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   Pasantías: Un
  "modelo" de instrumentación Legal  | 
 
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                    Generalmente las
  razones expuestas en los considerandos de las normativas legales, tratan - no
  siempre- de explicitar la perspectiva global que la origina. En la reciente
  de pasantías, que modifica el régimen legal de las mismas reduciendo a cuatro
  horas la duración diaria y a un año el plazo de extensión total, se fundan
  coherentemente ,en cuanto a la jornada, que la  anterior de ocho horas,
  era extensa y contrariaba la posibilidad de estudiar. Las empresas,
  generalmente, hacen usufructo de las pasantías omitiendo el rol de formación
  de los estudiantes, transformándolas prácticamente en empleos encubiertos. En
  el otro aspecto, reducir de cuatro a uno los años, 
  apunta a una rotación de estudiantes, incrementando cuantitativamente
  el número de pasantes en el tiempo. Los estudiantes agradecidos, las empresas
  no. Estas prefieren - coherente con sus necesidades- que los pasantes logren
  mayor compenetración con sus operatorias, ergo mayor efectividad para las
  mismas. Desconozco si representantes de las empresas líderes que tienen
  convenios con  Cualquiera fuera el
  procedimiento adoptado por los legisladores o las empresas, estas
  reaccionaron inmediatamente de sancionada contra la ley anunciando que
  dejaran caer las pasantías perjudicando a unos 20.000 estudiantes. Haciendo
  evidente lobby sobre los ministerios involucrados, exigiendo que la
  reglamentación contemple sus reclamos. Es decir presionar en los posibles
  frentes: medios y reparticiones involucradas. Estrategia solo justificada si
  en el momento del anteproyecto de la ley en cuestión no le dieron
  participación; los legisladores hicieron caso omiso a sus reclamos -
  elecciones próximas mediante- desayunándose con la publicación de la misma
  ley, o esperaban un veto presidencial. No excluyamos errores propios de las
  empresas que pueden oscilar desde la sobreestimación de sus poderes, no
  participando aunque hayan sido invitados, o delegar en alguien no capacitado
  adecuadamente para defender sus intereses y debe repararse tal deficiencia.  Así tenemos a los
  legisladores amparados en haber cumplido con las demandas sociales y a las
  empresas quejándose - con amenaza incluida- que no se contemplan sus
  intereses.  ¿Tiene algún sentido esto? Cualesquiera fuera la causa de
  tal polarización, e independientemente de quien tenga razón, es una evidente
  falla en la instrumentación legal. Este conflicto no tiene su razón de ser,
  si previamente a su sanción, en la elaboración del anteproyecto hubiesen
  participado activamente todos los sectores involucrados, debidamente
  representados. En las escasas veces que se solicitó la participación de la
  institución en la cual prestaba servicios como técnico - esto con relación a
  las leyes que le competían- se denotaba en los representantes de la comisión
  parlamentaria interviniente - primariamente asesores- un escaso/pobre
  conocimiento tanto de la temática involucrada como el rol institucional.
  Sumémosle que no todas las reparticiones envían a sus expertos de nivel,
  condicionado al interés del organismo involucrado en la conformación de tal
  ley, o en otras que pueden ir desde la ausencia circunstancial del más
  indicado, o delegar en tal designación en quien no tiene la más pálida idea
  de quien es el técnico en el aspecto involucrado
  (intencional o no). Pero esto, en cualquiera de sus variantes es lo de menor
  gravedad. Esta ocurre y asiduamente, cuando se excluye a los sectores
  intervinientes, que pueden derivar en simples y rectificables fallas hasta
  grosas que atentan contra el espíritu legal. Ejemplos sobrarían, pero me
  quedo con uno que tomo estado público frente a las
  cámaras de televisión: hace un par de años, cuando se legisló sobre el doping
  ( Diego, drogas sociales, cocaína,
  fundamentalmente), cuestionándose a la misma, recientemente sancionada, el
  legislador a cargo del proyecto aclaro lo inexplicable: al ser increpado y
  con razón, por lo popes del gremio más importante de futbolistas, aquel
  aludió a que las puertas del Congreso estaban abiertas para cualquiera. Si
  aquellos no concurrieron él no tenia culpa. Estaba
  indicando que uno de los sectores involucrados de mayor gravitación en la ley
  no había participado, aduciendo razones injustificadas (
  calificada así para ser benévolos). La prudencia llamo al silencio a
  los gremialistas y demás actores del suceso, con un corte oportuno de
  cámaras. No tiene importancia
  alguna que sea intencional o no esta metodología. Esto para aquellos que
  creen que todo es "deliberado", sin ser factor la incompetencia que
  pueda generar tales falencias. Fuere cual fuere el origen debe desterrarse
  definitivamente, si no queremos esta calidad de legislación. Lógicamente que
  esto no es reducible a tal modificación exclusivamente sino que juegan otros
  factores expuestos en el artículo que alude a ALGUNAS
  REFLEXIONES SOBRE EL SISTEMA PARLAMENTARIO, sobre la necesidad de
  información técnica apropiada, asesores idóneos y que la exigencia de un
  nivel comprensivo intelectual de los legisladores, garantice una formulación
  productiva. Es decir, involucrar a los sectores intervinientes en el
  proyecto, sin exclusiones, intencionales o no, como así una información
  tamizada por parlamentarios que conocen del tema en forma apropiada. En fin,
  que las leyes reflejen idoneidad y representatividad incuestionables. En cuanto a las
  pasantías ver Integración EDUCACION-TRABAJO, en
  el cual se exponen las argumentaciones relativas a tan trascendente tema. No
  se puede seguir legislando sin tener en cuenta todos los factores que
  involucra la calidad de nuestro futuro como
  país.       
                                                                  
                                     
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