¿ Concretaremos
alguna vez la Cajita feliz?
Haciendo zapping, el lunes 29 de octubre ppdo. escuché las últimas reflexiones de un experto argentino en
educación sobre Finlandia. Expresaba
que hace más de medio siglo decidieron encarar su sistema educativo, aislado de
los avatares políticos coyunturales. Graficaba como poner a los niños en una
cajita y resguardarlos de cualquier contingencia. Pasaron los días y quedo
flotando en mi cabeza tal consideración y asociándola a la cajita feliz de Mac, que tanto disfrutaron - y
disfrutan - nuestros descendientes en estas pampas. Contrariamente a lo que
sucede en la escuela argentina (pública y privada), de los cuales tanto se
habla y escribe cotidianamente, que no enunciare para no ser redundante ( ver La educación, ¿prioridad nacional? - 24/10/2018 – Clarín)
La
educación – en cualquiera de sus niveles- excede a los estudios específicos en
la materia, vinculándose a la naturaleza humana, y en menor medida al contexto,
como ser climas rigurosos o geografías complejas. Diríamos que, consecuentemente,
aún no hay recetas estándar universales, dado que conocemos escasamente nuestra
propia idiosincrasia como especie. Si hay países como el aludido precedentemente,
extensivo a los demás países nórdicos,
Corea del Sur, y algún otro, que han
logrado avances en los cuales podrían tomarse como modelos, con la obviedad de
ajustarlo al país respectivo.
Argentina tuvo su hora de gloria con el
primer gobierno peronista. Se logró una base sólida en todos los niveles del
sistema –creando la Universidad Obrera,
hoy UTN- con una elevación de
inclusión de las clases bajas, que ulteriormente devinieron en solidos
profesionales, técnicos y operarios calificados, proceso que generó –
trascendiendo al gobierno justicialista- un incremento considerable de su clase
media, comparativamente al nivel de América
Latina. La gratuidad de la
educación en sus tres niveles contribuyó considerablemente a tal éxito como el
mayor grado socio-económico general. Así trascendió la excelente cultura del
trabajo que nos prestigiaba internacionalmente... ( hoy
en el olvido). Esto duró hasta la irrupción de la última dictadura militar, que
intencionalmente o por impericia (un mix perfectamente
Si
uno repasa las campañas políticas de las últimas décadas, creo que todos
prometieron restituir el sistema educativo. No hay duda que garpa, pero jamás se cumplieron. Sería
necio negar que la responsabilidad solo sea de los políticos. ¿Cómo puede ser
que todos hablemos mal de cómo estamos en los niveles de enseñanza, pero
mayoritariamente excluimos a nuestros hijos, afirmando que si se les brinda un
buen nivel educativo? Muy similar a las
encuestas de conducción donde todos afirmamos que la mayoría maneja como el
tuje, pero simultáneamente casi todos los encuestados afirman que él es buen conductor …Evidentemente, hechos incongruentes. Los gremios son acusados por sus
huelgas en aras de un salario decente. Hasta acusarlos en el presente de vagos
y que si no les atrae la paga, se dediquen a otra cosa (más que patético). En
campaña prometen jerarquizar la remuneración docente, que en el presente no
llega al nivel mínimo necesario para subsistir, con consideraciones muy escasas
en esa canasta mínima. Siendo también tan turbador que los gremios más
importantes hagan politica partidaria explicita contra un gobierno
legítimamente elegido por la ciudadanía, aún los errores/horrores cometidos, omitiendo
los propios/severos que contribuyeron a este desastre actual. Debemos asimismo
inquirirnos porqué nuestros hijos – mayoritariamente- rehúyen al esfuerzo que
significa estudiar, eligiendo carreras cortas con un futuro laboral incierto
(esto incluye a hijos de profesionales universitarios). Si ello es producto de
la falta de motivación de una educación deficiente; de falta de ejemplaridad de
los adultos; demandas laborales insatisfechas, o el peor de todos: que la sociedad en su conjunto NO demanda una educación de nivel, como nos
muestran esas afirmaciones incongruentes aludidas. Obviamente incluye a nuestra
dirigencia politica. El artículo aludido en el presente texto, primer párrafo, sobre este tema se refería a que el peor
de los males es el AUTOENGAÑO.
Creo que así estamos y así padecemos nuestra ignorancia (estas letras ordenadas de otra forma da únicamente la
palabra Argentina, descifrado por
Jacinto Benavente). Evidentemente
preferimos negar a enfrentar nuestros problemas, espero que la concomitancia
entre las letras aludidas sea solo eso: una coincidencia… Por siempre, como en
nuestra vida, cuando negamos/postergamos lo evidente, luego, nos vuelve con
mayor virulencia (así como lo describe el articulo precedentemente aludido).
¿Cuándo concertaremos entre
todos los partidos políticos a la educación como politica de estado? Es tanto
que se ha insistido en la materia que se torna refractaria. Es hiperpatético.
En fin, hay muchísimas más
políticas de estado para incluir, pero con la educativa comenzaríamos a
transitar un derrotero para el país que queremos…
Gracias por su atención.
Francisco
Alberto Scioscia
Aportes e interrogantes
ciudadanos,
084 noviembre 4 de 2018.-