El
lado oscuro del ser humano
Autor
: Francisco Alberto Scioscia
©
Mayo 2020
Edición
del autor
Índice
___________________________________________________________________________
PROLOGO
1. INTRODUCCION
2. ESPACIO Y
TIEMPO
3
SOMEROS ANTECEDENTES
4. ELLO, YO Y SUPERYO
5. EL
COMPLEJO DE EDIPO Y ELECTRA
6. LA
SEXUALIDAD
7. LOS
MECANISMOS DEFENSIVOS DEL YO
8. LOS ACTOS
FALLIDOS
9. LAS
TERAPIAS
10. LA FORMACIÓN
DE LA CONCIENCIA SOCIAL: BASE DE LOS CAMBIOS
SOCIALES SIGNIFICATIVOS
11. LA
EVOLUCIÓN DEL SER HUMANO
12 LA
NEUROLOGIA
13. LA
SEGURIDAD DE LA ESPECIE
Prologo
Este breve ensayo intenta
describir conceptos que la psicología ha descripto desde sus primeros pasos a
nivel científico (a fines del siglo XIX), fundamentalmente por los aportes
del Neurólogo vienes Sigmund Freud y
otros, más allá de las consideraciones sobre su terapia (Psicoanálisis),
y considerar la certeza de sus contenidos, corroborados estos en la clínica
cotidiana. Burdamente podríamos decir “es lo que hay al presente”, y debemos
seguir investigando exhaustivamente. Ningún proyecto se puede llevar a buen
destino si no conocemos las
propiedades de la materia prima (léase ser humano). Estimo que la
descripción de lo concerniente al mismo, es de conocimiento de una parte
restrictiva de las sociedades, prioritariamente quienes conforman el staff en
ciencias sociales centrada en lo humano; aquellos que hacen terapia
psicológica, cualquiera fuera ella; y quienes se sienten atraídos por conocer
más de la condición de su especie… En fin, un número no significativo.
Siendo la Psicología
la ciencia que estudia al ser humano, incursiona en aspectos que le resultan
conflictivos a su personalidad, disienten o rechazan sus logros, dado que
pueden generarles angustias (en términos freudianos, los reprimen). Podríamos incluir a aquellos que por sus profesiones
ajenas a lo social no tienen acceso a las características humanas. U otros
profesionales en ciencias duras que prefieren omitir a la ciencia psicológica,
dado que no poseen el carácter científico que sus profesiones logran a través
de la experimentación constante, que ratifican sus postulaciones. Omiten que
las ciencias sociales les resulta sumamente dificultoso reproducir en
laboratorio las experiencias humanas por ser únicas, irrepetibles tal cual
sucedieron o inferir de animales inferiores, pudiendo ser falaces sus
conclusiones por tal razón.
En definitiva, todo humano tendría que conocer las
características psíquicas de la especie a la cual pertenece. Este texto
tiende a ese fin enumerando someramente los principales ítems, con un
desarrollo diacrónico- a través
del tiempo, como sincrónico – en
nuestro presente – Era que la
historia aún debe clasificar el lapso presente (resulta evidente que ya no estamos
en la edad contemporánea). Sin pretensiones científicas, pues no lo soy, pero
con una praxis en la conducción de grupos y personal, con sustentos teóricos
universitarios abrevados en Psicología – UBA,
sin laurearme pero aprobando más del 70% de la carrera
(incluyendo las materias nucleares de la misma). Pretendería que pueda ser
tomado estructuralmente para un texto de divulgación, puliendo sus contenidos
(léase: más simple y explícito, mayor didáctica). Destaco que he recurrido a
numerosos textos insertos en mi ensayo “Un camino-solución hacia un mundo mejor” y tomar de otros datos parciales para
una mayor claridad expositiva. Un ensayo ensamblado, sin pretender la
originalidad del mismo.
Los
existentes al presente en las escuelas secundarias tienen un sesgo
condicionado a lo que piensa el autor (o toma de otros), o más complicado de
lo que debería ser su comprensión. Igualmente para los textos universitarios
que no son de las ciencias sociales, generalmente pobres y estudiadas
robóticamente, simplemente para aprobar una materia más en su carrera (una
aberración, como si les fuere ajeno). Recién cuando uno ingresa a la joven
adultez, con ciertas experiencias vivenciadas, podría acceder a develar la
conducta de su aún misteriosa especie, a la cual pertenece. En fin, contar con herramientas
conocidas que permitan una mejor calidad de vida presente y futura,
fundamentalmente en su vida particular como inserción en la sociedad
respectiva iluminando el lado oscuro humano.
El autor
1. INTRODUCCION
No puede dudarse que el avance del estudio del
conocimiento humano sobre nuestro comportamiento esta postergado con relación
a otras ciencias, que excluyen tal conocimiento, como ser las duras (física,
química, astronomía, matemáticas, etc.). En cuanto al ser humano todo está en
duda y no hay “leyes” que certifiquen su conducta. Hasta el mismo carácter de
ciencia, ante su debilidad en
aseverar que sus conclusiones sean inobjetables.
Hay muchísimas razones para justificar con certeza tal
atraso en su discernimiento. Fundamentalmente la posibilidad directa de
experimentar con sujetos, sin generar un deterioro alguno en el mismo.
Utilizar animales para experimentar los procesos humanos y luego traspolarlos
no ha dado la garantía suficiente
dada la complejidad de nuestra especie con las observadas, de menor rango
intelectual. Y aún más, resulta imposible reproducir con exactitud las
circunstancias/variantes intervinientes que comprenden determinados
comportamientos, lo cual podría invalidar las conclusiones pertinentes. Y la
más preponderante, es aquella en la cual somos
parte del objeto de estudio, impidiendo una certera distancia entre el
sujeto que investiga - involucrándose a sí mismo- con la naturaleza del
objeto de análisis… Ser juez y parte
ha sido una constante en las múltiples e invariables falencias humanas a través
de nuestra fugaz historia, comparativamente a la aún no develada
científicamente, sobre los orígenes del planeta Tierra (léase millones de
años).
Tales limitaciones son difíciles de sortear, pero ello
no implica que se desista a tratar el estudio de la psiquis humana y divulgar
sus avances o probables conclusiones, por siempre controvertidas. Y más aún
bastardeadas por los Estados, no ampliando sus presupuestos en el estudio de
la conducta humana, a expensas de otras disciplinas más rentables y más lejos
de acercarse al lado oscuro del hombre,
que cada día nos sorprende más grotescamente ¿Cómo podría un presidente como
Bill Clinton (nada menos que del
mayor país del mundo) una vez que se comprobó su exacerbado comportamiento
sexual -oral y oval- optaría por destinar mayor presupuesto al estudio de
tales objetables comportamientos? Por suerte en las últimas décadas en el
mundo occidental sean hecho grandes inversiones en el conocimiento del
cerebro humano, gracias a las ciencias y tecnologías que permiten hacerlo y
que coadyuvan a un estudio más pormenorizado que otrora (léase genética,
biología, informática, etc., etc.). Aún estamos en pañales pero avanzan…
Tampoco podemos negar que se ha progresado, gracias a
importantes aportes públicos y privados en el estudio del cerebro humano,
privilegiando a las neurociencias, con el portentoso aporte de la tecnología
computarizada, ante su vertiginoso crecimiento. Creo que tales aportes
apuntan a los objetivos de hallar en que zona cerebral emergen determinadas conductas
– sin una valoración positiva o negativa- tratando de incidir efectivamente
sobre las mismas con cirugías o medicación pertinente (cuando resulten
patológicas). Es decir, estudiaríamos el hardware pero difícilmente podríamos
inferir el software correspondiente que nos conduce como humanos, regido por
las emociones. Un larguísimo camino
emprendido… Reflexionemos que proyecto, público y/o privado, se
concretaría sino conocemos las propiedades de la materia prima involucrada.
¿Será la misión de nuestra especie develar nuestras propias características y
mejorarlas? ¿O como indican muchos científicos ante la complejidad
evidenciada del hombre y como ya aludimos, ser parte del objeto de estudio
conllevaría a que otros seres
inteligentes nos estudien?
