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En
la "inevitable" editorial 2000, aludí a que la
humanidad entraba al nuevo milenio en su joven adultez. Tal presunción
se relaciona al compararlo con los ciclos vitales de los humanos, ante la
inexistencia de modelos comparativos
de otras civilizaciones para determinar tal estadio. Algunos datos
confirmarían tal hipótesis. La referida crisis en la editorial aludida, percibida a mediados del siglo pasado, aún
en transito, entre la autoridad formal - por designación - y la moral
- quien se haga acreedor a la misma por su idoneidad- resulta equivalente
a la etapa de crisis joven-adulto ( o post-adolescencia). En esta nos
enfrentamos al desafío de ingresar progresivamente en la toma de decisiones
autónomas. Es decir, desprendernos del manto protector familiar para
ingresar en procesos independientes basados en nuestras propias
adquisiciones, incluyendo los temores consecuentes implicados en tal ruptura.
Sumémosle las teorías científicas que estiman que el hombre habría llegado a
su cenit biológico, dado que nada hace presumir cambios significativos en el
orden sensorial, motor o cerebral, etc. Todo
nos indica que tendremos que asumir nuestra adultez: que debemos ser
artífices de nuestro propio destino comunitario.
Obviamente esto implica una profunda revisión de lo actuado al presente en
nuestras modalidades de inserción social, dado que los modelos actuales están
perimidos por su ineficacia, constatados en el descrédito de la dirigencia
política (fenómeno trasfrontera). Tal extensión planetaria nos esta indicando
que el fracaso no
es originado en factores coyunturales nativos, sino en la conducta humana;
aquellos solo lo ratifican.
Evidentemente no
podemos seguir delegando nuestras responsabilidades e intereses en otros, que
luego, tras su fracaso, denostamos como si fuese ajeno a nuestras conductas
precedentes que lo originaron (un mal negocio). Tenemos
el problema - el descrédito- pero no su solución. La historia humana
nos ha indicado lo que no
debemos tolerar: dictaduras de cualquier tipo, restricciones a la libertad,
concentración del poder, etc. La democracia es el arma que poseemos para
manifestar nuestro desacuerdo - periódicamente- a través del voto.
Evidentemente esta nos hace actuar como observadores participantes, lo cual no es suficiente.
Debemos hallar la solución a tal trascendente problema generando nuevas
formas - solidarias e inteligentes- que nos permitan actuar como actores /
participes de nuestro devenir. Ni manifestaciones improductivas de otrora ni
pasividades complacientes de siempre. Desde
fines del siglo 18 - revolución francesa por medio- las oligarquías
progresivamente fueron asimilando que las conquistas conseguidas ya no podían
ser soslayadas, so pena de las consecuencias. Más de doscientos años de
circulación de sus principios de Libertad
e Igualdad,
han sellado irreversiblemente a la historia humana. Así, en una forma de
resignación productiva, los poderosos fomentaron el voto de las clases
subordinadas a sus intereses, dado que teóricamente podían manipularlas (algo
de arriar ganado sabían...). Mi ignorancia histórica me hizo creer durante
muchísimos años que SAENZ PEÑA
era radical, dado que tras las reformas que impulso el mismo - voto
secreto, obligatorio y universal machista- determinaron el triunfo del irigoyenismo,
implicando el ingreso de los profesionales universitarios a la política. Un
error de calculo de los terratenientes (gracias Roque/LUIS). Los poderosos
que ocupan la parte superior de la pirámide social, perciben - marcada y
preocupadamente- los movimientos de inestabilidad de las bases que lo
sustentan, recurriendo por siempre a cualquier artilugio para defender sus
posiciones de privilegio. Pero no todo puede ser coherente, como la
promulgación de la enseñanza obligatoria y gratuita - ley 1420-
contradecía sus intenciones manipuladoras ( hasta incluyeron a las mujeres).
Es decir que aunque el objetivo de la ley podría ser otro, educar al soberano
les iba a costar caro... Y estas incoherencias han sido muchas y hay que
"fomentarlas" dado que es una de las formas de lograr
beneficiarnos. Si utilizamos las armas que los poderosos dominan
seguramente perderemos (ver
manifestación ideológica del editor). El
manejo de las masas y los dirigentes políticos es una salida ante la imposibilidad
de impedir las conquistas de la revolución gala. Pero hoy, al inicio del
nuevo siglo, ya nada es igual: los actuales ricos perciben en mayor grado la
inestabilidad social - vía revolución mediática- en las bases ( más
extendidas) y estas ya no son conformadas exclusivamente por obreros y
campesinos sin instrucción. Talla la clase media, portadora de los mandatos
de libertad e igualdad, por su acceso a la cultura que por
sus recursos materiales. Estos hasta pueden desaparecer, pero no así sus principios.
Adhiero a quienes afirman que el desarrollo de las clases medias, garantizan
la democracia. Y no solo por ser los defensores de los principios, sino que
influyen en la toma de decisiones de los opulentos dado que mantener su
capital exige múltiples conocimientos que deben delegar en los profesionales
medios, so pena de perderlo. Gracias a Dios, ser rico no es sinónimo de
inteligencia, sino hubiese sido el final de la historia. El conocimiento
necesario para el progreso pasa por esas clases medias instruidas, no es propiedad de
los poderosos. Más aún que tal conocimiento es múltiple, recalando en
equipos disciplinarios e interdisciplinarios, evitando la personalización de
los conocimientos obtenidos. Tenemos
número para ganar una elección, el conocimiento para un desarrollo humano mas
equilibrado ¿ Que falta capital ? Tenemos noción de lo que implica en la
economía mundial los fondos de jubilaciones y pensiones, precisamente
originados en la clase trabajadora y de crecimiento continuo. Además tenemos Internet
- de un crecimiento geométrico y planetario- que esta en manos
sociales (no tiene dueños), limitando el dumping de los medios de
comunicación. En definitiva tenemos
todo para lograr una redistribución del capital en forma equitativa, sin
recurrir a la fuerza, solo a nuestra inteligencia y solidaridad.
No sé si tenemos conciencia de lo inclinada que esta la balanza hacia los no
poderosos, resultando vital para transar positivamente con los que ostentan
el poder económico-financiero. Esta es la misión de los intelectuales de
hoy: buscar las formas socio-políticas para alcanzar mejorar la calidad de
vida humana en todo el planeta, sin excepciones. Ideas y maduración es
lo que nos falta. El proyecto
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