6.
La futura organización permanente |
( Extracciones de una Organización
Inteligente del autor, ver artículo completo)
Debe establecerse una Organización
Inteligente en su estructuración, contrariamente a las existentes en el presente:
piramidales, estratificadas, formales, consecuentemente anacrónicas. Es decir, constituirse
en equipos interdisciplinarios y disciplinarios, con el menor grado de
estratificación posible.
La conducción debe ser colectiva,
conformada por las cabezas de las distintas direcciones correspondientes a
determinado segmento, garantizando información de primera desde el teatro de
operaciones (sin distorsiones).
Los
directores que conducen estratégicamente deben ser de un nivel tal que permita
definir el conjunto como un todo, cuyo ajuste debe responder al marco
global interno y externo, evitando duplicaciones y yuxtaposiciones en su
estructura. En términos de Robert Reich: Analista
de Símbolos . Asimismo una inteligencia emocional
correlativa. Una organización conducida según lo expuesto, es naturalmente antiburocrática.
La burocracia emerge cuando las operaciones e intereses sectoriales
no son compatibles con los del conjunto. Es decir, cuando cada sector
responde a sus propias necesidades, ajenas al resto de la estructuración que
forma parte. La sumatoria de cada una de éstas - autoconstituidas-
hacen el todo, infringiendo una norma científica básica: "La suma de
las partes no es igual al todo".
El buen
nivel emocional de los miembros permitirá en su interacción que se
distingan los objetivos institucionales de los personales/sectoriales,
accediendo así a toma de decisiones rápidas y productivas. Asimismo,
garantizará el accionar antidelictivo, más aún que si es colectivo devienen en
asociación ilícita, de mayor gravedad penal. Quien
posee un nivel emocional e intelectual adecuado permitirá la comprensión del "no-negocio"
de la corrupción, dada su inseguridad intrínseca y dilucidar el verdadero
negocio: el largo plazo, asociados a los de su organización,
·
Su
estructuración horizontal obedece a dos razones fundamentales: el autocontrol
y autovaloración grupal, propios de equipos participativos (debate/confrontación)
·
Objetivos
unívocos (único o múltiple), con conocimiento del equipo de los mismos
y su inserción en el conjunto general, ganando coherencia en su operatividad.
·
Complementación
funcional: la misma debe ser identificadas por cada uno de los miembros, con el
entendimiento en el accionar del conjunto. Debate/confrontación de los
ajustes al equipo y transmitidos al nivel superior. La responsabilidad última
será del coordinador, cuya autoridad estará sustentada en su mayor idoneidad
(consensual), persuasión y participación; excluyendo la figura histórica
del "jefe", propia de
estructuraciones formales y piramidales anacrónicas.
·
Su estructuración participativa torna factible el autocontrol y autoevaluación
grupal. Tal evaluación - constatada, discutida por el grupo (objetada, disuelta,
persuadida)- reflejará realidades. Asimismo el autocontrol,
al limitar posibles excesos individuales como su contención. Esta
conducta es bien valorada, frente a las funestas experiencias históricas
de hostigamiento individual, reforzando el autocontrol grupal.
·
La subjetividad es
inherente al ser humano,
la objetividad nos trasciende, aportándola la labor en equipo de cualquier nivel.
·
La
eliminación de puestos formales piramidales, producto de la organización
en equipos participativos, excluye la transmisión formal de órdenes - cuestionadas
o no, según los intereses y/o respuestas emocionales del receptor- evitando
errores/horrores consecuentes.
6.3 Incidencia negativa de estas
organizaciones anacrónicas.
Respetar y
consensuar la idoneidad como un orden jerárquico natural, genera
la disolución de conductas negativas propias de organizaciones no
participativas. En éstas, demasiado frecuentemente, la asignación de roles
formales no son ejecutados apropiadamente, carencia observada por sus
subordinados. Las exigencias cotidianas obligan a una sobreactuación
para hacer de... (el rol asignado), generando conductas inadecuadas de ambas
partes (jefes / subordinados): delegación inoportuna / inapropiada (alguien debe hacer
lo que aquel no puede); el favoritismo consecuente (todo se paga)
y los excesos de atribuciones de los favorecidos... Odios, rencores,
envidia, alcahuetería... Un "clima
óptimo" para el desarrollo personal e "incitación"
a otros incompetentes a su acceso al poder “formal”. Cuando la
organización es inteligente como la descripta, estas conductas tienden a disolverse
con las autovaloraciones consensuadas y el autocontrol grupal.
La autoridad al devenir de capacidades reales, disipa
una relación fomentada social e históricamente: autoridad-sumisión. Si
la autoridad formal es aceptada "naturalmente" por el
subordinado, implica que al ser él superior, exigirá igual nivel de sumisión a
sus inferiores. Le resultará inentendible
quienes “osen” cuestionar su autoridad formal (verbal y/o actos). Para
éste la arbitrariedad será su patrón resolutivo. Así tuvimos la obediencia
debida y cualquier otra barbaridad. Debe mitigarse toda fomentación de la obsecuencia,
si mañana no queremos ser víctimas de la
El
trabajo en equipo implica una revisión de los conceptos de rivalidad y competencia,
tomados habitualmente como sinónimos. La competencia induce al hombre a
mejorar su perfomance, a autosuperarse. De tal proceso surgirán las
habilidades para vencer a sus ocasionales competidores. Los atletas saben bien
de ello; deben superar sus propias marcas, para alcanzar/superar el récord (quien lo ostente es
referencial).
La rivalidad implica el otro, vinculado a
nuestros más ancestrales sentimientos tribales. Comprende la
humillación-destrucción del contrincante asociado a sus privaciones
instintivas. La evolución humana ha logrado desplazar esos sentimientos hacia
el deporte, con rivales a vencer a toda costa. Pero aún son fuertes los
resabios que se transfieren al ámbito laboral, fomentado por las organizaciones
piramidales formales, generadoras de sentimientos agresivos entre colegas, al
no inducir a la coparticipación entre las áreas. Esta conducta transforma la
sana competencia en rivalidades exacerbadas en el campo laboral, que finalmente
perturban el accionar del conjunto al
Este bosquejo de organización estructurada en la idoneidad,
es una solución factible a la problemática propia de toda organización: burocracia,
corrupción, inoperancia en la toma de decisiones. Pero fundamentalmente, a
lo que hace a nuestra calidad de vida, al
brindar cambios propicios en conductas sumamente perturbadoras socialmente: chambonaje, obsecuencia, rivalidad, etc.
6.4 Integración
trabajo-estudios terciarios
Resulta imprescindible
mejorar la calidad de la dotación estatal en forma continua. Sería sumamente
productivo iniciarlo reemplazando las vacantes estatales por pasantías
remuneradas. El estado y su amplia diversidad técnico-laboral
serían ideales para perfeccionar a los estudiantes avezados de las Universidades
públicas, privadas e Institutos. Siendo la labor part-time, a los
efectos de facilitar la concurrencia a clases teóricas. Un beneficio mutuo: el
estado lograría un mayor nivel en sus cuadros y los estudiantes una prepa
En definitiva, desde el estado
coadyuvaremos a lograr elevar el nivel del aparato productivo público y
privado, al generar profesionales con mayor grado de idoneidad.