Creo que no importan los obstáculos aludidos y
deberíamos darle un lugar preponderante a los logros obtenidos en el
conocimiento del ser humano, aunque puedan ser considerados controversiales,
pero sustentados en la verificación clínica cotidiana. Este ensayo de
divulgación intentará transmitir tales hallazgos de la psicología, que en muchos casos se omite su circulación por
orillar en el lado oscuro de la conducta del hombre, que nos devalúa, pero
que deber ser expuesto para lograr la reversión de tales anomalías, para el
bien del hombre, revalorizándolo ¿Si
no tenemos conocimiento del conflicto como podremos enfrentarlo?, más
allá de si podemos acceder, o no, o negarnos a hacerlo a las múltiples
terapias existentes que podrían paliar nuestras angustias cotidianas.
En los
próximos puntos trataré de esbozar los principios básicos conocidos del ser
humano, controversiales o no, que
generalmente la cotidianidad clínica los confirma.
2. ESPACIO Y
TIEMPO
Mayoritariamente,
los humanos sabemos que habitamos un planeta (Tierra) que conforma un sistema
planetario, que gira alrededor de una estrella (Sol) conjuntamente con otros
planetas –unos nueve- de los cuales conocemos su contenido muy escasamente. Y
conformar una parte infinitesimal del Universo que estudiamos constantemente
pero del cual ignoramos mayoritariamente.
Las ciencias duras, han logrado develar aspectos de la Tierra, como
ser que gira sobre si misma; que es esférica (guste o no); estaciones
temporales cuando más se alejan de la línea del centro de su línea media (el
Ecuador); su horario y calendario acorde a los datos que proveen la estrella
del sistema y muchísimas fases del mismo que no es estudio de este esbozo de ensayo, pues me excede.
En
cuanto al tiempo, lo podemos calcular bastante certeramente en los últimos
siglos, y los precedentes con alguna inexactitud, pero no significativa. Esto se
remonta a la historia y una parte breve prehistórica. Es decir cuando se
inicia la escritura como medio de comunicación (siglo IV antes de Cristo,
a.C) y esa parte breve, que requirieron estudios arqueológicos para descifrar
los símbolos utilizados, según los pueblos analizados siglos antes del
nacimiento de Cristo (unas cinco y
media centenas), y de ahí en más la era Cristiana hasta el presente (2120
años). Otros pueblos, como los hebreos llevan su propio cronograma, sin
contar el nacimiento de Jesús como punto de referencia, pues no creen en
aquel como el hijo de DIOS,
según su religión, igual para los musulmanes. Todos en sí, números
arbitrarios dado que parten de su propia historia, sin tener en cuenta la del
mundo, por ahora indescifrable. De hecho, diríamos de la pre pre-historia ( más allá de los 550 años
a.C) sé sabe muy poco – solo supuestos- dado que involucra millones de años, partiendo
del nacimiento del planeta, en el Big
Bang,
también llamada la Gran Explosión,el principio del universo, es decir,
el punto inicial en el que se formó la materia ...
En
fin, somos la especie dominante, según autores el cáncer de la Tierra (afirmativo,
si consideramos el daño que le hacemos cotidianamente), y dado que se podría
considerar a este planeta como un ser viviente con sus propias y desconocidas
leyes, por lo cual presumo que nos puede hacer desaparecer cuando quiera, sea
por una peste como la que vivimos actualmente (Covid-19), o un sobre giro
sobre su eje o varios tsunamis, etc. etc... Elija Ud. como morir, porque lo
merecemos por ser tan devastadores del hábitat que nos permite vivir.
Destaquemos una característica de nuestra especie, que todo lo viviente -
animales, anfibios, insectos, plantas conocidas hasta el presente- están
constituidos por la misma unidad - la célula madre- que adquiere formas tan
disimiles como las aludidas precedentemente. Me remite a Einstein cuando alude a que cree en
DIOS por las coincidencias, y vaya la de ser emergentes de un solo elemento
que se conforma para ser nuestro alimento, enemigo, o compartir el ecosistema
planetario que nos sostiene.
3.
SOMEROS
ANTECEDENTES:
Desde tiempos
inmemoriales aquellos que se les asignaba el rol de curador, llámese brujo,
hechicero, sacerdote, medico, etc. etc., observaban intuitivamente la
existencia de una condición dual en los humanos: algo tangible (el cuerpo) y
lo intangible, que según épocas y contextos se denomina/ba:
espíritu,
alma, mente, o cualquier otra denominación ya que ha sido su conocimiento
limitado (aun en el presente). Las continuas y cruentas guerras entre humanos
durante siglos, y las pestes permitieron un avance experimental fundamental
para el avance de las ciencias médicas, acentuando la conducta dual aludida.
Superada paulatinamente la etapa ortodoxa de la religión. Pensemos que Miguel
Servet, teólogo y médico español
descubrió en el siglo XVI la
circulación de la sangre y terminó quemado a fuego lento, junto a sus libros
herejes para tal época… La neurología en su estudio del sistema nervioso,
logro avanzar determinando el funcionamiento básico y parcial del mismo. Por
siempre los científicos de tal especialidad, buscaron encontrar la conducta
humana patológica en el cerebro humano. Uno de los prestigiosos neurólogos
del siglo XIX, Jean Martin Charcot, tuvo a su cargo en Francia
en la Salpêtrière (el célebre hospital
parisino especializado en salud mental en el que trabajó durante toda su
carrera) el estudio de una enfermedad común en esas épocas: la Histeria, de alto contenido sexual,
supuestamente vinculada a los ovarios, y posteriormente extendida a los hombres
dada las experiencias registradas en el género masculino. El estudio de tal
enfermedad movilizó a grande figuras de la época, como Sigmund Freud,
entre1886/87, previo a su creación del Psicoanálisis.
Esta enfermedad no pudo ser asociada a ningún factor anatómico, que en
palabras de Charcot “se les iba
escapando”( manifestado poco antes de morir). Pero
tales estudio predefinieron la estructura mental de los humanos. Así se
consideró posteriormente que el origen de la histeria devenía de un trauma psíquico de origen sexual,
presumiblemente en la infancia, que no manifestaba el paciente dado que era
considerado no consciente. Aun utilizando la hipnosis –con algunos acierto-
para acceder a sus orígenes, aunque aquella no era fiable, dado que era
fácilmente influenciable por el profesional interviniente. Se podría afirmar
que el estudio científico de la Psicología
se inicia hacia fines del siglo XIX.
Advertimos así la potencia de las señales
mentales que superaban a las físicas. En el sexo femenino, sus extravagantes
manifestaciones vinculadas a lo sexual, consideradas otrora mujeres poseídas
(brujas), terminaban en la hoguera. Muchas veces esos estados de exaltación
sucumbían con la masturbación de los profesionales en la materia
(desmintiendo a la supuesta posesión satánica). También en los hombres
sucedía algo que contradecía a lo reconocido en los haces piramidales. Por
ejemplo, al sufrir un accidente laboral recibiendo un fuerte golpe en su
cráneo en el parietal derecho, registraban parálisis permanentes o parciales,
en sus miembros del mismo lado, lo cual era imposible dado que tenía que ser
registrado en el miembro contrario, por la ya conocida distribución de los
aludidos haces cerebrales (del lado derecho emergen los que involucran a los
miembros del izquierdo y viceversa). Evidentemente estaban frente a un suceso
mental hasta ese entonces desconocido.
Ulteriormente
Sigmund Freud, esbozo varias
tópicas de la estructuración mental, incluidas en su teoría psicoanalítica
que puede no ser avalada científicamente como Ley, pero nos sirve para
ejemplificar la conducta mental de los humanos, corroborada con certeza en la
cotidianidad clínica en la salud mental.
