente se tendría que
  retirar pues quien lo contrataría nuevamente. Pero en política siempre
  vuelven... Los accionistas/ciudadanos no perciben directamente en sus
  bolsillos las conductas de sus dirigentes. 
  Aquellos no han hallado formas eficaces para lograr un control -
  esta en manos de los mismos imputados- resignándose, pero incrementando
  su cuota de descrédito a los políticos. Este es un tema a resolver por la
  misma sociedad no por sus actuales dirigentes políticos. En cuanto a la
  seguridad, la ley provincial en tratativas parlamentarias podrá dar mayores
  instrumentos a la policía y justicia para combatir el impresionante raid
  delictivo cotidiano, pero será un paliativo. Temo que trasladaran un problema
  de un área (judicial/policial) a otra (Sistema Carcelario) al incrementarse las penas. Las
  mayores facultades al accionar policial 
  podrían generan problemas de abuso. Una ley por sí no hace nada
  sino logra aplicarse adecuadamente y ello implica a los ejecutantes y medios
  para hacerlo. Es muy poco lo que se ha operado sobre estos para garantizar
  una coherente y eficaz ejecución legal de la futura ley, que obviamente no
  puede actuar sobre el contexto social en el cual esta inserto el raid
  delictivo y el cual lo incentiva.  
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