4. ELLO. YO Y SUPERYO.
S. Freud esbozó varias hipótesis para
definir las instancias psíquicas de ese intangible llamado mente, siendo la
final la titulada, que describiremos. Las tres partes no son innatas, sino
que se construyen en el transcurso de la infancia. La primera es el ELLO, pues está presente desde el día
cero del bebe o antes en el embarazo (lo cual podría considerársela
innata): su materia prima
constitutiva emerge de sus sensaciones de frio, calor, hambre, dolores
estomacales, sueño, etc… cuya demanda de solución le resultan imperativas, expresando vivamente en
llantos tales malestares. Asimismo registra los placeres del amamantamiento,
o comida equivalente, los abrazos, las caricias, besos, etc., con las
consiguientes cargas emotivas concomitantes en ambos procesos descriptos,
proporcionales a los experimentados. Nuestro
desarrollo ulterior adulto, dará cuenta de esa estructuración sensitiva. En
otras palabras, consiste
en los deseos, voluntades e instintos principalmente originados por el
placer, y reprimidos dado su
incompatibilidad moral con las sociedades (ver complejo de Edipo/Electra
punto 5) . Su inconsciente
esencial. La simbiosis que se produce con la excesiva dependencia de su madre
(o sustituta, parcial o inexistente), propio de nuestra especie,
paulatinamente al crecimiento madurativo del bebe/a (comer y moverse
autónomamente, crecimientos de sus dientes, comprensión rudimentario del
lenguaje, etc., lo van incorporando al contexto familiar y social que lo
incluye. Pero fundamentalmente, es la agregación del padre (o sustituto, o
no), cuyo permiso de intromisión es tácitamente ejercido por la madre,
derribando paulatinamente esa simbiosis iniciada desde el primer día. La
madre sería la naturaleza y el padre los valores sociales vigentes (léase la
realidad circundante).
El yo surge a partir de
la interacción del ser humano con su realidad, adecuando sus
instintos primitivos con el ambiente en que vive, es la instancia responsable
por el equilibrio de la psique, buscando regular los impulsos del Ello, al mismo tiempo que intenta satisfacerlos
de modo menos inmediato y más realista. Gracias al Yo la persona logra mantener, o no, la cordura de su
personalidad. Este comienza a desarrollarse ya en los primeros años de vida
del individuo, emergiendo luego de su fase simbiótica con su madre (o
sustituta, o inexistente), aproximadamente a los tres años.
El Superyó se desarrolla
a partir del Yo y consiste en la representación de los ideales, valores
morales y culturales transferidos, que son asimilados
por el individuo. El Superyó actúa
como un "consejero" para el Yo,
alertándolo sobre lo que es o no moralmente aceptado, de acuerdo con los
principios que fueron transmitidos a su persona en el transcurso de su vida.
De acuerdo con Freud, el Superyó comienza a desarrollarse
aproximadamente a partir del quinto año de vida. Es aquí cuando el contacto
con la sociedad comienza a intensificarse, a través de la escuela, por
ejemplo. En este momento las relaciones sociales pasan, o no, según la
calidad de sus experiencias vivenciales, a ser mejor interpretadas por la
persona.
En suma, estos tres componentes de la formación
de la personalidad —Ello, Yo y Superyó—
son las representaciones de la impulsividad, de la racionalidad y de la
moralidad, respectivamente (aunque no siempre…patología mediante).
5. EL COMPLEJO DE EDIPO Y ELECTRA
En
psicología, los niños varones experimentan deseos sexuales hacia sus madres y
ven a sus padres como rivales, por lo que temen ser castrados como las
mujeres (en sus observaciones que denotan la falta de pene) proceso que
resulta en el Complejo de Edipo (tomado de la mitología griega, en la cual un
rey mata a su padre y se casa con su madre). Más tarde los niños se
identifican con sus padres y reprimen
los sentimientos hacia sus madres para dejar atrás esta fase. La correcta
asimilación de esta etapa tiene como consecuencia la madurez de la identidad
sexual.
El complejo de Electra es un término usado
para describir la etapa psicosexual psicoanalítica análoga al Complejo de
Edipo, en la que una niña compite con su madre por el afecto de su padre.
Resolver el complejo de Electra, en última instancia conduce a la
identificación con el progenitor del mismo sexo, dada la imposibilidad real de satisfacer sus deseos incestuosos.
Estas afirmaciones freudianas han sido controversiales por
siempre dado su preeminencia sexual, que no se ha dado en todas las culturas.
Estimo que tal conformación
nos remite a la seguridad de la especie. Definida
la identificación sexual de ambos sexos permite la procreación al resultar
atraídos eróticamente, generando descendientes (proceso fundamental de
autoconservacion para la raza humana). Muchos autores ejemplifican tal
proceso, a los abruptos deseos de las jóvenes mujeres de tener un hijo, no
como un acto consciente sino de un impulso devenido del ELLO, emergente de su represión infantil de tener un hijo de su
padre. La realidad indica que no
le será posible en tal etapa infantil, por cuestiones morales, rivalidad con
la madre, y hasta anatómicas respecto al funcionamiento aún inmaduro de sus órganos genitales. Los hombres
generalmente manifiestan un deseo constante de satisfacer su sexualidad,
aparentemente por su represión infantil de los deseos de tenerlas con su
madre y el temor de ser castigado por
tales impulsos, también limitado por su desarrollo anatómico y la realidad
(imposibilidad del acto sexual con su madre).
Como ya
aludiéramos precedentemente, la crianza del bebe por su madre es simbiótica
en sus primeros años de vida. Representaría la naturaleza. La progresiva
incorporación del padre, rival en cuanta posesión de la madre, permitida por
ésta, incorpora las normas sociales a las que debe atenerse el niño,
disipando progresivamente su estrecho vínculo materno. Aquí debemos rescatar
que la que permite la intervención paterna es la madre, que sin ello jamás se
daría (Jacques Lacan -prestigioso psicoanalista
francés, 1901-1981, la denominó acertadamente la Ley del Padre). De no
darse tal intromisión paterna, conformaría una clausura narcisistica, perturbando al ingreso social. Según
estudios criminalísticos los peores asesinos devienen de la falta de figura
paterna, producto de tal clausura.
Este
proceso represivo de ambos complejos, es derivado a un estado de latencia,
que permite volcar toda esa potencia reprimida a otros fines acordes a sus
posibilidades. No en vano la escuela se inicia en tal fase aludida de
represión. Siendo también el sentimiento de curiosidad que lo acrecienta para
acceder al conocimiento. Controvertido, o no, explicita el mecanismo de
reproducción humana y el acceso a la instrucción. Freud se le asignaba originalmente una visión pansexualista (postura que la mayoría de las
conductas humanas derivan de los instintos sexuales), lo cual revirtió
ulteriormente al incorporar el concepto de instinto de muerte, que nos conduce a las conductas destructivas
que anidan en el ser humano. Es decir, las de vida (autoconservacion,
supervivencia, placer, sexo, etc.) y las destructivas: instinto de muerte, agresiones
hacia sí mismo como al exterior del mismo. Denominadas Eros y Tánatos
respectivamente. Ambas pulsiones no son independientes que se pueden
conjugar, como ser un excesivo amor puede conllevar a la destrucción del ser
amado por diversas causas. En fin, rigen nuestra conducta sin tener
conocimiento consciente de la misma. Dan un sentido a la vida, para bien o
mal.
Los terapistas, mayoritariamente, dan suma importancia a
una adecuada resolución de los complejos aludidos, ya que de ser positiva encausaran
la conducta a desarrollar en su futuro como adulto. Si se resolviera mal,
derivara en procesos complicados que impedirán un futuro satisfactorio, con una gama de
consecuencias, leves o dramáticas. Fundamentalmente una inadaptación al
consenso social respectivo (para algunos la no alienación…).
Evidentemente, previo al desarrollo de los niños/as debe
formarse una pareja. Esto me remite a una frase que nos muestra la suspicacia
sobre el amor, el cual se lo
considera “un truco de la naturaleza para la procreación y mantenimiento
consecuente de la especie”…
Deberíamos recalcar el tabú -una conducta moralmente inaceptable por una
sociedad, grupo humano o religión- del incesto (cultural,
inconsciente, universal) que
obliga a buscar pareja fuera del grupo familiar respectivo. Tal exigencia,
nos conduce a que la descendencia se diversifique y mejore genéticamente. Aunque no
esté definido científicamente – un tema sumamente complejo- resultaría coherente para la
especie.
6. LA
SEXUALIDAD
Lo aludido en el complejo de Edipo y Electra,
conduce a asumir su identidad sexual concordante con el deseo del género
opuesto. La realidad nos indica que hay excepciones a tal regla procreativa
de la especie, existiendo variables que no la explican: bisexuales, homosexuales,
transexuales, asexuados, pansexuales (les resulta indistinto el género),
voyeristas, fetiches, zoófilos, sádicos, masoquistas y no sé cuántas
variables puede haber… y habrá.
Freud, explica en su teoría sexual, estas variables que logran
satisfacer el instinto sexual, más allá del objeto sexual. Es decir, tal objeto no tiene que ser del género
contrario sino alguna forma de satisfacción del instinto que le cuadre a la
construcción peculiar de su personalidad. Sin ser mayoritariamente
considerados perversiones, siempre que no perjudiquen severamente al objeto
de su elección... (en tal caso sería un delito
penal).
7. LOS
MECANISMOS DEFENSIVOS DEL YO
Habíamos aludido a la estructuración del aparato psíquico,
y a la continua interacción de las tres instancias descriptas, que pueden
perturbar al sujeto en cuanto a la preeminencia de algunas de tales
instancias, actuando los mismos como técnicas de ajuste básico, inconscientes, las cuales buscan
el equilibrio psicológico y median entre el entorno y nuestros procesos
mentales. Estos mecanismos fueron sistematizados– extraídos/inferidos de la obra de S. Freud por su hija Anna. Asimismo ampliados por otros estudios
posteriores.
Los principales mecanismos de defensa y algunos ejemplos en la
vida cotidiana:
Represión
Proceso por el que un impulso o idea inaceptable se torna
inconsciente. El individuo rechaza ideas, pensamientos y recuerdos para
mantenerlos en el inconsciente. Ejemplo: un
niño vive un recuerdo traumático en la infancia y lo reprime de manera que,
con el paso de los años llega a olvidarlo y así evita enfrentarse a esa
vivencia.
Regresión
Un retorno a formas anteriores del funcionamiento psíquico, la regresión
se puede comprender dentro del marco de la psicología evolutiva como un paso atrás en el
desarrollo. Ejemplo: una
persona adulta que no quiere afrontar un divorcio y empieza a
comportarse como un adolescente (saliendo de fiesta, tomando alcohol en
exceso, teniendo una conducta sexual inmadura...)
Formación reactiva
Se define como el proceso por el
que un impulso o deseo inaceptable es controlado por la exageración de la
tendencia opuesta. Ejemplo: en
vez de contarle a tu pareja que has hecho algo malo para la relación, la
colmas de sorpresas y regalos con tal de no afrontar la realidad.
Anulación retroactiva
Este mecanismo de defensa se
comprende como el proceso por el que la persona se comporta como si una idea
o acción anteriores que resultan amenazadoras no hubieran tenido lugar (parecido a la
negación y la represión)
Introyección
Proceso por el que la persona coloca
dentro de sí lo que en realidad está fuera. En este mecanismo de defensa, las
amenazas del exterior se internalizan con el objetivo de intentar controlar
su efecto en nuestra estabilidad mental. Ejemplo: al
introyectar una persona (y así creer que tenemos el control sobre sus actos)
reduce la ansiedad que nos produce su alejamiento.
Proyección
Este mecanismo de defensa del yo se
conoce como el proceso por el que la persona coloca fuera de sí, en otra
persona o cosa, sentimientos, deseos o características propias. De este modo,
evita cambiar ese elemento de su conducta y/o personalidad. Ejemplo: una
persona que se siente insegura sobre su cuerpo, puede proyectar esa
inseguridad reprochando ese mismo sentimiento en esa persona. "¡Eres demasiado inseguro!"
- Cuando en realidad la persona insegura no es la señalada sino él o ella.
Sublimación
Proceso por el que un instinto (de
componente sexual o agresivo) es derivado hacia un fin diferente. Cuando un individuo
sublima un instinto, sustituye su motivación y la redirige hacia una
actividad más aceptada socialmente. Ejemplo: una
persona está llevando a cabo la sublimación cuando sustituye su pulsión
sexual por alguna actividad cultural o intelectual (crear arte, leer,
escribir...)
Aislamiento
Proceso por el que la persona aísla un pensamiento
o un evento, rompe así sus conexiones con el resto de sus
vivencias y evitando, por tanto, que forme parte
de su experiencia significativa.
Desplazamiento
Definimos el desplazamiento como el mecanismo de defensa del yo por el
cual la mente inconsciente redirige las emociones que nos produce una
circunstancia hacia otro objeto, persona o situación. Ejemplo: cuando
un niño es agredido en el colegio y desplaza su ira mediante la agresión a
otros compañeros de la escuela.
Vuelta contra sí mismo y transformación
en su contrario
Parten de la idea
de que los instintos son capaces de sobrellevar una transformación
(sadismo-masoquismo, voyerismo-exhibicionismo). Entonces, los impulsos
inaceptables pueden dirigirse hacia uno mismo. Esta agresividad hacia
nosotros mismos, produce sentimientos de culpa o sabotajes inconscientes como
cometer errores, autolesiones, etc.
Racionalización
Por el cual damos explicaciones
“racionales”, también denominado intelectualización,
de nuestra conducta indebida, justificando
lo injustificable. En alguna oportunidad estime que debería buscarse una
denominación para la interacción entre
las disquisiciones que se sustentan para defender los intereses
personales (léase mezclar
bolsillo, afecto y razones falaces consecuentes). Debería tener un nombre
propio - diferenciándose al de racionalización- dada su
terrorífica manifestación, como así su “detección precoz” para salvaguarda
humana, como un signo de vade retro eficaz.
Negación
Mecanismo por el cual
rechazamos la existencia de realidades desagradables – externas e internas-
que reconociendo las mismas, nos angustiarían (un fracaso, un rechazo, etc.).
Los mecanismos expuestos pueden actuar
simultáneamente para defensa ante una realidad que nos es adversa, sin
percatarnos de tal suceso.
Generalmente la enfermedad del aparato
fisiológico está vinculada a un cambio cualitativo
del o los órganos involucrados. Mientras que las dolencias en plano mental son de carácter cuantitativo. Exceso de preeminencia
de algún/os de los mecanismos del YO,
inconscientes por definición. Simplemente no son observables por el sujeto, y
podría considerárselos normales como se define la virtud: el punto medio
entre dos extremos.
8.
LOS ACTOS FALLIDOS
Para muchos sujetos creen que
tienen el control racional de sus vidas, siendo el YO el que rige sus actos. Les resulta difícil aceptar, por su
tipo de estructuración mental, que tanto el ELLO y el SUPERYO
intervienen en su toma de decisiones.
Tal apreciación se observa cuando ante una pregunta – o acto a realizar-
exteriorizamos una primera apreciación que no responde a nuestra actividad
consciente, contrariándolo. Fácilmente observable por los interlocutores
intervinientes. Observada por éstos, y objetada, el sujeto rectifica sus
dichos. Hay tantos ejemplos en la vida cotidiana, fundamentalmente los
políticos. Me referiré a dos ejemplos, uno un acto y otro una expresión que
delataba sus intenciones, pero que no era prudente exteriorizar públicamente.
Sesionaba en Viena una de las cámaras del Parlamento, el primer tema a tratar
era la continuidad o no de la guerra. Tema más que conflictivo. El que
presidia la sesión, pidió silencio para iniciar la misma, golpeando el
característico martillo, expresando: “se cierra la sesión” que debía
iniciarse…
Al inquirirse a un sujeto
importante de la sociedad como se llevaba con la familia de su reciente
esposa –heredera de una riquísima familia- manifestó que su relación era
“familionarmente” (una síntesis de familia y millones). Quienes abrevamos de
la Psicología, consideramos que dar por válida la primera, aunque el que
cometió el acto fallido lo contradiga ulteriormente. Vale el primer tiro.
Asimismo los “olvidos” (no recordar
un aniversario de bodas, cumpleaños de familiares directos, no haber pedido
turno al médico, no recordar un nombre propio, pueden implicar un acto
reprimido por diversas circunstancias).
Estos actos no escapan a nadie, sin
ser un estado patológico, sino un cortocircuito entre nuestras instancias
psíquicas aludidas. Freud explica que infirió estos sucesos al leer el título
en primera página en un periódico vienes que se había firmado la Paz, cuando en realidad decía Guerra. Era su deseo, que finalizara tal acto beligerante, pues tenía a un hijo
en el frente de batalla (una serendipia – hallazgo valioso
accidental o causal- para inferir la
existencia del inconsciente)
9. LAS TERAPIAS
No es mi objetivo aludir a las mismas. Son tantas y variadas que
excedería mis conocimientos. Los desvíos de los mecanismos aludidos requieren
de una terapéutica que permitirá hacer consciente lo inconsciente, lo cual
permitirá ajustar satisfactoriamente nuestra conducta. Asimismo la falta de
resolución adecuada de los complejos de Edipo y Electra aludidos, como los comportamientos
sexuales que no encuadran con la heterosexualidad, para que no sean
perturbadores a nuestra vida. ¡Bah! sacarlos
satisfactoriamente del placard, sin
culpa alguna. Las excepciones no
hacen a la regla…
Más allá del tipo de terapia lo importante
de las mismas es que el profesional interviniente logré conmocionar al paciente, reestructurando su composición mental.
Tal interpretación permitirá al mismo una retroalimentación positiva,
modificando conductas hasta ahora no
percibidas por el paciente, mejorando su calidad de vida. En otras palabras,
dar en el centro del blanco…
10. LA
FORMACION DE LA CONCIENCIA SOCIAL: BASE DE CAMBIOS LOS CAMBIOS SOCIALES
SIGNIFICATIVOS.
Los humanos construimos nuestra conciencia
social en un proceso continuo. Cotidianamente recibimos información
múltiple y el sentimiento concomitante que produce tal información (estupor,
indignación, decepción, indiferencia, simpatía, euforia, alegría, etc.).
Obviamente la misma sufre un proceso selectivo, prevaleciendo las de nuestros
intereses particulares y las de carácter general. Así, retenemos gran
cantidad de información/sentimientos, en estado latente, expectantes.
Es decir, expectativas que quieren ser satisfechas, como una necesidad
de descarga energética de los sentimientos concomitantes. La
información puede perderse o diluirse, pero el sentimiento no. Nos carga. • Pensemos
cuando formamos un concepto cualesquiera: éste es una construcción
temporal, de igual forma que la conformación de la conciencia
colectiva. Cuando debemos explicitar un concepto, olvidamos los detalles
informativos que lo generaron, recordando el filtro intelectual / sentimental
operado que lo sustenta. Cuán difícil nos resulta rememorar cuando se
nos exige precisión sobre nuestra formulación conceptual y los hechos que
lo coligieron. Algo así cuando recordamos lo agradable que nos resultó
una película o un partido de fútbol, reteniendo prioritariamente el
sentimiento placentero, que el detalle del evento. Este estará en nuestra
memoria pero necesita ser rastreado/activado. Es decir, que el sentimiento
acumulado generalmente predomina sobre la información. Cuando su
acumulación es negativa, es una sensación desagradable. Sí un proceder de interés
general recibe la aprobación unánime, los medios aluden a que las expectativas
concomitantes han sido colmadas/satisfechas. Advirtiese una sensación de
alivio al descargar las mismas. Fenómeno de transmisión uniforme colectiva,
percibida por la gran mayoría simultánea e inequívocamente en virtud de la igualdad
constitucional básica lógico-emocional de los humanos... Tal fenómeno de transmisión
también se expresa al manifestarse mayoritariamente al unísono en el
murmullo, la exclamación o la risa en actos multitudinarios.
Contrariamente,
cuando el proceder no es el esperado, frustrándose la satisfacción de las
esperanzas latentes, la misma se acumula en nuestra conciencia. Ante
la ausencia de reacción pública manifiesta ante tales desencantos, no
equivale a la dilución de tales conductas objetables, igualmente se cargan
emotivamente. Tal proceso es extensivo tanto para aquellas que no son
resaltadas positivamente, o lo son fugazmente. Asimismo como las de carácter
subliminal (tan efectiva como la explicita).
No pasan al olvido, quedan en nuestra mente individual/colectiva. El tiempo
imprecisará la información provista, pero los sentimientos frustrantes o
positivos se acumulan a los precedentes y así sucesivamente. Los hombres
públicos tan “pendientes” de las manifestaciones sociales, no cuentan, en
general, con este proceso. Ulteriormente cuando la bronca de los ciudadanos
se manifiesta por hechos puntuales, parece desproporcionada entre lo que
aquellos contabilizaron y la que se expresa. Proceso extensivo a la vida
familiar. Un experto en relaciones conyugales, sabiamente, hacía
referencia que cuando se discute en pareja, iniciándose la reyerta por un
hecho insignificante, como regla, debe “pararse” y verificar porque se
está discutiendo, dado que tal disparador no justifica tanta
vehemencia en la contienda. Las causas de la desavenencia estarán
estrictamente vinculadas al proceso de acumulación silencioso aludido, que
creemos que no existe por no manifestarse oportunamente (demos fe que existe...)
Esta
somera y precaria descripción- totalmente perfectible- nos remite al
uso de las expectativas humanas latentes, que requieren de una lectura
adecuada, con interlocutores sociales válidos. El proceso es activo
en cuanto a la interacción aludida entre sociedad y el sujeto individual,
pero pasivo en cuanto a operar colectivamente: requiere de
disparadores para su activación. Lamentablemente, coexisten las que
satisfacen con las frustrantes, emergentes de experiencias denigrantes como
el 11-S, que capitalizadas por un retrogrado grupo como el de Bush,
nos condujo a Afganistán, Irak, Atocha – 11 M- y sus
aparentemente inevitables secuelas futuras. Estas lúgubres y cruentas
experiencias servirán de freno para otras que se funden en la mentira. En
fin, no coartar la libertad de información y ser tratados como iguales por
los que tienen la obligación de brindarla. Lamentablemente nuestra
conciencia social se forma más que de experiencias humanas positivas, que las
hay, pero en franca minoría con aquellas que sabemos que no queremos
seguir padeciendo, como las vivenciadas en Irak (guerra, torturas, muertes civiles, etc.).
Aspiro generar conductas positivas, que puedan propagarse por contagio
fructífero, contigüidad, mecanismos humanos eficaces.
Evidentemente los medios de comunicación masivos trasfronteras nos
permitirán acelerar estos procesos de toma de conciencia, al evitar la
omisión de información, que aun distorsionada o deficiente, nos permitirá
evaluarla, según nuestros filtros personales e intereses. Esto dará lugar a
la consolidación de las expectativas latentes positivas en la
conciencia social. Veamos someramente como se producen tales cambios
significativos en las sociedades:
Es
bastante frecuente hacer una lectura política que justifica determinados
procesos, asignándoles un origen a determinados grupos de poder
(multinacionales, masones, sionistas, etc.). Es decir que tales
grupos - la lista puede ser extensa- determinan el resultado
político analizado, como un designio ineludible ¿Se puede negar la
existencia de los grupos de poder? ¿No es razonable - no justo- que los poderosos intenten preservar sus
intereses, a veces a toda costa? De tal suposición pueden explicarse
innumerables sucesos acaecidos, pero tal postura no lo hace
con relación a porque sufrieron severas derrotas en toda la historia
humana (esclavos / dependientes; democracia /dictadura; beneficios
sociales/desamparo; justicia orgánica/ impunidad, etc.)... Otra hipótesis
utilizada por muchos analistas políticos es la de considerar que todas las
sociedades evolucionan hacia formas superiores. Por lo tanto, el mañana
será mejor. Un análisis retroactivo de la historia resulta obvio que así ha
sido y será, pero omiten las causas que originaron ese difícil y cruento
progreso logrado hasta el presente. Es decir, aluden al efecto – el
progreso generado- pero omiten considerar porque se produjo tal
progreso. Esta suposición es avalada por muchos políticos, dado que al
incitar a la pasividad del presente no
pone en juego su poder en lo inmediato. Los politólogos que la sostienen,
o son conniventes con el poder, y/o jamás condujeron un proceso
organizacional. El futuro fecundo se construye desde las decisiones del
presente, no
es una concesión, es la consecuencia del esfuerzo persistente e inteligente
cotidiano... En nuestras pampas la tenaz lucha de las Madres de Plaza
de Mayo por sus hijos desaparecidos por y orden de las fuerzas militares,
contribuyó significativamente al restablecimiento democrático del 83, dada
su positiva y eficaz difusión mundial de las atrocidades cometidas en el
país por las Juntas Militares. Retomando, ambas concepciones expuestas tienen
un común denominador: nos
incitan a la resignación. Nadie - menos aún los simples ciudadanos-
puede contra tal poder. Para que esforzarse hoy si el mañana-feliz está
asegurado por el solo devenir. Es decir una actitud totalmente
beneficiosa con los intereses poderosos y que seguramente ellos
fomentaran...
Los hombres en general tenemos dos
características comunes: ser
morales y transaccionales. Necesitamos justificar
conceptualmente nuestros actos - cualquiera
sea su nivel, aun los más atroces- con
cierto grado de aceptación social (colegas, pareja, descendientes,
familiares, allegados, etc.). Y a su vez transar en nuestras opciones
cuando estas pierden su estima - al
ser cuestionadas- de parte de los otros que nos
interesan, estos obviamente influidos por el consenso social contrario a
nuestras postulaciones (más afectas a nuestros intereses particulares que
a los generales). Esta
modificación del consenso general, emanado de nuestra conciencia colectiva,
es el arma que permite disparar eficazmente las complementarias
características del hombre expuestas – ser transaccional y moral- y a
su vez el retrotraer o paralización momentánea de los poderosos, ganando
campos de dominio que de otra forma no se lograría acceder.
Los anhelos de justicia y la lucha contra su ausencia, como los logros
positivos de los humanos, se han desarrollado con los procesos descriptos. Y
así será en el futuro, más allá que me tilden de optimista. La resignación
que nos pretenden imponer, que uno asume sin exteriorizarlo - solo por impotencia- es el
lubricante que agita internamente nuestra conciencia social que se dispara en
el momento oportuno. Las mejores armas para disparar con que contamos los no
poderosos es actuar solidaria e idóneamente, sobre lo cual desarrollaré en
los capítulos respectivos del presente ensayo, fundándolo (Ud. decidirá lo acertado o no).
11. LA EVOLUCION
DEL SER HUMANO
Con cierto grado de certeza los
científicos afirman que difícilmente - en
el devenir humano - se registren cambios genéticos significativos en
su estructuración física. Las modificaciones serán efectivas en el plano
cultural. Es decir, somos los artífices de nuestro propio destino.
Aunque estos cambios sociales son procesos arduos de instaurar, siendo
esporádicos, pausados, localizados y disparados por sucesos que los activan,
que se suman a otros similares conformando el sustrato de nuestra conciencia
social, según aludimos en el punto precedente. Convengamos que el siglo XIX, principalmente hacia fines del
mismo, no ha sido el patrón estándar en la historia social,
generándose un cambio cualitativo. Podríamos resumir que en el avance
científico y tecnológico alcanzado, los generalizados niveles de educación
consecuentemente adquiridos al presente, como los medios masivos de
comunicación e intercomunicación audio-visuales, han creado condiciones
impensadas en las centurias precedentes al mismo. Estos factores descriptos
actúan como catalizadores de nuestro accionar, posibilitando el
alejamiento de conductas presentes desde el Medioevo que aún se manifiestan a través del autoritarismo,
a veces velado otras explícito en cualquier ámbito, aun en aquellos como las universidades
y centros de investigación científica, dependientes o no de la misma,
totalmente incompatibles con el conocimiento alcanzado.
Generalmente,
muchas de las teorías sobre la naturaleza del hombre generadas por intelectos
en la historia toman al hombre como un ser abstracto, o aislado de su
inserción social, o estático, como si su naturaleza estuviese consumada.
Disiento, no solo de las concepciones aludidas, sino porque estimo estamos en
los albores del conocimiento humano y que la pretensión de una definición de
la condición humana excede a un individuo. Esta será una construcción
colectiva interdisciplinaria y en constante revisión, producto de su
evolución social como los avances científico-tecnológicos en las ciencias
sociales y del hombre. Cualquier esbozo de una teoría que incluya al hombre y
su inserción social, no puede ni debe, prescindir de un enfoque prospectivo.
Es decir, inferir un futuro dadas las condiciones del presente,
permitiéndonos relacionar aproximadamente el nivel evolutivo del objeto de
estudio. En nuestros análisis particulares, tanto de un sujeto como una
organización, consideramos como un dato importante, obviamente inesquivable,
calificarlo según sea su edad cronológica o en qué estado de desarrollo se
halla. De tal apreciación procederemos a juzgar los sucesos generados,
graduándolos concomitantemente. Al omitir tales parámetros solemos cometer
crasos errores, como cuando tratamos/exigimos a nuestros hijos como adultos,
sin serlos. Creo que tal omisión – demasiado frecuente- es favorecida
por los escasísimos, o inexistentes, instrumentos confiables para
traspolar la conducta de un individuo en sus ciclos evolutivos con el de las
sociedades en conjunto. Tales ciclos en un sujeto han sido suficiente y satisfactoriamente
descriptos en la historia humana, tanto en los limitados conocimientos
científicos del presente, como en la literatura. Tampoco se puede considerar
la evolución de las sociedades con civilizaciones humanas extinguidas, o el
desarrollo y caída de los imperios, dado lo disímil de los parámetros
culturales de otrora con los actuales. Asimismo se restringen espacialmente,
cuando al presente se requiere una visión planetaria, globalización mediante.
Sigmund Freud (1856-1939,
Austriaco) el padre del psicoanálisis, tomó del naturista Alemán Fritz Müller
(1821-1897), su interesante teoría de la recapitulación. Este formuló
la siguiente ley biogenética: La ontogenia o desarrollo del individuo
es la recapitulación breve y rápida de la filogenia o desarrollo
genealógico de la especie a la que pertenece. Es decir que cuando nacemos nos
desarrollamos como sujetos recorriendo igual camino que el que transitamos
como especie (desde “Adán y Eva”- más ilustrativo- a nuestro propio
presente), incorporando los cambios constantes en su ontogénesis
en su desarrollo filogenético generación tras generación. Es decir, la versión
continuamente actualizada del hombre, que se manifiesta y se modifica en
su desarrollo particular (su ontogénesis). Freud, como patrón
comparativo utilizaba las fases del desarrollo evolutivo del individuo (infancia,
pubertad, adolescencia, joven adultez, adulto, etc.) en su efímero andar
por el mundo y el nivel semejante alcanzado por la sociedad planetaria,
infiriendo por tales comparaciones que a fines del siglo 19, nos hallábamos
en tránsito como sociedad desde la adolescencia a ingresar a la joven
adultez. Quisiera destacar, y se infiere, que no soy un experto en ambas
postulaciones, pero más allá de tales traspolaciones y su certeza, estimo que
es un análisis comparativo valido, al cual adhiero, que además se colige de
nuestros inmaduros actos como humanos del presente... Tendría que ser
una de las teorías que deberían incluirse en los estudios científicos
sociales próximos dada su trascendencia e incidencia en la evolución humana.
Obviamente para explicitarla, descubrir los mecanismos de transmisión
genéticos y/o culturales diacrónicamente (la filogénesis) y sincrónicamente
(la ontogénesis), una gran incógnita. En fin, enriquecerla,
rectificarla o desecharla por una nueva teoría valida. El siguiente gráfico
esquematiza tal teoría:
Retomando,
el creador del psicoanálisis comparaba las hordas primitivas con la
fase anterior al desarrollo del YO (ni en la primera infancia ni en la horda se usa/usaba tal
termino). Asimismo la prehistoria con la infancia posterior al YO,
concordando en ambas el pensamiento mágico, propio del niño y de los
hombres primitivos ante los fenómenos naturales tan contrastantes hace
millones de años, asignados a sus dioses, dado el desconocimiento de
tales fenómenos naturales... Siguiendo esta línea de pensamiento Freud
concluye que el conocimiento científico alcanzado a fines del siglo
19, permitía a la sociedad desprenderse progresivamente del autoritarismo
impuesto precedentemente (diríamos desde el Medioevo), como mandato
absoluto e incuestionable. Así la sociedad generaba una revisión
productiva de sus actos fundados en la razón y no en lo imperativo o
dogmático. Proceso equivalente al desarrollo individual humano, que previamente
a la consolidación de su estadio lógico en el transcurso de la
adolescencia, se rige por el pensamiento mágico en la infancia, normas
imperativas de sus tutores o construcciones parcialmente racionales. En fin, transitar
de la autoridad formal impuesta, a la moral fundada en conocimientos
certeros. En otras palabras, de la adolescencia hacia la joven adultez, que
hemos aludido precedentemente. Desde antes de nuestra pubertad nos rebelamos,
explicita o tácitamente, contra la autoridad parental, en una marcha
saludable para ingresar preparados a la joven adultez y su independencia.
Este estadio previo a la adultez plena implica una nueva y dolorosa
dependencia, pero producto de una elección sin imposiciones autoritarias
inherentes al rol de padres. Evolucionado tal rol a una versión actualizada y
mejorada, dado que somos más flexibles frente a la interacción familiar sin
fijar papeles establecidos socialmente. No siempre, aunque a lo largo será
así, la versión última tiene que ser mejor; las que son malas nos sirven para rectificarlas
ulteriormente, lamentablemente aprendemos más de aquello que no debemos hacer
– lo negativo – que de los
buenos ejemplos que no abundan. Al
formar nuestra propia familia nos percatamos de la importancia de ceder a
nuestras actitudes egoístas e individuales, propias de la infanto-adolescencia.
Tanto con nuestra pareja, con la cual debemos aprender a transigir y mayor
con nuestros hijos, con los cuales nos tendremos que desprender de nuestros
caprichos infanto-adolescentes... La evolución de la familia en el
siglo pasado, viró de un modelo autoritario paternal, al consensual.
Convengamos que al constituirse tal núcleo, siendo los hijos menores,
la decisión no puede ser democrática dado que siendo dos, el empate
estancaría cualquier laudo. Con hijos no tan menores, uno debe
escucharlos por una razón de respeto como participes de la problemática
familiar, en la medida de sus posibilidades (más aún cuando los involucra).
Por la característica tutelar de los padres, ante el tardío desarrollo
de la maduración humana que conlleva la infancia y adolescencia, debemos
tomar decisiones finales, al gusto o no de nuestros descendientes. Es decir,
un autoritarismo morigerado - versión evolutiva mejorada-
intuitivo y/o consultado profesionalmente, para no incurrir en falsos dilemas
como el de ser padre o amigo: somos padres, tenemos que proteger
y facilitar el proceso de crecimiento que será su base para
ulteriormente ser padres, desde nuestro mayor nivel de desarrollo y
experiencias concomitantes como humano, no cómplices... En el
transcurso del siglo 20, pasamos de priorizar en nuestro proyecto de vida a
nuestros hijos - desplazando sin desmedro (¿?) a nuestros
ascendientes - coherentemente con el transito aludido del mandato
imperativo al fundado adecuadamente. Habría que analizar porque causas se
posterga la adolescencia hasta límites elevados, que solo conllevan a un
empobrecimiento del desarrollo emocional. Se omiten responsabilidades,
esfuerzo y postergación, que hacen al crecimiento como personas. Y esto es
general en las clases medias occidentales ¿Tal vez un exceso ajustable de
desplazamiento? O será que al extender el promedio de vida general,
también se registre una correlación con la edad de madurez de nuestros
hijos...En cuanto al signo de interrogación expuesto precedentemente, aunque
no es generalizable, podríamos incluir como desfasaje el posible declinar de
responsabilidades sobre nuestros ascendentes ancianos, con fuertes
manifestaciones como las experimentadas en el crítico verano europeo del
2003. Las altas temperaturas que se registraron dejaron un tendal de
fallecidos sin familiares que se hicieran cargo – previo al deceso-
y una respuesta deficiente del estado frente a tan denigrante
situación... Al presente, 2020, parecería que algo hemos aprendido. Durante
esta pandemia del Covid-19
mundialmente se trató de proteger a
los ancianos, dado el mayor riesgo que corrían ante el virus (de hecho los
mayores decesos son de los mismos), sin escatimar la presencia del Estado, volcando multimillonarias
cifras para combatirlo, aun negando muchos presidentes la potencial gravedad
del virus.
En fin, tenemos aún que CRECER EMOCIONALMENTE como compete a la
etapa que estamos transitando. Pasamos de un estado adolescente egocéntrico
hacia una consideración de los otros, que nos permite una inserción
social adecuada a nuestra evolución como especie (la última versión).
En este siglo, aún marchamos, paulatinamente, hacia una resolución “saludable”
de nuestra adolescencia como sociedad, para ingresar a la joven
adultez de la misma. El proceso común de la especie, de maduración
biológica y psico-física en su infanto-adolescencia, es el sustrato
del desarrollo emocional que regirá ulteriormente a nuestras vidas
adultas, para bien o mal. Comparándolo con la evolución social
y las atrocidades cometidas en las etapas precedentes deberíamos hacer un mal
pronóstico para el futuro de las sociedades humanas, dado una “base”
tan lamentable. Laing y Cooper, los promotores por los 60 de la
antipsiquiatría - frente al casi único
recurso del electroshock- postulaban que el nivel de maduración emocional
humana nos remite al reconocimiento de nuestra propia historia y la
capacidad de postergación. Ésta
emergente de nuestra voluntad, no por imposiciones circunstanciales.
Concepción a la cual adhiero y estimo totalmente traspolable al conjunto
social. Más aún que no estamos hablando de un sujeto sino de una sociedad
que trasciende generacionalmente a sus integrantes. No podemos vislumbrar
nuestro futuro sin tener en cuenta las barbaridades del presente y pasado.
Igualmente omitir la paupérrima calidad de vida de nuestros
hermanos (africanos, latinoamericanos, asiáticos o marginales
donde se hallen), hoy tan cerca, gracias a esta globalización a la
que nos remiten los medios inmediata y continuamente, postergando lujos
innecesarios que reviertan tal indigencia.
12. LA NEUROLOGIA
Trascedentes hombres de
ciencias sociales perciben que finalmente Neurología y Psicología tenderían
en el futuro a su fusión, si es que logran detectar que parte del cerebro
humano compete a determinada patología o conductas habituales (léase
“normales”). El problema surge que tipo de solución se daría al problema
detectado, patológico para el sujeto. Será vía fármacos o por terapia, sea
cual fuere. Estudios al presente muestran el área cerebral afectada con
iguales lecturas, tanto por la terapia como por drogas. Estas implican un
negocio ultramillonario, concentrado en quienes financian tal efecto de la
droga. Y francamente, ya que el objetivo es aliviar al paciente, sería
indistinto. El peligro en los fármacos son los efectos secundarios, y su
persistencia, o no, como regulador (acostumbramiento) .Mientras que en
el terapeuta debe bucear en la mente
del paciente, hacer consciente lo inconsciente (o califíquelo de otra forma)
y del éxito del mismo lograr una comprensión racional de la superación de sus
padecimientos (sin efectos secundarios). Ni hablar la utilización perniciosa
de las drogas para beneficios no santos (p.e. en las guerras).
Hace unos días
escuche – vía YouTube- una
conferencia de un prestigioso neurólogo argentino (Facundo Manes), disertando sobre los avances
mundiales sobre la neurología. En uno de los tramos de tal conferencia, toco
dos temas que me sorprendieron. En mis arcaicos estudios de Psico-UBA (unos 45 años atrás, un parpadeo
en la historia humana), quedo grabado un proceso de importancia en la
conducta humana. Aludo a la constitución
temporal del concepto (ver en el
primer párrafo del punto 10)
En la
aludida conferencia Manes afirma
que el hombre es un sujeto emocional, que generalmente toma sus decisiones en
concordancia con sus sentimientos. Y que cuando se le exige que fundamente
sus decisiones, tiene la suficiente capacidad de explicar racionalmente tal
decisión. Es decir que las experiencias del sujeto van modelando su capacidad
de estructurar un sistema emocional, basado en información recolectada, que
queda en su memoria. Es decir una preeminencia de sus sentimientos en lo
inmediato pero fundado en razones. Si cada decisión que debemos tomar debemos
analizarla racionalmente, perderíamos el tren… Estimo que esto ha sido
probado neurológicamente, y es concordante con mi aseveración precedente
sobre la constitución del concepto, que tiene sustento abstracto. Concuerdo
con la afirmación del neurólogo en cuanto somos sujetos construidos desde las
emociones experimentadas en el transcurso de nuestra efímera vida. Una buena
muestra de esa posible fusión entre Psicología
y Neurología.
El otro
tema fue la alusión a un experimento realizado – creo que en EE.UU- con
animales, que consistía en revertir el temor a situaciones violentas para los
mismos. Reiteraban tales circunstancias agresivas, pero previamente la aplicaban
una droga experimental que hacia sucumbir el temor concomitante a las
experiencias precedentes. O la aplicación de la droga para no quedar
registrada en su memoria las experiencias angustiantes que iban a padecer,
que les permitía superar tal negativo trance, volviendo a repetirlas sin
sufrimiento. Para una neurosis sería bárbaro, pero si mandan a un batallón
drogado a un enfrentamiento que resultó previamente fatal para mucho de sus
miembros, estamos en el horno… Garpa muchísimo más esto último (ganar money”
a costa de perder vidas).
13. LA SEGURIDAD DE LA
ESPECIE
Toda
especie tiene que tener resguardos para su supervivencia. Ya aludimos a la
reproducción. Ahora intentaremos los de conservación. La revolución gala
conmocionó al mundo en todos sus aspectos: políticos, sociales,
científicos/tecnológicos y culturales. Sustentados en sus célebres
principios: LIBERTAD, IGUALDAD Y
FRATERNIDAD. Personalmente estimo que
luego de las disquisiciones psicológicas, sobre el comportamiento
entre los hermanos (rivalidad, odio, frustración, etc.), deberíamos
reemplazarlo por el termino más secular como ser SOLIDARIDAD, que resultaría equivalente al de hermandad entre los
seres humanos (puede ser que lo galos me insulten, pero creo que el fin es el
mismo). Estimo que en los últimos siglos la solidaridad ha crecido
vertiginosamente, implicando ello, una percepción de viajamos en el mismo
barco, más allá de cualquier etiqueta (léase: blancos,
negros, judíos, cristianos, musulmanes, ricos, pobres, géneros, etc.)
LIBERTAD para
transitar y expresar sus opiniones, como IGUALDAD
de los humanos a ser tratados iguales ante la ley, son principios que
resguardan los derechos humanos. Sabemos que
los mismos aún no se cumplen en todo el planeta, pero su internalización en las sociedades
civilizadas, impiden manifestarse en su contra, so pena de la ira que
generaría en las sociedades.
En
lo conceptual, libertad
e igualdad han sido internalizados por las sociedades
civilizadas por ser un "negocio" para
sus miembros: ¿quién puede considerarse exento de la discriminación y/u
opresión? En otras palabras, fueron aceptadas porque "nos
convienen" y ser compatible con la seguridad de la
especie humana. En cuanto
a solidaridad, su postergación
como los otros principios estimo que obedece a razones de orden ideológico;
asociado a la izquierda y la pobreza por los acérrimos liberales, estos la
abominan... (que sería de su lamentable aserto: se es
pobre porque se quiere). Aunque operativamente
no está excluida del marco regulatorio capitalista: en términos
económico-financieros equivale al del seguro (poner una
parte, cuyo total reaseguraría - del siniestro posible- a cada uno de los
coparticipantes). Evidentemente un negocio que involucra
lo particular y general brillantemente, sin exclusiones.
Ser solidario implica un esfuerzo cotidiano
que requeriría ser enlazado con la idoneidad,
como reaseguro de que tal
esfuerzo- en algunos casos inmenso- no
sea en vano. IDONEIDAD, es un tema de mayor complejidad. Si al
inquirir con relación a que si los cargos de suma responsabilidad social
debiesen ser ocupados por los más idóneos, estaríamos cercanos
al cien por ciento afirmativo. Pero si anexáramos la
siguiente a aquella: ¿aunque la misma pudiese afectar sus intereses
particulares? Tal respuesta debería medirse con un detector de mentiras si es
que pretendemos considerarla válida (humanos
somos...).
Definir la idoneidad
implica interrelacionar nuestras cualidades intelectivas y emocionales,
como su ejercitación en una actividad específica. De tal conjugación emergerá
el grado que habremos alcanzado en nuestro metier. Tal nivel dependerá no solo de los factores que hemos
aludido, sino de la consideración de los otros en avalar tal nivel. En
otras palabras, constituir un ajuste a nuestra realidad que nos circunda y
condiciona. Del conjunto interrelacionado de tales factores surgirá un
balance que califica nuestro desempeño en la actividad en la cual hemos
incursionado. De tales precisiones podríamos inferir que es una
construcción de mayor complejidad, que evidentemente supera el nivel de
conocimiento científico alcanzado al presente, en las ciencias que tienen
como objeto el estudio del hombre. Más aún que los factores intervinientes sé
interrelacionan, obstaculizando aún más la dificultad en su comprensión.
Diría que es el proceso de mayor trascendencia como humanos, tanto en lo
personal como en el ámbito social, por ende su nivel de complejidad. ( ver
texto completo de idoneidad en punto 4 del ensayo del
suscripto: “Un camino-solución hacia un mundo mejor”
Consecuentemente
debemos centrar en lo social nuestro desarrollo y de tales logros,
traducirlos políticamente. Estimo que uno de los desafíos humanos del
presentes siglo XXI será la de hallar nuevas formas de articulación armónica
y eficaz entre lo social y lo político. Tal proceso será la extensión del desarrollo social alcanzado. Sino
priorizamos tal desarrollo, producirá la escisión vigente entre lo político y
lo social, origen del descrédito de la actual dirigencia. Debemos redefinir
adecuadamente - e
internalizarlo- el concepto de política. No es posible que se
asocie el mismo a "actividad
rastrera" (así figura en un libro oficial de
educación cívica), cuando en sus manos esta - nada menos-
que la Administración del Bien Común (ABC de la política). Es decir, nuestro presente
y futuro. Consecuentemente, en su ejercicio deben estar los hombres de mayor nivel
intelectual, emocional y moral.
Cotidianamente
padecemos de una contradicción insuperada al momento: aspiramos a que los
cargos de mayor responsabilidad social estén en manos de quienes ostenten
niveles de idoneidad acordes, pero obviamente no es así. Tenemos el problema
pero no su solución ¿Cómo soslayar los factores expuestos que subordinan
cualquier otro que nos acontece? Simple: como humanos omitimos considerar
todo aquello que nos supera. Como en nuestra vida privada, todo lo
trascendente que omitimos hoy, por excedernos, luego, nos vuelve con mayor
virulencia... Que no hallemos respuestas adecuadas no implica que los
problemas no existan. Omitirlos es un
pésimo negocio humano.
Asimismo
resultará una ardua tarea construir un mensaje que indique unívocamente el
negocio de estar estructurados socialmente en Organizaciones Idóneas (léase: estructuración jerárquica y
consensual; participativa, horizontal y vertical; equipos interdisciplinarios
y disciplinarios, autocontrolados y mínimamente estratificados, etc. ),
ver texto completo en punto 6 del ensayo precitado, que nos permita mejorar
cotidianamente la calidad de vida humana al combatir este tipo de organización
conductas tan funestas como ser: obsecuencia, rivalidad, favoritismo,
chambonaje, etc. ( en lo
personal) y corrupción, burocracia, toma decisorias tardías, etc.
( en lo organizacional).
Ambos conceptos
- solidaridad
e idoneidad- nos vinculan a lo colectivo y operativo,
conformando principios totalmente
compatibles con la seguridad
de la especie, como lo son igualdad y libertad, aunque
estos se vinculen más a lo individual, en resguardo a los excesos cometidos
en la historia humana. Es
decir, estos principios aludidos son convenientes y compatibles con la
idiosincrasia humana.
Gracias
por su atención.
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